sábado, 8 de agosto de 2020

EL AMOR DE JESÚS

El amor es paciente y bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es contencioso, no se ensoberbece,

1 Corintios 13:4. 

         En una ocasión, alguien le preguntó a Jesús cuál era el mandamiento más importante. Él contestó: “El mandamiento más importante es: ¡Escucha Oh Israel! El Señor nuestro Dios Él es único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es igualmente importante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:29-31).

Estos son los dos mandamientos más importantes, porque si realmente amas a Dios con todo tu corazón, tu alma, tu mente y tus fuerzas, querrías hacer todo lo que le complace a Él. Asimismo, si amas a otros tanto como a ti mismo, te vas a preocupar por su bienestar y los tratarás de esa manera. Sin embargo, antes de que puedas amar a Dios realmente, debes comprender cuanto te ama Él.

Las Escrituras explican que Dios nos demostró su gran amor al enviar al Cristo para morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores y no teníamos una relación con Él. (Romanos 5:8 “ahora Dios muestra su amor para con nosotros, porque si cuando éramos pecadores el Cristo murió por nosotros,”). Cuanto más nos damos cuenta de esa gran verdad, más crecerá nuestro amor por Dios. La Biblia reconoce que nuestro amor por Dios es el resultado de que Él nos amó primero (1 Juan 4:19 “Así que nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero.”). Estos pasajes de las Escrituras exploran diferentes aspectos del amor que debemos tenerles a Dios y a nuestro prójimo.

 DIOS DEBE SER EL AMOR MÁS GRANDE DE NUESTRA VIDA. Antes de que podamos amarnos plenamente unos a otros, debemos amar plenamente a Dios y comprender su amor por nosotros (Mateo 22:37-38 37. Jesús le contestó: AMARÁS A YAHWEH TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA, CON TODAS TUS FUERZAS Y CON TODA TU MENTE. 38. Este es el más grande y el primer mandamiento.”).

EL AMOR DEL CRISTO ES EL EJEMPLO. El amor que tenemos los unos por los otros debe reflejar el amor del Cristo por nosotros (Efesios 5:1-2 “1. Imiten, pues, a Dios como hijos amados. 2. Condúzcanse en amor, como también el Cristo nos ha amado y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en fragante aroma.”)

Recuerda por un momento cuando éramos pequeños. ¿Qué tal si tus padres nunca te hubieran enseñado a usar el tenedor y la cuchara? Y luego de pronto te sentaran a la mesa con los utensilios y te dijeran “¡come!”. Seguro que no hubieras tenido ni idea de cómo llevarte el alimento a la boca, y en consecuencia hubiera sido un desastre.

Afortunadamente, cuando se trata de amar a los demás, Dios nos ha dado el gran ejemplo: Jesucristo. Él sabía que la mejor manera de enseñarnos  a amar, era amándonos. Y a través de los evangelios vemos el amor de Jesús en acción. Por supuesto, la mayor prueba de amor de Jesús por nosotros fue tomar el castigo que nos correspondía y morir en la cruz. A causa de ese inmenso sacrificio estamos obligados a amar a los demás. La Escritura dice: “No devana nadie nada, excepto el deber de amarse unos a otros” (Romanos 13:8) Nunca podremos amar con la intensidad que Jesús nos amó; siempre vamos a estar en deuda con Él. Por esto, debemos amar a los demás con esa misma intensidad.

Tal vez creciste en un hogar donde no se expresaba el amor con frecuencia  o has tenido una imagen distorsionada del amor, y crees que eres capaz de amar verdaderamente a los demás. Anímate por lo que dice este pasaje, porque puedes tomar a Jesús como tu ejemplo.

Si el Cristo es el modelo de tu amor, comprenderás por que el apóstol Pablo dice que el amor del Cristo nos controla (2 Corintios 5:14 “pues el amor del Cristo nos compele a meditar esto: que uno murió por todos, y consiguientemente todos murieron,”) 

 EL AMOR SUPERA A TODOS LOS DONES ESPIRITUALES. Un cristiano que entiende lo que significa el amor, y lo demuestra en su vida, es el mejor testimonio para otros (1 Corintios 13:1-13)

Este pasaje contiene la descripción más completa que hay sobre el amor en la Biblia. Hace énfasis en el amor como lo más importante que debemos buscar en la vida, porque sin el cualquier cosa que hacemos o decimos carece de valor. Compara el amor escrito aquí con el amor superficial que practica el mundo:

·         Dios dice que el amor debe estar dirigido a otros (v. 13) El mundo dice que el amor debe estar dirigido a nosotros mismos.

·         Dios dice que el amor es paciente y bondadoso (v. 4) El  mundo dice que el amor debe satisfacer tus necesidades de inmediato.

·         Dios dice que el amor nunca es celoso o envidioso (v. 4) El mundo dice que el amor significa que tu mereces “lo mejor”.

·         Dios dice que el amor nunca es fanfarrón ni orgulloso (v. 4) El mundo dice que el amor no es necesario para lograr que te respeten.

·         Dios dice que el amor no es ofensivo (v. 5) El mundo dice que el amor te permite actuar como quieras.

·         Dios dice que el amor no se exige que las cosas se hagan a su manera (v. 5) El mundo dice que el amor es un obstáculo para obtener lo que me beneficia.

·         Dios dice que el amor no se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas (v. 5) El  mundo dice que si necesitamos vengarnos, hagamos a un lado el amor.

·         Dios dice que el amor no se alegra de la injusticia sino que se alegra de cuando la verdad triunfa (V. 6) El mundo dice que el amor “comprende” y hasta ignora el mal.

·         Dios dice que el amor se mantiene firme en toda circunstancia (v. 7) El mundo dice que el amor es para satisfacernos como sea.

 

Es posible que tú mismo “fabriques” el amor que Dios desea que des a otros. Se puede afirmar que es un amor “sobrenatural”. Es un fluir espontáneo de la presencia de Dios en nuestra vida. La Biblia dice: “Sabemos con cuanta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón de su amor” (Romanos 5:5).

Si sientes que tu amor por otros no es tan bueno como debería ser, pídele al Espíritu Santo que te fortalezca en ese aspecto. Tu relación con los demás nunca será la misma.

NUESTRO AMOR A DIOS NOS PREPARA PARA EL SERVICIO. La profundidad de nuestro amor por Dios afecta directamente nuestra capacidad de ministrar a otros (Juan 21:15-17 “Al terminar ellos de desayunar, Jesús preguntó a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Y él le contestó: Sí, Señor mío, tu sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. 16. Le volvió a preguntar por segunda ocasión: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Él le contestó: Sí, Señor mío, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis carneros. 17. Le volvió a decir por tercera ocasión: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entonces Pedro se entristeció porque le había preguntado por tercera ocasión '¿me amas?', y le contestó: Señor mío, tú sabes todas las cosas, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.”)

Pedro sabía que había desilusionado al Señor negándolo tres veces antes de la crucifixión, pero también sabía que Jesús lo había perdonado. Así que Jesús probó a Pedro haciéndole tres veces la inquisitiva pregunta: ¿Pedro, me amas? Las respuestas de Pedro a las preguntas de Jesús tienen un gran significado en el lenguaje original del texto. Cuando Jesús le habló, básicamente le estaba preguntando: Pedro, ¿tú me amas con amor leal y de sacrificio?  Pedro, sin embargo, contesto con una palabra diferente para el “amor”, que Jesús había sugerido. Pedro dijo: “Señor, te quiero. Te amo como una amigo”. Por lo menos Pedro era honesto. Dijo la verdad a Jesús acerca de su dedicación. Es interesante, que Jesús todavía lo consideró como uno de sus siervos y le encomendó alimentar y cuidar a sus ovejas. Jesús deseaba que Pedro afirmara su devoción al Señor antes de darle indicaciones para que le sirviera. Como lo implica esta historia, debemos amar a Dios antes que podamos servirle fielmente. ¿Amas tú a Dios?

ANHELARÁS TENER COMUNIÓN CON ÉL. ¿Te identificas con las palabras del salmista: “como el siervo anhela las corriente de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios” (Salmos 42:1)? Cuando tú amas realmente a Dios, te deleitas en adorarlo  y alabarlo. Esto es porque tu adoración y alabanza brotan de un corazón lleno de amor a Dios. Y este amor hace que anheles pasar más tiempo con Él y alabándole con otros creyentes.

AMARÁS LAS COSAS QUE ÉL AMA. Sabemos cuáles son las cosas que Dios ama porque Él las ha declarado en su Palabra, la Biblia. Así que, si tú amas a Dios, amarás su Palabra. El estudio Bíblico no te será monótono, sino una delicia.

ODIARÁS LO QUE ÉL ODIA. Cuando la naturaleza del Señor se convierte en tu propia naturaleza, sus gustos y disgustos son también los tuyos. Su percepción de las cosas llega a ser la tuya. Sabemos por su Palabra que Él odia el pecado. Si nosotros lo amamos, también odiaremos el pecado.

ANHELARÁS SU PROGRESO. Jesús se describe así mismo como un novio (Marcos 2:19 Y Jesús les respondió: ¿Pueden ayudar los mejores amigos del novio entre tanto el novio esta con ellos? No.) Su esposa es la iglesia, es decir, el cuerpo de creyentes (Efesios 5:23-29 “porque el marido es cabeza de la esposa, tal como el Cristo es cabeza de la iglesia, y Él es el Salvador del cuerpo. 24 Así que, tal como la iglesia está sometida al Cristo, del mismo modo también las mujeres casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amena sus esposas, así como el Cristo amó a su iglesia y se dio así mismo por ella, 26 para santificarla y purificarla mediante el lavamiento por agua y por la palabra, 27 para presentársela a sí mismo; una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, ni cosas semejantes a éstas, sino que sea santa y sin mancha. 28 De igual modo deben los maridos amar a sus esposas como a sus mismos cuerpos, porque el que ama a su esposa, a sí mismo se ama, 29 porque nadie ha aborrecido jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, tal como también el Cristo lo hace con su iglesia”)

SI AMAS AL SEÑOR, GUARDARÁS SUS MANDAMIENTOS. Jesús dice: “Si me aman, obedezcan mis mandamientos (Juan 14:15)”. Esto no significa que nunca pecarás. Aunque es imposible para cualquiera de nosotros que amamos a Dios, andar sobre un camino desenfrenado de pecado, es posible caer en algún pecado personal. Pero si amamos a Dios, nos arrepentiremos de ese pecado y buscaremos su perdón, y nuestro estilo de vida será conforme a las verdades halladas en su Palabra.

¿Amas al Señor? Igual que Pedro, puedes ser tentado a pensar que no amas al Señor cuando pecas. Puedes pensar que el Señor nunca más te tendrá a su servicio. Sé honesto con Dios; entonces comienza a restablecer esa relación. Cuando reafirmes tu amor por Él, Dios te Abrirá oportunidades para que le sirvas y compartas ese amor con otros. Un corazón consagrado conduce a un servicio consagrado.

NUESTRO AMOR POR OTROS REFLEJA LA CONDICIÓN DE NUESTRO CORAZÓN. El amor que tenemos por los que nos rodean es una indicación de la fuerza de nuestra vida cristiana (1 Juan 2:9-11 “Así pues, el que dice que está en luz pero odia a su hermano, aún está en tinieblas. 10. Porque el que ama a su hermano permanece en luz y en él no hay motivo de tropiezo; 11. pero el que odia a su hermano está en tinieblas y camina en tinieblas; e ignora adónde va, porque las tinieblas han segado sus ojos.”)  

Las falsas enseñanzas no son exclusivas de nuestros tiempos. También existieron en los días de los primeros cristianos. Cuando Juan escribió este pasaje, se había hecho muy popular una enseñanza conocida como el gnosticismo (que significa “conocer”). Los gnósticos enseñaban que Jesús era simplemente un hombre, engendrado de forma natural. Enseñaban también que “el Cristo” había descendido sobre Jesús en el momento de su bautismo y lo había dejado poco antes de su crucifixión. Esto, por supuesto, era falso y anti bíblico. Es interesante notar que, aun hoy, algunos enseñan esta herejía.

Como lo dice este texto, necesitamos “probar” estas enseñanzas para ver si realmente vienen de Dios. Ya que los falsos maestros no llevan tarjeta de identificación, aquí hay tres preguntas sencillas para conocer a cualquiera de quienes sospeches que es un maestro falso:

¿CUÁL ES SU MAYOR ESPERANZA? Algunos desean hacer un mundo mejor. Los mormones esperan ser iguales a Dios. Ellos esperan que a cada matrimonio mormón se les dé un planeta, al que ellos poblarán con hijos. Los testigos de Jehová enseñan que Dios vendrá a la tierra en los últimos tiempos y establecerá aquí un paraíso. Su esperanza es vivir en ese paraíso terrenal. Pero la esperanza del cristiano es pasar la eternidad con el Cristo en el cielo.

¿CUÁL ES LA BASE PARA ESTA ESPERANZA? ¿Enseñan que puedes ir al cielo con solo una vida buena? ¿Dicen que obtienes la salvación por fe en el Cristo y además realizar ciertas cosas o rituales, tales como el bautismo, guardar el sábado u otras acciones? Debes tener cuidado con esta personas. La Biblia dice: “Dios los salvo por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo” (Efesios 2:8-9 “porque es por su gracia que hemos sido salvos, mediante la fe; y esto no surgió de ustedes, sino que es don de Dios, 9. no por obras, para que nadie se jacte”,)

¿CÓMO VEN ELLOS A JESUCRISTO? Otra señal de un falso maestro, que predica un evangelio adulterado, es lo que enseña en cuanto a la persona de  Jesucristo. Este es el asunto central y primario. Muchas sectas procuran que sus enseñanzas sean más “aceptables” para los creyentes por incluir a Jesús en sus enseñanzas. Quizás usando los términos “salvado” y “nacido de nuevo” y hablan de Jesús que murió en la cruz. Algunas falsas enseñanzas pueden pasar las dos primeras pruebas, pero fallan en esta última: creen que Jesús murió y resucito de entre los muertos.

Cualquier intento de crear dudas sobre la infalibilidad de la Biblia debe ser rechazado. Toda idea que admita otro camino hacia Dios que no sea a través de Jesucristo, es falsa. ¡Decir que Jesús no es el único camino al cielo es hacer a Jesús un mentiroso! Es erróneo reducir a Jesús, el único Hijo de Dios, llamándolo un hijo de Dios o uno de muchos profetas de Dios. La mejor manera de reconocer lo falso es conociendo la vedad: La Palabra de Dios.

NUESTRO AMOR DEBE CRECER. Cuanto más nos acercamos a Dios, más debe crecer nuestro amor hacia otros (1 Tesalonicenses 3:12-13 “12. y multipliquen y hagan abundar su amor de unos a otros y con todos, de la misma manera como nosotros los amamos a ustedes, 13. y afirmen sus corazones irreprensibles, en santidad, ante Dios nuestro Padre, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo junto con todos sus santos.”)

Muchos de nosotros pensamos que el amor es un sentimiento que va y viene. Sin embargo, este pasaje sugiere que nuestro amor no sólo debe permanecer estable sino que también debe crecer.  Parece una tarea imposible de lograr por nuestra cuenta, y lo es. Por esta razón el apóstol Pablo dice: “Que el Señor haga crecer y sobreabundar el amor que tienen unos por otros y por la gente”. No puedes fabricar el amor sincero. El amor del Cristo debe controlarte (2 Corintios 5:14 “14. pues el amor del Cristo nos compele a meditar esto: que uno murió por todos, y consiguientemente todos murieron,”). Este amor te ayudará a fortalecer tu corazón, te guardará del pecado y te santificará para que puedas estar libre de culpa hasta la venida del Cristo.

Si tu amor a Dios y a otros parece estar estancado, es posible que te hayas apartado de la fuente de ese amor. Regresa al Señor y pídele que te llene y renueve tu amor hacia él. Luego busca maneras de compartir ese amor con otros.      

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