Cesarea,
ciudad situada a unos 104 kilómetros al noreste de Jerusalén, en la costa del mediterráneo.
Fue construida en el año (29-20 a.C.), por Herodes el Grande en el sitio de la
torres de Estratón, en honor a Augusto Cesar. Llegó a ser el asiento del
gobierno oficial de roma en la Tierra Santa, bajo los procuradores y los reyes
herodianos.
En
el NT Cesarea aparece primeramente como la ciudad donde predicó y residió
Felipe (Hch 8:40; 21:8); después como refugio de Pablo donde Pedro convirtió al
centurión Cornelio (Hch 10). Agripa I gobernó y murió aquí (Hch 12:19-23). Después
de sus viajes misioneros, camino de Jerusalén, Pablo pasó por Cesarea (Hch
18:22; 21:8-16), y aquí luego de su arresto en Jerusalén, fue llevado a la prisión.
Compareció ante Félix y Festo (Hch 23:23-33; 24:27; 25:1) y de Cesarea partió a
Roma (25:13).
Después
de la época novotestamentaria Cesarea llegó a ser un centro importante para la
iglesia antigua. Fue cede episcopal de una escuela teológica donde fueron
maestros Orígenes (185-254) y Eusebio (275-340).
Cesarea
de Filipo. Ciudad conocida por ser el escenario de la confesión cristológica de
Pedro (Mt 16:13). Otra referencia de su ubicación es al extremo sur del monte
Hermón, donde nace la fuente principal del río Jordán.
En
la antigüedad fue lugar de culto al dios pan; de allí el nombre de paneas para
la ciudad y toda la región vecina. Paneas llegó a formar parte de la tetrarquía
de Felipe luego de la muerte de su padre Herodes el Grande (4 d.C.). Aquel
remodeló y embelleció la ciudad, y la llamó Cesarea de Filipo, en honor a Tiberio
Cesar y de sí mismo.
En
tiempo del NT, Cesarea de Filipo era un importante centro de civilización grecorromana.
“la región de Cesarea de Filipo” (Mt
16:13) y “las aldeas de Cesarea de Filipo”
(Mr 8:27).
En
el año 20 a.C., Herodes el Grande construyó allí un templo blanco de mármol, y
lo dedico a Augusto Cesar. Fue a este lugar de belleza natural donde Jesús
llevó a sus discípulos para tener un periodo breve de descanso y devoción, y
donde, después de orar, Él les preguntó: “Él les insistió: Pero ustedes, ¿Quién dicen que soy yo? Contestando
Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16:15-16).
En la época medieval (año 1120 a.C.), los cruzados construyeron allí un
castillo, en una ramificación de una montaña, a cerca de 350 metros sobre el
manantial, y lo llamaron “el castillo de Subeibe”.
En
la parte alta de la montaña, mirando a Cesarea de Filipo, se encuentra el
castillo de Subeibe, rodeado de muros de tres metros de espesor y treinta
metros de altura, y sostenida por numerosas torres redondas. El interior de la
fortaleza antigua es una superficie desnivelada de unas dos hectáreas, donde se
encuentran casas, cisternas, paredes enormes y patios amplios. El castillo esta
viejo y arruinado debido al paso del tiempo y a los elementos, pero está mejor
preservado que muchos otros castillos de esa región.
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