sábado, 16 de marzo de 2013

Salutaciones a las siete iglesias


Carta a la iglesia de Éfeso. 

Las cosas que son

         Estas cartas comprenden las “cosas que son” retratan las circunstancias que existieron y que existen en las iglesias entonces y ahora. Podemos hacer un bosquejo de cada carta dividida en seis puntos: Destino, El Señor, Alabanza, Condenación, Exhortación y Promesa.

Destino, Ap. 2.1

Éfeso era la capital de Asia menor, residencia de Juan, y después de su exilio a Patmos, y el lugar de una de las siete maravillas del mundo antiguo – el templo de Diana. La iglesia de aquella ciudad fue establecida por Pablo en su tercer viaje misionero (Hech.19), y entre sus dirigentes espirituales se contaban Aquila, Priscila, Apolos, Timoteo y Juan. Éfeso (significando “deseable”) puede representar la edad apostólica.


El Señor, Ap. 2.8
         En cada carta el Cristo resucitado se presenta a Sí mismo en una forma singular, seleccionada, en su mayor parte, de la representación del capítulo 1, Que sea especialmente importante para la condición de la iglesia que se dirige. En este caso (envista de la pérdida del primer amor) la relación vigilante del Señor con las iglesias locales y sus dirigentes se enfatiza de dos maneras: se le ve agarrando (krateo) las siete estrellas o ángeles (en contraste con 1.16 donde sencillamente las tiene), (16Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.) y está andando (en contraste a estar de pie en 1.13) (13y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.)

Alabanza, Ap. 2.2-3,6

         Se alaba a la iglesia por sus obras, (sufrimiento), discernimiento en probar, por rechazar falsos apóstoles y aborrecer a los nicolaítas. Algunos creen que el error consistía en exaltar al clero (Clero es el nombre colectivo que engloba de forma general a los que han sido ordenados en el servicio religioso, sacerdotes y diáconos. El nombre individual es clérigo.) Por encima de los laicos (El laico, fiel de la Iglesia católica que no es miembro del clero.) (basados en la etimología de la palabra en sí que quiere decir “conquistador de los laicos”). Otros consideran que es la herejía del antinomianismo (El antinomismo (Del griego άντί, "contra", y νόμος, "ley") es, propiamente, un movimiento cristiano del siglo XVI considerado herético que defendía que la fe lo llenaba todo y era lo único necesario, y que como la ley de Moisés era inútil para la salvación, es indiferente que un creyente "persevere en pecado para que la gracia abunde" (En contradicción con Romanos 6:1-2 1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?) O de la concesión, ya que está asociada en Ap. 2.14-15 (14Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. 15Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.) con la doctrina de Balaam, que intentó inducir el pueblo de Dios al ceder.

Condenación, Ap. 2.4

         La iglesia había dejado (no “perdido”) su primer amor. Esta era una acción responsable, pues la palabra significa renunciar o abandonar. La vitalidad espiritual primera de la iglesia había sido reemplazada por una rutina ortodoxa. (ortodoxo, -xa adj./s. m. y f. 1   Que sigue fielmente los principios de una doctrina o una tendencia o que cumple unas normas tradicionales y generalizadas.)

Exhortación, Ap. 2.5-6

         La exhortación era a recordar, arrepentirse y a repetir las primeras obras de amor.

Promesa, Ap. 2.7

         Un vencedor no es aquel que tiene un poder especial en la vida cristiana ni aquel que ha aprendido algún secreto de victoria Juan definió al vencedor como creyente en Cristo (1 Juan 5.4-5 4Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?). Así pues cada cristiano es un vencedor, a pesar de que las diversas promesas de estas siete cartas vallan dirigidas a cada grupo local creyente en particular, y adecuadas a las circunstancias especiales en que se encuentra cada iglesia. A los creyentes se les promete aquí el árbol de la vida, es decir, la vida eterna que se perdió cuando Adán pecó en el jardín (Gen. 2.9; 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.) (Ap. 22.2-14 2En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. 6Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. 7¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 8Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 10Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. 12He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. 14Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.). 


La revelación de Jesucristo
(Apocalipsis 1:1-3)

1La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. 3Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

 Salutaciones a las siete iglesias
(Apocalipsis 1:4-8)

4Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; 5y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
 7He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. 8Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Una visión del Hijo del Hombre
9Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 10Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.


12Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
17Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. 19Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. 20El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.

Entregar las iglesias.


 

Mensajes a las siete iglesias:

El mensaje a Éfeso


(Apocalipsis 2:1-7)

1Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
2Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. 7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.


Nicolaítas. Seguidores de un tal Nicolás, cuyas obras y enseñanzas en las iglesias de Éfeso (Ap. 2:6) y de Pérgamo (Ap.2:15s.) fueron condenadas. Puesto que la misma inmoralidad e idolatría aparecen en la iglesia de Tiatira (Ap. 2:20-25), es probable que esta secta herética existiera allí también (JEZABEL). Sus enseñanzas (componendas de las prácticas paganas, que permitían a los cristianos participar en algunas prácticas inmorales) parecen paralelas a las de Balaam, con cuyo nombre algunos tratan de emparentar a Nicolás (gr.=”conquistador del pueblo”) Algunas referencias en Ireneo, Tertuliano y Clemente sugieren que los n. continuaron como secta gnóstica hasta el 200 d. C.; los primeros dos identifican al fundador como Nicolás de Antioquia (Hch..
 6:5), pero sin base adecuada. 













Las siete iglesias a las que se les dirigen las cartas en los versículos 2 y 3 son significativas en diversas maneras. En primer lugar, cuando Juan escribió eran iglesias reales que existían en las ciudades mencionadas. Aparentemente no eran las más importantes de aquellos días, ya que solamente dos –Éfeso y Laodicea- se habían mencionado anteriormente. Pero eran iglesias reales con los problemas y las fuerzas que se dicen de ellas. Estas iglesias eran representativas de todas las iglesias de aquellos tiempos y también de las generaciones siguientes. Igual que las cartas a los Corintios, aunque escritas a la iglesia en Corinto, concierne a las iglesias de todas partes y de todos los tiempos. Dos razones confirman el carácter representativo de estas siete iglesias

1. Simplemente el hecho de que sean siete. De todas las iglesias que se podían haber elegido (Jerusalén, Antioquia, Alejandría, Corinto, Roma, Colosas y Pérgamo) sólo se han seleccionado estas siete.
2. En la promesa que hay al final de cada carta para cada una de estas iglesias, hay la exhortación a oír lo que el espíritu dice a “las iglesias”, A pesar de que cada carta va dirigida a una iglesia, la promesa es para todas las iglesias.
Cada una de las cartas consta de siete partes:

1. Dedicatoria.
2. Descripción del Señor
3. Alabanza o aprobación.
4. Denuncia o condenación.
5. Exhortación.
6. Advertencia de disciplina.
7. Promesa al vencedor.

El mensaje a Éfeso Ap. 2:1-7

Éfeso era la capital de Asia Menor, residencia de Juan antes y después del exilio en Patmos, y el lugar de una de las siete maravillas del mundo antiguo: El templo de Diana.

La síntesis de Artemisa de Éfeso: un grabado del siglo XVIII (18) de una copia romana en mármol de una réplica griega (perdida) de un xoanon del periodo geométrico.









Xoanon

Un Xoanon (griego antiguo: plural: xoana) es una escultura de madera con carácter votivo que se realizaba en la época arcaica de la Antigua Grecia y estaba vinculada a los templos.

Votivo, va
adj. Ofrecido por voto o promesa, o relativo a él: imagen votiva.

 La iglesia de aquella ciudad fue establecida por Pablo en su tercer viaje misionero (Hechos 19), y entre sus dirigentes espirituales se contaban Aquila, Priscila, apolos, Timoteo y Juan Éfeso (significando deseable) puede representar a la edad apostólica.

1.    Dedicatoria (Apocalipsis 2:1)

Escribe al ángel (prob. Los ancianos o responsable de la iglesia) de la iglesia en Éfeso:
Porque Éfeso fue seleccionada en primer lugar:
a. Era la ciudad más importante del Asia Menor comercial y políticamente.
b. Era sede del ministerio del apóstol Juan.

2. Descripción del Señor (Apocalipsis 2:1)

El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
En cada carta el Cristo resucitado se presenta a Sí mismo en forma singular, seleccionada en su mayor parte, de la representación del cap. 1 Tiene siete estrellas en su diestra.
El sostiene firmemente en su diestra a las siete estrellas, es decir, los ángeles o mensajeros de las iglesias. Anda en medio de los candeleros de oro.
Los candeleros son las siete iglesias (Apocalipsis 1:20)

Aquí vemos a alguien que se mueve vigilante y ejerce control sobre las iglesias. Aquí vemos la autoridad de Cristo. Al parecer, las circunstancias de la iglesia de Éfeso, necesitaban de la autoridad del Señor y al mismo tiempo, su protección, Dios satisface ambas necesidades (Levítico. 26:12 12y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo)

DIOS ESTA EN MEDIO DE NOSOTROS, SOSTIENE A SUS
SIERVOS Y CUIDA A SU IGLESIA.
¿TE PARECE DIOS IMPERCEPTIBLE?
¿A VECES TE PREGUNTAS EN DONDE ESTA?
EL ESTA EN MEDIO DE NOSOTROS.

3. Alabanza o aprobación (Apocalipsis 2.2-3)

2Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado,

a. Por el celo en el obrar

Dios conoce lo que hacemos, conoce nuestras obras. Tiene un conocimiento completo y total, no hay nada que se le oculte, una tendencia humana es esconderse cuando obra mal. Un hermano que no ha confesado una ofensa, que tiene guardado algo que a Dios no le agrada, normalmente tiende a querer desaparecer, o hacerse el “loco”, como que Dios no le ve, pero no es así. Nuestras obras están a la luz de su conocimiento.
Los creyentes de Éfeso trabajaban arduamente, trabajo esforzado. Su esfuerzo por el servicio a Dios les producía agotamiento.
¿Qué tanto estoy cansado por servir a mi Señor?
Ellos tenían paciencia en las circunstancias, eso nos enriquece y nos hace madurar.

b. Por la pureza doctrinal

No podían soportar a los malos.
Probaban a supuestos apóstoles.
Aborrecían las obras de los nicolaítas (Apocalipsis 2-6).
Los efesios no toleraban el peso de la carga de los falsos maestros, quienes, evidentemente, eran una carga muy pesada.
Los líderes de Éfeso tenían el suficiente conocimiento y discernimiento espiritual para emitir tal veredicto. Entre los falsos maestros estaban los nicolaítas, este grupo era de origen incierto, pero es evidente que eran influyentes.
Algunos creen que el error de los nicolaítas consistía en exaltar al clero por encima de los laicos.

c. Por resistir en medio de la prueba

Los efesios estaban firmes en su actitud de fidelidad al Señor.
El desmayar no formaba parte de su mentalidad.
Quizá les faltaba el fervor de la fe.
Hay obras, esfuerzo, pero no hay amor. Hay paciencia, pero no hay esperanza.

4. Denuncia o condenación (Apocalipsis 2:4)

4Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
¿A qué clase de amor se refiere? ¿Amor a Cristo o a los creyentes?
Has dejado, es un abandono definitivo y triste.
Se enfilaron a pesar de la pureza doctrinal.
Eran muy ortodoxos pero no tenían fervor.

(Ortodoxo, 1Que sigue fielmente los principios de una doctrina o una tendencia o que cumple unas normas tradicionales y generalizadas.)

Imaginemos la vida de los efesios y pensemos si nosotros nos parecemos a ellos o no, como individuos y como iglesia:

La rutina cede a la espontaneidad; los conceptos y frases, suplantan a Cristo mismo. La exactitud teológica es mejor que un fuerte abrazo y el sobrellevarnos unos a otros.
La obra de Dios cobra más importancia que el Señor de la obra; la iglesia de Cristo que el Cristo de la iglesia.

¿Cómo es posible? A veces el enfriamiento es apenas perceptible. Un proceso lento. Mucho trabajo, falta de tiempo, pocas atenciones, poca oración, etc.

El creyente puede abandonar su amor hacia el Señor, pero el amor del Señor nunca se aleja del creyente (Romano. 8:35-39 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.)
Cristo no nos ama por lo que somos, sino pese a lo que somos. El amor con el que Dios ama al creyente, a ti y a mi es verdaderamente asombroso (1 Juan 3.1 1Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.)

5. Exhortación (Apocalipsis 2:5)

5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras;

a. Recordar.

El mandato es mirar al pasado y recordar el lugar de donde habían salido. La historia pone de manifiesto que la iglesia de Éfeso tuvo muchos beneficios. Por allí pasaron grandes predicadores, La distancia de la caída era considerable. De un devoto servicio de amor a un nivel más bajo de irreprochable ortodoxia. Una frialdad regular que hacía que la congregación fuera ineficaz.
¿Cuántas bendiciones hemos recibido?
¿Estamos contentos y conformes siendo parte de una membresía sin vida?

b. Arrepiéntete.

“Arrepiéntete de inmediato”.
Al recordar la relación amorosa que tuvimos en el pasado debemos romper lo que en el presente estamos haciendo mecánicamente.
Los que trabajan pueden perder el primer amor, ¡imagínense los que no han decidido poner sus manos para la obra de Dios!

c. Haz las primeras obras

El dar marcha atrás es para hacer las buenas obras primeras, aquellas que estaban motivadas por el amor a Cristo en lugar de seguir anclados en la fría ortodoxia.

6. Advertencia y reconocimiento (Apocalipsis 2:5,6 5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.)

5 Pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. Vendré pronto, pues si no te arrepientes vendré pronto a ti, en cualquier momento.
¿A que vendría el Señor? Dice el texto a quitar tu candelero ¿A qué se refiere?
a. Juicio especial sobre Éfeso ya efectuado. Su testimonio se enfrió y a la postre fue removido. Entonces la frase no es una referencia a su parusía (venida), sino una visitación inmediata para un juicio preliminar.
b. Pero si se tiene en cuenta el contexto general del Apocalipsis es sensato tomar la frase como una referencia a la venida futura de Cristo
Cualquiera que sea el tiempo de esta venida, cuando quiera que esto ocurra, la remoción del candelero se hará.
Entonces la exhortación es para ellos y para nosotros.
Los cristianos debemos dar testimonio de Dios y su amor en el mundo, ese es el candelero.
Si alguien no lo da o no es cristiano delante del Señor será avergonzado por su enfriamiento.
Sé que es un pasaje difícil, pero la invitación a arrepentirnos, todos la entendemos.

7. La promesa al vencedor (Apocalipsis 2:7 7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios)
7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
a. Hay una promesa individual (creyentes sensibles que escuchan la voz de Dios) y una promesa universal.
El mensaje a la iglesia de Éfeso debe ser escuchado por todas las demás congregaciones, puesto que las mismas verdades son aplicables cuando existen las mismas condiciones.

b. ¿Quién es el que vence?

Primero es el que tiene fe, el que cree, y sabe del triunfo de Cristo en el mundo (Juan 16:33 33Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.)

c. El árbol de la vida.

Dios nos da. Por decisión propia y de buena voluntad.
Dios da comida. En un acto de relación íntima, profunda. No tomamos del árbol de la vida. Por el pecado se nos negó este fruto, pero el creyente recupera el disfrute de este árbol en virtud de vencer el mal en Cristo.

Paraíso de Dios

Todo esto se refiere a la habitación de Dios, un hogar permanente de los redimidos de Cristo.
Siempre ha habido

    • Iglesias que dejan su primer amor (Éfeso).
    • Iglesias que sufren persecución y pruebas (Esmirna).
    • Iglesias mundanas en la práctica (Pérgamo).
    • Iglesias culpables de dar falsas enseñanzas (Tiatira).
    • Iglesias que toleran el pecado (Sardis).
    • Iglesias con sólo un poco de fuerza (Filadelfia).
    • Iglesias que niegan la deidad de Cristo (Laodicea)

La oposición satánica mencionada por Juan en los mensajes a las siete iglesias, nunca ha cesado. Satanás es mencionado en total ocho veces en el Apocalipsis y cinco de ellas están en conexión con las iglesias (seis veces, si incluimos el nombre "diablo" de 2:10). La iglesia profesante a través de toda la historia ha sido tentada por Satanás de muy diversas maneras.
Explorando la idea de considerar las siete iglesias como un sumario de las siete épocas de la historia eclesiástica, damos a continuación los períodos y fechas aproximados.

A. Éfeso (2:1-7)

        La Iglesia del primer amor (Siglo I d.C.)

    El nombre "Éfeso" significa deseada o primer amor y describe adecuadamente el primer siglo de historia de la Iglesia, el cual se caracterizó generalmente por un profundo amor y un ardiente celo por Cristo y también por una inflexible oposición a los falsos maestros y a las doctrinas erradas. Éfeso era el centro de una densa población cristiana y gracias a los esfuerzos de Juan, el cuerpo principal de los pastores de la región se mantuvo firme contra toda herejía y unánime en la exclusión de los maestros falsos de las iglesias. Sin embargo, la iglesia que Juan más conocía y amaba había dejado el celo del principio. Las flores habían caído del árbol. La primera luz se estaba convirtiendo en lobreguez. (Vea Hechos 20:17-31.)
Éfeso, la famosa capital del estado jónico, era conocida como "la luz de Asia". Era famosa por su riqueza, su sabiduría y su perversión. La adoración de Diana (vea Hechos 19) se extendió de allí a todo el mundo entonces conocido. Pero la iglesia de Éfeso (madre de todas las iglesias de Asia) se alza sobre las demás como la más espiritual de todas ellas, según lo expresa el relato sagrado. Sin embargo, como el doctor Campbell Morgan nos recuerda, "el origen de la iglesia de Éfeso está descrito en Hechos 18 — 20; el ministerio elocuente pero parcial de Apolos fue suplementado y ampliado por el de Pablo. La carta a Éfeso describe la situación de la iglesia unos treinta y cinco años más tarde."
Éfeso estaba entregada a la idolatría y una de las herejías prevalecientes consistía en afirmar que los cristianos podían participar de las inmoralidades de los festivales paganos. Por esta razón, muchos cristianos dejaron su primer amor. ¿Somos nosotros tan ardientes y fervorosos en el Señor hoy como lo fuimos en los primeros días de nuestra vida cristiana, cuando todo lo llevábamos al altar? Aunque quizá todavía nos quede un lenguaje teológico, ¿no podría ocurrir que nuestro corazón haya dejado de palpitar con el amor a Jesús que manifestamos en los primeros años de nuestra vida cristiana?



I.         Conclusión

• El mensaje a la iglesia de Éfeso es de vital importancia para la iglesia de hoy. Hay muchas congregaciones e individuos con las mismas características.
• Tienen celo doctrinal, trabajan arduamente, pero sufren un enfriamiento espiritual que afecta su vida diaria.
• ¿En qué lugar estamos?

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