Lucas
23:46
Entonces Jesús exclamó en alta voz, diciendo: ¡Padre mío, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRTU! Habiendo dicho esto, murió.
La
necesidad de la muerte de Jesucristo nos muestra la gravedad de nuestra
situación como humanidad caída. Se dice que puedes darte cuenta de la
profundidad de un pozo por la cantidad de soga que bajas. Cuando vemos “cuánta
soga bajó” del cielo, nos damos cuenta cuán grave era nuestra situación.
Por
esta razón, no culpes a la
gente de ese tiempo por crucificar a Jesús. Nosotros somos tan culpables como
ellos. En realidad, no fueron los soldados romanos ni los líderes judíos los
que lo crucificaron. La causa de que Jesús fuera voluntariamente a esa tortura y
humillante muerte fueron nuestros pecados.
Lee los versículos y notas siguientes para ver
exactamente lo que Jesús hizo por nosotros.
LA MAYOR DEMOSTRACION DE AMOR. (Romanos 5:6-8. 6 Porque si por
nuestra debilidad el Cristo murió en este tiempo por los impíos, 7 (siendo que difícilmente alguien moriría por los impíos,
aunque por los buenos tal vez alguien se atreviera a morir), 8 ahora Dios muestra su amor para con nosotros, porque si
cuando éramos pecadores el Cristo murió por nosotros). Jesús no
murió por nosotros mientras éramos sus amigos, sino cuando éramos sus enemigos,
oponiéndonos a Él por nuestro estado pecaminoso. Sin embargo, a pesar de todo
esto, Dios demostró su amor por nosotros al morir en la cruz. En este
versículo, el apóstol Pablo explica que Jesús no murió simplemente por la humanidad
entera, sino que Él murió por cada uno de nosotros. En otro lugar Pablo
escribe: (Gálatas 2:20. porque con el Cristo fui crucificado, y ya no vivo yo,
sino que el Cristo vive en mí. Y lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la
fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí). Cuando
seas tentado a dudar del amor de Dios hacia ti, mira detenidamente la cruz donde
murió Jesús. Después te darás cuenta de que los clavos no lo mantuvieron
crucificado, sino el amor.
ABANDONADO PARA QUE NOSOTROS
PUDIERAMOS SER PERDONADOS. (Lucas 23:32-49. 32. E iban con Él otros dos, que eran malhechores, para
ser ejecutados. 33. Y al llegar a un lugar que se llama 'La Calavera', allí lo
crucificaron, y a los malhechores, uno a su derecha y otro a su izquierda. 34.
Y Jesús decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Y habiendo
echado suertes sobre sus vestidos, los repartieron. 35. Y el pueblo se quedó de
pie mirando; y hasta los gobernantes lo escarnecían, diciendo: A otros salvó;
que se salve a sí mismo si es el Cristo, el escogido de Dios. 36. También los
soldados lo escarnecieron y acercándose a Él, le ofrecían vinagre, 37.
diciéndole: Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38. Había también
escrita sobre Él una inscripción que decía en griego, en latín y en hebreo:
ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. 39. También uno de los malhechores que había sido
crucificado con Él, blasfemaba contra Él, diciendo: Si tú eres el Cristo,
sálvate a ti mismo y sálvanos también a nosotros, 40. pero su compañero lo
reprendió, diciéndole: ¿Ni siquiera temes tú a Dios, puesto que también estás
en la misma condena? 41. Nosotros, ciertamente con justa razón, por cuanto nos
lo merecemos, y somos retribuidos de acuerdo a nuestros actos, pero este no ha
incurrido en nada aborrecible. 42. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí, Señor mío,
cuando vengas en tu reino. 43. Jesús le dijo: En verdad te digo que hoy estarás
conmigo en el paraíso. 44. Cuando eran como las doce del día, hubo tinieblas en
toda la Tierra hasta las tres de la tarde; 45. el sol se oscureció y el velo del
templo se rasgó por la mitad. 46. Entonces Jesús exclamó en alta voz, diciendo:
¡Padre mío, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRTU! Habiendo dicho esto, murió. 47.
Al ver el centurión lo que había ocurrido, dio gloria a Dios, diciendo: En
verdad este hombre era justo. 48. Y todas las multitudes que estaban reunidas
en este espectáculo, al ver lo que había ocurrido, se volvieron dándose golpes
de pecho; 49. pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que habían venido
con Él desde Galilea, se quedaron a cierta distancia observando estas cosas).
(ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS)
Muchos de nosotros hemos oído
la historia de Jesús en algún momento de nuestra vida. Pero el significado detrás
de esta escena desgarradora con frecuencia es mal entendido. Él no era
simplemente un “buen maestro” que fue
crucificado por sus creencias. Era Dios en forma humana que murió en esa cruz,
cerrando la brecha entre la gente pecaminosa y un Dios Santo.
El evangelio según Mateo nos
dice que cuando Jesús murió en esa cruz, gritó: (Mateo 27:46. Y cerca de las
tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz, diciendo: ¡EL, EL! ¿POR QUÉ ME HAS
ABANDONADO?). Muchos eruditos Bíblicos creen que esas palabras
marcaron el momento preciso cuando Dios puso los pecados del mundo sobre su
Hijo. La Biblia, hablando de Dios, dice: (Habacuc 1:13. Tus ojos son puros y no miran el mal; tú no puedes contemplar a los
inicuos. ¿Por qué ves a los soberbios y guardas silencio mientras el inicuo
consume al justo?). Por esta
razón, el Padre tuvo que “esconder su
rostro” y derramar su ira sobre su propio Hijo.
En la cruz, Jesús recibió el pago que nos correspondía a
nosotros. Él no fue auxiliado, para que nosotros pudiéramos ser auxiliados. El oído
de Dios estuvo cerrado hacia Jesús por un tiempo, para que nunca este cerrado
para nosotros.
EL CRISTO, EL ÚNICO MEDIADOR. (1 Timoteo 2:5-6. 5. Porque Dios
es uno y hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre, 6.
que se dio a sí mismo en rescate por todos, cuyo testimonio llegó a su debido
tiempo). ¿Por qué hay un solo mediador capacitado para acercar a
Dios y a la gente? ¿No han existido otros líderes religiosos que han reclamado conocer
el camino a Dios? ¿No han existido otros que también han muerto a causa de su
mensaje?
Aunque las respuestas a estas preguntas pueden ser sí, la
verdad es que ninguno fue totalmente Dios y totalmente humano. Por esta razón,
Jesús es el único capacitado para tratar con el pecado. Jesús dijo: “Juan 14:6.
Jesús le
contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene a mi Padre, sino
solo por medio de mí”. “Hechos 4:12. y en nadie más hay salvación, porque no
existe otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres por medio del cual hayamos
de ser salvos”. Y aún más importante, ¡Jesucristo resucitó de entre
los muertos!
Aunque es cierto que debes creer que Jesús en la cruz por
tus pecados para que puedas recibir vida eterna y ser un verdadero cristiano,
todavía hay algo más que debes hacer.
Tercera parte. Continuará…
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