jueves, 10 de septiembre de 2020

TALMUD


Tradición judaica que representa casi un milenio de actividad rabínica. Consiste de una enorme masa interpretación Bíblica, explicación de leyes y de sabiduría práctica, que originalmente se transmitía de forma oral y que a través de los siglos paulatinamente adquirió forma escrita de 550 d.C.

SUS COMIENZOS ORALES.

El proceso de comentar y explicar el texto Bíblico siguió inmediatamente a la divulgación de un determinado libro inspirado. Cuando en los días de Esdras el canon del Antiguo Testamento estaba casi completo, los eruditos judíos sentían vergüenza de que Dios no hablara como antes a su pueblo. Con el fin de llenar este vacío, se propusieron estudiar los libros Bíblicos y crear escuelas de interpretación que dieran actualidad a la antigua Torá. Esto daría la impresión de que Dios hablaba todavía. Como no todos los rabinos estaban de acuerdo con el significado de un pasaje dado, el estudiante tenía que aprender de memoria las opciones, a veces contradictorias, de generaciones de rabinos.

SUS BASES ESCRITAS: MIDRAS Y MISNÁ.

Con los años, la cantidad de material alcanzó tales proporciones que los eruditos decidieron escribirlos.

El método más antiguo de enseñar oralmente la ley era comentar la Biblia según el orden del texto; ésta forma de exponer las Escrituras se denominó MIDRAS (Exponer). Desde la entronización de la ley por Esdras en 444 y hasta 720 a.C., los escribas profirieron esta forma de enseñar.

Con la sucesión de cinco “Pares” de rabinos, entre quienes los más famosos fueron Samaí y Heliel (a fines del siglo I a.C.), surgió un nuevo método: MISNÁ (Repetición).

Este método permitía desarrollar un tema sin atenerse al orden Bíblico. Ya antes de 50 a.C., se escribieron las primeras compilaciones mísnicas y midrásicas.

Cada erudito matizaba las opiniones ya escritas, glosando el comentario de sus predecesores, y la discusión libre continuaba en la escuela Bíblica de varias localidades. La MISNÁ del rabí Judá (cerca 135-217 d.C.) codificó gran parte de la enseñanza corriente de su época. La actividad posterior de los escribas (hasta 550 d.C.) produjo la Guemará (Aprender). La misma Guemará juntas constituyen el TALMUD.

SU CONTENIDO.

 El Talmud se compone de seis tipos de leyes referentes a (a) La agricultura (b) El reposo, las fiestas y los ayunos, (c) El matrimonio y el divorcio, (d) Los asuntos civiles y delictuosos, (e) La liturgia, y (f) La pureza levítica.

Junto al material legal (Jal-Acá) aparece el material ético y religioso (Hagadá) que incluye homilías “Homilías: Lecturas del tercer nocturno de los maitines, extraídas de las homilías de los padres y doctores de la Iglesia.”, proverbios, leyendas, predicaciones, etc. Las docenas de temas gruesos acusan una enorme variedad de contenido que desafía a toda sistematización. Como producto de dos centros de erudición, aparecieron dos versiones del Talmud, la Palestina (o Yerusalmi) y la Babilónica, más completa y de más autoridad. Ambas se escribieron parte en hebreo y parte en arameo.

SU UTILIDAD.

Algunos de los conceptos del Talmud estaban presentes en el “clima espiritual” que rodeó al Señor Jesús y a los apóstoles, y que ellos rechazaron como violencia (por ejemplo Mateo 23) o aceptaron como consonante con la revelación Bíblica (por ejemplo. La fiesta de la dedicación Juan 22:24).

La evolución posterior del judaísmo, reflejado en el Talmud, tiene así mismo unos aspectos criticables y otros buenos; en todo caso su estudio arroja mucha luz sobre el Nuevo Testamento y la historia de la iglesia primitiva. La gran dificultad para el estudiante del desarrollo de las ideas es llegar a fechar la aparición de tal o cual tradición.      

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