¿Alguna vez ha conocido a alguien que ha sido usado de
manera poderosa por Dios y sin embargo detectó en él la necesidad de un mayor
grado de amor o de un refinamiento de carácter? Esta es la preocupación de
Pablo en 1Corintios. 13. Él sabe que es posible que las manifestaciones del Espíritu operen sin
que esté presente el fruto del amor, y por eso expresa con toda claridad que se
puede hablar «lenguas humanas y angélicas, y no [tener] amor», o tener «[el don
de] profecía[…] y no [tener] amor» (vv. 1–2). Sin embargo, aunque sea posible, socava el
propósito de Dios. Las manifestaciones en lenguas sin el fruto del amor hacen
que uno sea «como metal que resuena o címbalo que retiñe» (v. 1); la profecía sin amor hace que uno sea como «nada»
(v. 2).
Las manifestaciones del Espíritu motivadas por el amor
es lo que Pablo señala cuando dice que nos mostrará «un camino más excelente» (1 Co 12.31). “Un camino aún más excelente” no establece una comparación negativa entre los dones y el amor, ya que
en la conjunción adversativa “Más” indica que el tema se extiende. Todas las
manifestaciones del Espíritu deben ser al mismo tiempo manifestaciones de amor,
porque el amor es la cuestión fundamental detrás de todas las cosas. Los corintios eran personas indudablemente dinámicas
en cuanto a manifestaciones espirituales, pero débiles en aquel fruto que hace
que en definitiva los dones sean «para provecho [de todos]» (12.7).
Por lo tanto, Pablo no estaba enfrentado los frutos con
los dones. La sola idea lo hubiera estremecido. Se trata de tener DONES y AMOR,
AMOR y DONES. Es cuestión de aprender a servir con la actitud adecuada, una
armonía tremenda en la que la belleza de carácter se entreteje con el poder de
un ministerio dinámico. Quizás no haya nada más destructivo para el poder del
Espíritu Santo en nuestras vidas que el interés centrado en uno mismo. Cuando
en el ministerio del Espíritu separamos los frutos de la ética, especialmente
del amor, entramos en una senda trágica, no importa cuán «ungidos» aparentemos
ser. «Como la base de todos los dones es el amor, ese espíritu de amor es el
factor que nos califica para el ejercicio bíblico de los dones del Espíritu
Santo. Así, aquellos en autoridad deben “probar los espíritus” para asegurarse de que quienes ejercen dones
espirituales realmente lo hagan motivados “por el amor”». Veamos entonces qué podemos aprender explorando 1Corintios 12–14.
Pablo, entonces, está preparando el escenario para el
ministerio en las poderosas manifestaciones del Espíritu. Debemos estar bien
adoctrinados bíblicamente y examinar cuidadosamente nuestras nociones
preconcebidas sobre cómo movernos en el Espíritu.
El antecedente pagano de los corintios les daba una
definición de lo que era ser «espirituales». Pablo tenía otra. El punto central
para ellos eran los rituales paganos en los que se los «extraviaba»,
llevándolos «a los ídolos mudos» (12.2); el de Pablo era la verdad de que «Jesús [es] Señor»
(12.3), y de que todas las manifestaciones del Espíritu
Santo están sujetas al autocontrol (14.28–32).
La adoración pagana era muy frenética. Las palabras
griegas traducidas como «extraviar llevándoos» son profundas, sugerían momentos
extáticos de adoración pagana, es decir, cuando se cree que la persona está
poseída por alguna fuerza sobrenatural. En el Nuevo Testamento se considera
esto como arrebatamiento demoníaco (cf. 1Co. 10:20). Al observar que las fuerzas demoníacas o carnales
pueden en parte imitar las verdaderas manifestaciones del Espíritu, Pablo los
insta en 1Corintios 12–14 a analizar su entusiasmo cristiano durante la adoración.
El poder y los dones no son el atributo máximo de la
presencia del Espíritu. Según 1Corintios. 12:3. ¿Cuál es este atributo?
3Por tanto, os
hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios
llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo
¿Cuál debe ser el principal propósito para desear ser
usado con los dones del Espíritu? (1Co. 12:7).
7Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
Dada la vulnerabilidad del ego humano en la búsqueda
de las manifestaciones del Espíritu, ¿qué destaca Pablo en 1Corintios 12:11?
11Pero todas estas
cosas las hace uno y el mismo Espíritu repartiendo a cada uno en particular
como él quiere.
En 1 Corintios 13.4 leemos que «el
amor no tiene envidia». ¿Cómo ilustra 1Corintios 12:12–26 esta idea?
12Porque así como el cuerpo
es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo
muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un
mismo Espíritu. 14Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no
soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17Si todo el
cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada
uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19Porque si todos fueran un solo miembro,
¿dónde estaría el cuerpo? 20Pero ahora son muchos los miembros, pero el
cuerpo es uno solo. 21Ni el ojo puede decir a la mano: No te
necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más
necesarios; 23y a aquellos del cuerpo que nos parecen
menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24Porque los que en nosotros son más
decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante
honor al que le faltaba, 25para que no haya desavenencia en el cuerpo,
sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él,
y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
Aunque analizaremos el tema del amor en la siguiente
lección, ciertos aspectos de la definición de Pablo, que contiene dieciséis
elementos (1Co 13.4–8a), realzan el énfasis que nos ocupa, es decir, el de servir en la
plenitud del Espíritu Santo «para provecho [de todos]» (12.7). Lo hace mostrándonos lo que no es el amor. Veamos
lo que la Palabra de Dios indica en 1Corintios 13.4–5.
4El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no
se irrita, no guarda rencor;
1. «El amor no es jactancioso» (v. 4). La idea aquí es la de no comportarse como un vano
palabrero, ni alardear falsamente. Según 1Corintios 8:1, 2, ¿cuál es una de las maneras en que nos sentimos
tentados a alardear falsamente?
¿Qué es lo que según Santiago 4.13–17 constituye otra ocasión de tentación?
13¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de
tiempo, y luego se desvanece. 15En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
2. «El amor […] no se envanece» (1Co. 13:4). El falso orgullo constituía un problema en Corinto.
3. «El amor […] no hace nada indebido» (1Co. 13:4–5). Aquí la idea se refiere a un comportamiento vergonzoso.
4. «El amor[…] no busca lo suyo» (1Co. 13:4–5). No hemos de enamorarnos de nuestros logros ni de nuestra importancia.
1Corintios 10:23–33 propone una manera de combatir el egocentrismo. ¿Cuál
es?
23Todo me es lícito, pero no todo conviene;o
todo me es lícito, pero no todo edifica. 24Ninguno
busque su propio bien, sino el del otro. 25De
todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de
conciencia; 26porque
del Señor es la tierra y su plenitud.p 27Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante
comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. 28Mas
si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. 29La
conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la
conciencia de otro? 30Y si
yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy
gracias? 31Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de
Dios. 32No
seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la
iglesia de Dios; 33como
también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando
mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
¿De qué manera fue Cristo un modelo de este principio
de no buscar lo suyo propio? (Ro 15.1–3)
1Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2Cada uno de
nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. 3Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te
vituperaban, cayeron sobre mí.
Fe viva
El amor, entonces, consiste en actuar de manera
exactamente opuesta a nuestra naturaleza adámica egocéntrica. ¿Ve la obvia
correlación entre la necesidad de unir el amor a los dones? ¿Puede identificar
algunos puntos potenciales de «vulnerabilidad del ego» en su vida cuando se
trata de las manifestaciones del Espíritu? Si es así, escríbalos y ore por
ellos hasta que sienta que Dios está realmente obrando un cambio.
Información adicional
En Hechos 8:9–24, Lucas ofrece el ejemplo de uno que quería obtener el
poder del Espíritu, pero con motivos equivocados. Estudie esa sección con
cuidado, note la razón del pedido de Simón y la evaluación que Pedro hace de la
raíz de su problema.
El amor en acción
Jesús vino a demostrar el amor de Dios por la
humanidad, a mostrarnos cómo amar «para provecho [de todos]» (1Co 12.7). Lea las siguientes citas y observe cómo nos
demuestra este «amor enfocado en los demás».
La mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que
este pasaje de Filipenses 2:5–11.
5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Forma parte de un antiguo himno cristiano. Como tal,
demuestra la antigua tradición que tiende a exaltar la naturaleza dadivosa y
servicial de Jesús. Él era «igual a Dios» pero eligió no aferrarse a esa posición
para obtener provecho personal. Esto constituye un verdadero testimonio de que
estaba realmente «lleno del Espíritu
Santo» (Lc 4.1).
¿Qué dice la Biblia en cuanto a que mostremos este
mismo amor a otros?
Fe viva
Antes de seguir adelante, deténgase y reflexione
acerca del modelo de Jesús y el llamado del Nuevo Testamento a demostrar el
amor a otros. Recuerde, nuestro principal objetivo en esta lección es
desarrollar una adecuada conducta de siervo para un ministerio dinamizado por
el Espíritu. Es un aspecto integral del cumplimiento del mandato de Pablo de
«procurar los […] mejores dones» (1 Co 12.31). ¿Puede nombrar a dos o tres personas a las que Dios
desearía que usted sirviera con más efectividad en amor? «No mirando cada uno
por lo suyo propio, sino también por lo de los demás» (Flp 2.4).
Procurad, zeloo. Ser celoso de algo, arder en deseos,
proseguir ardientemente, desear anhelosa o intensamente. Negativamente, la
palabra está asociada con envidia y celos (Hch 7.9; 17.5; 1 Co 13.4; Stg 4.2).3
Si tiene un diccionario bíblico o una enciclopedia,
lea el artículo sobre «dones espirituales». Luego, cuando encuentre tiempo,
relea cuidadosamente 1Corintios 12.12–26, junto con Romanos 12.3–8 y 1 Pedro 4.10, 11. ¿Observa si se ocupan de ciertas actitudes en común?
¿Qué conclusión innegable podemos extraer con relación a la necesidad de una
mutua interdependencia en la operación de los dones espirituales en la Iglesia?
¿Estamos entendiendo?
Cuando se escribió originalmente 1Corintios, no
existía la división en capítulos. Por lo tanto, los capítulos 12 al 14 formaban una sola unidad con un propósito unificado.
Descubramos la relación de Pablo y veamos cómo el contraste que hace entre
«lenguas» y «profecía», ilustra el punto más importante que quiere destacar que
las manifestaciones de poder del Espíritu siempre deben contribuir al
ministerio de las necesidades de otros. ¡Hagamos lo posible por entender esto!
¿Qué aclara 1Corintios 14.1 acerca del punto de vista de Dios sobre los dones y
el fruto del Espíritu Santo?
Sobre los dones y el fruto del Espíritu Santo?
Lea 1Corintios 13 atentamente.
Dentro del contexto, ¿qué supone usted que Pablo quiere destacar en el
versículo 8?
8El amor nunca
deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Primera Corintios 13.11 es la manera de Pablo de ilustrar el principio de los versículos 9 y 10. ¿Qué quiere demostrar con esta ilustración?
La actual y la futura economía de Dios con relación a
los dones son radicalmente diferentes. Es igual que el cambio de comportamiento
entre la niñez y la edad adulta. Los dones son instrumentos para el avance del
ministerio y el evangelio. Como tales, son vitalmente apropiados e importantes
para la vida de la Iglesia ahora; pero son sólo para ahora. Cuando llegue el
«escatón»—el postrer final, es decir, «las últimas cosas»—lo que habrá de
brillar y perdurar es nuestro carácter, de modo que nunca deberíamos optar por
los dones sin amor. Es el carácter perdurable del amor lo que hace que sea «el
mayor» (1 Co 13.13).
Persevere, hupomeno. Mantenerse uno en pie ante el conflicto,
sobreponerse a la adversidad, no desplomarse bajo la tensión, estar uno firme,
perseverar bajo presión, esperar calmada y valientemente. No es una pasiva
resignación a la suerte, ni mera paciencia, sino la resistencia activa y
enérgica a la derrota, lo que permite una calmada y valiente perseverancia.
De un vistazo
Un camino más excelente (1 Co 13.1–13)5
El amor…
Sin amor…
El amor es mayor que…
Es sufrido, benigno, desinteresado, veraz,
esperanzado, todo lo soporta (vv. 4–7)
No es envidiosa, jactancioso, vanidoso, grosero, ni se
irrita (vv, 4–5
Las lenguas no son más que ruido (v. 1)
Las profecías, los misterios, el conocimiento y la fe
no son nada (v. 2)
Las buenas obras no sirven de nada (v. 3)
Las profecías, que se acabarán (v. 8)
Las lenguas, que cesaran (v. 8)
El conocimiento, que desaparecerá (v. 8)
Amor es uno de los términos dinámicos que Pablo
utiliza para hablar de la vida santa la que es posible mediante la plenitud del
Espíritu Santo. Abarca las motivaciones y las acciones. El amor es lo que
caracteriza al creyente maduro.
Profecías y lenguas
Pablo se propone contrastar las lenguas con las
profecías en 1Corintios 14, para
ilustrar esta cuestión de vigilar nuestra actitud y nuestro deseo de querer evidenciar
manifestaciones espirituales.
A la luz de esto, ¿qué quiere decir Pablo en 14.20 cuando escribe: «No seáis niños en el modo de pensar»?
¿Está diciendo Pablo en 14.2–5, entonces, que la profecía es en sí misma más importante
que las lenguas? ¿Qué luz arroja el versículo 19 sobre este asunto?
«La preferencia paulina de la profecía por encima de
las lenguas en las actividades colectivas se apoya en su comparación entre el
valor de ambas, en el caso de que las lenguas sean interpretadas. Por lo tanto,
lenguas sin interpretación sólo sirven a la edificación personal. La profecía y
las lenguas acompañadas de interpretación sirven a toda la congregación, ya que
todos entienden».
Un punto clave de controversia en la Iglesia es la
comprensión de cuándo es que «las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas,
y la ciencia acabará» (1 Co 13.8). «Acabarán» es traducción del mismo verbo griego (katargeo
Pablo usa katargeo para describir a «los príncipes de
este siglo, que perecen» en 6.13 katargeo describe la destrucción que Dios llevará a cabo tanto del vientre como de las viandas; en 15.24–26 el mismo término describe el momento en que Dios «haya suprimido
todo dominio, toda autoridad y potencia».
¿Ocurrió alguna de estas cosas cuando murieron los
apóstoles o se canonizó la Biblia? Obviamente no. ¿No parecería, entonces, que
Pablo fue coherente y que la cesación a que se refiere en 13.8 ocurre al final de esta era, la consumación del Reino? En otras palabras, las lenguas (más aún, todos los dones en cuanto tales) habrán de cesar, pero no antes de que su propósito y su evidente necesidad para el ministerio se
hayan cumplido. Esto no ocurrirá hasta que Cristo vuelva nuevamente a buscar a
su Iglesia.
Fe viva
¿Está listo para hacer un «control de inventario»? En
la lección 2 buscábamos un bautismo más pleno para ingresar en la vida del Espíritu Santo, especialmente en cuanto a sus
manifestaciones. ¿Estamos listos ahora para orar pidiendo una creciente actitud
de amor con la cual servir? ¿En qué grado se ubicaría en su barómetro del
«amor»?
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