viernes, 11 de septiembre de 2020

ADÁN Y EVA

Génesis 2:24-25.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una carne. Y ambos estaban desnudos, Adán y su esposa, y no sentían vergüenza.

ADÁN.

La palabra hebrea Adán aparece más de 560 veces en el Antiguo Testamento y casi siempre significa “hombre” o “ser humano” (Génesis 7:23; 9:5-6). Muchas veces por ejemplo, en los primeros capítulos de Génesis, 1 Crónicas 1:1 quizás Job 15:7 y Oseas 6:7 y algunos otros textos en el relato del Antiguo Testamento. Adán, es el nombre propio del primer hombre, creado por Dios. No obstante, en varios textos, tanto por las cuestiones textuales como por problemas propiamente gramaticales, es difícil determinar si la traducción de la voz hebrea debe ser “Adán” o “el hombre”, por ejemplo, en Génesis 2:19-21 hasta Génesis 4:25 la Biblia de Jerusalén la traduce por “el hombre” mientras que la Reina Valera la traduce por “Adán”.

Según el relato de la creación, Adán fue formado a imagen de Dios según su semejanza (Génesis 1:26) del polvo de la tierra (2:7) y hecho un ser viviente por el soplo de Dios. Se le dio señorío sobre la creación en el huerto del Edén (Génesis 1:28; 2:8-16-20), y su compañerismo con Dios era perfecto (Génesis 3:8). “cuando no se halló ayuda idónea para él” (Génesis 2:20) Dios hizo caer sobre Adán un profundo sueño, y creo una mujer de una costilla suya.

Más tarde cuando Dios probó a Adán y a Eva por medio del “Árbol de la ciencia el bien y el mal” (Génesis 2:9; 3:1) ambos desobedecieron el mandato divino. Como consecuencia, a la mujer se le multiplicaron los dolores de parto, (Génesis 3:16), y la maldición de Dios cayó sobre la tierra que había labrado el hombre “espinos y cardos te producirá”… (Génesis 3:18-19). Ambos fueron echados del huerto del Edén (Génesis 3:24) pero a la vez, Dios les dio una promesa de esperanza para el futuro (Génesis 3:15) era padre de Caín, Abel y Set (Génesis 4: 1-2, 25-27) y vivió unos 930 años.

Después del exilio, en medio de la opresión de sus enemigos, los judíos empezaron a teologizar sobre lo que significaba la caída de Adán. Se echaba a él y a su pecado la culpa de la muerte, y de la existencia de los males en toda la creación terrestre.

(Baruc 1:17-22 -17 Porque hemos pecado contra el Señor, 18 le desobedecimos y no le hicimos caso cuando nos ordenaba que viviéramos según las leyes que había puesto delante de nosotros. 19 Desde el día en que el Señor nuestro Dios sacó a nuestros antepasados del país de Egipto hasta hoy, le hemos sido desobedientes y no hemos tenido cuidado de hacer caso de sus órdenes. 20 Por eso nos han venido tantos males, y estamos ahora bajo la maldición que el Señor ordenó pronunciar a su siervo Moisés cuando sacó de Egipto a nuestros antepasados, para darnos la tierra en que la leche y la miel corren como el agua. 21 Tampoco hemos hecho caso de lo que el Señor nuestro Dios nos ha dicho en todos los mensajes de los profetas que nos ha enviado. 22 Cada uno ha seguido las malas inclinaciones de su corazón, hemos dado culto a dioses extraños y hemos hecho cosas que son malas a los ojos del Señor nuestro Dios.- Jubileo 3:28-29 - 28 En aquel día quedaron mudas las bocas de todas las bestias, animales, pájaros, sabandijas y reptiles, pues hablaban todos, unos con otros, en un mismo lenguaje e idioma. 29 Dios expulsó del Jardín del Edén a todo mortal que allí había: todos fueron dispersados, según sus especies y naturaleza, hacia e1 1ugar que se les había creado.-)

NOTA: “Libros apócrifos: Los evangelios apócrifos o extracanónicos son los escritos surgidos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret que no fueron incluidos ni aceptados en el canon de la Biblia israelita Septuaginta griega, así como tampoco de ninguna de las versiones de la Biblia usadas por distintos grupos de cristianos como la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana e Iglesias protestantes. Entre esos escritos se encuentran los Manuscritos de Nag Hammadi”).

Incluso algunos rabinos lo culparon más tarde de varios desórdenes cósmicos.

El Nuevo Testamento nos da el verdadero significado teológico de Adán. Frente a las varias posturas modernas que ponen en tela de duda su historicidad, aquí es considerado como un ser histórico, Lucas 3:38 lo menciona como ascendiente de Jesús. Pablo afirma que Adán era el primer hombre (1 Corintios 15:45-47; 1 Timoteo 2:13-14) y por todas partes el paralelismo entre Adán y el Cristo implica que aquel era en verdad un ser real (Romanos 5:15-21).

Pablo nos enseña que el pecado y la muerte entraron por medio de Adán y que en él todos morimos, ya que hay tal tipo de solidaridad entre Adán y la humanidad que nos involucra a cada uno en su pecado y castigo. En varias de sus cartas Pablo presenta al Cristo como “el postrer Adán” o “el segundo hombre” (1 Corintios 15:45-47) en quien todos los hombres pueden disfrutar de abundante gracia, justificación, vida eterna, de la misma manera que, aparte del Cristo, comparten el juicio, la condenación y la muerte en el primer Adán (Romanos 5:12-21).

La referencia de “Enoc séptimo desde Adán” que se encuentra en Judas 14 puede ser una referencia histórica  a Gálatas 5, pero probablemente es una forma técnica para referirse al libro de 1 Enoc del cual viene la cita de Judas 14:15.

EVA.

Primera mujer, esposa de Adán, quien le llama “madre de todos los vivientes” (Génesis 3:20). La etimología exacta de Eva es difícil de establecer. En el relato de la creación, Dios, al ver que Adán estaba sólo y sin ayuda, hizo a la mujer de la misma sustancia del hombre (Génesis 2:21). Cuando Adán recibió a ésta criatura idónea y particular, la llamó “mujer” para expresar el común origen de los sexos. Así, Génesis 2 explica que la poderosa atracción entre el hombre y la mujer se debe a que en la creación fueron literalmente “una carne”.

Tentada por la serpiente, Eva reparó en el atractivo sensual, estético e intelectual de la fruta prohibida. Comió e indujo a Adán a la desobediencia también. El terrible castigo irresoluble: dolores en las preñeces, deseos de su marido, dominación por él (Gn 3). A pesar de la amenaza de la muerte, Eva pudo regocijarse del milagro de la continuación de la vida humana en la voluntad de Yahweh Dios. (Génesis 4:1).

Pablo se apoya precisamente en la susceptibilidad de Eva ante la tentación, para recomendar la sujeción de la mujer en la iglesia (1 Timoteo 2:11-15; Comparen 2 Corintio 11:3).

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