La
Biblia nos da una preciosa y vivida descripción del cielo. Por medio de la
Escrituras sabemos que las calles del cielo son de oro, y que el dolor, el
temor y el sufrimiento no están presentes allí.
No
obstante aun cuando todo este detalle, no alcanza a comprender el “el cuadro completo”. No es difícil captar
la gloria y la perfección absoluta del cielo. Sin embargo, poniendo todo el
esplendor a un lado, lo que hace al cielo espectacular es que estaremos
eternamente en la presencia de Dios. El salmista lo expresó categóricamente: “11. Me mostrarás la senda de la vida; En tu
presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre” (Salmos
16:11).
No
es posible responder a todas nuestras inquietudes en cuanto al cielo mientras
estamos aquí en la tierra, pero la Biblia contesta alguna de las preguntas más
profundas.
¿QUIÉN
ENTRARÁ EN EL CIELO? El cielo es el lugar para aquellos que han recibido a
Jesús como Señor (Juan 14:2-6 “En la casa de mi
Padre hay muchas moradas. Si no fuera así, se los hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para ustedes. 3. Y si voy a prepararles lugar, regresaré y los
tomaré conmigo, para que donde yo estoy, ustedes también estén. 4. Ustedes
saben adónde voy y conocen el camino. 5. Tomas le dijo: Señor nuestro,
ignoramos adónde vas; ¿cómo, pues, podremos conocer el camino? 6. Jesús le
contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene a mi Padre, sino
solo por medio de mí”).
Hollywood
ha presentado a menudo las puertas a la entrada al cielo como el lugar donde tú
“discutes tu caso” y los méritos que
has hecho para entrar. Jesús explica claramente que los únicos que entrarán al
cielo son aquellos que lo han aceptado como “el camino, la verdad y la vida” y no los que creen tener los mejores
argumentos o han hecho las mejores obras.
El
cielo no es un tribunal de justicia, sino un lugar preparados para aquellos que
creen en Jesús. Si eres cristiano puedes estar seguro de que tu reserva en el
cielo fue hecha en el mismo momento que aceptaste al Cristo. Y en cuanto al
hospedaje, no debes afligirte, porque el mismo Jesús ha prometido preparar un
lugar para ti.
La
Biblia dice que debemos prepararnos para el encuentro con Dios. ¿Está
hecha tu reserva?
¿CUÁNDO ENTRA UN CRISTIANO AL CIELO? Cuando respiremos por última vez en la tierra,
respiraremos por primera vez en el cielo (2 Corintios 5:6-9 “porque nosotros sabemos, pues, y estamos convencidos, de que
mientras habitamos en el cuerpo, estamos ausentes de nuestro Señor 7. (porque
por fe andamos, no por vista). 8. Por este motivo confiamos y deseamos estar
ausentes del cuerpo y presentes ante nuestro Señor, 9. y nos esforzamos para
que, ya sea presentes o ausentes, le seamos agradables”).
Algunas
personas enseñan que cuando uno muere entra en un estado de animación
suspendida y que posteriormente somos llamados a la presencia de Dios. Pero este
pasaje enseña claramente que cuando un creyente muere, va directamente al cielo
para estar “en el hogar celestial con el
Señor”. Esto se ilustra en por lo menos dos lugares más de las Escrituras:
EL LADRÓN EN LA CRUZ. Cuando Jesús estaba en la cruz, un
ladrón, crucificado también, le dijo que se acordara de él cuando viniera en su
reino. Jesús le dijo inmediatamente: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:40-43).
EL APÓSTOL PABLO. El apóstol Pablo escribe: “Quisiera partir y estar con el Cristo” (Filipenses
1:23). Él nos dice: “Deseo partir y estar
suspendido en un sueño del alma por miles de años”. Pablo comprendía esta
verdad mejor que la mayoría, porque ya había tenido una visión del cielo. Es probable
que cuando Pablo fue apedreado, haya muerto y entrado en la presencia del
Señor. Pero Dios todavía tenía trabajo para Pablo en esta tierra. Así que lo
envió de vuelta a este mundo para que continuara haciendo la obra de Dios (2
Corintios 12:2-4 “Conozco a un hombre
en el Cristo hace catorce años (pero no sé si en el cuerpo o si fuera del
cuerpo, Dios lo sabe), que fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3. Y conozco a
tal hombre (pero no sé si en el cuerpo o si fuera del cuerpo, Dios lo sabe), 4.
que fue arrebatado hasta el paraíso, y escuchó cosas inefables que al hombre no
le es posible expresar”).
En el momento que exhales el último suspiro en la tierra,
tendrás el primero en el cielo. Por eso, no le tengas temor a la muerte. Más
bien, disfruta de tu vida con el Cristo y pasa el resto de tu vida encaminando a
otros hacia el salvador, con quién pasarás la eternidad.
¿RECONOCEREMOS A LA GENTE EN EL CIELO? Aunque nuestro
cuerpo celestial pueda parecerse a nuestro cuerpo terrenal, en alguna manera
seremos como ángeles (Mateo 22:23-33 “En ese día se
acercaron los saduceos, y le dijeron: No hay resurrección de muertos. Luego le
preguntaron, 24. diciendo: Maestro, Moisés nos dijo: 'SI ALGUNO FALLECE SIN
HABER TENIDO HIJOS, SU HERMANO DEBERÁ TOMAR A SU ESPOSA Y LEVANTAR DESCENDENCIA
A SU HERMANO'. 25. Así pues, había entre nosotros siete hermanos. El primero
tomó esposa y falleció, pero no habiendo tenido hijos, dejó su esposa a su hermano.
26. Igualmente le pasó al segundo, y también al tercero, hasta el séptimo, 27.
y después de todos ellos, también falleció la mujer. 28. Por consiguiente, en
la resurrección, ¿de quién de los siete será ella esposa, pues todos la
tuvieron por mujer? 29. Contestándoles Jesús, dijo: Están ustedes errados al no
comprender las Escrituras ni el poder de Dios, 30. porque en la resurrección de
los muertos no tomarán mujeres, ni las mujeres serán para los hombres, sino que
serán como los ángeles de Dios en el Cielo. 31. Y respecto a la resurrección de
los muertos, ¿no han leído ustedes lo que les fue dicho por Dios al decir: 32.
'YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, EL DIOS DE ISAAC Y EL DIOS DE JACOB'? Él no es Dios
de muertos, sino de vivos. 33. Al escuchar esto, las multitudes quedaban
admiradas de su enseñanza”).
En los días de
Jesús, había personas que tenían ideas equivocadas acerca de la vida después de
la muerte. No creían en la vida después de la muerte. Así que cuando Jesús
contestó la pregunta que le habían hecho para tentarlo, mencionó inmediatamente
el error de su enseñanza: “El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no
conocen el poder de Dios” (v. 29). Al refutar el error y la arrogancia
de los saduceos, Jesús revela tres cosas respecto a la vida en el cielo:
NO NOS CASAREMOS. No vamos a participar en las mismas
actividades que realizamos ahora, tales como matrimonio y la vida familiar. Parece
que la mayor parte del tiempo lo pasaremos adorando a Dios (Apocalipsis 19:5 “Y surgió una voz del trono que dijo: ¡Alaben
a nuestro Dios todos sus siervos, los que lo reverencian, los pequeños y los
grandes!”).
NOS CONOCEREMOS UNOS A OTROS. Jesús dice que seremos como
los ángeles. No nos convertiremos en ángeles, pero es posible que tengamos
algunas de sus capacidades o características. No seremos simplemente un
espíritu, sino que tendremos un cuerpo resucitado. Aunque no hay en la Biblia ningún
pasaje que nos garantice que nos reconoceremos unos a otros en el cielo, muchos
versículos sugieren que sí. Los discípulos fueron capaces de reconocer el
cuerpo de reconocer el cuerpo de resucitado de Jesús, así que Él debió haber
retenido muchas características físicas. En la parábola del rico y Lázaro (Lucas
16:19-31) ambos hombres conservan su identidad. La Biblia dice que nuestro
conocimiento en el cielo será mucho mayor: “ahora
vemos todo de manera imperfecta, como en un espejo empañado, pero luego veremos
todo con perfecta claridad. Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto,
pero luego conoceré todo por completo, tal como Dios ya me conoce a mi
completamente” (1 Corintios 13:12). Con esa clase de conocimiento, ¡probablemente
reconoceremos más gente en el cielo que ahora en la tierra!
TENDREMOS UNA PERSONALIDAD DEFINIDA. Notemos que al final
del pasaje, Jesús hace referencia al pasaje del Antiguo Testamento que dice: “Yo soy el Dios de tu
padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” (Éxodo
3:6). Este versículo no solo ofrece una gran prueba de la resurrección física,
sino que también se refiere a esas personas por nombre. Cuando leemos que Dios
escribe nuestros nombres en el libro de la vida, indica que tendremos
personalidades bien definidas en el cielo. Dios no escribió un número; Él
escribió tú nombre.
Algún día, “en un
abrir y cerrar de ojos”, El Cristo
nos llamará a los cielos, y nuestros cuerpos serán transformados en “cuerpos inmortales” (1 Corintios
15:50-53 “Pero yo digo esto, hermanos
míos: carne y sangre no pueden heredar el reino del Cielo, ni la corrupción
heredar la incorrupción. 51. He aquí, les digo un misterio: no todos nosotros
moriremos, pero todos nosotros seremos transformados, 52. en un instante, como
un abrir y cerrar de ojos. Cuando suene la trompeta final, los muertos
resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados; 53. porque esto
corruptible se vestirá de incorrupción, y esto mortal se vestirá de
inmortalidad”).
Vivir para siempre con estos mismos cuerpos sería una maldición.
Pero vivir eternamente con cuerpos nuevos, libres de enfermedades y dolor, en
la presencia de Dios, será una bendición.
¿CÓMO SERÁ LA VIDA EN EL CIELO? Nuestra permanencia en el
cielo ya no será consumida por las preocupaciones de esta vida, sino que
estaremos llenos de gozo en la presencia de nuestro Padre celestial. (Apocalipsis
7:13-17 “Luego uno de los ancianos
volteó, y me preguntó: Éstos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes
son y de dónde salieron? 14. Yo le contesté: Señor mío, tú lo sabes. Luego él
me dijo: Estos son los que salieron de la Gran Aflicción, que lavaron sus
vestiduras y las emblanquecieron en la sangre del Cordero. 15. Por eso están
ante el trono de Dios, y le sirven de día y de noche en su templo; y el que
está sentado en el trono los cubrirá con su mano. 16. Ya no tendrán hambre ni
sed, ni caerá el sol sobre ellos, ni calor alguno, 17. porque el Cordero que
está en medio del trono los pastoreará y los conducirá a fuentes de agua viva,
y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos”).
El apóstol Pablo tuvo un anticipo del cielo por medio de
una visión. Escribió acerca de esta experiencia en 2 Corintios 12:2-4, y dijo: “2. Conozco a un hombre en el Cristo hace catorce años (pero no sé
si en el cuerpo o si fuera del cuerpo, Dios lo sabe), que fue arrebatado hasta
el tercer cielo. 3. Y conozco a tal hombre (pero no sé si en el cuerpo o si
fuera del cuerpo, Dios lo sabe), 4. que fue arrebatado hasta el paraíso, y
escuchó cosas inefables que al hombre no le es posible expresar” “fui llevado al paraíso”. La palabra paraíso significa literalmente “el jardín de un rey, lleno de toda clase de frutas y flores”.
Este pasaje de las Escrituras nos muestra cuatro aspectos de la vida que
viviremos en ese maravilloso lugar llamado paraíso.
VIVIREMOS UNA VIDA SIN TEMOR NI PREOCUPACIONES. El cielo es un lugar de refugio (v. 15). No habrá
miedo. No habrá rejas en las ventanas ni crimen en las calles ni cualquier otro
tipo de violencia. Dios será nuestro refugio.
VIVIREMOS UNA VIDA SIN NECESIDADES. El cielo es un lugar completamente abastecido (v. 16). El
hambre y la sed no serán parte de nuestro vocabulario. Esto es porque el Señor
nos alimentará y saciará nuestra sed.
VIVIREMOS UNA VIDA SIN DOLOR. El cielo es un lugar de bienestar y consuelo (V.16). La Biblia dice que en
el cielo “no habrá más llanto ni tristeza
ni muerte ni dolor” (Apocalipsis 21:4 “Y cesará toda
lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni más clamor,
ni más dolor, porque las primeras cosas han pasado”). Nuestros cuerpos
celestiales no estarán sujetos a enfermedades, dolores ni males como los que
conocemos tan bien aquí en la tierra.
VIVIREMOS UNA VIDA SIN TRISTEZA. El cielo es un lugar de gozo (v. 17). Estar en la presencia de Dios será
una experiencia maravillosa y alegre. La tristeza no existirá en los cielos
porque Dios secará todas nuestras lágrimas.
Podemos estar deseosos de las glorias del cielo, pero una
cosa las supera a todas: Pasaremos la eternidad con Jesús. Dwight L. Moody
escribió una vez: “No son las paredes
hechas de joyas ni las puertas de perla lo que hacen atractivo al cielo. Es el
estar con Dios”. Que esta verdad te inspire mientras vives tu vida en la
tierra.
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