(Apocalipsis 3:1-6)
Destino.
3.1. Sardis, como a unos cuarenta y ocho kilómetros al sur de
Tiatira, era la capital de Lidia. Se tenía a la ciudad por inexpugnable, pero
Ciro, rey de los medos-persas, la capturó, siguiendo un camino secreto por el
acantilado. La palabra Sardis posiblemente venga de una palabra hebrea que
significa resto o remanente. Esta iglesia puede representar el periodo de la
reforma.
El
Señor. 3.1. El Señor aparece como el que está lleno de
sabiduría (siete espíritus) y el que lleva el control total de la dirección de
las iglesias (siete estrellas, cf.1.20).
Alabanza.
3.1. En un sentido es cierto decir que no hay alabanza para esta iglesia, pues solo se reconoce que hay
unos cuantos fieles en Sardis. La iglesia había fallado, como tal.
Condenación.
3. 1-2. La iglesia es condenada por su profesión sin vida (v.
1b). El que sabe todas las cosas distinguió la verdadera condición de la
iglesia, que estaba muerta, aunque exteriormente parecía viva. En segundo lugar
se condena a la iglesia por sus obras incompletas (v. 2, “perfectas” debería
ser interpretado como “plenas” o “completas”).
Exhortación.
3. 3. Igual que a la iglesia de Éfeso, a esta se le exhorta a
que recuerde lo que había recibido y oído en los primeros días de su
experiencia cristiana (cf. Heb.10.32; Gal. 5.7). También se exhorta a la gente
a que vele y esté preparada para la venida del Señor (1ª. Tes.5:6-8).
Promesa.
3.5-6. Al verdadero elemento creyente de la iglesia se le
promete vestiduras blancas, signo de pureza (cf.19.8, 14). La gracia del Señor
se despliega en la afirmación del versículo 4, diciendo que estos pocos son
dignos de andar con el Señor en pureza. La certeza de la promesase reafirma al
decir que éstos no (doble negación enérgica) sean borrados del libro de la vida
(cf. 20.12). También, a estos cuantos fieles se les reconocerá públicamente
delante del Padre y Sus ángeles.
Sardis (3:1-6)
La Iglesia reformada (1500-1700 d.C.)
En el siglo VI, Sardis llegó a ser una de
las ciudades más importantes y prósperas que había en el mundo antiguo. Era la
capital del reino de Lidia. El nombre actual de esta ciudad, antes rica y
orgullosa, es Sart. Su lugar se halla desolado por completo actualmente.
"Sardis" significa
"remanente" o "piedra preciosa" o "cosas que quedan de
antes". El sardio, sardónice o sardónica, un bello tipo de ágata, lleva el
mismo nombre. En la iglesia de Sardis, la mayoría de los miembros estaban
entregados completamente a las prácticas paganas. Tenían nombre de vivos, pero
en realidad estaban muertos. Unos pocos de ellos, sin embargo, permanecían
fieles al Señor y a su Palabra. Mientras que por una parte tenemos en Sardis un
nuevo principio, por ser éste el período en el cual se dejó atrás la historia
asociada con Jezabel, por la otra, las fuerzas de la Reforma no duraron lo
suficiente como para evitar la caída en un frío formalismo religioso. Satanás
detuvo la Reforma a medio camino, y la Iglesia nunca se ha recuperado. Hoy, en
muchos lugares, la Iglesia es ortodoxa, pero legalista, y lleva una ortodoxia
muerta y estéril. Es como un cuerpo bien vestido, pero carente de vida.
La carta a Sardis (3:1-6)
En esta quinta carta
parecería como si Cristo estuviera empezando de nuevo. Y Sardis en realidad
marca un notable cambio en la serie.
En las cartas anteriores lo
bueno era la regla y lo malo la excepción. Pero aquí en Sardis es todo lo
contrario: sólo un pequeño remanente merecía los elogios de Cristo, cuyo
"yo conozco" consiste ahora en escrutinio y condenación.
Tanto el Espíritu como los
líderes espirituales están bajo el control de Cristo y son sus canales de
operación. Toda la plenitud de poder y sabiduría, de las cuales carecía Sardis,
estaban en posesión de Cristo. Aunque esta iglesia parecía perfecta a los ojos
de los hombres, no lo era ante los ojos de Dios. Tenía un nombre y una
reputación en lo que respecta a organización y ortodoxia, pero se encontraba
desposeída de vida espiritual. ¡Tenía obras sin vida!
Dice G. Campbell Morgan:
"Es muy probable que existiera en ella conformidad con el modelo de la
Iglesia según Hechos 2:41, 42 en lo que respecta a reglamentos y adherencia a
la doctrina. La forma de adoración y la generosidad estaban libres de reproche.
Pero ante los ojos del Señor todo era un mero andamiaje, como un sepulcro blanqueado,
o como las flores artificiales."
En vista de la segunda
venida, la iglesia recibe la exhortación al arrepentimiento. Como un ladrón,
Cristo les quitaría todo lo que poseían si no hacían caso y no se volvían de su
ortodoxia muerta y estéril. Dos veces había sido conquistada la ciudad de
Sardis por no estar alerta. Cristo le dice a la iglesia cual sería el resultado
de que no estuviera atenta a su llegada.
Sin embargo, aún había unos
pocos en Sardis que no habían contaminado sus vestiduras y constituían la
manifestación de la justicia en victoria. El nombre "Sardis"
significa "remanente" y viene de una raíz hebrea que tiene el sentido
de "aquellos que escapan o han escapado". En la iglesia de Sardis se
podían encontrar unos pocos creyentes que habían escapado de la contaminación
que les rodeaba, que tenían un nombre al cual hacían honor valientemente, con
su vida por Cristo.
¿Estamos nosotros entre los
pocos que se han separado para el Señor y mantienen una perfecta fidelidad a
Él? Si es así, entonces también participaremos de las recompensas que Él tiene
para aquellos que son dignos. Debe aclararse que el "borrar el
nombre" (3:5) tiene que ver con la profesión de la fe de la persona, y
aquél en quien ha creído. Compare esto con 13:8; 17:8; 20:15.
Sardis era una iglesia de
títeres muertos, que realizaban todas las acciones del cristianismo, pero
producían únicamente obras muertas, porque los miembros no eran animados por la
vida que fluye de Dios. De manera que el Señor les habla como Aquél en quien se
encuentra avivamiento. Él está dispuesto a derramar su Espíritu en su séptuplo
plenitud, y el gobierno de las iglesias está en sus manos (1:20).
A Sardis se le da un
mandamiento similar al que se le dio a Efeso en 2:5. Esta iglesia debía
volverse a aquellas cosas que le habían sido de estima en los primeros tiempos.
A la luz de lo que antes era vida para ella, debía dejar de hacer lo que estaba
haciendo actualmente, para que la chispa de luz que todavía tenía no llegara a
morir definitivamente. La condición para mantenerse con vida era velar,
mantenerse despiertos; la otra alternativa eran el sueño de la muerte y el
repentino e inesperado juicio del Señor.
Todo cristiano verdadero
tiene la seguridad de que su nombre está en el libro de la vida (Lucas 10:20).
Sin embargo, aquellos que adulteren o falsifiquen la autoridad y veracidad de
la revelación, verán su parte quitada del libro de la vida (22:19). Aquí la
palabra "parte" significa "herencia." Todos tenemos una
herencia o recompensa, que nos puede ser quitada.
La maravilla de maravillas
es que Cristo va a confesar el nombre de sus santos victoriosos delante del
Padre y sus ángeles. ¡Y qué gran día será para nosotros si somos hallados
cubiertos de vestiduras blancas, que son la justicia de los santos!
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