domingo, 13 de junio de 2021

FIN:

 


Buenos administradores de la gracia de Dios

1 Pedro 4:1-11.

1. Así pues, si el Cristo ha sufrido por ustedes en la carne, también ustedes ármense con este mismo pensamiento, porque todo el que muere a su carne cesa de todo pecado, 2. para que de aquí en adelante, el tiempo que le resta en el cuerpo no lo viva para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios; 3. porque el tiempo pasado fue suficiente para haber hecho lo que agrada a los paganos, en libertinaje, en borracheras, en disolución, en desenfrenos y en adoración a espíritus malignos. 4. Y he aquí ahora se sorprenden y los injurian porque no cometen excesos junto con ellos en la disolución en la cual antes andaban ustedes, y los ultrajan; 5. pero ellos darán cuenta a Dios que juzgará a los vivos y a los muertos, 6. porque por eso fue predicado también a los muertos, para que sean juzgados como hombres en la carne, pero vivan según Dios en espíritu. 7. Pero el fin de todas las cosas se aproxima; por tanto, sean sobrios y estén alertas en oración. 8. Y sobre todo, tengan ferviente amor unos por otros, porque el amor cubre multitud de faltas. 9. Sean hospitalarios con los extranjeros, sin murmuración. 10. Según el don que cada uno recibió de Dios, sirva con él a sus compañeros como buenos administradores de la gracia multiforme de Dios. 11. Todo el que habla, que hable de acuerdo a la palabra de Dios, y todo el que ministra, que ministre según el poder que Dios le da, para que en todo lo que ustedes hagan, Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y la honra por siempre y para siempre. Amén.

 ‘Epes, «fin; no; nada; solamente». Los 42 casos de este vocablo se encuentran en todos los períodos de la literatura bíblica. Tiene un cognado en ugarítico. Básicamente, el nombre significa que algo «llega a su fin» o «deja de ser».

Algunos estudiosos encuentran una relación entre esta palabra y el término acádico apsu (griego abussos), que era el precipicio de agua dulce que rodeaba el mundo (se consideraba que el mundo era una superficie plana con cuatro esquinas y rodeada de agua dulce). No obstante, esta relación es muy dudosa, ya que no se habla en ninguna parte de las Escrituras acerca de un área que esté allende a los confines de la tierra. La idea de «confines» de alguna cosa se encuentra en pasajes como Proverbios 30:4: «¿Quién subió al cielo y descendió? ¿Quién recogió los vientos en sus puños? ¿Quién envolvió las aguas en su manto? ¿Quién estableció todos los confines de la tierra?» (lba cf. Salmos 72:8). En otros contextos, ‘epes significa el «territorio» de naciones aparte de Israel: «Con ellos embestirá a los pueblos hasta los confines de la tierra» (Deuteronomio 33:17 rva). Es más frecuente que este vocablo se refiera a los pueblos allende de Israel: «Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra» (Salmos 2:8 rva). En Salmos 22:27, la frase ‹los confines de la tierra› es un sinónimo paralelo con «todas las familias de las naciones» por lo que «confines de la tierra» en contextos como este representaría a todos los pueblos de la tierra más allá de Israel.

‘Epes se usa para expresar lo «inexistente», sobre todo en la literatura poética, donde aparece casi siempre como sinónimo de ‘ayin («ninguno, nada»). En un caso ‘epes, con el significado específico de «no hay», se usa para comunicar que ya «no existe» nadie o nada: «¿No queda nadie de la casa de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios?» (2 Samuel 9:3 rva). En Isaías 45:6, el término significa «ninguno» o «nadie»: «Para que se sepa que desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, no hay ninguno fuera de mí» (lba; «nadie» rva; cf. v. 9).

En algunos pasajes, ‘epes se usa como una partícula negativa que significa «al final» o «nada»: «Y todos sus grandes serán nada» o «sus jefes desaparecerán» (lvp) y «no se nombrarán» (bla) más reyes (Isaías 34:12). La fuerza de esta palabra en Isaías 41:12 recae sobre la «inexistencia» de los que se oponen a Dios: «Aquellos que te hacen la guerra serán como nada, y como algo que no existe» (rva).

El término puede también indicar «nada» en el sentido de «impotencia» o «inutilidad»: «Todas las naciones ante Él son como nada, menos que nada e insignificantes son consideradas por Él» (Isaías 40:17 lba).

En Números 22:35, ‘epes significa «solamente» o bien «únicamente»: «Ve con esos hombres, pero hablarás solo la palabra que yo te diga» (cf. Números 23:13). En estos pasajes, ‘epes (con la partícula hebrea kî) califica la frase que le antecede. En 2 Samuel 12:14, los adversativos «pero», «sin embargo», «mas», etc. traducen un matiz especial del vocablo.

En Isaías 52:4, ‘epes precedido por la preposición be («por», «por causa de») significa «sin motivo, causa o razón»: «Asiria lo ha oprimido sin motivo».

Qets, «fin». Un cognado de esta palabra aparece en ugarítico. En el hebraico bíblico qets se encuentra unas 66 veces en todos los períodos.

Primero, el vocablo se usa para denotar el «fin de una persona», o sea, su «muerte»: «Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser» (Génesis 6:13 rvr, nrv). En Salmos 39:4, qets habla de la «máxima extensión de la vida humana» y particularmente en el sentido de su brevedad: «Señor, hazme saber mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que yo sepa cuán efímero soy» (lba.

Segundo, qets quiere decir «fin» en el sentido de «aniquilación»: «El hombre pone fin a la oscuridad, y examina en los lugares más recónditos las piedras de la oscuridad y de las tinieblas» (Job 28:3).

En tercer lugar, relacionado y a la vez muy distinto a la acepción anterior, está la acepción «extremo más distante», como por ejemplo el «final de un determinado período»: «Y después de algunos años descendió a Samaria para visitar a Acab» (2 Cr 18.2 rvr; cf. Gn 4.3: primera mención en la Biblia).

Un cuarto matiz enfatiza alguna «meta» en particular, no un simple final sino también la conclusión a la que se quiere llegar: «Aunque por un tiempo la visión tarde en cumplirse, al fin ella hablará y no defraudará» (Habacuc 2:3 rva).

En otro énfasis, qets se refiere a las «fronteras» o «límites» de algo: «A todo lo perfecto le veo límite, pero tu mandamiento es sobremanera amplio» (Salmos 119:96 rva).

En 2 Reyes 19:23, el vocablo (junto con la preposición le) se refiere a «lo más lejano»: «Llegué hasta su morada más lejana, al bosque más exuberante».

Qatseh, «fin; frontera; extremo; límite». El nombre qatseh aparece 92 veces en todos los períodos del hebreo de la Biblia.

En Génesis 23:9 qatseh significa «fin» en el sentido de «extremo o límite más distante»: «Para que me dé la cueva de Macpela que está en el extremo de su campo». El término significa «límite más próximo» en Éxodo 13:20: «Salieron de Sucot y acamparon en Etam, al borde del desierto» (rva; «entrada» rv). En otros casos, el vocablo claramente indica el «extremo o confín más distante»: «Si tus desterrados están en los confines de la tierra, de allí el Señor tu Dios te recogerá y de allí te hará volver» (Deuteronomio 30:4 lba).

En segundo lugar, qatseh puede significar un «fin temporal», tal como el final de un período. Este es el significado del término en Génesis 8:3, la primera vez que se usa: «Se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días».

Una acepción especial de qatseh se encuentra en Génesis 47:2, donde el vocablo se usa con la preposición mim («de entre»): «Luego tomó a cinco de entre sus hermanos y los presentó ante el faraón» (rva; cf. Ezequiel 33:2 lba). En Génesis 19:4, la misma construcción significa «de todos los distritos (o barrios) de una ciudad»: «Rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo». Una frase similar aparece en Génesis 47:21, pero repetido («desde un cabo … hasta el otro cabo» rv). Se puede traducir: «Desde un extremo a otro del territorio de Egipto» (rva). En Jeremías 51:31, la frase significa «todos los sectores», «todas partes» (rv) o «completamente».

Qatsah, «fin; frontera; borde, orilla; extremo». El nombre qatsah se encuentra en la Biblia 28 veces y también se halla en fenicio. El término se refiere primordialmente a objetos concretos. En algunos casos, sin embargo, qatsah se refiere a objetos abstractos como por ejemplo «los caminos de Dios»: «¡Y estas cosas no son más que los bordes del camino. Apenas el leve susurro que oímos de Él!» (Job 26:14 rv-95).

‘Ajarît, «trasero; fin; consecuencia; resultado; postrero; posteridad». También se encuentra el término en acádico, arameo y ugarítico. Aparece unas 61 veces en el hebreo bíblico durante todos los períodos; la mayoría de los casos están en la literatura poética.

Cuando se usa espacialmente, el vocablo identifica «el lugar más remoto y más distante»: «Si tomo las alas del alba y habito en el extremo del mar» (Salmos 139:9 rva).

El énfasis más frecuente de la palabra recae en «fin», «consecuencia» y «resultado». Este matiz se aplica al tiempo en un sentido superlativo o final: «Los ojos de Jehová tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio del año hasta el final de él» (Deuteronomio 11:12 rva).

Encontramos un leve cambio del significado en Daniel 8:23, donde ‘ajarît se aplica al tiempo en un sentido relativo o comparativo: «Al final del imperio de ellos, cuando los transgresores hayan llegado a su colmo, se levantará un rey de aspecto fiero y entendido en enigmas» (rva). Aquí el vocablo se refiere a los «últimos tiempos», aunque no necesariamente al «fin de la historia». Con un matiz diferente, el término puede significar «postrero» o «lo que viene después»: «Si fueran sabios, entenderían esto; comprenderían cuál sería su final» (Deuteronomio 32:29 rva). En algunos pasajes, ‘ajarît se refiere a la «postrimería» o «final» de una vida. Números 23:10 habla acerca de la muerte de la siguiente manera: «¿Quién contará el polvo de Jacob, o el número de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya».

En otros pasajes, ‘ajarît se refiere a «todo lo que viene después». En pasajes como Jeremías 31:17 el término se usa para hablar de la «descendencia» o «posteridad»: «Hay esperanza para tu porvenir; tus hijos volverán a su territorio» (rva). En Amós 9:1, ‘ajarît quiere decir «el resto» (los que quedan) de nuestros compañeros. Tanto «conclusión» como «resultado» son evidentes en pasajes como Isaías 41:22, donde el vocablo representa el «fin» o «resultado» de un asunto: «Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de suceder. Declárennos las cosas que han sucedido desde el principio, y prestaremos atención. O hacednos oír de las cosas por venir, y sabremos su final» (rva).

Un tercer matiz de ‘ajarît indica «lo último» o «de menor importancia»: «Vuestra madre se avergonzará sobremanera. Se volverá pálida la que os dio a luz. He aquí, será la última de las naciones: desierto, sequedal y tierra árida» (Jeremías 50:12).

El hecho que ‘ajarît junto con «día» o «años» puede significar tanto «un punto al final del tiempo» como «un período al final de los tiempos» ha generado bastante debate en torno a catorce pasajes veterotestamentarios. Algunos estudiosos consideran que este uso particular no es escatológico; que únicamente significa «los días que siguen» o «en el futuro». Este parece ser el significado en Génesis 49:1 (primera mención en la Biblia): «Reuníos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días postreros» (rva; «días venideros» lba). El término aquí se refiere a todo el período que sigue. Por otro lado, Isaías 2:2 usa el término de manera más absoluta refiriéndose a «los últimos tiempos»: «Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa de Jehovah será establecido como cabeza de los montes» (rva). Algunos estudiosos aseveran que el vocablo algunas veces puede referirse también al «punto final de los tiempos»: «He venido, pues, para hacerte entender lo que ha de acontecer a tu pueblo en los últimos días; porque la visión es aún para días» (Daniel 10:14 rva). No obstante, esta interpretación es muy debatida.

ADVERBIO

‘Epes, «sin embargo; no obstante; a pesar de; solo; mas» Este adverbio aparece por vez primera en Números 13:28: «Solo que el pueblo que habita aquella tierra es fuerte» (rva).

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