sábado, 11 de julio de 2015

Conozcamos la Biblia Hebreos


LIBRO DE HEBREOS

No hay consenso con respecto al autor de está epístola. Mientras que los cristianos originales de oriente la atribuían a Pablo, los cristianos posteriores de occidente atribuían su autoría a Lucas o a Apolos. Durante mucho tiempo prevaleció la posición de la iglesia de oriente, debido a la evidencia interna y externa de la epístola. Sin embargo, la controversia sobre el autor continúa. Fue escrita alrededor del 66 d.C.


SACRIFICIO

EXPLICACIÓN: El sacrificio de Cristo fue el cumplimiento supremo de todo lo que representaban los sacrificios del Antiguo Testamento: el perdón del pecado por Dios. Debido a que Cristo es el sacrificio perfecto por nuestro pecado, se perdonan por completo nuestros pecados pasados, presentes y futuros.
IMPORTANCIA: Cristo quitó el pecado que nos apartaba de la presencia de Dios y de su comunión. Pero debemos aceptar su sacrificio efectuado en nuestro favor. Al creer en Él dejamos de ser culpables, quedamos limpios y somos santificados. Su sacrificio nos abre el camino para tener vida eterna.


SUMO SACERDOTE

EXPLICACIÓN: En el Antiguo Testamento, el sumo sacerdote representaba a los judíos delante de Dios. Jesucristo nos une con Dios. No hay otra forma de llegar a Dios. Gracias a que Cristo llevó una vida inmaculada, Él es el sustituto perfecto para morir por nuestros pecados. Él es nuestro representante perfecto ante Dios.
IMPORTANCIA: Jesús garantiza nuestro acceso a Dios el Padre. Él intercede por nosotros de modo que podamos acercarnos confiadamente al Padre con nuestras necesidades. Cuando nos sentimos débiles, podemos acercarnos confiadamente a Dios en busca de perdón y ayuda.

PACIENCIA

EXPLICACIÓN: La fe capacita a los cristianos para afrontar las pruebas. La verdadera fe incluye el seguir siendo fiel a Dios cuando estamos bajo el fuego de la prueba. La paciencia edifica el carácter y conduce a la victoria.
IMPORTANCIA: Usted puede obtener victoria en sus pruebas si no se rinde ni le da la espalda a Cristo. Siga siendo fiel a Él y pídale que le dé paciencia.

CRISTO ES SUPERIOR

EXPLICACIÓN: El libro de hebreos muestra la verdadera identidad de Jesucristo como Dios. Él es la autoridad máxima. Es más grande que cualquier religión o ángel. Es superior a cualquier líder judío (como Moisés, Abraham o Josué) y superior a cualquier sacerdote. Él es la revelación perfecta de Dios.
IMPORTANCIA: Solo Jesucristo puede perdonar sus pecados. Él ha provisto nuestro perdón y salvación mediante su muerte en la cruz. Usted puede hallar la paz con Dios y el verdadero sentido de la vida al creer en Cristo. No acepte ninguna alternativa ni sustituto.

FE

EXPLICACIÓN: La fe es la confianza segura en las promesas de Dios. La promesa mayor es que podemos ser salvos por medio de Jesucristo.
IMPORTANCIA: Si usted confía por completo en Jesucristo para su salvación, Él lo transformará. Una vida de obediencia y absoluta confianza agrada a Dios.

MADUREZ

EXPLICACIÓN: Aunque somos salvos del pecado cuando creemos en Cristo, se nos ha dado la tarea de proseguir y crecer en nuestra fe. Mediante nuestra relación con Cristo podemos llevar una vida irreprensible, permitir que Él nos separe para su obra especial en nosotros y crecer en la fe.
IMPORTANCIA: Toma tiempo el proceso de madurar en nuestra fe. Una entrega diaria y el servicio producen madurez. Cuando somos maduros en nuestra fe, no titubeamos ni flaqueamos con facilidad frente a la tentación.





 I.             AUTOR. LUGAR DE ORIGEN Y FECHA.

Heb. Carece de algunos rasgos formales de una carta. Tiene una conclusión epistolar (13:22-25) pero no se menciona su autor y no hay en ella saludos ni acción de gracias. Es más bien un sermón extenso o varios sermones unidos. El autor mismo lo califica de “palabra de exhortación” (13:22).

Hoy día, en atención al estilo y pensamiento de Heb., los eruditos protestantes, rechazan casi unánimemente la idea de que Pablo la escribiera. Se ha demostrado que lingüísticamente  y conceptualmente (véase IV abajo) Heb. es contemporáneo con Lucas-Hechos en el NT. Por tanto, puede concluirse que el autor era un judeocristiano helenista conocedor del idioma griego-Heb., tiene la mejor estilística griega del NT- que estaba empapado extraordinariamente en el LXX –las citas del AT proceden de esta versión. Se han propuesto varias conjeturas respecto a la paternidad literaria acerca de esta epístola: Bernabé, Apolos, Priscila y Aquila, etc., pero todas son eminentemente inciertas.

Se han propuesto también varios lugares de origen: Roma, Egipto, Efesios, Antioquia, pero ninguno se ha adoptado como definitivo. En cuanto a fecha, la relación lingüística con Lucas-Hechos señala el periodo portpaulino pero antes de 1 Clemente. Esta carta, escrita en el 96, parece conocer a Heb. pero no menciona título ni autor (17:1; 36:2-5). Timoteo, el joven compañero de Pablo, vive todavía (Heb. 13:23). Tanto el autor como sus lectores pertenecen a la segunda generación de cristianos (2:3). La referencia a sufrimientos (10:32-34) podría señalar a la época de Domiciano (81:96), sólo que no ha habido martirios en la comunidad (12:4). Probablemente Heb. se escribió entre 80 y 90, aunque no faltan partidarios de una fecha (67-69) antes de la destrucción de Jerusalén.

II.           DESTINATARIOS.

Varias son las propuestas: 1) Judeocristianos. Es la tradicional y la que indudablemente produjo el sobrescrito “a los hebreos” a finales del siglo II. 2) Sacerdotes esenios, ex miembros de la comunidad de Qumrán; y 3) cristianos gentiles o simplemente cristianos. Por cierto pasaje es evidente que los lectores son cristianos (3:1s., 14: 6:4-6; 10:23-26; 12:22-24). Sin embargo, la carta no va dirigida a Jerusalén. La iglesia allí era pobre y necesitaba del sostén de otras congregaciones, mientras que os lectores de Heb. repetidamente habían sostenido a otros (6:10). No es posible aplicar los vv. 2:3s. y 13:7 a los miembros de la comunidad primitiva, y la persecución a la que se hace referencia no coincide con los períodos de sufrimiento de los cristianos en Jerusalén. La referencia a la necesidad de tener fe en Dios hace también improbable el que los lectores fueran Judeocristianos fuera de Palestina (6:1; 11:6).

Lo más probable es que los destinatarios fueran predominantemente cristianos gentiles o simplemente cristianos. Y esto no se contradice con los complicados argumentos bíblicos de la epístola, ya que en Gá., por ejemplo, se usan argumentos igualmente complicados con congregaciones gentiles. Además, desde muy temprano el AT le era familiar a la iglesia gentil, pues la evangelización había tenido este cuidado. El autor escribe partiendo de esta certeza (6:1ss.), y no se preocupa por una aclaración más específica.


III.          PROPOSITO

La epístola no ataca una herejía específica. La trayectoria cristiana de los destinatarios es digno de elogio (6:10; 10:32ss.), pero atraviesan por un periodo de lasitud en la fe, temor al sufrimiento y falta de fidelidad hacia la congregación (5:11; 10:25-35; 12:3s.; 13:17). Se trata de cristianos de la segunda generación que han perdido el empuje inicial. Al describir magistralmente para ellos la salvación tan grande que poseen, el autor les advierte del peligro de apostasía en que están si no perseveran y mantienen la esperanza, presente y futura, en la eficacia y realidad de la salvación dada por Dios en Jesucristo. Debido al carácter escatológico de la promesa de Dios, la fe y la esperanza son casi idénticas en significado (6:18-20; 10:23; 11:1, 10, 13-16, 39, 40; 12:1-3,22-29).

IV.         TEOLOGÍA

La mejor manera d entender la teología de Heb. es compararla con la de Pablo. Tiene algunos aspectos que recuerdan a Pablo: Cristo el Hijo, el agente preexistente de la creación; la muerte de Cristo por el pecado como punto céntrico en la salvación; el concepto del nuevo orden de Dios (= nuevo-pacto, 8:8ss.; 9:15s.; 12:24; cp. 1Co. 11:25; 2Co. 3;6, 14; Gá. 4:24). Pero el autor de Heb. tiene su propio pensamiento y aun cuando usa conceptos que aparecen en Pablo, lo hace a su manera. Pablo habla constantemente de la resurrección de Cristo; Heb. subraya la exaltación al cielo. Pablo resume la obra salvífica de Cristo como reconciliación, Heb. –el sumo sacerdocio de Jesucristo-no aparece en Pablo. Heb. dice muy poco de la justificación que viene por la fe y no por las obras de la ley, o de la dicotomía carne/espíritu. No emplea la frase paulina “con Cristo” y no dice nada referente al lugar de los judíos y los gentiles en el plan de salvación.

A diferencia de Pablo, quien concibe la ley desde el punto de vista de la demanda moral y como un poder autónomo, Heb. presenta la ley básicamente en su aspecto cultural, como una institución para la expiación, acorde con la revelación de la salvación del NT. Ella es una preparación imperfecta. Pablo en ningún sitio sostiene la imposibilidad de un segundo arrepentimiento, Heb. sí (6:4ss.; 10:26ss.; 12:17). Este contraste con Pablo revela al autor de esta exhortación como un cristiano de extracción judía, sumamente brillante y original en su perspectiva teológica.

V.           CONTENIDO Y ESCRITURA

La estructura de Heb. tiene dos rasgos peculiares. La exposición comienza en seguida, sin introducción epistolar. La sección exhortativa no aparece al final, como en la mayoría de las cartas paulinas, sino que las exposiciones doctrinales aparecen a todo lo largo de la carta, interrumpidas aquí y allí por exhortaciones breves o largas (2:1-4; 3:7-4:11; 4:14-16; 5:11-6:12; 10:19-39; 12:1-13:17). La exposición tiene como meta la exhortación.

La carta puede dividirse como sigue:

A.   Dios ha hablado por su Hijo Jesucristo, el cual es superior a los ángeles y a Moisés (1:1-4:13).
1.    El Hijo, apareció al final de los tiempos, como portador de la palabra de Dios y destructor del pecado, es superior a los profetas y a los ángeles (1:1-4ª.).
2.    La Escritura prueba la superioridad de Jesús sobre los ángeles: él es el Hijo excelso (1:4b-14).
3.    Por tanto, es necesario atender a su palabra  (2:1-4).
4.    El Hijo fue hecho poco menos que los ángeles al humanarse y sufrir la muerte, pero por la voluntad de Dios ha llegado a ser el perfecto autor de la salvación de sus hermanos (2:5-18).
5.    Jesús es superior a Moisés. Éste fue solamente siervo en la casa de Dios; el Hijo es Señor sobre esta casa (3:1-6).
6.    Los cristianos deben cuidarse de no perder el reposo prometido, como los contemporáneos de Moisés perdieron el suyo por la incredulidad y la desobediencia (3:7-4:11).
7.    La palabra de Dios compele a la decisión (4:12s.).
B.   Cristo ha sido constituido sumo sacerdote del santuario celestial (4:14-10:31).
1.    Jesús el gran sumo sacerdote se compadece de los que necesitan gracia y misericordia (4:14-16.).
2.    Él llena los requisitos de un sumo sacerdote: participo de la debilidad humana; fue llamado por Dios; ha perfeccionado su llamamiento por la obediencia en el padecimiento (5:1-10).
3.    Es necesario dejar atrás los rudimentos de la fe para echar mano a la esperanza segura que Dios ha autenticado con juramento, en Jesús, sacerdote del santuario celestial (5:11-6:20).
4.    Jesús es el sumo sacerdote perfecto y eterno según el orden de Melquisedec: santo, sin pecado, garantizador del nuevo orden de Dios, la perfecta salvación (7:1-28).
5.    Él es constituido nuevo sacerdote celestial por su sacrificio irrepetible, de una vez y para siempre (8:1-10:18).
a.    Como tal sacerdote, sirve al nuevo pacto de Dios, que es superior al antiguo (8:1-13).
b.    Su sacrificio reemplaza a los sacrificios en el templo terrenal, porque su sangre realiza una salvación eternamente válida (9:1-15).
c.    Su sacrificio irrepetible era necesario (9:16-28), ya que quita los pecados que el culto imperfecto del antiguo pacto no podía quitar (10:1-18).
6.    Por tanto, es necesario asirse de este sumo sacerdote, garantía de la esperanza cristiana (10:19-31).
C.   Jesús es el autor y perfeccionador de nuestra fe (10:32-13:25).
1.    El sufrimiento anterior debía ser un estímulo y la venida del Señor la esperanza suprema para mantenerse firmes (10:32-39).
2.    Hay una gran nube de testigos desde Abel hasta Jesús, que testifica de esa fe que espera las cosas futuras de Dios y está segura de las realidades invisibles  (11:1-12:3).
3.    El sufrimiento es una disciplina divina y requiere poner la fe absolutamente en Jesús (12:4-17).
4.    El rechazo de la salvación acarreará el juicio terrible de Dios (12:18-29).
5.    Varias exhortaciones: el amor fraternal, a la vida casta y frugal, a la paciencia, y a la obediencia a los líderes (13:1-17).
6.    Bendición y salutaciones (13:18-25).

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