Apocalipsis
2:4-7.
Pero estoy contra ti, por cuanto has dejado tu primer amor. Por tanto, acuérdate de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras, porque si no iré a ti pronto y si no te arrepientes moveré tu candelero de su lugar. No obstante, tienes esto a tu favor: que aborreces la obra de los nicolaítas, la cual yo también aborrezco. El que tenga oídos, entienda lo que el espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de mi Dios.
Nicolaítas:
seguidores de un tal Nicolás, cuyas obras y enseñanzas en las iglesias de Éfeso
(Apocalipsis 2:6) y de Pérgamo (Apocalipsis 2:15) fueron condenadas. Puesto que
la misma inmoralidad e idolatría aparecen en la iglesia de Tiatira (Apocalipsis 2:20–25), es probable que
esta secta herética existiera allí también (Jezabel). Sus enseñanzas
(componendas con las prácticas paganas, que permitían a los cristianos
participar en algunas actividades inmorales) parecen paralelas a las de Balaam,
con cuyo nombre algunos tratan de emparentar a Nicolás (en griego, conquistador
del pueblo). Algunas referencias en Ireneo, Tertuliano y Clemente sugieren que
los nicolaítas continuaron como secta gnóstica hasta el 200 d.C.; los primeros
dos identifican al fundador como Nicolás de Antioquía (Hechos 6:5), pero sin
base adecuada.
NICOLÁS
(en
griego, conquistador del pueblo). Uno de los siete (Diácono) que la iglesia de
Jerusalén eligió para supervisar la distribución de alimentos y bienes comunes
(Hechos 6:5). Como prosélito de Antioquía, es ejemplo de cómo había prosperado
el evangelio entre los de la periferia del judaísmo. Es improbable que Nicolás
apostatara y fundara la secta de los Nicolaítas.
El
término nicolaítas viene del griego νικολαιτων
y significa «los seguidores de Nicolás».
Se han propuesto las más diversas hipótesis sobre este término que aparece sin
traducir en todas las versiones contemporáneas de la Biblia.
También
es probable que el término "nicolaítas"
tiene su raíz en dos palabras griegas nico
– laos, nico significa conquistar o estar sobre otros; laos significa pueblo, gente común, y es la raíz de la palabra
laico, dando a entender que es una especie de jerarquía en la Iglesia
primitiva.
El
nombre se menciona dos veces en el libro del Apocalipsis 2.
Los nicolaítas
eran conocidos en las ciudades de Éfeso y Pérgamo. Varios padres de la Iglesia,
incluidos Ireneo, Hipólito
Epifanio, y Teodoreto, también
mencionan a este grupo, señalando
a Nicolás el diácono como autor de la
herejía y jefe de la secta.
Interpretaciones.
Algunos
autores consideran que la mención de los nicolaítas es meramente una forma
simbólica de referencia, debido al carácter alegórico del Apocalipsis.
Consideran la palabra "Nicolaítas"
no como basada en el nombre de un individuo llamado Nicolás, sino como una
palabra descriptiva compuesta. "Nico" significa "vencedor"
en griego y laos "pueblo", Νικολαϊτῶν
=
seguidores del vencedor.
Johannes
Cocceius, conocedor del hebreo, consideraba que el nombre Balaam, depredador = בלע
, pueblo = עם (depredador, conquistador del
pueblo) podría ser interpretado como un equivalente hebreo del griego Nicolaíta.
Campegius Vitringa argumentó
en apoyo de esta opinión.
La
interpretación como «Conquistador del
pueblo» cuadra con lo indicado por William Branham, que postula en su libro
Las 7 edades de la Iglesia que esta corriente nicolaíta, surgida en los
primeros años de la Iglesia (edad de Éfeso), conquistó al pueblo a través de la
degradación de las personas en su vida espiritual, lo que en las edades
posteriores se intensificó gradualmente.
Para
algunos es una designación genérica de la herejía, para otros una secta cuyas
concepciones no conocemos. La Biblia de Jerusalén dice que se trató de una
doctrina que anunciaba las especulaciones del siglo II. Watchman Nee creía que
designaba a quienes establecieron el domino de las jerarquías sobre la iglesia
y refería a un grupo de personas que se consideraban a sí mismas superiores a
los creyentes comunes [cita requerida].
Otros en cambio piensan que los nicolaítas eran opuestos a toda norma o
autoridad.
No
se sabe a ciencia cierta cuáles eran sus prácticas religiosas. Ireneo dice que
eran seguidores de Nicolás, uno de los Siete diáconos, pero San Clemente de
Alejandría defiende a Nicolás diciendo que sus seguidores lo malinterpretaron.
Una
explicación distinta es la que ve en el nombre Nikólaos del nombre del
profeta-adivino que provocó, según algunas interpretaciones judías, la
desviación moral y religiosa de Israel, que comió de las ofrendas a los ídolos
y pecó de fornicación (Números 25:1-9; 3l,~.16; Josué 13,22). En este sentido,
nicolaíta sería sinónimo de persona que pervierte las costumbres morales y
religiosas. El ambiente eclesial de la comunidad de San Juan combate esta
herejía por sus características peculiares: falta de valores morales, libre
desahogo de las pasiones, desórdenes sexuales, etc. Las cartas de Apocalipsis 2
(Apocalipsis 2, 6:14-15:20-24) presentan la herejía como un cúmulo de horrores
y definen las doctrinas nicolaítas como profundidades de satanás (Apocalipsis
2:24). A pesar de esta fuerte polémica, la herejía sobrevivió hasta finales del
siglo II.
En el comentario del Apocalipsis más antiguo que se conoce, escrito por Victorino de Petovio en el siglo II, éste habla de los nicolaítas como «hombres falsos y turbadores que ministrando bajo el nombre de Nicolás crearon para ellos una herejía diciendo que las viandas ofrecidas a los ídolos podían ser exorcizadas y luego comidas, y que cualquiera que cometiere fornicación podía recibir la paz al octavo día». Esta descripción posiblemente sea otra especulación. Para otros, lo más conveniente sería que se tomara a los nicolaítas en conjunto con las otras doctrinas falsas. Beda afirma que Nicolás permitió a otros hombres casarse con su esposa. Santo Tomás de Aquino creía que Nicolás apoyaba la poligamia, o la práctica de compartir las esposas. Eusebio afirmó que la secta fue de corta duración.
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