Carta a la iglesia de Esmirna
Destino
Ap. 2.8
Esmirna, a unos cincuenta y cinco kilómetros al norte de
Éfeso era y continúa siendo un importante puerto marítimo. Era una ciudad
hermosa y allí se había erigido un templo en honor del emperador Tiberio. Había
allí muchos judíos apostatas que, con frecuencia, eran líderes en agitar
persecuciones de los cristianos. La palabra Esmirna quiere decir amargo, siendo
traducida en otras partes del Nuevo Testamento por mirra, (Mat, 2.11 Mar, 15.23
Juan, 19.39).como iglesia representativa retrata la era post-apostólica hasta
el tiempo cuando Constantino profeso la fe cristiana.
El
Señor Ap. 2.8
A una iglesia en persecución, muchos de cuyos miembros
experimentarían martirio, el Señor se presenta a Si mismo apropiadamente como
el que estuvo muerto y vivió, dándoles así seguridad de la esperanza de
resurrección.
Alabanza
Ap. 2.9
A la iglesia se le alaba por
su riqueza en medio de tales circunstancias de prueba. Por supuesto, esa es
riqueza espiritual, ya que eran pobres y perseguidos. Los instigadores de la
persecución eran Judíos apóstatas que, realmente, eran instrumentos de satanás.
En el martirio de Policarpo en Esmirna, el 168, estos judíos ansiosamente
ayudaron, recogiendo en el sábado judío madera y haces de leña para el fuego en
que fue quemado.
Aliento,
2.10
En lugar de alguna palabra
de condenación (como también en el caso de la iglesia de Filadelfia) hay una
exhortación a no temer y una promesa de corona de vida por la fidelidad (cf.
Santiago 1.12). Satanás movería hombres para que echasen a algunos de estos
creyentes a la cárcel y a causa de la persecución de los “diez días” algunos
morirían. Los diez días pueden referirse a un corto tiempo de intensa
tribulación o pueden indicar las diez persecuciones principales bajo los
emperadores romanos desde Nerón hasta Diocleciano.
Promesa.
2.11
La promesa para el creyente
vencedor es que no tendrá parte en la segunda muerte que es el lago de fuego
(20.14; 21.8). En otras palabras, el creyente tomará parte en la resurrección,
no en la destrucción que aguarda al no creyente. La certeza de esta promesa
esta enfatizada por el uso de una doble negación en el texto.
Esmirna, que ahora se llama Izmir, es
una de las más bellas ciudades del Asia Menor. Está situada en el extremo este
de un golfo que penetra unos 50 km tierra adentro, que forma un puerto bien
protegido por las montañas que lo rodean. El hecho de que sea una ciudad
portuaria a la cual tienen acceso naves de gran calado, y que sin embargo está
situada en el corazón de la región, ha sido siempre una ventaja para Esmirna
frente a otras ciudades del Asia Menor occidental, y la ha convertido en uno de
los más importantes centros de comercio de esa región. A esto puede añadirse el
hecho de que está situada en el fértil valle del río Meles y que disfruta de
fácil acceso al interior y a ciudades importantes, como Pérgamo, Sardis y Éfeso.
La
colonia más antigua fue fundada al norte de la ciudad moderna por pobladores
procedentes de Anatolia, llamados léleges. Desde aproximadamente el año 1100 a.
C. esa zona fue poblada por colonos griegos: primero eolios y más tarde jonios.
La 97 (Nano séptima) ciudad estuvo en manos de
poderes extranjeros como lidios, persas y turcos; pero la mayoría de su
población fue generalmente griega. La posición geográfica actual de Esmirna fue
escogida por Lisímaco, uno de los generales y sucesores de Alejandro Magno, en
lo cual reveló buen gusto y aguda previsión. Esmirna, construida en las
estribaciones de las montañas que rodean la parte oriental del golfo de lzmir,
se ha convertido en una de las más importantes y pintorescas ciudades del Asia
occidental.
Su
clima es agradable y una densa vegetación añade su encanto al paisaje. Hay
olivos, cipreses, higueras, granados y sicómoros y aun datileras. Los
principales productos de exportación son los famosos higos de Esmirna, tabaco,
seda y las bien conocidas alfombras de Esmirna. Los minerales que se encuentran
en las montañas de la región desde tiempos antiguos, incluyen hierro,
manganeso, oro, plata, mercurio, plomo, cobre y antimonio. En la región se
extrae un poco de carbón bituminoso. Otra atracción de Esmirna en la antigüedad
eran sus fuentes termales, frecuentadas por gente que sufría de artritis. Se
afirmaba que cuando se bebía esa agua se aliviaban los malestares intestinales.
Había,
pues, excelentes razones por las cuales Esmirna se convirtió en una ciudad
populosa y rica. A fines de la Primera Guerra Mundial era, por su extensión, la
segunda ciudad del Asia Menor, con una población de unos 250.000 habitantes. La
población de Esmirna disminuyó a causa del gran incendio de 1922 que destruyó
casi toda la ciudad y mató a miles de sus habitantes, y por la expulsión de
decenas de miles de griegos en 1922 y 1923. La población ha aumentado mucho en
tiempos recientes, alcanzando en 1980 a unos 650.000 habitantes. No se sabe
cuál era su población en la antigüedad.
Puesto
que la ciudad moderna está construida sobre la antigua Esmirna, ahora son
visibles sólo unas pocas ruinas. Restos de las antiguas murallas de la ciudad
de Lisímaco se pueden ver en unos pocos lugares en las proximidades de la
moderna Izmir, y también varios acueductos pintorescos, aunque arruinados. Las
ruinas de la ciudadela, que domina el paisaje, son de origen bizantino. Sólo
sus partes inferiores se remontan a los períodos romano y helenístico. En
Esmirna, como en la mayoría de las ciudades de la antigüedad, había una gran
cantidad de templos paganos; pero se han encontrado pocos restos. Sin embargo,
al excavar los fundamentos de las casas nuevas, se encuentran estatuas que
anteriormente tuvieron que haber estado en esos templos.
Las
ruinas más importantes de la ciudad antigua son las que se encontraron cuando
se hicieron excavaciones en el ágora o lugar del mercado, en el centro de la
moderna lzmir. Durante mucho tiempo los arqueólogos infructuosamente buscaron
el ágora de Esmirna, que era famosa en la antigüedad por ser la única
construida con tres pisos. El nivel inferior era subterráneo; el segundo estaba
al nivel de la calle, y por encima había un tercer nivel sostenido por columnas
que formaban galerías al nivel de la calle. Desde su descubrimiento se han
hecho excavaciones algunas restauraciones que permiten que el visitante moderno
reciba una impresión vívida de este mercado, el más famoso de la antigüedad.
Los salones subterráneos están bien conservados. Algunos están en tan excelente
estado de conservación que podrían usarse tal como están. De las construcciones
antiguas al nivel de la calle ahora sólo quedan unas pocas columnas, y hace
mucho que desapareció todo rastro del tercer nivel.
Los
antiguos habitantes de Esmirna se sentían muy orgullosos de su ciudad por ser
la cuna de Homero, el más famoso de todos los poetas griegos. Muchos turistas
de la antigüedad visitaban Esmirna para rendir homenaje a la memoria de ese
ilustre personaje, así como iban a otras ciudades con el propósito de adorar a
sus dioses famosos.
La
comunidad cristiana de Esmirna ha experimentado numerosos y graves períodos de
persecución. Es interesante notar que desde tiempos antiguos se ha interpretado
que Esmirna significa "mirra", una amarga aunque aromática
gomorresina proveniente del África oriental y de Arabia, que simbolizaba
amargura y sufrimiento. Los eruditos modernos no aceptan esta interpretación
tradicional, pues se inclinan a pensar que deriva de Samorna, el nombre de una
diosa de Anatolia que era adorada en esa ciudad. Cualquiera que sea la
verdadera interpretación del nombre de la ciudad, es un hecho histórico que los
cristianos de Esmirna han sufrido más que los de cualquiera de las otras
ciudades de la región.
Esmirna
ha sido destruida con frecuencia, a veces por terremotos y con más frecuencia
por ejércitos extranjeros. En la era cristiana ha sido conquistada y saqueada
por los godos bárbaros, los crueles mongoles, los feroces selyúcidas, los
fanáticos cruzados, y en tiempos más modernos por los turcos de Kemal. Como un
ejemplo de los horrores que a veces han experimentado los esmirnenses, puede
mencionarse la matanza de casi todos los habitantes de la ciudad hecha por
Tamerlán, el sanguinario conquistador mongol del siglo XIV, que levantó una
torre con las cabezas de los esmirnenses capturados. Algunas atroces matanzas
han sucedido en este siglo en Esmirna, por ejemplo, en ocasión de las luchas
entre griegos y turcos después de la Primera Guerra Mundial. La ciudad
repetidas veces cambió de manos, y se cometieron inenarrables atrocidades en
las que se afirma que perecieron decenas de miles.
Desde
los días de Juan la comunidad cristiana de Esmirna ha sufrido repetidas
persecuciones, en las cuales famosos mártires dieron su vida dentro de los
muros de la ciudad; el más ilustre de ellos fue, sin duda, Policarpo, discípulo
de Juan y más tarde obispo de Esmirna. Fue quemado vivo (c. 155 d. C.) en el
estadio o en el gran teatro, pues ambos lugares se han indicado como el sitio
donde hizo frente a la muerte; sin embargo, su muerte y la de otros valientes
mártires dieron mucho fruto durante las décadas y los siglos siguientes.
Esmirna llegó a ser uno de los centros más fuertes del cristianismo en la parte
oriental del Imperio Romano, y fue también la última ciudad del Asia Menor que
se rindió ante los vencedores musulmanes. Hasta la Primera Guerra Mundial
cuatro de cada cinco habitantes eran cristianos, lo que prueba cuán tenazmente
la población de Esmirna mantuvo su religión. A pesar de todo finalmente
compartió la suerte de todos los otros centros cristianos del Asia Menor, y
sucumbió ante los musulmanes. La comunidad cristiana esmirnense recibió su
golpe de muerte cuando los griegos fueron expulsados de Esmirna por los turcos
en los días de Kemal Bajá, en 1922.
Esmirna
(2:8-11)
La Iglesia perseguida (92-315 d.C.)
Esta última fortaleza de la cristiandad
antes de la conquista musulmana, constituía un serio rival para Efeso, la cual
estaba situada a unos sesenta kilómetros al norte de ella. Esmirna llegó a ser
una de las ciudades más grandes y más importantes de Asia Menor. Muy atractiva
en la época de Juan, era llamada "la bella". Esmirna también es
famosa por haber sido el lugar de nacimiento de Hornero (el poeta griego) y por
ser la ciudad de Policarpo (obispo de Esmirna). Fue aquí donde Policarpo sufrió
el martirio a los ochenta y seis años de edad, en el año 155 d.C.
Puesto
que no se menciona a Esmirna en ningún otro lugar del Nuevo Testamento, nada se
sabe acerca de la fundación de su iglesia. La idolatría abundaba en la ciudad y
la férrea persecución que se enfurecía contra la cristiandad en ese tiempo
tenía su centro en Esmirna.
El
nombre "Esmirna" significa "mirra," una palabra usada tres
veces en los evangelios (Mateo 2:11; Marcos 15:23; Juan 19:39). La mirra era
también uno de los ingredientes del ungüento sagrado (Éxodo 30:23-25) y era
igualmente usada para embalsamar muertos. Seiss indica en su excelente comentario
sobre el Apocalipsis: "El nombre describe muy bien a una iglesia
perseguida a muerte, postrada y embalsamada en las preciosas especias de sus
sufrimientos, tal como ocurría con la iglesia de Esmirna. Esta era la iglesia
de mirra o amargura que, no obstante, fue agradable y preciosa ante el
Señor."
Así
como la mirra debe ser molida para que despida su fragancia, el testimonio de
esta iglesia molida por la persecución produjo una dulce fragancia que fue muy
agradable para el Señor. La sangre de los mártires de este período se convirtió
en semilla para las iglesias venideras. Durante estos 250 años tenemos el
período del martirio bajo la Roma Imperial. Desde Nerón hasta Constantino hubo
una era sangrienta para la Iglesia. Los "diez días" pueden representar
los diez distintos intentos a través de edictos imperiales para destruir a la
joven Iglesia. La última persecución duró exactamente diez años. El número
"diez" puede significar también que Dios reconocía que aun el
sufrimiento tiene sus límites. Las diez grandes persecuciones del Imperio
Romano pueden ser enumeradas de la manera siguiente:
1. Bajo Nerón 64-68 d.C.
2. Bajo Domiciano 90-95 d.C.
3. Bajo Trajano 104-117 d.C.
4. Bajo Aurelio 161-180 d.C.
5. Bajo Severo 200-211 d.C
6. Bajo Máximo 235-237 d.C
7. Bajo Dedo 250-253 d.C.
8. Bajo Valeriano 257-260 d.C.
9. Bajo Aureliano 270-275 d.C.
10. Bajo Diocledano 303-312 d.C.
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