1
Pedro 3:12.
12. PORQUE LOS OJOS DE YAHWEH ESTÁN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OÍDOS ATENTOS PARA ESCUCHARLOS, PERO EL ROSTRO DE YAHWEH ESTÁ CONTRA LOS MALVADOS.
Término
usado de diversas maneras, pero especialmente para referirse, por alguna razón
extraordinaria, a la cara del hombre y, metafóricamente, a la cara de Dios. En
ocasiones es sinónimo de presencia personal y alude a la vida síquica, o a
determinado estado de ánimo (Génesis 4:5; 31:2; Éxodo 33:20; 2 Samuel 19:5; Salmos
42:2b; Isaías 6:5).
La
modestia y la reverencia se demostraban cubriéndose el rostro con un Velo, como
Rebeca frente a Isaac. Poner el rostro contra alguien siempre era gesto de
desagrado (Levítico 20:5; 1 Pedro 3:12). Inclinar el rostro a tierra es signo
de humillación. Por esta razón el hombre inclina su rostro delante del Dios Santo.
Al
hecho de que el sacerdote oficiara en el templo o visitara el santuario se le
llama «aparecer ante el rostro de Dios»
(Deuteronomio 10:8; 18:7; Éxodo 34:23;
Salmos 86:9). «Ver el rostro de Dios»
tiene un sentido puramente espiritual (cf. 1 Corintios 13:12). Dios muestra su
rostro cuando presta ayuda (Salmos 46:7; 31:16). Los que miran el rostro de
Dios mueren, a menos que obtengan una gracia muy especial y entren en una
relación muy íntima con Dios, como Jacob y Moisés (Génesis 32:30; Éxodo 33:11,
20; cf. Job 33:26)
Panîm,
«rostro, faz, cara». Este nombre se
encuentra en hebreo bíblico unas 2.100 veces y en todos los períodos; el
vocablo siempre se encuentra en plural, excepto en nombres de personas y lugar.
El término aparece también en ugarítico, acádico, fenicio, moabita y etiópico.
En
su acepción más básica, el nombre se refiere a la «cara» de algo. Primero, se refiere al «rostro» humano: «Abram se
postró sobre su rostro, y Dios habló con él» (Génesis 17:3 rva). En una
aplicación más específica, el término indica una expresión en el «semblante»: «Por eso Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante» (Génesis 4:5
rva). Retribuir «en su misma cara» a
alguien es dar el pago en persona (Deuteronomio 7:10 rva); en contextos como
este, el vocablo indica la persona misma. Panîm puede referirse a la parte
superficial o visible de las cosas, como en Génesis 1:2: «El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas». En otros
contextos, el término se refiere a la «parte
frontal» de algo: «Unirás cinco
tapices en un conjunto, y seis tapices en el otro conjunto. Doblarás el sexto
tapiz para que vaya en la parte frontal del tabernáculo» (Éxodo 26:9 rva).
Cuando se refiere al tiempo, el vocablo (con la preposición le) significa «antes»: «Y en Seir habitaron antes los horeos» (Deuteronomio 2:12).
Este
nombre se usa a veces antropomórficamente con relación a Dios; la Biblia habla
de Dios como si tuviera un «rostro»:
«El ver tu cara [panîm] ha sido como si hubiera visto el rostro [panîm] de Dios» (Génesis 33:10). La Biblia
enseña claramente que Dios es un ser espiritual y que no se le debe representar
con imagen ni representación alguna (Éxodo 20:4). Por tanto, no había imagen ni
semejanza de Dios en el Lugar Santísimo, solo estaba el arca del testimonio y
Dios hablaba desde encima de ello (Éxodo 25:22). Por esta razón, el término
panîm se usaba para denominar el pan que se guardaba en el Lugar Santo. La rvr lo llama «pan
de la proposición» y lba y Psh la «presencia»
(Números 4:7). Este pan se mantenía continuamente en la presencia de Dios.
Prosopon,
denota el semblante, lit. la parte hacia los ojos (de pros, hacia; ops, ojo).
Se utiliza: (a) del rostro (Mateo 6:16,17; 2 Corintios 3:7b; 2 Corintios 10:7:
«según la apariencia», lit. «las cosas que están ante su rostro»,
siendo la frase expresiva de un juicio superficial); (b) de la mirada, esto es,
del rostro, que por sus varios movimientos da una indicación de los
pensamientos y sentimientos interiores (p.ej., Lucas 9:51,53; 1 Pedro 3:12);
(c) de la presencia de una persona, siendo el rostro la parte más noble (p.ej.,
Hechos 3:13: «delante de Pilato»;
Besson, vm: «en presencia»; lit.
«ante el rostro»; 5.41: «la presencia»;
2 Co 2.10: «presencia»; Ap 12.14: «de
delante», rv; Besson: «la presencia»);
(d) la persona misma (p.ej., Gálatas 1:22: «vista»;
vm: «rostro»); 1 Tesalonicenses 2:17b:
«de vista» y «su rostro» (vm, respectivamente: «de rostro» y «rostro»);
(e) la apariencia que uno presenta por su riqueza o pobreza, su posición o
estado (Mateo 22:16; Gálatas 2:6; Judas 16); (f) la apariencia externa de cosas
inanimadas (Mteo 16:3; Lucas 12:56: «aspecto
del cielo»; 21:35; Hechos 17:26: «la
faz de la tierra»).
Escupir
en el rostro de una persona era expresión del mayor escarnio y aversión (p.ej.,
Mateo 26:67; cf. 27:30; Lucas 18:32). Véanse APARIENCIA, ASPECTO, FAZ, PERSONA,
PRESENCIA, RESPETO, VISTA.
Opsis,
es primariamente el acto de ver; luego: (a) el rostro; del cuerpo de Lázaro (Juan
11:44: «el rostro envuelto en un sudario»);
del rostro del Cristo visto en una visión (Apocalipsis 1:16: «su rostro era como el sol»); (b) la apariencia
externa de una persona o cosa (Juan 7:24: «No
juzgues según las apariencias», rvr; rv: «según lo que parece»). Véanse APARIENCIA, PARECER.
ROSTRO
Rostro radiante de
Moisés, Éxodo 34:30; 2 Corintios 3:7–8.
Transfigurado, Éxodo
34:29–35; Mateo 17:2; Marcos 9:2.
«Rostros de leones»,
1 Crónicas 12:8.
Avergonzado, 2
Crónicas 32:21; Salmo 109:29.
Sabiduría cambia rasgos
faciales, Eclesiastés 8:1.
Conciencia traicionada
por semblante, Isaías 3:9.
Variación de aspecto
del rostro, Ezequiel 1:10.
Rostros con diversas
apariencias, Ezequiel 1:10.
Cuatro caras,
Ezequiel 10:21.
Expresión falsa de
ayuno, Mateo 6:16.
Transfiguración de
Jesús, Mateo 17:2.
Aspecto de relámpago,
Mateo 28:3.
Evidencia de haber
estado con Jesús, Hechos 4:13.
Rostro angelical,
Hechos 6:15.
Maniobra para salvar
las apariencias, Hechos 16:35–40.
Olvida rostro
natural, Santiago 1:23–25.
Véase Semblante.
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