miércoles, 14 de octubre de 2020

(EVANGELIZACIÓN) NOSOTROS CRUSIFICAMOS A JESÚS, Tercera parte.

Lucas 23:46

Entonces Jesús exclamó en alta voz, diciendo: ¡Padre mío, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRTU! Habiendo dicho esto, murió.

La necesidad de la muerte de Jesucristo nos muestra la gravedad de nuestra situación como humanidad caída. Se dice que puedes darte cuenta de la profundidad de un pozo por la cantidad de soga que bajas. Cuando vemos “cuánta soga bajó” del cielo, nos damos cuenta cuán grave era nuestra situación.

Por esta razón, no culpes a la gente de ese tiempo por crucificar a Jesús. Nosotros somos tan culpables como ellos. En realidad, no fueron los soldados romanos ni los líderes judíos los que lo crucificaron. La causa de que Jesús fuera voluntariamente a esa tortura y humillante muerte fueron nuestros pecados.

Lee los versículos y notas siguientes para ver exactamente lo que Jesús hizo por nosotros.

LA MAYOR DEMOSTRACION DE AMOR. (Romanos 5:6-8. 6 Porque si por nuestra debilidad el Cristo murió en este tiempo por los impíos, 7 (siendo que difícilmente alguien moriría por los impíos, aunque por los buenos tal vez alguien se atreviera a morir), 8 ahora Dios muestra su amor para con nosotros, porque si cuando éramos pecadores el Cristo murió por nosotros). Jesús no murió por nosotros mientras éramos sus amigos, sino cuando éramos sus enemigos, oponiéndonos a Él por nuestro estado pecaminoso. Sin embargo, a pesar de todo esto, Dios demostró su amor por nosotros al morir en la cruz. En este versículo, el apóstol Pablo explica que Jesús no murió simplemente por la humanidad entera, sino que Él murió por cada uno de nosotros. En otro lugar Pablo escribe: (Gálatas 2:20. porque con el Cristo fui crucificado, y ya no vivo yo, sino que el Cristo vive en mí. Y lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí). Cuando seas tentado a dudar del amor de Dios hacia ti, mira detenidamente la cruz donde murió Jesús. Después te darás cuenta de que los clavos no lo mantuvieron crucificado, sino el amor.

         ABANDONADO PARA QUE NOSOTROS PUDIERAMOS SER PERDONADOS. (Lucas 23:32-49. 32. E iban con Él otros dos, que eran malhechores, para ser ejecutados. 33. Y al llegar a un lugar que se llama 'La Calavera', allí lo crucificaron, y a los malhechores, uno a su derecha y otro a su izquierda. 34. Y Jesús decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Y habiendo echado suertes sobre sus vestidos, los repartieron. 35. Y el pueblo se quedó de pie mirando; y hasta los gobernantes lo escarnecían, diciendo: A otros salvó; que se salve a sí mismo si es el Cristo, el escogido de Dios. 36. También los soldados lo escarnecieron y acercándose a Él, le ofrecían vinagre, 37. diciéndole: Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38. Había también escrita sobre Él una inscripción que decía en griego, en latín y en hebreo: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. 39. También uno de los malhechores que había sido crucificado con Él, blasfemaba contra Él, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y sálvanos también a nosotros, 40. pero su compañero lo reprendió, diciéndole: ¿Ni siquiera temes tú a Dios, puesto que también estás en la misma condena? 41. Nosotros, ciertamente con justa razón, por cuanto nos lo merecemos, y somos retribuidos de acuerdo a nuestros actos, pero este no ha incurrido en nada aborrecible. 42. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí, Señor mío, cuando vengas en tu reino. 43. Jesús le dijo: En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. 44. Cuando eran como las doce del día, hubo tinieblas en toda la Tierra hasta las tres de la tarde; 45. el sol se oscureció y el velo del templo se rasgó por la mitad. 46. Entonces Jesús exclamó en alta voz, diciendo: ¡Padre mío, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRTU! Habiendo dicho esto, murió. 47. Al ver el centurión lo que había ocurrido, dio gloria a Dios, diciendo: En verdad este hombre era justo. 48. Y todas las multitudes que estaban reunidas en este espectáculo, al ver lo que había ocurrido, se volvieron dándose golpes de pecho; 49. pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que habían venido con Él desde Galilea, se quedaron a cierta distancia observando estas cosas).

(ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS)

         Muchos de nosotros hemos oído la historia de Jesús en algún momento de nuestra vida. Pero el significado detrás de esta escena desgarradora con frecuencia es mal entendido. Él no era simplemente un “buen maestro” que fue crucificado por sus creencias. Era Dios en forma humana que murió en esa cruz, cerrando la brecha entre la gente pecaminosa y un Dios Santo.

         El evangelio según Mateo nos dice que cuando Jesús murió en esa cruz, gritó: (Mateo 27:46. Y cerca de las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz, diciendo: ¡EL, EL! ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?). Muchos eruditos Bíblicos creen que esas palabras marcaron el momento preciso cuando Dios puso los pecados del mundo sobre su Hijo. La Biblia, hablando de Dios, dice: (Habacuc 1:13. Tus ojos son puros y no miran el mal; tú no puedes contemplar a los inicuos. ¿Por qué ves a los soberbios y guardas silencio mientras el inicuo consume al justo?). Por esta razón, el Padre tuvo que “esconder su rostro” y derramar su ira sobre su propio Hijo.

En la cruz, Jesús recibió el pago que nos correspondía a nosotros. Él no fue auxiliado, para que nosotros pudiéramos ser auxiliados. El oído de Dios estuvo cerrado hacia Jesús por un tiempo, para que nunca este cerrado para nosotros.

EL CRISTO, EL ÚNICO MEDIADOR. (1 Timoteo 2:5-6. 5. Porque Dios es uno y hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre, 6. que se dio a sí mismo en rescate por todos, cuyo testimonio llegó a su debido tiempo). ¿Por qué hay un solo mediador capacitado para acercar a Dios y a la gente? ¿No han existido otros líderes religiosos que han reclamado conocer el camino a Dios? ¿No han existido otros que también han muerto a causa de su mensaje?

Aunque las respuestas a estas preguntas pueden ser sí, la verdad es que ninguno fue totalmente Dios y totalmente humano. Por esta razón, Jesús es el único capacitado para tratar con el pecado. Jesús dijo: “Juan 14:6. Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene a mi Padre, sino solo por medio de mí”. “Hechos 4:12. y en nadie más hay salvación, porque no existe otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres por medio del cual hayamos de ser salvos”. Y aún más importante, ¡Jesucristo resucitó de entre los muertos!

Aunque es cierto que debes creer que Jesús en la cruz por tus pecados para que puedas recibir vida eterna y ser un verdadero cristiano, todavía hay algo más que debes hacer.

 

Tercera parte. Continuará

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