LIBRO DE
HEBREOS
No
hay consenso con respecto al autor de está epístola. Mientras que los
cristianos originales de oriente la atribuían a Pablo, los cristianos
posteriores de occidente atribuían su autoría a Lucas o a Apolos. Durante mucho
tiempo prevaleció la posición de la iglesia de oriente, debido a la evidencia
interna y externa de la epístola. Sin embargo, la controversia sobre el autor
continúa. Fue escrita alrededor del 66 d.C.
SACRIFICIO
EXPLICACIÓN:
El sacrificio de Cristo fue el cumplimiento supremo de todo lo que
representaban los sacrificios del Antiguo Testamento: el perdón del pecado por
Dios. Debido a que Cristo es el sacrificio perfecto por nuestro pecado, se
perdonan por completo nuestros pecados pasados, presentes y futuros.
IMPORTANCIA:
Cristo quitó el pecado que nos apartaba de la presencia de Dios y de su
comunión. Pero debemos aceptar su sacrificio efectuado en nuestro favor. Al
creer en Él dejamos de ser culpables, quedamos limpios y somos santificados. Su
sacrificio nos abre el camino para tener vida eterna.
SUMO
SACERDOTE
EXPLICACIÓN:
En el Antiguo Testamento, el sumo sacerdote representaba a los judíos delante
de Dios. Jesucristo nos une con Dios. No hay otra forma de llegar a Dios.
Gracias a que Cristo llevó una vida inmaculada, Él es el sustituto perfecto
para morir por nuestros pecados. Él es nuestro representante perfecto ante
Dios.
IMPORTANCIA:
Jesús garantiza nuestro acceso a Dios el Padre. Él intercede por nosotros de
modo que podamos acercarnos confiadamente al Padre con nuestras necesidades.
Cuando nos sentimos débiles, podemos acercarnos confiadamente a Dios en busca
de perdón y ayuda.
PACIENCIA
EXPLICACIÓN:
La fe capacita a los cristianos para afrontar las pruebas. La verdadera fe incluye
el seguir siendo fiel a Dios cuando estamos bajo el fuego de la prueba. La
paciencia edifica el carácter y conduce a la victoria.
IMPORTANCIA:
Usted puede obtener victoria en sus pruebas si no se rinde ni le da la espalda
a Cristo. Siga siendo fiel a Él y pídale que le dé paciencia.
CRISTO
ES SUPERIOR
EXPLICACIÓN:
El libro de hebreos muestra la verdadera identidad de Jesucristo como Dios. Él
es la autoridad máxima. Es más grande que cualquier religión o ángel. Es
superior a cualquier líder judío (como Moisés, Abraham o Josué) y superior a
cualquier sacerdote. Él es la revelación perfecta de Dios.
IMPORTANCIA:
Solo Jesucristo puede perdonar sus pecados. Él ha provisto nuestro perdón y
salvación mediante su muerte en la cruz. Usted puede hallar la paz con Dios y
el verdadero sentido de la vida al creer en Cristo. No acepte ninguna
alternativa ni sustituto.
FE
EXPLICACIÓN:
La fe es la confianza segura en las promesas de Dios. La promesa mayor es que
podemos ser salvos por medio de Jesucristo.
IMPORTANCIA:
Si usted confía por completo en Jesucristo para su salvación, Él lo
transformará. Una vida de obediencia y absoluta confianza agrada a Dios.
MADUREZ
EXPLICACIÓN:
Aunque somos salvos del pecado cuando creemos en Cristo, se nos ha dado la
tarea de proseguir y crecer en nuestra fe. Mediante nuestra relación con Cristo
podemos llevar una vida irreprensible, permitir que Él nos separe para su obra
especial en nosotros y crecer en la fe.
IMPORTANCIA:
Toma tiempo el proceso de madurar en nuestra fe. Una entrega diaria y el
servicio producen madurez. Cuando somos maduros en nuestra fe, no titubeamos ni
flaqueamos con facilidad frente a la tentación.
I.
AUTOR.
LUGAR DE ORIGEN Y FECHA.
Heb.
Carece de algunos rasgos formales de una carta. Tiene una conclusión epistolar
(13:22-25) pero no se menciona su autor y no hay en ella saludos ni acción de
gracias. Es más bien un sermón extenso o varios sermones unidos. El autor mismo
lo califica de “palabra de exhortación” (13:22).
Hoy
día, en atención al estilo y pensamiento de Heb., los eruditos protestantes,
rechazan casi unánimemente la idea de que Pablo la escribiera. Se ha demostrado
que lingüísticamente y conceptualmente
(véase IV abajo) Heb. es contemporáneo con Lucas-Hechos en el NT. Por tanto,
puede concluirse que el autor era un judeocristiano helenista conocedor del
idioma griego-Heb., tiene la mejor estilística griega del NT- que estaba
empapado extraordinariamente en el LXX –las citas del AT proceden de esta
versión. Se han propuesto varias conjeturas respecto a la paternidad literaria
acerca de esta epístola: Bernabé, Apolos, Priscila y Aquila, etc., pero todas
son eminentemente inciertas.
Se
han propuesto también varios lugares de origen: Roma, Egipto, Efesios,
Antioquia, pero ninguno se ha adoptado como definitivo. En cuanto a fecha, la
relación lingüística con Lucas-Hechos señala el periodo portpaulino pero antes
de 1 Clemente. Esta carta, escrita en el 96, parece conocer a Heb. pero no
menciona título ni autor (17:1; 36:2-5). Timoteo, el joven compañero de Pablo,
vive todavía (Heb. 13:23). Tanto el autor como sus lectores pertenecen a la
segunda generación de cristianos (2:3). La referencia a sufrimientos (10:32-34)
podría señalar a la época de Domiciano (81:96), sólo que no ha habido martirios
en la comunidad (12:4). Probablemente Heb. se escribió entre 80 y 90, aunque no
faltan partidarios de una fecha (67-69) antes de la destrucción de Jerusalén.
II.
DESTINATARIOS.
Varias
son las propuestas: 1) Judeocristianos. Es la tradicional y la que
indudablemente produjo el sobrescrito “a los hebreos” a finales del siglo II.
2) Sacerdotes esenios, ex miembros de la comunidad de Qumrán; y 3) cristianos
gentiles o simplemente cristianos. Por cierto pasaje es evidente que los
lectores son cristianos (3:1s., 14: 6:4-6; 10:23-26; 12:22-24). Sin embargo, la
carta no va dirigida a Jerusalén. La iglesia allí era pobre y necesitaba del
sostén de otras congregaciones, mientras que os lectores de Heb. repetidamente
habían sostenido a otros (6:10). No es posible aplicar los vv. 2:3s. y 13:7 a
los miembros de la comunidad primitiva, y la persecución a la que se hace
referencia no coincide con los períodos de sufrimiento de los cristianos en
Jerusalén. La referencia a la necesidad de tener fe en Dios hace también
improbable el que los lectores fueran Judeocristianos fuera de Palestina (6:1;
11:6).
Lo
más probable es que los destinatarios fueran predominantemente cristianos
gentiles o simplemente cristianos. Y esto no se contradice con los complicados
argumentos bíblicos de la epístola, ya que en Gá., por ejemplo, se usan
argumentos igualmente complicados con congregaciones gentiles. Además, desde
muy temprano el AT le era familiar a la iglesia gentil, pues la evangelización
había tenido este cuidado. El autor escribe partiendo de esta certeza (6:1ss.),
y no se preocupa por una aclaración más específica.
III.
PROPOSITO
La
epístola no ataca una herejía específica. La trayectoria cristiana de los
destinatarios es digno de elogio (6:10; 10:32ss.), pero atraviesan por un
periodo de lasitud en la fe, temor al sufrimiento y falta de fidelidad hacia la
congregación (5:11; 10:25-35; 12:3s.; 13:17). Se trata de cristianos de la
segunda generación que han perdido el empuje inicial. Al describir
magistralmente para ellos la salvación tan grande que poseen, el autor les
advierte del peligro de apostasía en que están si no perseveran y mantienen la
esperanza, presente y futura, en la eficacia y realidad de la salvación dada
por Dios en Jesucristo. Debido al carácter escatológico de la promesa de Dios,
la fe y la esperanza son casi idénticas en significado (6:18-20; 10:23; 11:1, 10,
13-16, 39, 40; 12:1-3,22-29).
IV.
TEOLOGÍA
La
mejor manera d entender la teología de Heb. es compararla con la de Pablo. Tiene
algunos aspectos que recuerdan a Pablo: Cristo el Hijo, el agente preexistente
de la creación; la muerte de Cristo por el pecado como punto céntrico en la
salvación; el concepto del nuevo orden de Dios (= nuevo-pacto, 8:8ss.; 9:15s.; 12:24;
cp. 1Co. 11:25; 2Co. 3;6, 14; Gá. 4:24). Pero el autor de Heb. tiene su propio
pensamiento y aun cuando usa conceptos que aparecen en Pablo, lo hace a su
manera. Pablo habla constantemente de la resurrección de Cristo; Heb. subraya
la exaltación al cielo. Pablo resume la obra salvífica de Cristo como
reconciliación, Heb. –el sumo sacerdocio de Jesucristo-no aparece en Pablo.
Heb. dice muy poco de la justificación que viene por la fe y no por las obras
de la ley, o de la dicotomía carne/espíritu. No emplea la frase paulina “con
Cristo” y no dice nada referente al lugar de los judíos y los gentiles en el
plan de salvación.
A
diferencia de Pablo, quien concibe la ley desde el punto de vista de la demanda
moral y como un poder autónomo, Heb. presenta la ley básicamente en su aspecto
cultural, como una institución para la expiación, acorde con la revelación de
la salvación del NT. Ella es una preparación imperfecta. Pablo en ningún sitio
sostiene la imposibilidad de un segundo arrepentimiento, Heb. sí (6:4ss.;
10:26ss.; 12:17). Este contraste con Pablo revela al autor de esta exhortación como
un cristiano de extracción judía, sumamente brillante y original en su
perspectiva teológica.
V.
CONTENIDO
Y ESCRITURA
La
estructura de Heb. tiene dos rasgos peculiares. La exposición comienza en
seguida, sin introducción epistolar. La sección exhortativa no aparece al
final, como en la mayoría de las cartas paulinas, sino que las exposiciones
doctrinales aparecen a todo lo largo de la carta, interrumpidas aquí y allí por
exhortaciones breves o largas (2:1-4; 3:7-4:11; 4:14-16; 5:11-6:12; 10:19-39;
12:1-13:17). La exposición tiene como meta la exhortación.
La
carta puede dividirse como sigue:
A. Dios
ha hablado por su Hijo Jesucristo, el cual es superior a los ángeles y a Moisés
(1:1-4:13).
1. El Hijo, apareció al final de
los tiempos, como portador de la palabra de Dios y destructor del pecado, es
superior a los profetas y a los ángeles (1:1-4ª.).
2. La Escritura prueba la superioridad
de Jesús sobre los ángeles: él es el Hijo excelso (1:4b-14).
3. Por tanto, es necesario atender
a su palabra (2:1-4).
4. El Hijo fue hecho poco menos
que los ángeles al humanarse y sufrir la muerte, pero por la voluntad de Dios
ha llegado a ser el perfecto autor de la salvación de sus hermanos (2:5-18).
5. Jesús es superior a Moisés. Éste
fue solamente siervo en la casa de Dios; el Hijo es Señor sobre esta casa (3:1-6).
6. Los cristianos deben cuidarse
de no perder el reposo prometido, como los contemporáneos de Moisés perdieron
el suyo por la incredulidad y la desobediencia (3:7-4:11).
7. La palabra de Dios compele a la
decisión (4:12s.).
B. Cristo
ha sido constituido sumo sacerdote del santuario celestial (4:14-10:31).
1. Jesús el gran sumo sacerdote se
compadece de los que necesitan gracia y misericordia (4:14-16.).
2. Él llena los requisitos de un
sumo sacerdote: participo de la debilidad humana; fue llamado por Dios; ha
perfeccionado su llamamiento por la obediencia en el padecimiento (5:1-10).
3. Es necesario dejar atrás los
rudimentos de la fe para echar mano a la esperanza segura que Dios ha
autenticado con juramento, en Jesús, sacerdote del santuario celestial (5:11-6:20).
4. Jesús es el sumo sacerdote
perfecto y eterno según el orden de Melquisedec: santo, sin pecado,
garantizador del nuevo orden de Dios, la perfecta salvación (7:1-28).
5. Él es constituido nuevo
sacerdote celestial por su sacrificio irrepetible, de una vez y para siempre (8:1-10:18).
a. Como tal sacerdote, sirve al
nuevo pacto de Dios, que es superior al antiguo (8:1-13).
b. Su sacrificio reemplaza a los sacrificios
en el templo terrenal, porque su sangre realiza una salvación eternamente válida
(9:1-15).
c. Su sacrificio irrepetible era
necesario (9:16-28), ya que quita los pecados que el culto imperfecto del
antiguo pacto no podía quitar (10:1-18).
6. Por tanto, es necesario asirse
de este sumo sacerdote, garantía de la esperanza cristiana (10:19-31).
C. Jesús
es el autor y perfeccionador de nuestra fe (10:32-13:25).
1. El sufrimiento anterior debía ser
un estímulo y la venida del Señor la esperanza suprema para mantenerse firmes (10:32-39).
2. Hay una gran nube de testigos
desde Abel hasta Jesús, que testifica de esa fe que espera las cosas futuras de
Dios y está segura de las realidades invisibles
(11:1-12:3).
3. El sufrimiento es una
disciplina divina y requiere poner la fe absolutamente en Jesús (12:4-17).
4. El rechazo de la salvación
acarreará el juicio terrible de Dios (12:18-29).
5. Varias exhortaciones: el amor
fraternal, a la vida casta y frugal, a la paciencia, y a la obediencia a los líderes
(13:1-17).
6. Bendición y salutaciones (13:18-25).
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