sábado, 6 de septiembre de 2014

Conozcamos la Biblia Amós

LIBRO DE AMÓS

Aram., Ketava d′Amos Nebya. Se traduce Libro del Profeta Amós. Escrito en el siglo VIII a.C. por el profeta Amos.


AUTOSATISFECHO


EXPLICACIÓN: Todo el pueblo era optimista, los negocios estaban en su esplendor, el pueblo estaba feliz (excepto los pobres y los oprimidos). Con todo el lujo y las comodidades llego la autosuficiencia, y un falso sentimiento de seguridad. Sin embargo, la prosperidad trajo corrupción y destrucción.
IMPORTANCIA: Un presente que se contenta en sí mismo lleva a un futuro desastroso. No se congratule por las bendiciones y los beneficios de lo que ahora disfruta. Todo proviene de Dios. Si se encuentra más satisfecho con usted mismo que con Dios, recuerde que nada tiene significado sin Él. Una actitud de autosuficiencia puede provocar su caída.


OPRESIÓN DE LOS POBRES

EXPLICACIÓN: El rico y poderoso pueblo de Samaria, la capital de Israel, se volvió próspero, ambicioso e injusto. La esclavitud ilegal e inmoral llegó como resultado de los excesivos impuestos y de la apropiación de las tierras. Además, había crueldad e indiferencia hacia los pobres. Dios estaba cansado de la codicia y no tolerará la injusticia.
IMPORTANCIA: Dios creó a todas las personas; por lo tanto, olvidar al pobre es olvidar a los que Dios ama y a los que Cristo vino a salvar. Debemos ir más allá del sentimiento de angustia por los pobres y oprimidos. Debemos actuar con compasión para detener la injusticia y ayudar a los que padecen necesidad.

TODOS RESPONDEN A DIOS

EXPLICACIÓN: Amós pronunció el castigo de Dios sobre todas las naciones vecinas. Luego, incluyó a Judá y a Israel. Dios tiene el control supremo sobre todas las naciones. Todos son responsables ante Él.
IMPORTANCIA: Todas las personas tendrán que rendir cuentas por su pecado. Cuando aquellos que rechazan a Dios parecen llevar la delantera, no envidie su prosperidad, ni sienta lástima por usted mismo. Recuerde que todos debemos responder ante Dios por la forma en que vivimos.

RELIGIÓN SUPERFLUA

EXPLICACIÓN: A pesar de que mucha gente abandonó la fe verdadera en Dios, seguía fingiendo ser religiosa. Llevaban a cabo rituales religiosos, en vez de tener integridad espiritual y practicar la obediencia sincera a Dios.
IMPORTANCIA: La mera participación en una ceremonia o ritual está muy lejos de ser una verdadera religión. Dios quiere que confiemos en Él, no que finjamos mediante rituales o acciones vanas. No trate de impresionar a otros con rituales cuando Dios espera una obediencia y un compromiso sinceros.


AMÓS


         Amós (carga o cargador). El primero de los grandes profetas de Israel cuyo mensaje se conserva en un libro que lleva por nombre. Era de Tecoa, una fortaleza con guarnición en Judá 16 km al S de Jerusalén. Era pastor (1:1) y recogía la fruta de los sicómoros silvestres que crecían en las partes bajas de esa región desértica (7:14). Según Fohrer etal., los términos hebreos en 1:1 y 7:14 probablemente indican que A. era pequeño propietario y pastor de su propio ganado, e.d., pertenecía a la clase media, y no a la clase pobre.

         No era miembro del gremio de profetas profesionales (7:14) pero, al ver la ceguera de éstos ante las deprimentes condiciones internas de Israel, sintió el llamamiento de Dios y se trasladó al N donde inicio su ministerio. En aquel tiempo Uzías (779-740 a.C.) era rey de Judá, y Jeroboam II (783-743 a.C.) de Israel.

         Si A. principio su ministerio ca. 760 a.C. entonces ya habrían pasado cuarenta años desde el triunfo asirio sobre Damasco, capital de Siria. Libre ya de la intervención política y económica. Jeroboam II pudo dedicarse a extender las fronteras de Israel (2R. 14:25). Aprovechando las rutas de caravanas estimuló el comercio, y como resultado se fue creando una clase rica que menospreciaba y aun explotaba a los pobres (2:6,7; 3:10; 4:1; 5:11). Los comerciantes especulaban con el trigo y el pan y sumían en la miseria a los necesitados (8:4,6). La justicia se compraba (2-6); las autoridades aceptaban sobornos (5:12). Los que disfrutaban la abundancia económica padecían de miseria moral. La religión de Jehová estaba en decadencia.

Amós. Predico en las ciudades de Samaria y Bet-el y después de algún tiempo el sacerdote Amasías lo desterró, alarmado por la severidad de su mensaje contra el rey y la nación. Regreso a Judá (7:10ss.) y nada se sabe de su fin.


Libro de Amós.


         El orden claro del libro de A. permite hacer el siguiente bosquejo de su contenido:
1:1,2. Introducción. Se informa quien fue A., cuando predicó, y cuál fue el origen de su autoridad.

1:3-2:16. Juicio contra ocho naciones. A. inicia su mensaje señalando los pecados de las naciones de Damasco (1:3-5), Gaza (1:6-8), Tiro (1:9-10), Edom (1:11-12), Amón (1:13-15), Moab (2:1-3), y Judà (2:4-5) hasta llegar a Israel (2:6-16), quien, por haber sido receptor de los favores de Dios, merece mayor castigo.

3:1-6:14. Cinco mensajes. Los tres primeros son introducidos por la frase: “Oíd esta palabra.” En el primero (3:1-15), A. declara a todo Israel que su mensaje proviene de haber escuchado la palabra de Jehová, y proclama la destrucción de Samaria (3:9-15). En el segundo (4:1-13), advierte a los ricos que serán castigados por oprimir a los pobres. Aunque este castigo ya se había iniciado en pequeña escala, ellos no habían vuelto a Jehová. El tercero (5:1-17) es un llamamiento a buscar de Señor antes que él pase en medio de ellos. En el cuarto (5:18-27), A. pronuncia un “¡Ay!”, esta vez sobre los ricos que en su afluencia olvidan la aflicción de los oprimidos.

7:1-9:10. Cinco visiones. En las dos primeras, la plaga de langostas (7:1-3) y el fuego consumidor (7:4-6), A. ve dos calamidades que sirven de juicio, pero que, debido a su intervención, son detenidas. En la tercera (7:7-9) ve una plomada de albañil que indica que la condición de Israel es irreparable. Lo ilustra por el incidente biográfico que sigue (7:10-17). En la cuarta (8:1-3) ve un canastillo de fruta de verano, señal de que ya ha madurado el pecado de Israel y se aproxima el juicio. La explotación de los pobres  (8:4-6) ilustra esta madurez que es también causa del castigo de Dios (8:7-14). En la quinta (9:1-10) A. ve al Señor sobre un altar diciéndole que destruya el santuario, señal de que el juicio es inminente e ineludible.

Amós. Inicia una nueva época en la historia de Israel. Se desliga de los profetas oportunistas para anunciar un mensaje de juicio a una nación corrompida. Para A. Dios no solo es el creador y sustentador del mundo (4:13), sino el Señor de la historia que tiene el destino de todas las naciones en su mano (1:3-2:3). Por tanto castiga el pecado de las naciones y en forma especias el de Israel. Su pueblo escogido ha tenido privilegios particulares (3:2), pero no ha cumplido con sus responsabilidades. En medio de la prosperidad se ha olvidado de Dios y su ley. Reinan la inmoralidad y la injusticia. A. afirma que Dios repudia la sustitución de la rectitud por la religiosidad vacía. Invita a la nación a buscar a Dios (5:4-14) antes de que venga el fin. De no ser así, el Señor zarandeará su pueblo con juicio (9:8-9). Pero para A. el juicio no es el final. Promete un día mejor en que todo será restaurado (9:11-15). A. es un poeta consumado que comunica su mensaje con fuerza.

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