Tradición
judaica que representa casi un milenio de actividad rabínica. Consiste de una enorme
masa interpretación Bíblica, explicación de leyes y de sabiduría práctica, que
originalmente se transmitía de forma oral y que a través de los siglos
paulatinamente adquirió forma escrita de 550 d.C.
SUS COMIENZOS ORALES.
El proceso de comentar y explicar el texto Bíblico siguió
inmediatamente a la divulgación de un determinado libro inspirado. Cuando en
los días de Esdras el canon del Antiguo Testamento estaba casi completo, los
eruditos judíos sentían vergüenza de que Dios no hablara como antes a su
pueblo. Con el fin de llenar este vacío, se propusieron estudiar los libros
Bíblicos y crear escuelas de interpretación que dieran actualidad a la antigua
Torá. Esto daría la impresión de que Dios hablaba todavía. Como no todos los
rabinos estaban de acuerdo con el significado de un pasaje dado, el estudiante
tenía que aprender de memoria las opciones, a veces contradictorias, de
generaciones de rabinos.
SUS BASES ESCRITAS: MIDRAS Y MISNÁ.
Con los años, la cantidad de material alcanzó tales
proporciones que los eruditos decidieron escribirlos.
El método más antiguo de enseñar oralmente la ley era
comentar la Biblia según el orden del texto; ésta forma de exponer las
Escrituras se denominó MIDRAS (Exponer). Desde la entronización de la ley por
Esdras en 444 y hasta 720 a.C., los escribas profirieron esta forma de enseñar.
Con la sucesión de cinco “Pares” de rabinos, entre
quienes los más famosos fueron Samaí y Heliel (a fines del siglo I a.C.),
surgió un nuevo método: MISNÁ (Repetición).
Este método permitía desarrollar un tema sin atenerse al
orden Bíblico. Ya antes de 50 a.C., se escribieron las primeras compilaciones
mísnicas y midrásicas.
Cada erudito matizaba las opiniones ya escritas, glosando
el comentario de sus predecesores, y la discusión libre continuaba en la
escuela Bíblica de varias localidades. La MISNÁ del rabí Judá (cerca 135-217
d.C.) codificó gran parte de la enseñanza corriente de su época. La actividad posterior
de los escribas (hasta 550 d.C.) produjo la Guemará (Aprender). La misma Guemará
juntas constituyen el TALMUD.
SU CONTENIDO.
El Talmud se
compone de seis tipos de leyes referentes a (a) La agricultura (b) El reposo,
las fiestas y los ayunos, (c) El matrimonio y el divorcio, (d) Los asuntos
civiles y delictuosos, (e) La liturgia, y (f) La pureza levítica.
Junto al material legal (Jal-Acá) aparece el material
ético y religioso (Hagadá) que incluye homilías “Homilías: Lecturas del tercer nocturno de los maitines, extraídas de
las homilías de los padres y doctores de la Iglesia.”, proverbios, leyendas, predicaciones, etc. Las docenas
de temas gruesos acusan una enorme variedad de contenido que desafía a toda
sistematización. Como producto de dos centros de erudición, aparecieron dos
versiones del Talmud, la Palestina (o Yerusalmi) y la Babilónica, más completa
y de más autoridad. Ambas se escribieron parte en hebreo y parte en arameo.
SU UTILIDAD.
Algunos de los conceptos del Talmud estaban presentes en
el “clima espiritual” que rodeó al
Señor Jesús y a los apóstoles, y que ellos rechazaron como violencia (por
ejemplo Mateo 23) o aceptaron como consonante con la revelación Bíblica (por
ejemplo. La fiesta de la dedicación Juan 22:24).
La evolución posterior del judaísmo, reflejado en el
Talmud, tiene así mismo unos aspectos criticables y otros buenos; en todo caso
su estudio arroja mucha luz sobre el Nuevo Testamento y la historia de la
iglesia primitiva. La gran dificultad para el estudiante del desarrollo de las
ideas es llegar a fechar la aparición de tal o cual tradición.
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