Carta a la iglesia de Tiatira.
(Apocalipsis 2:18-28)
Destino,
2:18. Tiatira, a unos cincuenta y cinco kilómetros al sur este
de Pérgamo, era notoria por sus numerosos gremios de comercio y por su lana e
industria de tinturas. Era el hogar de Lidia (Hech. 16:14). El nombre significa
sacrificio incansable, y si estas iglesias retratan eras de la historia de la
iglesia, Tiatira – tanto por su nombre como por la actividad de Jezabel –
retrata la Edad Media y el influjo de la iglesia Romana.
El
Señor, 2:18. El Señor se presenta a Sí mismo a esta
iglesia como el ser divino (“Hijo de Dios”) el Ejecutor del juicio (“ojos como
llama de fuego”).
Alabanza,
2:19. A la iglesia se la alaba por sus obras crecientes ya que
las postreras eran más que las primeras.
Condenación,
2:20-23. Se reprende a la iglesia por permitir la falsa enseñanzas
de una profetisa que abiertamente defendía la apostasía. Su nombre verdadero
podía o no haber sido Jezabel, pero en su modo de actuar era una verdadera
Jezabel (I Reyes 16; II Reyes 9). Promovía la inmoralidad y la idolatría (V.20)
en un contexto doctrinal que se describe como las “profundidades (cosas
profundas) de satanás” (v.24). Como no se había arrepentido a pesar de la
paciencia de Dios, El prometió juzgarla, arrojándola a un completo abandono en
su forma de vida (v.22), tribulaciones para los que con ella se asocian (v.22),
y muerte posterior para purificar la iglesia. (v.23).
Exhortación,
2.24-25. La exhortación para aquellos para aquellos que no habían
negociado con Jezabel era “ninguna otra carga” sino abstenerse de inmoralidad e
idolatría. La frase es un eco en Hechos, 15. 28-29.
Promesa, 2:26-28. A los fieles se les promete
asociación con Cristo en su reino
milenial (vv.26-27. Ver Salmo 2.9) y la “estrella de la mañana” (v. 28). Esta
es una referencia a Cristo mismo (cf. 22.16) y probablemente un intento para
que vuelvan a una esencial lealtad hacia Él.
Tiatira
(2:18-29)
La Iglesia papal (500-1500 d.C.)
Los viajeros aseguran que el camino entre
Tiatira y Pérgamo es uno de los más bellos del mundo. Tiatira, puesto militar
de Pérgamo, era famosa por su industria de teñido de brillantes telas
escarlata, las cuales eran muy usadas en toda Asia y Europa. Dentro de la
ciudad había un magnífico templo de Diana. También era el pueblo de Jezabel, la
notable e influyente maestra, quien abierta y militantemente apoyaba la vida
inmoral.
G. Campbell Morgan sugiere
que "la historia de la iglesia de Tiatira podría trazarse
retrospectivamente hasta las reuniones de oración a orillas del río mencionadas
en Hechos 16, puesto que Lidia, cuyo corazón fue abierto por el Señor en
aquella ocasión, era nativa de Tiatira. ¿Qué cosa más apropiada que suponer que
ella fue el instrumento para la fundación de aquella iglesia cuando regresó a
su ciudad natal?"
Tiatira significa
"sacrificio continuo." La palabra implica que es "un sacrificio
cuyo transcendente resplandor queda opacado por la repetición". Ahora
llegamos al surgimiento del papado, con la introducción de la mariolatría.
Durante el siglo séptimo, el obispo de Roma ascendió al lugar de cabeza de la
Iglesia entera. La adoración de la virgen María como Reina del Cielo fue
introducida en la Iglesia procedente del paganismo babilónico y casi todos los
templos paganos fueron transformados en "iglesias cristianas" por el
mero hecho de pintar los nombres de los apóstoles sobre los viejos ídolos y
adorar al sacerdote con una cruz. Apareció el sacerdocio, junto con el altar y
el sacrificio. Este período también se caracterizó por un avance consecutivo y
progresivo de la apostasía.
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