domingo, 14 de septiembre de 2014

Conozcamos la Biblia Jonás

LIBRO DE JONÁS

Aram., Ketava d′Yonán Nebya. Se traduce Libro del Profeta Jonás. El autor de este libro es el profeta Jonás, y su fecha de redacción se sitúa en el siglo VIII a.C.

EL MENSAJE DE DIOS AL MUNDO ENTERO

EXPLICACIÓN: Dios había dado a Jonás una tarea: predicar en la gran ciudad asiria de Nínive. Jonás odiaba a Nínive, y reaccionó con ira e indiferencia. Jonás aún tenía que aprender que Dios ama a todos. A través de Jonás, Dios recordó a Israel su deber misionero.
IMPORTANCIA: No debemos limitarnos a nuestra propia gente. Dios quiere que su pueblo proclame su amor por todo el mundo en palabras y hechos. Quiere que seamos misioneros dondequiera que estemos, dondequiera que nos envíe.


LA SOBERANÍA DE DIOS

EXPLICACIÓN: Aunque el profeta Jonás trató de huir de Dios, Dios tenía las riendas. Al dominar el mar bravío y un pez enorme, Dios hizo galas de su irresistible y a la vez compasiva manera de dirigir.
IMPORTANCIA: En vez de huir de Dios, encomiéndele su pasado, su presente y su futuro. Decirle no a Dios es desastre seguro. Decirle sí es adquirir una nueva comprensión de lo que es Dios y su propósito en el mundo.

ARREPENTIMIENTO

EXPLICACIÓN: Cuando el renuente profeta fue a Nínive, tuvo una gran aceptación. El pueblo se arrepintió y se volvió a Dios. Fue una tremenda reprimenda a Israel, que se creía mejor y sin embargo cerraba los oídos al mensaje de Dios. Dios perdona a los que se apartan del pecado.
IMPORTANCIA: Dios no premia ni el engaño ni la simulación. Quiere la devoción sincera de todos. No basta con compartir los privilegios del cristianismo: tenemos que pedirle perdón a Dios y dejar el pecado. No querer arrepentirse equivale a amar el pecado.

LA COMPACION DE DIOS

EXPLICACIÓN: El mensaje divino de amor y perdón no era solo para los judíos. Dios ama a todo el mundo. Los asirios no lo merecían, pero Dios los perdonó cuando se arrepintieron. En su misericordia, Dios no rechazó a Jonás por no ir a donde le mandaba. Dios tiene mucho amor, paciencia y misericordia.
IMPORTANCIA: Dios nos ama, aun cuando le fallamos. Pero también ama a los demás, a los que no pertenecen a nuestro grupo, trasfondo cultural, raza o denominación. Cuando aceptamos su amor, debemos aprender a aceptar a todos los que Dios ama. Nos es más fácil amar a los demás cuando amamos a Dios.


JONÁS (paloma)


I.             EL PROFETA

En 2R. 14:25 se habla por única vez en el AT de un profeta J. hijo de Amitai, oriundo de Gat-hefer, el cual profetizó bajo Jeroboam II (783-743) “que Jehová restituirá los términos antiguos de Israel”. A él tradicionalmente se ha atribuido el libro de J.

II.           EL LIBRO

A.   Contenido General

Dentro del conjunto llamado “Profetas Menores” está el libro se J. el cual, sin embargo, difiere totalmente de los escritos proféticos. No es profético en el sentido de que se suele hablar de los demás libros de este género (colección de los oráculos proféticos). Se presenta más bien como una sencilla narración de la comisión de Dios al profeta, el cual para eludir el encargo de ir a predicar a Nínive, capital de Asiria, se embarca en Jope rumbo a Tarsis. Una vez en camino a esta ciudad, convencidos los tripulantes, por las suertes echadas y la confesión del propio J., de que él es la causa de una súbita tempestad, el profeta es arrojada al mar el cual se calma (1:1-15). Un gran pez se lo traga y pasa en el vientre del animal tres días (2:1-10); después es vomitado en tierra firme (2:10).

     Después de una segunda comisión divina, J. va a Nínive y predica (único oráculo profético). La conversión de la ciudad es total (3:1-10). Enojado por ello J. llega a desear la muerte, pero es exhortado por Dios (4:1-11).

     El relato no indica quien sea el autor. J.es mencionado siempre en tercera persona. Hoy día es frecuente considerar inválida la teoría que afirma que el mismo profeta mencionado en 2R. 14:25 escribió el libro que lleva su nombre. Se dan para ello las siguientes razones: (1) los arameísmos, (2) las señales de hebreo tardío y (3) el mensaje central del libro. Sin embargo, ninguno de los argumentos es conclusivo; se reconoce cada vez más que muchos arameísmos se introdujeron en el heb. Del Norte, desde el tiempo de David. Además, hay un énfasis universalista incluso en el siglo VIII a.C. (Is. 2:2ss.).

     Muchos de los eruditos se inclinan por una fecha tardía, en la época posterior al exilio (587) probablemente en el transcurso del siglo V a.C. pero algunos lo fechan antes del exilio.

B.   Interpretación

El libro ha recibido las más variadas interpretaciones en cuanto a su carácter. Dos corrientes permanecen frente a frente: la literal (histórica) y la parabólica (didáctica). Tradicionalmente el libro se ha interpretado en el primer sentido, e.d. al pie de la letra, como la historia de la misión de J. y sus resultados. Así, J. sería el mismo que profetizo en tiempos de Jeroboam II (siglo VIII a.C.), el cual es mencionado en el encabezamiento del libro (1:1). Esta aproximación al libro se ha basado en (1) la tradición Judía y patrística; (2) las alusiones que Jesús hizo de la vida de J. (Mt. 12:40 y Lc. 11:30); (3) el hecho de que el libro se escribe como una historia, incluyendo muchos detalles geográficos, topográficos e históricos; (4) si no es histórico no hay razón para atribuir los sucesos al profeta J.; (5) si es una parábola, es extraño que sea tan larga y que no incluye más indicación o explicación  de su moraleja.
    
Hoy, sin embargo, muchos han abandonado la interpretación histórica, lo cual no significa negar la inspiración del libro, ni el elemento sobrenatural en las Escrituras. Es una cuestión literaria. Entre las razones de esta interpretación no-histórica se dan: (1) el extraño matiz de los milagros (la tempestad repentina, la calma renacida después de caer J. al mar, el gran pez, el retorno a la playa, la súbita conversión de aquella gran ciudad, el ricino que crece en una noche y en otra se seca); (2) aunque se ven ciertos paralelos con la misión  de Elías y Eliseo (1R. 17:9ss.; 2R. 5:1ss.), el relato no se incluye en los libros históricos; más bien parece una parábola dramatizada, al estilo del rico Epulón y el mendigo Lázaro (Lc. 16:19-31); (3) es cuestionable el gran tamaño de la ciudad que se refleja en 3:3; y (4) la falta de indicios o pruebas de una conversión masiva a Nínive.
    
Vale hacer unos comentarios sobre estas razones. Hay que reconocer que las alusiones de Jesús, aunque significativas, no comprueban la historicidad de J., pues Jesús no se pronunció al respecto. Por otra parte, tampoco son determinantes los argumentos contra la interpretación histórica. En cuanto a los milagros, se ven muchos en la Biblia, especialmente en el tiempo de Elías y Eliseo, los profetas más cercanos a J. en trasfondo, misión y tiempo. La cuestión del pez se ha discutido mucho. Han circulado varios relatos de sucesos modernos semejantes (con varios grados de confiabilidad). Quizás el más importante se encuentra en Princeton Theological Review XXV (1927), p. 636, donde se relata la experiencia de un hombre rescatado tres días después de ser tragado por un mamífero marítimo.

C.   Enseñanza

Es una de las más elevadas del AT. El tema central es su gran mensaje misionero. Nos muestra la universalidad de la salvación de Dios, su amor y providencia graciosa, la cual no es patrimonio exclusivo de ningún pueblo, ni siquiera el israelita, sino que puede abarcar a todos los gentiles. En este sentido, se suma a potras voces del AT: Is. 19:23-25 y al libro de Rut. No obstante, este designio universal de la salvación divina se opone al exclusivismo en que cayó la comunidad Judía. De ahí que un profeta sea enviado a una comunidad extranjera. Sin embargo, la resistencia de J. primero y después de su tristeza por la conversión de Nínive, que impidió temporalmente el cumplimiento del juicio de Dios, representa claramente la idea del particularismo judío. Por otra parte, el libro nos enseña que aun los más categóricos vaticinios de Dios contra los pueblos paganos, manifiestan la voluntad misericordiosa de Dios. Él solo espera alguna muestra de arrepentimiento para dar su perdón, porque también a los gentiles les es concedida la posibilidad de la conversión. Con J. estamos a un paso del evangelio.

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