Uno de los pilares del crecimiento espiritual es el
compañerismo que se crea con otros creyentes asistiendo a una iglesia local. La
iglesia (que significa la totalidad de
los creyentes) no es una organización sino, mejor dicho, un organismo. Se esfuerza
por conservar a sus miembros espiritualmente activos y bien alimentados. La iglesia
te provee instrucciones de la Palabra de Dios y te permite adorar a Dios con
otros creyentes, te capacita para usar los dones y las habilidades que Dios
quiso darte, y te prepara para ejercer tu liderazgo espiritual.
Algunos creen que obtendrán suficiente crecimiento
espiritual de los programas cristianos de televisión y radio, o de libros.
Aunque estos tienen valor, nada puede reemplazar la necesidad de ser un miembro
de una iglesia. Si unirse en compañerismo con otros creyentes no fuera
importante, ¡por qué entonces estableció Jesús la iglesia? (Mateo 16:18 “Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta Roca edificaré mi
Iglesia, y las puertas del Seol no la vencerán”). La
Biblia contiene muchas enseñanzas acerca de las características de una iglesia
saludable y vibrante, y sobre la necesidad de que los cristianos se congreguen.
A continuación aparecen cuatro guías de la Palabra de Dios para que encuentres
la iglesia adecuada y asistas a ella.
QUÉ IGLESIA ELEGIR. Debes buscar una iglesia que tenga
las cualidades y características de la iglesia del primer siglo (Hechos 2:42,
44-47 “42. Y permanecían firmes en
la doctrina de los apóstoles, y participaban en la oración y en el partimiento
del pan”. Y “44. Y todos los que
habían creído estaban unánimes, y tenían todas las cosas en común, 45. y los
que tenían una propiedad, la vendían y se repartía a cada uno de acuerdo a su
necesidad. 46. Y cada día perseveraban unánimes en el templo, y en casa partían
el pan y recibían el alimento con gran júbilo y con sencillez de corazón, 47. y
alababan a Dios, hallando favor ante todo el pueblo. Y nuestro Señor agregaba
cada día a la Iglesia a los que iban siendo salvos”).
La iglesia del primer siglo trastornó al mundo con su
mensaje (Hechos 17:6 “pero cuando no los
encontraron allí, arrastraron a Jasón y a los hermanos que estaban allí, y los
trajeron delante de las autoridades de la ciudad, gritando: ¡Estos son los que
han provocado disturbios en toda la tierra, y también ahora han llegado acá!”).
Lo que hizo a la iglesia primitiva tan dinámica fue la decisión de cada miembro
de seguir al Cristo de todo corazón. Cuando busques alguna iglesia a la cual
asistir, mira si hay en ella estas cinco características de una iglesia
saludable.
·
Busca una iglesia donde se reúnan regularmente todos los
creyentes. Los primeros cristianos
no consideraba a la iglesia como un club social, sino como un lugar de devoto
compañerismo y valiosa instrucción. Cuando somos negligentes en reunirnos con
el pueblo de Dios nos perdemos una tremenda bendición. Si estamos débiles espiritualmente,
no debemos huir de la iglesia, sino ¡ir a la iglesia!
·
Busca una iglesia cuya prioridad sea el estudio bíblico. Los cristianos del primer siglo “se dedicaban a las
enseñanzas de los apóstoles”. Las enseñanzas de los apóstoles sobre la vida y
el ministerio de Jesús finalmente llegaron a convertirse en los cuatro
evangelios que tenemos en el Nuevo Testamento. Estudiar la Biblia es
fundamental para el crecimiento espiritual de cada cristiano. Sin conocer la
Biblia, los cristianos no pueden saber ni comprender los mandamientos y la
verdad de Dios.
·
Busca una iglesia donde el cuerpo del Cristo (los
creyentes) ore y adore al Señor. Los primeros cristianos reconocían y el valor y la importancia de la
oración y la adoración de todo el cuerpo del Cristo. La adoración de la iglesia
centró la atención en el carácter de Dios que es digno de toda alabanza y
tuvieron la oportunidad de expresarle su agradecimiento. La oración unida
permitió a los creyentes manifestar su gratitud al Señor, pero también fue una
oportunidad de buscar a Dios en unanimidad y presentarle sus peticiones como un
cuerpo.
·
Busca una iglesia que se ocupe de sus miembros. Los primeros cristianos compartían unos con otros la comida,
la ropa y la casa. La Biblia nos recuerda cuidar de los hermanos en el Cristo
que están en necesidad (2 Corintios 9:1-15 “Respecto a la ayuda
para los santos, está de más que les escriba, 2. porque conozco la disposición
de su mente, y por esta razón estoy orgulloso de ustedes ante los macedonios,
porque Acaya está preparada desde hace un año, y el celo de ustedes ha servido
de estímulo a muchos; 3. pero envié a los hermanos para que el orgullo con el
cual nos enorgullecemos por ustedes en este caso no sea en vano, para que estén
preparados como he venido diciendo, 4. no sea que al acudir conmigo algunos
macedonios y no hallarlos preparados, nosotros seamos avergonzados (por no
decir que ustedes se avergonzarían) en cuanto al orgullo con el cual nos
enorgullecíamos. 5. Por este motivo, tuve cuidado de pedir estas cosas a mis
hermanos para que fueran a ustedes antes que yo, y prepararan la ofrenda que
desde hace tiempo habíamos escuchado que estaría lista como ofrenda y no como
codicia. 6. Y digo esto: El que siembra escasamente, también cosechará
escasamente, y el que siembra generosamente, también cosechará generosamente. 7.
Cada uno dé como se haya propuesto, no con tristeza ni por obligación, porque
Dios ama al dador alegre, 8. porque toda generosidad que abunda en ustedes
llega de las manos de Dios, para que teniendo siempre lo suficiente en todo,
abunden para toda buena obra. 9. Como está escrito: 'EL REPARTIÓ, DIO A LOS
POBRES; SU JUSTICIA PERMANECE PARA SIEMPRE', 10. y el que suministra semilla al
que siembra y pan para alimento, suministrará y multiplicará la semilla de
ustedes, y hará aumentar el fruto de su justicia, 11. para que en todo sean
enriquecidos para toda liberalidad, la cual produce mediante nosotros acción de
gracias a Dios; 12. porque el suministro de esta ayuda no sólo suple plenamente
para la necesidad de los santos, sino que también sobreabunda por medio de
muchas acciones de gracias a Dios, 13. porque a causa de la prueba de esta
ayuda glorificamos a Dios, pues ustedes se han sometido a la fe del Evangelio
del Cristo, y debido a la liberalidad de ustedes han llegado a ser partícipes
con ellos y con todos. 14. Y ellos ofrecieron oración a favor de ustedes con
mucho amor, debido a la abundancia de la gracia de Dios que está sobre ustedes.
15. ¡Gracias a Dios por su don inefable!”).
· Busca una iglesia que esté creciendo. El crecimiento de la iglesia no es responsabilidad nuestra, sino de Dios. Si nosotros hacemos nuestra parte como iglesia, Dios hará el suyo. Tenemos prueba de esto en el versículo 47.
NECESITAMOS COMPAÑERISMO CON OTROS CREYENTES. El compañerismo
con otros cristianos agudiza tu discernimiento espiritual y te prepara para el regreso
del Cristo. (Hebreos 10:25 “y no dejemos de
congregarnos como algunos tienen por costumbre, sino intercedamos unos por
otros, con mayor razón cuando vemos que aquel día se acerca,”).
Pertenecer a una iglesia local y participar en ella es
necesario para el crecimiento espiritual de todos los cristianos. Esto es algo
que nunca debemos dejar de hacer. Sobre todo, esta acción es importante para el
nuevo creyente por cuatro razones:
1.
El compañerismo nos motiva y nos provee amor. Como cristianos necesitamos un lugar donde podamos ser
animados en nuestra fe y donde se nos recuerde que somos miembros de la familia
de Dios. Cuando vamos a la iglesia, nos vemos rodeados de todos los que
comparten el amor por el Cristo. Estar en la presencia de otros creyentes nos
anima a vivir por el Cristo y nos da un sentimiento de pertenencia y aceptación
que no recibimos del mundo.
2.
El compañerismo nos permite aprender de cristianos
espirituales y maduros. En la Biblia se nos dice que en la iglesia, dos amigos del apóstol Pablo (Priscila
y Aquila) Dedicaron tiempo para ayudar a que otros creyentes aprendieran más
sobre Jesús (Hechos 18:26 “y empezó a hablar
valientemente en la sinagoga. Pero escuchándolo Aquila y Priscila, lo llevaron
a su casa y le dieron a conocer con mayor precisión el camino del Señor”).
De la misma manera, los cristianos nuevos de la iglesia de hoy pueden obtener
sabiduría espiritual y conocimiento de los cristianos más maduros.
3.
El compañerismo nos ayuda a discernir falsas enseñanzas. La Biblia nos advierte de falsos maestros y de
enseñanzas distorsionadas, a los cuales el nuevo creyente es más susceptible;
debido a que le falta mayor conocimiento de la Biblia. Una iglesia saludable
que enseña que enseña la Biblia animará a los cristianos nuevos en su
crecimiento, y los ayudará a discernir entre la verdad y el error.
4.
El compañerismo nos prepara para la venida del Cristo. A medida que se acerca la venida del Señor, necesitamos
ayudarnos unos a otros durante los tiempos difíciles y también a mantener
nuestros problemas en una perspectiva correcta. Necesitamos animarnos unos a
otros y vivir vidas santas y compartir las buenas nuevas de Dios con los demás
en el tiempo que nos queda. Dios desea que el cuerpo del Cristo (la iglesia) se
mantenga firme y sea una luz en medio de estos días cada vez más oscuros.
POR QUÉ TE NECESITA LA IGLESIA. No sólo tú te beneficias
de la iglesia, sino que la iglesia se beneficia de ti y de las habilidades que
Dios te ha dado (Efesios 4:11-16 “Y Él mismo
constituyó a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros
pastores, y a otros, maestros; 12. para la madurez de los santos, para la obra
del ministerio, para la edificación del cuerpo del Cristo, 13. hasta que todos
seamos uno en la fe y conforme al conocimiento del Hijo de Dios, y un varón
maduro, según la medida de la estatura de la plenitud del Cristo; 14. y para
que no seamos niños que fluctúan fácilmente, llevados por todo viento de falsas
doctrinas de hombres que mediante sus artimañas traman llevar al extravío, 15.
sino que seamos genuinos en nuestro amor, para que crezcamos en todo por medio
del Cristo, que es la cabeza, 16. y por medio de Él todo el cuerpo esté formado
y unido por todas las coyunturas, según el don que le es proporcionado por
medida a cada miembro para el crecimiento del cuerpo, para que se complete su
edificación en amor”).
No solamente tú necesitas a
la iglesia, ¡la iglesia te necesita a ti como hijo de Dios has sido bendecido
con talentos y habilidades santas y únicas que el Espíritu Santo te ha dado y
que pueden ser utilizados en beneficio del cuerpo del Cristo. Puedes usar esos
dones por lo menos de dos maneras, para bendecir a tus hermanos creyentes:
1.
Los dones que Dios te da promueven la madurez espiritual.
Dios desea que crezcas
espiritualmente. Para lograrlo ha colocado en la iglesia personas dotadas de
talentos para complementar diferentes aspectos del ministerio. Si los pastores,
maestros, evangelistas y otros cumplen sus obligaciones, esto no solo promueve tu
conocimiento espiritual, sino que también te capacita para hacer un mejor
trabajo para Él. Sin embargo, para que esto suceda, tienes que “encajar perfectamente” y así “cada parte, al cumplir su función específica,
ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está
sano y lleno de amor” (v. 16).
2. Los dones que Dios te da bendicen a otros. Aunque no tengas todavía una posición prominente en la iglesia, tú puedes animar a otros, cuidar de los enfermos o de los que tienen necesidades, ayudar financieramente a misioneros o limpiar los baños. Si fallas en el compañerismo con los demás miembros de la iglesia, estas despreciando una tremenda oportunidad para usar las habilidades que Dios te ha dado.
TU TIENES UN LUGAR EN LA IGLESIA. Dios ha dado a cada uno
de nosotros una tarea única para desempeñar en la iglesia donde nos congregamos
(1 Corintios 12: 12-13 “Porque así como el
cuerpo es uno y tiene en sí muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo,
siendo muchos, son un cuerpo, así también es el Cristo; 13. porque todos
nosotros ciertamente somos bautizados en el espíritu para ser un cuerpo. Ya
seamos judíos o gentiles, esclavos o libres, a todos nosotros se nos dio a
beber del mismo espíritu”).
El apóstol Pablo usa esta ilustración del cuerpo físico
para señalar un punto importante: cada persona tiene una función que desempeñar
en el cuerpo del Cristo. Esto significa que Dios tiene para ti un lugar
especial y un propósito específico en tu iglesia local, y tú tienes que cumplir
ese propósito con la ayuda de Dios. Este pasaje explica por qué esto es tan
importante.
La iglesia está compuesta por diferentes personas con diferentes funciones.
Cuando Dios diseño la
iglesia, no quiso que sus miembros fuéramos “clones cristianos”. Eligió usar los diversos grupos y dones
espirituales que hay en la iglesia, para enfocar la atención hacia las personas
que nos unifican a todos: Jesucristo (Efesios 3:10-11 “para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer a los
principados y dominios que están en los cielos, por medio de la Iglesia, 11. la
cual Él había preparado desde las edades y la estableció[3] por medio de
Jesucristo nuestro Señor”). Cuando la iglesia opera tal cual como
Dios planificó, se convierte en un testigo poderoso para un mundo que observa.
Ninguna persona s más valiosa que otra. Ningún don del Espíritu es “mejor” que otro. Por lo
tanto, cada individuo tiene un lugar significativo dentro del cuerpo del
Cristo, aun cuando su función no parezca tan destacada como la de otros. Por ejemplo,
Dios puede usarte a ti para visitar a los enfermos, y a otros para impartir un
estudio Bíblico, pero ambas funciones son igualmente importantes.
Nos necesitamos unos a otros para funcionar como Dios lo designo. Si dejas de usar los dones y las habilidades especiales que Dios te ha dado, prestas un débil servicio a la iglesia. Dios desea que comprendas la importancia de que los cristianos trabajen juntos y se edifiquen en el compañerismo con otros creyentes comprometidos. La iglesia es comparable a las brasas de carbón cuando están ardiendo juntas y producen un fuego brillante. Cada brasa no solo emana su propio calor, sino que también ayuda a las otras a mantener el suyo, beneficiándose unas a otras. Si aíslas una de esas brasas, en breve, su calor se disipa. Lo mismo ocurre con los creyentes. Nos necesitamos unos a otros para funcionar como individuos y como el cuerpo del Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario