El amor es paciente y
bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es contencioso, no se
ensoberbece,
1 Corintios 13:4.
En una ocasión,
alguien le preguntó a Jesús cuál era el mandamiento más importante. Él
contestó: “El
mandamiento más importante es: ¡Escucha Oh Israel! El Señor nuestro Dios Él es
único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es igualmente importante:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos
12:29-31).
Estos son los dos mandamientos más importantes, porque si
realmente amas a Dios con todo tu corazón, tu alma, tu mente y tus fuerzas,
querrías hacer todo lo que le complace a Él. Asimismo, si amas a otros tanto
como a ti mismo, te vas a preocupar por su bienestar y los tratarás de esa
manera. Sin embargo, antes de que puedas amar a Dios realmente, debes
comprender cuanto te ama Él.
Las Escrituras explican que Dios nos demostró su gran
amor al enviar al Cristo para morir por nosotros cuando todavía éramos
pecadores y no teníamos una relación con Él. (Romanos 5:8 “ahora Dios muestra su amor para con nosotros, porque si cuando éramos
pecadores el Cristo murió por nosotros,”). Cuanto más nos damos
cuenta de esa gran verdad, más crecerá nuestro amor por Dios. La Biblia
reconoce que nuestro amor por Dios es el resultado de que Él nos amó primero (1
Juan 4:19 “Así que nosotros amamos a Dios porque Él nos amó primero.”). Estos
pasajes de las Escrituras exploran diferentes aspectos del amor que debemos
tenerles a Dios y a nuestro prójimo.
DIOS DEBE SER EL
AMOR MÁS GRANDE DE NUESTRA VIDA. Antes de que podamos amarnos plenamente unos a
otros, debemos amar plenamente a Dios y comprender su amor por nosotros (Mateo
22:37-38 “37. Jesús le contestó: AMARÁS A YAHWEH TU
DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA, CON TODAS TUS FUERZAS Y CON TODA TU
MENTE. 38. Este es el más grande y el primer mandamiento.”).
EL AMOR DEL CRISTO ES EL EJEMPLO. El amor que tenemos los
unos por los otros debe reflejar el amor del Cristo por nosotros (Efesios 5:1-2
“1. Imiten, pues, a Dios como hijos amados. 2.
Condúzcanse en amor, como también el Cristo nos ha amado y se entregó a sí
mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en fragante aroma.”)
Recuerda por un momento cuando éramos pequeños. ¿Qué tal
si tus padres nunca te hubieran enseñado a usar el tenedor y la cuchara? Y
luego de pronto te sentaran a la mesa con los utensilios y te dijeran “¡come!”.
Seguro que no hubieras tenido ni idea de cómo llevarte el alimento a la boca, y
en consecuencia hubiera sido un desastre.
Afortunadamente, cuando se trata de amar a los demás,
Dios nos ha dado el gran ejemplo: Jesucristo. Él sabía que la mejor manera de
enseñarnos a amar, era amándonos. Y a
través de los evangelios vemos el amor de Jesús en acción. Por supuesto, la
mayor prueba de amor de Jesús por nosotros fue tomar el castigo que nos
correspondía y morir en la cruz. A causa de ese inmenso sacrificio estamos
obligados a amar a los demás. La Escritura dice: “No devana nadie nada, excepto
el deber de amarse unos a otros” (Romanos 13:8) Nunca podremos amar con la
intensidad que Jesús nos amó; siempre vamos a estar en deuda con Él. Por esto,
debemos amar a los demás con esa misma intensidad.
Tal vez creciste en un hogar donde no se expresaba el
amor con frecuencia o has tenido una
imagen distorsionada del amor, y crees que eres capaz de amar verdaderamente a
los demás. Anímate por lo que dice este pasaje, porque puedes tomar a Jesús
como tu ejemplo.
Si el Cristo es el modelo de tu amor, comprenderás por
que el apóstol Pablo dice que el amor del Cristo nos controla (2 Corintios 5:14
“pues el amor del Cristo nos compele a meditar esto:
que uno murió por todos, y consiguientemente todos murieron,”)
EL AMOR SUPERA A
TODOS LOS DONES ESPIRITUALES. Un cristiano que entiende lo que significa el
amor, y lo demuestra en su vida, es el mejor testimonio para otros (1 Corintios
13:1-13)
Este pasaje contiene la descripción más completa que hay
sobre el amor en la Biblia. Hace énfasis en el amor como lo más importante que
debemos buscar en la vida, porque sin el cualquier cosa que hacemos o decimos
carece de valor. Compara el amor escrito aquí con el amor superficial que
practica el mundo:
·
Dios dice que el amor debe estar dirigido a otros (v. 13) El mundo dice que
el amor debe estar dirigido a nosotros mismos.
·
Dios dice que el amor es paciente y bondadoso (v. 4) El mundo dice que el amor debe satisfacer tus
necesidades de inmediato.
·
Dios dice que el amor nunca es celoso o envidioso (v. 4) El mundo dice que
el amor significa que tu mereces “lo mejor”.
·
Dios dice que el amor nunca es fanfarrón ni orgulloso (v. 4) El mundo dice
que el amor no es necesario para lograr que te respeten.
·
Dios dice que el amor no es ofensivo (v. 5) El mundo dice que el amor te
permite actuar como quieras.
·
Dios dice que el amor no se exige que las cosas se hagan a su manera (v. 5)
El mundo dice que el amor es un obstáculo para obtener lo que me beneficia.
·
Dios dice que el amor no se irrita ni lleva un registro de las ofensas
recibidas (v. 5) El mundo dice que si
necesitamos vengarnos, hagamos a un lado el amor.
·
Dios dice que el amor no se alegra de la injusticia sino que se alegra de
cuando la verdad triunfa (V. 6) El mundo dice que el amor “comprende” y hasta
ignora el mal.
·
Dios dice que el amor se mantiene firme en toda circunstancia (v. 7) El
mundo dice que el amor es para satisfacernos como sea.
Es posible que tú mismo “fabriques” el amor que Dios desea que des a
otros. Se puede afirmar que es un amor “sobrenatural”. Es un fluir espontáneo
de la presencia de Dios en nuestra vida. La Biblia dice: “Sabemos con cuanta
ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro
corazón de su amor” (Romanos 5:5).
Si sientes que tu amor por otros no es tan bueno como
debería ser, pídele al Espíritu Santo que te fortalezca en ese aspecto. Tu
relación con los demás nunca será la misma.
NUESTRO AMOR A DIOS NOS PREPARA PARA EL SERVICIO. La
profundidad de nuestro amor por Dios afecta directamente nuestra capacidad de
ministrar a otros (Juan 21:15-17 “Al terminar
ellos de desayunar, Jesús preguntó a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Y él le
contestó: Sí, Señor mío, tu sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. 16. Le volvió a preguntar por
segunda ocasión: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?
Él
le contestó: Sí, Señor mío, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis carneros. 17. Le volvió a decir por tercera
ocasión: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entonces Pedro
se entristeció porque le había preguntado por tercera ocasión '¿me amas?', y le contestó: Señor mío, tú sabes todas las
cosas, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta
mis ovejas.”)
Pedro sabía que había desilusionado al
Señor negándolo tres veces antes de la crucifixión, pero también sabía que
Jesús lo había perdonado. Así que Jesús probó a Pedro haciéndole tres veces la
inquisitiva pregunta: ¿Pedro, me amas? Las respuestas de Pedro a las
preguntas de Jesús tienen un gran significado en el lenguaje original del texto.
Cuando Jesús le habló, básicamente le estaba preguntando: Pedro, ¿tú me amas con amor leal y de sacrificio? Pedro, sin
embargo, contesto con una palabra diferente para el “amor”, que Jesús había
sugerido. Pedro dijo: “Señor, te quiero. Te amo como una amigo”. Por lo menos
Pedro era honesto. Dijo la verdad a Jesús acerca de su dedicación. Es interesante,
que Jesús todavía lo consideró como uno de sus siervos y le encomendó alimentar
y cuidar a sus ovejas. Jesús deseaba que Pedro afirmara su devoción al Señor
antes de darle indicaciones para que le sirviera. Como lo implica esta
historia, debemos amar a Dios antes que podamos servirle fielmente. ¿Amas tú a
Dios?
ANHELARÁS
TENER COMUNIÓN CON ÉL. ¿Te identificas con las palabras del salmista: “como el siervo anhela las corriente de las aguas, así te anhelo a
ti, oh Dios” (Salmos 42:1)? Cuando tú amas realmente a Dios, te
deleitas en adorarlo y alabarlo. Esto es
porque tu adoración y alabanza brotan de un corazón lleno de amor a Dios. Y este
amor hace que anheles pasar más tiempo con Él y alabándole con otros creyentes.
AMARÁS
LAS COSAS QUE ÉL AMA. Sabemos cuáles son las cosas que Dios ama porque Él las
ha declarado en su Palabra, la Biblia. Así que, si tú amas a Dios, amarás su
Palabra. El estudio Bíblico no te será monótono, sino una delicia.
ODIARÁS
LO QUE ÉL ODIA. Cuando la naturaleza del Señor se convierte en tu propia
naturaleza, sus gustos y disgustos son también los tuyos. Su percepción de las
cosas llega a ser la tuya. Sabemos por su Palabra que Él odia el pecado. Si
nosotros lo amamos, también odiaremos el pecado.
ANHELARÁS
SU PROGRESO. Jesús se describe así mismo como un novio (Marcos 2:19 Y Jesús les respondió: ¿Pueden ayudar los
mejores amigos del novio entre tanto el novio esta con ellos? No.) Su
esposa es la iglesia, es decir, el cuerpo de creyentes (Efesios 5:23-29 “porque el marido es cabeza de la esposa, tal
como el Cristo es cabeza de la iglesia, y Él es el Salvador del cuerpo. 24 Así
que, tal como la iglesia está sometida al Cristo, del mismo modo también las
mujeres casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amena sus esposas,
así como el Cristo amó a su iglesia y se dio así mismo por ella, 26 para
santificarla y purificarla mediante el lavamiento por agua y por la palabra, 27
para presentársela a sí mismo; una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, ni
cosas semejantes a éstas, sino que sea santa y sin mancha. 28 De igual modo deben
los maridos amar a sus esposas como a sus mismos cuerpos, porque el que ama a
su esposa, a sí mismo se ama, 29 porque nadie ha aborrecido jamás su propio
cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, tal como también el Cristo lo hace con
su iglesia”)
SI
AMAS AL SEÑOR, GUARDARÁS SUS MANDAMIENTOS. Jesús dice: “Si me aman, obedezcan mis mandamientos (Juan
14:15)”. Esto no significa que nunca pecarás. Aunque es imposible para
cualquiera de nosotros que amamos a Dios, andar sobre un camino desenfrenado de
pecado, es posible caer en algún pecado personal. Pero si amamos a Dios, nos
arrepentiremos de ese pecado y buscaremos su perdón, y nuestro estilo de vida
será conforme a las verdades halladas en su Palabra.
¿Amas
al Señor? Igual que Pedro, puedes ser tentado a pensar que no amas al Señor cuando
pecas. Puedes pensar que el Señor nunca más te tendrá a su servicio. Sé honesto
con Dios; entonces comienza a restablecer esa relación. Cuando reafirmes tu
amor por Él, Dios te Abrirá oportunidades para que le sirvas y compartas ese
amor con otros. Un corazón consagrado conduce a un servicio consagrado.
NUESTRO
AMOR POR OTROS REFLEJA LA CONDICIÓN DE NUESTRO CORAZÓN. El amor que tenemos por
los que nos rodean es una indicación de la fuerza de nuestra vida cristiana (1 Juan
2:9-11 “Así pues, el que dice que
está en luz pero odia a su hermano, aún está en tinieblas. 10. Porque el que
ama a su hermano permanece en luz y en él no hay motivo de tropiezo; 11. pero
el que odia a su hermano está en tinieblas y camina en tinieblas; e ignora
adónde va, porque las tinieblas han segado sus ojos.”)
Las
falsas enseñanzas no son exclusivas de nuestros tiempos. También existieron en
los días de los primeros cristianos. Cuando Juan escribió este pasaje, se había
hecho muy popular una enseñanza conocida como el gnosticismo (que significa “conocer”).
Los gnósticos enseñaban que Jesús era simplemente un hombre, engendrado de
forma natural. Enseñaban también que “el Cristo” había descendido sobre Jesús
en el momento de su bautismo y lo había dejado poco antes de su crucifixión.
Esto, por supuesto, era falso y anti bíblico. Es interesante notar que, aun hoy,
algunos enseñan esta herejía.
Como
lo dice este texto, necesitamos “probar” estas enseñanzas para ver si realmente
vienen de Dios. Ya que los falsos maestros no llevan tarjeta de identificación,
aquí hay tres preguntas sencillas para conocer a cualquiera de quienes sospeches
que es un maestro falso:
¿CUÁL
ES SU MAYOR ESPERANZA? Algunos desean hacer un mundo mejor. Los mormones
esperan ser iguales a Dios. Ellos esperan que a cada matrimonio mormón se les
dé un planeta, al que ellos poblarán con hijos. Los testigos de Jehová enseñan
que Dios vendrá a la tierra en los últimos tiempos y establecerá aquí un paraíso.
Su esperanza es vivir en ese paraíso terrenal. Pero la esperanza del cristiano
es pasar la eternidad con el Cristo en el cielo.
¿CUÁL
ES LA BASE PARA ESTA ESPERANZA? ¿Enseñan que puedes ir al cielo con solo una
vida buena? ¿Dicen que obtienes la salvación por fe en el Cristo y además realizar
ciertas cosas o rituales, tales como el bautismo, guardar el sábado u otras
acciones? Debes tener cuidado con esta personas. La Biblia dice: “Dios los
salvo por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es
un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que
hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo” (Efesios
2:8-9 “porque es por su gracia que
hemos sido salvos, mediante la fe; y esto no surgió de ustedes, sino que es don
de Dios, 9. no por obras, para que nadie se jacte”,)
¿CÓMO
VEN ELLOS A JESUCRISTO? Otra señal de un falso maestro, que predica un
evangelio adulterado, es lo que enseña en cuanto a la persona de Jesucristo. Este es el asunto central y
primario. Muchas sectas procuran que sus enseñanzas sean más “aceptables” para
los creyentes por incluir a Jesús en sus enseñanzas. Quizás usando los términos
“salvado” y “nacido de nuevo” y hablan de Jesús que murió en la cruz. Algunas
falsas enseñanzas pueden pasar las dos primeras pruebas, pero fallan en esta última:
creen que Jesús murió y resucito de entre los muertos.
Cualquier
intento de crear dudas sobre la infalibilidad de la Biblia debe ser rechazado. Toda
idea que admita otro camino hacia Dios que no sea a través de Jesucristo, es
falsa. ¡Decir que Jesús no es el único camino al cielo es hacer a Jesús un
mentiroso! Es erróneo reducir a Jesús, el único Hijo de Dios, llamándolo un hijo de Dios o uno de muchos profetas de Dios. La
mejor manera de reconocer lo falso es conociendo la vedad: La Palabra de Dios.
NUESTRO
AMOR DEBE CRECER. Cuanto más nos acercamos a Dios, más debe crecer nuestro amor
hacia otros (1 Tesalonicenses 3:12-13 “12. y multipliquen y
hagan abundar su amor de unos a otros y con todos, de la misma manera como
nosotros los amamos a ustedes, 13. y afirmen sus corazones irreprensibles, en
santidad, ante Dios nuestro Padre, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo
junto con todos sus santos.”)
Muchos
de nosotros pensamos que el amor es un sentimiento que va y viene. Sin embargo,
este pasaje sugiere que nuestro amor no sólo debe permanecer estable sino que
también debe crecer. Parece una tarea
imposible de lograr por nuestra cuenta, y lo es. Por esta razón el apóstol
Pablo dice: “Que el Señor haga crecer y
sobreabundar el amor que tienen unos por otros y por la gente”. No puedes
fabricar el amor sincero. El amor del Cristo debe controlarte (2 Corintios 5:14
“14. pues el amor del Cristo nos
compele a meditar esto: que uno murió por todos, y consiguientemente todos
murieron,”). Este amor te ayudará a fortalecer tu corazón, te
guardará del pecado y te santificará para que puedas estar libre de culpa hasta
la venida del Cristo.
Si
tu amor a Dios y a otros parece estar estancado, es posible que te hayas
apartado de la fuente de ese amor. Regresa al Señor y pídele que te llene y
renueve tu amor hacia él. Luego busca maneras de compartir ese amor con otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario