Carta a la iglesia de Éfeso.
Las cosas que son
Estas cartas comprenden las “cosas que son” retratan las
circunstancias que existieron y que existen en las iglesias entonces y ahora.
Podemos hacer un bosquejo de cada carta dividida en seis puntos: Destino, El
Señor, Alabanza, Condenación, Exhortación y Promesa.
Destino,
Ap. 2.1
Éfeso
era la capital de Asia menor, residencia de Juan, y después de su exilio a
Patmos, y el lugar de una de las siete maravillas del mundo antiguo – el templo
de Diana. La iglesia de aquella ciudad fue establecida por Pablo en su tercer
viaje misionero (Hech.19), y entre sus dirigentes espirituales se contaban
Aquila, Priscila, Apolos, Timoteo y Juan. Éfeso (significando “deseable”) puede
representar la edad apostólica.
El
Señor, Ap. 2.8
En cada carta el Cristo resucitado se presenta a Sí mismo en
una forma singular, seleccionada, en su mayor parte, de la representación del
capítulo 1, Que sea especialmente importante para la condición de la iglesia
que se dirige. En este caso (envista de la pérdida del primer amor) la relación
vigilante del Señor con las iglesias locales y sus dirigentes se enfatiza de
dos maneras: se le ve agarrando (krateo) las siete estrellas o ángeles (en
contraste con 1.16 donde sencillamente las tiene), (16Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol
cuando resplandece en su fuerza.) y
está andando (en contraste a estar de pie en 1.13) (13y en medio de los siete
candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de
una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto
de oro.)
Alabanza,
Ap. 2.2-3,6
Se alaba a la iglesia por sus obras, (sufrimiento),
discernimiento en probar, por rechazar falsos apóstoles y aborrecer a los
nicolaítas. Algunos creen que el error consistía en exaltar al clero (Clero es el nombre colectivo que engloba
de forma general a los que han sido ordenados en el servicio religioso,
sacerdotes y diáconos. El nombre individual es clérigo.)
Por encima de los laicos (El
laico, fiel de la Iglesia católica que no es miembro del clero.)
(basados en la etimología de la palabra en sí que quiere decir “conquistador de
los laicos”). Otros consideran que es la herejía del antinomianismo (El antinomismo (Del griego άντί,
"contra", y νόμος, "ley") es, propiamente, un
movimiento cristiano del siglo XVI considerado herético que defendía que la fe lo llenaba todo y era lo
único necesario, y que como la ley de Moisés era inútil para la salvación, es
indiferente que un creyente "persevere en pecado para que la gracia
abunde" (En contradicción con Romanos 6:1-2 1
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia
abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?) O de la concesión, ya que
está asociada en Ap. 2.14-15 (14Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de
cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. 15Y también tienes a los que retienen la doctrina de los
nicolaítas, la que yo aborrezco.) con la doctrina de Balaam,
que intentó inducir el pueblo de Dios al ceder.
Condenación,
Ap. 2.4
La iglesia había dejado (no “perdido”) su primer amor. Esta
era una acción responsable, pues la palabra significa renunciar o abandonar. La
vitalidad espiritual primera de la iglesia había sido reemplazada por una
rutina ortodoxa. (ortodoxo,
-xa adj./s. m. y f. 1 Que sigue
fielmente los principios de una doctrina o una tendencia o que cumple unas
normas tradicionales y generalizadas.)
Exhortación,
Ap. 2.5-6
La exhortación era a recordar, arrepentirse y a repetir las
primeras obras de amor.
Promesa,
Ap. 2.7
Un vencedor no es aquel que tiene un poder especial en la
vida cristiana ni aquel que ha aprendido algún secreto de victoria Juan definió
al vencedor como creyente en Cristo (1 Juan 5.4-5 4Porque todo lo que es nacido de
Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?). Así
pues cada cristiano es un vencedor, a pesar de que las diversas promesas de
estas siete cartas vallan dirigidas a cada grupo local creyente en particular,
y adecuadas a las circunstancias especiales en que se encuentra cada iglesia. A
los creyentes se les promete aquí el árbol de la vida, es decir, la vida eterna
que se perdió cuando Adán pecó en el jardín (Gen. 2.9; 9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y
del mal.)
(Ap. 22.2-14 2En medio de la calle de la
ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando
cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de
las naciones. 3Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del
Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4y verán su rostro, y su nombre estará en sus
frentes. 5No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. 6Y me dijo: Estas palabras son
fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto. 7¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la
profecía de este libro. 8Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me
mostraba estas cosas. 9Pero él me dijo: Mira, no lo hagas;
porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que
guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 10Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro,
porque el tiempo está cerca. 11El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. 12He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno
según sea su obra. 13Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el
primero y el último. 14Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al
árbol de la vida, y para entrar por las puertas
en la ciudad.).
La
revelación de Jesucristo
(Apocalipsis
1:1-3)
1La revelación de Jesucristo, que Dios le
dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la
declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2que
ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de
todas las cosas que ha visto. 3Bienaventurado el que lee, y
los que oyen las palabras de esta profecía, y
guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
Salutaciones
a las siete iglesias
(Apocalipsis
1:4-8)
4Juan,
a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y
que era y que ha de venir, y
de los siete espíritus
que están delante de su trono; 5y de Jesucristo el testigo fiel,
el primogénito
de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su
sangre, 6y
nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él
sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
7He
aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la
tierra harán
lamentación
por él. Sí, amén. 8Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin,
dice el Señor,
el que es y que era y que ha de venir, el
Todopoderoso.
Una
visión del Hijo del Hombre
9Yo
Juan, vuestro hermano, y copartícipe
vuestro en la tribulación,
en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos,
por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 10Yo estaba en el Espíritu en
el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, 11que
decía: Yo soy el Alfa y la
Omega, el primero y el último.
Escribe en un libro lo que ves, y envíalo
a las siete iglesias que están en
Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo,
Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
12Y me volví para ver la voz que hablaba
conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13y en medio de los siete candeleros, a uno
semejante al Hijo del Hombre,
vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un
cinto de oro. 14Su
cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de
fuego; 15y sus pies semejantes al
bronce bruñido, refulgente como en
un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16Tenía en su diestra siete
estrellas; de su boca salía
una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece
en su fuerza.
17Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el
primero y el último; 18y el que vivo, y estuve
muerto; mas he aquí que
vivo por los siglos de los siglos, amén. Y
tengo las llaves de la muerte y del Hades. 19Escribe las cosas que has
visto, y las que son, y las que han de ser después de estas. 20El misterio de las siete
estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las
siete estrellas son los ángeles
de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete
iglesias.
Entregar las iglesias.
|
Mensajes
a las siete iglesias:
El
mensaje a Éfeso
(Apocalipsis
2:1-7)
1Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso:
El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los
siete candeleros de oro, dice esto:
2Yo
conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a
los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los
has hallado mentirosos; 3y has sufrido, y has tenido
paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has
desmayado. 4Pero tengo contra ti, que
has dejado tu primer amor. 5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras
obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si
no te hubieres arrepentido. 6Pero tienes esto, que
aborreces las obras de los nicolaítas,
las cuales yo también
aborrezco. 7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al
que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Nicolaítas.
Seguidores de
un tal Nicolás, cuyas obras y enseñanzas en las iglesias de Éfeso (Ap. 2:6)
y de Pérgamo (Ap.2:15s.) fueron condenadas. Puesto que la misma inmoralidad
e idolatría aparecen en la iglesia de Tiatira (Ap. 2:20-25), es probable
que esta secta herética existiera allí también (JEZABEL). Sus enseñanzas
(componendas de las prácticas paganas, que permitían a los cristianos
participar en algunas prácticas inmorales) parecen paralelas a las de
Balaam, con cuyo nombre algunos tratan de emparentar a Nicolás (gr.=”conquistador
del pueblo”) Algunas referencias en Ireneo, Tertuliano y Clemente sugieren
que los n. continuaron como secta gnóstica hasta el 200 d. C.; los primeros
dos identifican al fundador como Nicolás de
Antioquia
(Hch.. 6:5), pero sin base adecuada. |
Las
siete iglesias a las que se les dirigen las cartas en los versículos 2 y 3 son significativas
en diversas maneras. En primer lugar, cuando Juan escribió eran iglesias reales
que existían en las ciudades mencionadas. Aparentemente no eran las más importantes
de aquellos días, ya que solamente dos –Éfeso y Laodicea- se habían mencionado
anteriormente. Pero eran iglesias reales con los problemas y las fuerzas que se
dicen de ellas. Estas iglesias eran representativas de todas las iglesias de
aquellos tiempos y también de las generaciones siguientes. Igual que las cartas
a los Corintios, aunque escritas a la iglesia en Corinto, concierne a las
iglesias de todas partes y de todos los tiempos. Dos razones confirman el
carácter representativo de estas siete iglesias
1.
Simplemente el hecho de que sean siete. De todas las iglesias que se podían
haber elegido (Jerusalén, Antioquia, Alejandría, Corinto, Roma, Colosas y
Pérgamo) sólo se han seleccionado estas siete.
2.
En la promesa que hay al final de cada carta para cada una de estas iglesias,
hay la exhortación a oír lo que el espíritu dice a “las iglesias”, A pesar de que
cada carta va dirigida a una iglesia, la promesa es para todas las iglesias.
Cada una de las cartas
consta de siete partes:
1. Dedicatoria.
2.
Descripción del Señor
3.
Alabanza o aprobación.
4.
Denuncia o condenación.
5.
Exhortación.
6.
Advertencia de disciplina.
7.
Promesa al vencedor.
El
mensaje a Éfeso Ap. 2:1-7
Éfeso
era la capital de Asia Menor, residencia de Juan antes y después del exilio en
Patmos, y el lugar de una de las siete maravillas del mundo antiguo: El templo
de Diana.
La síntesis de
Artemisa de Éfeso: un grabado del siglo XVIII (18) de una copia romana en
mármol de una réplica griega (perdida) de un xoanon del periodo geométrico.
|
Xoanon
Un Xoanon (griego antiguo: plural:
xoana) es una escultura de madera con carácter votivo que se realizaba en la
época arcaica de la Antigua Grecia y estaba vinculada a los templos.
Votivo, va
adj. Ofrecido por voto o promesa, o
relativo a él: imagen votiva.
La iglesia de aquella ciudad fue establecida
por Pablo en su tercer viaje misionero (Hechos
19), y entre sus dirigentes espirituales se contaban Aquila, Priscila, apolos,
Timoteo y Juan Éfeso (significando deseable) puede representar a la edad apostólica.
1.
Dedicatoria (Apocalipsis 2:1)
Escribe
al ángel (prob. Los ancianos o responsable de la iglesia) de la iglesia en Éfeso:
Porque Éfeso fue
seleccionada en primer lugar:
a. Era la ciudad más importante
del Asia Menor comercial y políticamente.
b. Era sede del ministerio
del apóstol Juan.
2.
Descripción del Señor (Apocalipsis
2:1)
El
que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete
candeleros de oro, dice esto:
En
cada carta el Cristo resucitado se presenta a Sí mismo en forma singular,
seleccionada en su mayor parte, de la representación del cap. 1 Tiene siete
estrellas en su diestra.
El sostiene firmemente en su
diestra a las siete estrellas, es decir, los ángeles o mensajeros de las
iglesias. Anda en medio de los candeleros de oro.
Los candeleros son las siete
iglesias (Apocalipsis 1:20)
Aquí
vemos a alguien que se mueve vigilante y ejerce control sobre las iglesias. Aquí
vemos la autoridad de Cristo. Al parecer, las circunstancias de la iglesia de Éfeso,
necesitaban de la autoridad del Señor y al mismo tiempo, su protección, Dios
satisface ambas necesidades (Levítico.
26:12 12y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi
pueblo)
DIOS
ESTA EN MEDIO DE NOSOTROS, SOSTIENE A SUS
SIERVOS
Y CUIDA A SU IGLESIA.
¿TE
PARECE DIOS IMPERCEPTIBLE?
¿A
VECES TE PREGUNTAS EN DONDE ESTA?
EL
ESTA EN MEDIO DE NOSOTROS.
3.
Alabanza o aprobación (Apocalipsis
2.2-3)
2Yo conozco tus obras, y tu
arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado
a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3y
has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi
nombre, y no has desmayado,
a.
Por el celo en el obrar
Dios
conoce lo que hacemos, conoce nuestras obras. Tiene un conocimiento completo y
total, no hay nada que se le oculte, una tendencia humana es esconderse cuando
obra mal. Un hermano que no ha confesado una ofensa, que tiene guardado algo
que a Dios no le agrada, normalmente tiende a querer desaparecer, o hacerse el
“loco”, como que Dios no le ve, pero no es así. Nuestras obras están a la luz
de su conocimiento.
Los creyentes de Éfeso
trabajaban arduamente, trabajo esforzado. Su esfuerzo por el servicio a Dios
les producía agotamiento.
¿Qué tanto estoy cansado por
servir a mi Señor?
Ellos tenían paciencia en
las circunstancias, eso nos enriquece y nos hace madurar.
b.
Por la pureza doctrinal
No podían soportar a los
malos.
Probaban a supuestos
apóstoles.
Aborrecían las obras de los nicolaítas
(Apocalipsis 2-6).
Los efesios no toleraban el
peso de la carga de los falsos maestros, quienes, evidentemente, eran una carga
muy pesada.
Los líderes de Éfeso tenían
el suficiente conocimiento y discernimiento espiritual para emitir tal veredicto.
Entre los falsos maestros estaban los nicolaítas, este grupo era de origen
incierto, pero es evidente que eran influyentes.
Algunos creen que el error
de los nicolaítas consistía en exaltar al clero por encima de los laicos.
c.
Por resistir en medio de la prueba
Los efesios estaban firmes
en su actitud de fidelidad al Señor.
El desmayar no formaba parte
de su mentalidad.
Quizá les faltaba el fervor
de la fe.
Hay obras, esfuerzo, pero no
hay amor. Hay paciencia, pero no hay esperanza.
4.
Denuncia o condenación (Apocalipsis
2:4)
4Pero tengo contra ti, que
has dejado tu primer amor.
¿A qué clase de amor se
refiere? ¿Amor a Cristo o a los creyentes?
Has dejado, es un abandono
definitivo y triste.
Se enfilaron a pesar de la
pureza doctrinal.
Eran muy ortodoxos pero no
tenían fervor.
(Ortodoxo, 1Que sigue fielmente los principios de una doctrina o una
tendencia o que cumple unas normas tradicionales y generalizadas.)
Imaginemos la vida de los
efesios y pensemos si nosotros nos parecemos a ellos o no, como individuos y
como iglesia:
La rutina cede
a la espontaneidad; los conceptos y frases, suplantan a Cristo mismo. La
exactitud teológica es mejor que un fuerte abrazo y el sobrellevarnos unos a
otros.
La obra de
Dios cobra más importancia que el Señor de la obra; la iglesia de Cristo que el
Cristo de la iglesia.
¿Cómo es posible? A veces el
enfriamiento es apenas perceptible. Un proceso lento. Mucho trabajo, falta de
tiempo, pocas atenciones, poca oración, etc.
El
creyente puede abandonar su amor hacia el Señor, pero el amor del Señor nunca
se aleja del creyente (Romano. 8:35-39 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de
matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro.)
Cristo no nos ama por lo que
somos, sino pese a lo que somos. El amor con el que Dios ama al creyente, a ti
y a mi es verdaderamente asombroso (1
Juan 3.1 1Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.)
5.
Exhortación (Apocalipsis
2:5)
5Recuerda, por tanto, de
dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras;
a.
Recordar.
El mandato es mirar al
pasado y recordar el lugar de donde habían salido. La historia pone de manifiesto
que la iglesia de Éfeso tuvo muchos beneficios. Por allí pasaron grandes
predicadores, La distancia de la caída era considerable. De un devoto servicio
de amor a un nivel más bajo de irreprochable ortodoxia. Una frialdad regular
que hacía que la congregación fuera ineficaz.
¿Cuántas bendiciones hemos
recibido?
¿Estamos contentos y
conformes siendo parte de una membresía sin vida?
b.
Arrepiéntete.
“Arrepiéntete de inmediato”.
Al recordar la relación
amorosa que tuvimos en el pasado debemos romper lo que en el presente estamos haciendo
mecánicamente.
Los que trabajan pueden
perder el primer amor, ¡imagínense los que no han decidido poner sus manos para
la obra de Dios!
c.
Haz las primeras obras
El dar marcha atrás es para
hacer las buenas obras primeras, aquellas que estaban motivadas por el amor a Cristo
en lugar de seguir anclados en la fría ortodoxia.
6.
Advertencia y reconocimiento (Apocalipsis 2:5,6 5Recuerda, por tanto, de
dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré
pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6Pero tienes esto, que
aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también
aborrezco.)
5 Pues si no, vendré pronto
a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6Pero
tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también
aborrezco. Vendré pronto, pues si no te arrepientes vendré pronto a ti, en
cualquier momento.
¿A que vendría el Señor?
Dice el texto a quitar tu candelero ¿A qué se refiere?
a. Juicio especial sobre Éfeso
ya efectuado. Su testimonio se enfrió y a la postre fue removido. Entonces la
frase no es una referencia a su parusía (venida), sino una visitación inmediata
para un juicio preliminar.
b. Pero si se tiene en
cuenta el contexto general del Apocalipsis es sensato tomar la frase como una
referencia a la venida futura de Cristo
Cualquiera que sea el tiempo
de esta venida, cuando quiera que esto ocurra, la remoción del candelero se
hará.
Entonces la exhortación es
para ellos y para nosotros.
Los cristianos debemos dar
testimonio de Dios y su amor en el mundo, ese es el candelero.
Si alguien no lo da o no es cristiano
delante del Señor será avergonzado por su enfriamiento.
Sé que es un pasaje difícil,
pero la invitación a arrepentirnos, todos la entendemos.
7.
La promesa al vencedor (Apocalipsis
2:7 7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios)
7El que tiene oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol
de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
a. Hay una promesa
individual (creyentes sensibles que escuchan la voz de Dios) y una promesa
universal.
El mensaje a la iglesia de Éfeso
debe ser escuchado por todas las demás congregaciones, puesto que las mismas
verdades son aplicables cuando existen las mismas condiciones.
b.
¿Quién es el que vence?
Primero es el que tiene fe,
el que cree, y sabe del triunfo de Cristo en el mundo (Juan 16:33 33Estas cosas os he hablado
para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.)
c.
El árbol de la vida.
Dios nos da. Por decisión
propia y de buena voluntad.
Dios da comida. En un acto
de relación íntima, profunda. No tomamos del árbol de la vida. Por el pecado se
nos negó este fruto, pero el creyente recupera el disfrute de este árbol en virtud
de vencer el mal en Cristo.
Paraíso
de Dios
Todo esto se refiere a la
habitación de Dios, un hogar permanente de los redimidos de Cristo.
Siempre ha habido
• Iglesias que dejan su primer amor
(Éfeso).
• Iglesias que sufren persecución y pruebas
(Esmirna).
• Iglesias mundanas en la práctica
(Pérgamo).
• Iglesias culpables de dar falsas
enseñanzas (Tiatira).
• Iglesias que toleran el pecado (Sardis).
• Iglesias con sólo un poco de fuerza
(Filadelfia).
• Iglesias que niegan la deidad de Cristo
(Laodicea)
La oposición satánica
mencionada por Juan en los mensajes a las siete iglesias, nunca ha cesado.
Satanás es mencionado en total ocho veces en el Apocalipsis y cinco de ellas
están en conexión con las iglesias (seis veces, si incluimos el nombre
"diablo" de 2:10). La iglesia profesante a través de toda la historia
ha sido tentada por Satanás de muy diversas maneras.
Explorando la idea de
considerar las siete iglesias como un sumario de las siete épocas de la
historia eclesiástica, damos a continuación los períodos y fechas aproximados.
A. Éfeso (2:1-7)
La Iglesia del primer amor (Siglo I
d.C.)
El nombre "Éfeso" significa
deseada o primer amor y describe adecuadamente el primer siglo de historia de
la Iglesia, el cual se caracterizó generalmente por un profundo amor y un
ardiente celo por Cristo y también por una inflexible oposición a los falsos
maestros y a las doctrinas erradas. Éfeso era el centro de una densa población cristiana
y gracias a los esfuerzos de Juan, el cuerpo principal de los pastores de la
región se mantuvo firme contra toda herejía y unánime en la exclusión de los
maestros falsos de las iglesias. Sin embargo, la iglesia que Juan más conocía y
amaba había dejado el celo del principio. Las flores habían caído del árbol. La
primera luz se estaba convirtiendo en lobreguez. (Vea Hechos 20:17-31.)
Éfeso, la famosa capital del
estado jónico, era conocida como "la luz de Asia". Era famosa por su
riqueza, su sabiduría y su perversión. La adoración de Diana (vea Hechos 19) se
extendió de allí a todo el mundo entonces conocido. Pero la iglesia de Éfeso
(madre de todas las iglesias de Asia) se alza sobre las demás como la más
espiritual de todas ellas, según lo expresa el relato sagrado. Sin embargo,
como el doctor Campbell Morgan nos recuerda, "el origen de la iglesia de
Éfeso está descrito en Hechos 18 — 20; el ministerio elocuente pero parcial de
Apolos fue suplementado y ampliado por el de Pablo. La carta a Éfeso describe
la situación de la iglesia unos treinta y cinco años más tarde."
Éfeso estaba entregada a la
idolatría y una de las herejías prevalecientes consistía en afirmar que los
cristianos podían participar de las inmoralidades de los festivales paganos.
Por esta razón, muchos cristianos dejaron su primer amor. ¿Somos nosotros tan
ardientes y fervorosos en el Señor hoy como lo fuimos en los primeros días de
nuestra vida cristiana, cuando todo lo llevábamos al altar? Aunque quizá
todavía nos quede un lenguaje teológico, ¿no podría ocurrir que nuestro corazón
haya dejado de palpitar con el amor a Jesús que manifestamos en los primeros
años de nuestra vida cristiana?
I.
Conclusión
• El mensaje a la iglesia de
Éfeso es de vital importancia para la iglesia de hoy. Hay muchas congregaciones
e individuos con las mismas características.
• Tienen celo doctrinal, trabajan
arduamente, pero sufren un enfriamiento espiritual que afecta su vida diaria.
• ¿En qué lugar estamos?
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