Hechos 16:31.
Entonces ellos le dijeron: Cree en nuestro Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tú casa…
Para conocer a Jesucristo personalmente y para que tus
pecados sean perdonados, debes reconocer que eres un pecador separado de Dios y
que tu única esperanza es Jesucristo, el Hijo de Dios, quien vino a morir por
tus pecados. Sin embargo, esto no es suficiente para ser salvo.
Hay dos cosas que debes hacer ahora para entrar en una
relación con Dios del cual has estado esperando.
APÁRTATE DEL PECADO. Cuando Jesús comenzó su ministerio público, su primer
mensaje era: “Arrepiéntanse” (Marcos 1:15). En esencia, cuando Jesús le decía a
la gente que se arrepintieran, les estaba diciendo que reconocieran su pecado,
que cambiaran su manera de pensar y la dirección de sus vidas.
Míralo de esta manera. En el pasado, estábamos ciegos por
nuestro pecado y eso hacía que nos alejáramos de Dios. Al arrepentirnos, damos
un “giro total” y comenzamos a correr hacia Él. No es suficiente sentirnos mal
por nuestro pecado. También debemos cambiar nuestro estilo de vida. Porque la
Biblia nos enseña que: “2 Corintios 7:10. porque la tristeza que procede de Dios, produce
arrepentimiento que no destruye, y restaura para vida, pero la tristeza del
mundo produce muerte”. En otras palabras, si realmente te sientes
mal por algo, los resultados se tienen que ver en un cambio de tus acciones.
El apóstol Pablo resumió ese cambio en forma concisa cuando
citó lo que Jesús dijo a la gente: “Hechos 26:18. para que abras sus ojos, para que se
vuelvan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, y reciban el
perdón de pecados y tengan parte con los santos por medio de la fe que está en
mí'”.
Mira, hay cosas que sólo Dios puede hacer, y cosas que
sólo tú puedes hacer. Sólo Dios puede quitar tu pecado y darte el don de la
vida eterna, pero sólo tú puedes apartarte del pecado y recibir a Jesús como tu
Salvador. Esto nos lleva al segundo paso que tienes que dar para responder a la
oferta de Dios.
CREE EN JESUCRISTO Y RECÍBELO EN TU VIDA. Después de reconocer la inmensidad de tu pecado y tomar
la decisión de apartarte de él, debes creer en Jesucristo y recibirlo como tu
Señor y Salvador. Ser cristiano, sin embargo, es mucho más que seguir un credo,
o tratar de vivir de acuerdo a ciertas normas. Jesús dijo que debes: “nacer de
nuevo” o, literalmente, “nacer de lo alto” (Juan 3:3). Este nacer de nuevo (espiritual),
sucede cuando creemos en Jesucristo, lo recibimos al invitarlo a nuestra vida,
y nos apartamos del pecado. En otras palabras, le pedimos a Jesús que haga su
residencia en nuestra vida y que lleve a cabo los cambios necesarios. Una persona
debe tomar este importante paso para llegar a ser hijo de Dios.
Observa que esta oferta es para ti, y es gratuita. No tienes
que trabajar para obtenerla, tratando de limpiar tu vida antes de tomar esta decisión
que cambiará tu ser. La Biblia dice: (Romanos 6:23. Porque la paga del pecado es muerte, pero
la dádiva de Dios es vida eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo).
Ser cristiano también implica tener comunión con el Dios
viviente. En Apocalipsis 3:20, Jesús dice: 'He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno escucha
mi voz y abre la puerta, yo entraré con él, y comeré con él y él conmigo. Para comprender mejor el sentido de este versículo,
es importante entender la cultura del tiempo en que fue escrito. Comer juntos
en aquella época constituía un tiempo largo y relajado. No utilizaban sillas
que rodeaban una mesa en un estilo formal como nosotros. Se sentaban en el
piso, reclinados en cojines alrededor de
una mesa de baja altura. Esta atmósfera amistosa hacía que la comida no sólo satisficiera
el apetito, sino que también se disfrutaba de un tiempo gratificante de
conversación placentera. Se podía abrir el corazón y compartir la vida con aquellos que se sentaban juntos a la
mesa.
Por eso, cuando Jesús dice que Él “compartirá una comida con nosotros”, implica intimidad, cercanía y
amistad. Él nos ofrece esa relación, pero primeramente debemos “oír su llamado”.
Para oír el llamado de Dios, debemos saber cómo habla. Una
manera que Dios nos habla se menciona en la Biblia como una voz “dulce y apacible”. Esta voz también la
podemos describir como un empujón que se siente en tu corazón de parte del Espíritu
Santo, mostrándote que necesitas a Jesús. ¡Tal vez te esté hablando ahora mismo!
Es en este momento cuando debes “abrirle tu corazón”. Sólo tú puedes hacer eso.
Jesús nunca te va a forzar.
Si estás listo para apartarte de tu pecado, creer en
Jesucristo, y recibir el perdón de tus pecados y la esperanza de la vida
eterna, toma un momento, inclina tu cabeza y haz una oración como la que sigue:
“Dios, me arrepiento de mis pecados. Me aparto de ellos ahora mismo. Te doy
gracias por enviar a Jesucristo a morir por mis pecados en la cruz.
Jesús, te pido que entres en mi corazón y en mi vida en este momento. Quiero
que seas mi Señor, mi salvador y mi amigo, ayúdame a seguirte como tu discípulo
todos los días de mi vida.
Gracias por perdonarme y recibirme ahora mismo. Gracias por el perdón de
mis pecados y por llevarme al cielo. Oro en el nombre de Jesús, amén”.
DEDICA TU VIDA NUEVAMENTE A JESUCRISTO. Tal vez ya eres cristiano pero te
has alejado de Jesucristo. Has sido un hijo pródigo. Si te vuelves a Dios, Él
te perdonará ahora mismo. Él nos dice en las Escrituras: Jeremías 3:22. “Vuélvanse, oh hijos extraviados, pues sanaré su extravío.
Digan ellos: He aquí, somos tuyos, porque tú eres Jehová nuestro Dios”. Si deseas volver a Dios y dedicar de nuevo tu vida a Él
ahora mismo, puedes hacer una oración como la que sigue:
Dios, me arrepiento de mis pecados y de haberme alejado de ti. Te pido que
me perdones. No quiero vivir más como un hijo pródigo. Renuévame y avivame al
seguirte una vez más como mi Dios. Gracias por tu perdón. Oro en el nombre de
Jesús, amén.
Si oraste para hacer tu
primer compromiso o para dedicar de nuevo tu vida, has tomado la decisión
correcta. Si realmente lo deseabas, Dios te ha perdonado y te ha recibido. Puedes
estar seguro de que tu relación con Jesucristo traerá cambios radicales y dramáticos
en tu vida. Al describir esto, la Biblia dice: “2 Corintios 5:17. De modo que
todo el que está en el Cristo, es nueva criatura; las cosas viejas pasaron”
¡Esa es una muy buena noticia! Pero aún más importante es que Dios ha cambiado
tu destino eterno. En lugar en lugar de encontrar un castigo eterno en el
infierno, vas a pasar una eternidad pacífica en la presencia de Dios en el
cielo.
Ahora que has dado este
primer paso, lee la próxima sección para ver cuanto más ha hecho Dios por ti.
Cuarta parte. Continuara…
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