lunes, 29 de septiembre de 2014

Conozcamos la Biblia Mateo

LIBRO DE MATEO

1Aram., Carozota d′Matai, que se traduce el Mensaje o la Predicación de Mateo. Atribuido tradicionalmente al apóstol Mateo (Leví) el publicano. Escrito alrededor del 65 d.C.

21:1 Aram., Íshu M′shija, que se traduce Jesús el Ungido o el Salvador Ungido. En idioma griego es Iesous Christos. Íshu se deriva de Yehoshua que significa Yahweh salva. El nombre del Señor Jesucristo en idioma arameo es Íshu M′shija.

31:16 Aram., M′shija, que se puede traducir ungido, consagrado para un oficio. El Señor Jesucristo es el Ungido, el consagrado por Dios a fin de redimir a la raza humana mediante su sacrificio. En idioma griego es Christos, y en idioma hebreo Mashíah, que ha derivado del español como Mesías.

ENSAEÑANZA

EXPLICACIÓN: Jesús enseñó a la gente por medio de sermones, ilustraciones y parábolas. De esta manera mostró los verdaderos ingredientes de la fe y cómo librarse de la vida infructuosa e hipócrita.
IMPORTANCIA: Las enseñanzas de Jesús nos enseñan a prepararnos para vivir en su Reino viviendo como es debido. Su vida fue un ejemplo de sus enseñanzas, y nuestra vida debiera serlo también.

RESURRECCIÓN

EXPLICACIÓN: Cuando Jesús resucitó, lo hizo con poder como el verdadero Rey. En su victoria sobre la muerte, estableció sus credenciales como Rey, y su poder y autoridad sobre lo diabólico.
IMPORTANCIA: La resurrección muestra el poder de Jesús que está a nuestro favor: ni aun la muerte pudo detener su plan de ofrecernos vida eterna. Aquellos que creen en Jesús pueden esperar una resurrección como la de Él. Nuestra responsabilidad es difundir su historia en toda la tierra de modo que todos puedan disfrutar de su victoria.

JESUCRISTO, EL REY

EXPLICACIÓN: Jesús es revelado como el Rey de reyes. Su nacimiento milagroso, su vida y enseñanzas, sus milagros y su triunfo sobre la muerte muestran su identidad verdadera.
IMPORTANCIA: A Jesús no se le puede comparar con ninguna persona o poder. Él es la autoridad suprema del tiempo y la eternidad, del cielo y de la tierra, de los hombres y de los ángeles. Debiéramos darle el lugar que como Rey le corresponde en nuestra vida.

EL MESÍAS

EXPLICACIÓN: Jesús era el Mesías, el que los judíos estaban esperando para que los librara de la opresión romana. Sin embargo, no lo reconocieron cuando vino, porque su reino no era del tipo que esperaban. El verdadero propósito del libertador ungido de Dios fue morir por todos para librarlos de la opresión del pecado.
IMPORTANCIA: Por el hecho de que Dios envió a Jesús, podemos confiarle nuestra vida. Vale la pena todo lo que podemos reconocer en Él y entregar a Él, porque Él vino para ser nuestro Salvador, nuestro Mesías.

REINO DE DIOS

EXPLICACIÓN: Jesús vino a la tierra para dar inicio a su reino. Su reino total será una realidad cuando vuelva y formarán parte de ese reino todos los que le hayamos seguido fielmente.
IMPORTANCIA: Al Reino de Dios se entra por medio de la fe. Creyendo en Cristo podemos ser salvos del pecado y lograr que nuestra vida sea transformada. Debemos realizar las obras de su Reino a fin de estar preparados para su regreso.


MATEO


         (gr., del heb. Mattai, abreviatura de Mattanya = “regalo de Dios”). Uno de los doce apóstoles de Jesús, aunque su nombre no aparece en todas las listas de éstos (Mt. 10:3; Mr. 3:18; Lc. 6:15; Hch. 1:13). Sólo Mt. 10:3 informa que era publicano. Según Mt. 9:9, M. se encontraba sentado en el puesto del cobrador en Capernaum cuando el Señor lo llamó. En los pasajes paralelos, sin embargo, a este apóstol se le llama Leví, y Mr. Añade a la frase “hijo de Alfeo” (Mr. 2:14; Lc. 5:29). Sin duda se ha de ver en M./Leví un nombre noble.

         La cena ofrecida después del llamamiento de M. parece haber tenido lugar en la propia casa de éste (Mt. 9:10 indica sencillamente “en la casa”; Mr. 2:15; y Lc. 5:29 rezan: “en su casa”, que difícilmente podrían referirse a la de Jesús).
Cabe destacar que como aduanero sabría escribir y que además del arameo, conocía también el gr.

Fuera de los textos mencionados no hay otra referencia personal a M. en el NT. Papías (siglo II d.C.) dice que M. “compiló los oráculos [del Señor] en lengua hebrea [= arameo], y cada uno los traducía [o interpretaba] luego como podía”. Por tanto, la iglesia primitiva creía que M. era el autor del evangelio que lleva su nombre, a pesar de que este evangelio fue escrito en griego.

Hoy muchos eruditos no creen que M. haya sido el autor del evangelio, si bien algunos admiten que posiblemente fuera compilador de los dichos de Jesús, o de las numerosas citas del AT. Y que por eso lleva su nombre. Otros suponen que M. fue secretario del grupo de discípulos que registró los dichos y hechos de Jesús, y así se constituiría en el autor. Sin embargo, en el evangelio mismo no se indica el autor. (MATEO, EVANGELIO DE.).

MATEO, EVANGELIO DE. En los primeros siglos d.C. Mt. Se distinguía como el más leído e influyente de los cuatro evangelios. En la mayoría de las listas de los libros del NT Mt. Aparece en primer lugar. De esto hay tres posibles explicaciones: (1) fue el primer evangelio escrito; (2) lo escribió un apóstol y esto fue firmemente creído en aquel entonces y (3) fue muy apreciado en la iglesia debido a su forma literaria y didáctica.


I.             PATERNIDAD LITERARIA

Hasta recientemente era unánime la creencia de que Mateo-Leví había escrito el primer Evangelio, pero modernamente la mayoría de los eruditos ponen en tela de juicio tal paternidad. El problema gira alrededor de dos factores: (1) Mt. Contiene casi todo el material abarcado por el Evangelio de Marcos, escritor no apostólico, de lo cual es posible deducir que aquel dependía de éste. La abreviación de muchos de los relatos, que hace Mateo, manifiesta la dependencia, pues es de suponer que sería todo lo contrario si Mt. Fuera primero. Sin embargo, sería inconcebible que un apóstol y testigo ocular del ministerio de Jesús se apoyara en uno que no lo era (EVANGELIOS). (2) no se sabe a ciencia cierta cual fuera la lengua original del Evangelio: según Papías (Eusebio, Hist. Eccl. III, 39,16) “Mt. Ordeno los logia del Señor en el dialecto de los hebreos [= arameo] y cada uno los interpretaba [o traducía] como podía”. Se discute arduamente si logia quiere decir “los dichos del Señor” (= su enseñanza) o “los escritos acerca del Señor” (quizás el Evangelio completo). Según algunos eruditos, el texto actual de Mt. Parece haberse escrito originalmente en gr. De ser así, dicen, el apóstol Mateo no pudo haberlo escrito. Pero se olvidan que el apóstol era de Galilea, región Bilingüe, por lo que es muy posible que hayan dominado ambos idiomas. El testimonio de los Padres de la iglesia en los primeros siglos corrobora la tesis de la paternidad de Mateo. Sin embargo, todos los Evangelios son anónimos y nada nos obliga a creer como artículo de fe la atribución tradicional (PSEUDONIMIA).
Dos detalles nos inclinan a creer que Mateo tubo algo que ver con la composición: (1) en 10:3 se llama a Mateo “el publicano”, cosa que Mateo mismo hubiera podido hacer, pero no otros (cp. Mr. 3:18; y Lc. 6:15 donde falta este epíteto); (2) en Mt. 9:10 se localiza la fiesta de Mateo sencillamente “en la casa” como si fuera su propia casa, mientras los otros sinópticos (Mr. 2:15; Lc. 5:29) usan “en su casa”, refiriéndose directamente a la de Mateo (Leví). Con todo, debemos admitir que el problema no ha sido del todo resuelto.

II.           FECHA Y OCASIÓN

La composición de Mt. Tiene sus raíces en el mismo universalismo del mensaje de Jesús, porque desde el principio fue necesario explicar a los judíos que su fe, tradicionalmente limitada a Israel, ahora sería compartida con los gentiles. Al comienzo los judíos no comprendieron las implicaciones de esto, y aún después de iniciada la misión a los gentiles, pensaron que estos tendrían que satisfacer todos los requisitos del judaísmo para entrar en el reino. Así que el problema der Mt. Es el de explicar cómo el reino de los cielos, claramente profetizado en el AT, se da, no a los que rechazan al Masías, sino a todos los que reciben a Jesús como Señor y producen los frutos del reino (21:43).
Además, puesto que Jesús se constituyó en Señor del cielo y de la tierra (21:43), era preciso proclamar su señorío universal a todo el mundo (28:19) aunque la necesidad de escribir este Evangelio existía desde el tiempo de Jesús, no fue sino hasta poco después de indicada la misiona los gentiles y aun hasta más tarde en el siglo I, al agudizarse la oposición judía hacia el cristianismo, cuando se hayo verdadera ocasión para su composición. Por eso se han sugerido fechas que se extienden desde la quinta década hasta la novena; no hay consenso al respecto.
Algunos aseguran que (22:7) se refiere a la destrucción de Jerusalén ya acaecida, lo cual favorecería una fecha posterior a 70 d.C. pero como no hay referencia clara a esta destrucción se podría admitir una fecha de la sexta o séptima década (en todo caso, después de la publicación de Mr.).

III.          DESTINATARIOS Y PROPÓSITOS

La creencia casi universal de que Mt. Se escribió para los judíos se basa en los siguientes hechos: (1) la genealogía de Mt. 1:1-17 comprende únicamente la historia de Israel, desde su fundador Abraham, hasta Jesús (cp. La genealogía de Lc. 3:23-38 que se remonta hasta Adán).  (2) Las muchas citas del AT tiene por objeto mostrar que en Jesús se cumplen las esperanzas mesiánicas; de especial interés son las once citas predicadas por la frase: “para que se cumpliese lo dicho por el profeta” (1:22s.; 2:17s.,23; 4:14ss.; 8:17; 12:17ss.; 13:35; 21:4s.; 26:56; 27:9s.; cp. 26:54). (3) la ley mosaica y otras ideas del judaísmo se contrastan con la palabra de Jesús, evidentemente superior. (4) algunos ven en los cinco grandes discursos del Evangelio (cp. Los cinco libros de Moisés) un indicio de que Mateo ve a Jesús como el nuevo legislador, el nuevo Moisés que da sus leyes desde otro monte. (5) También hay referencia a los judíos en su relación con los gentiles (8:11s.; 21:33-45, especialmente el v. 43). Estos detalles, y otros más, parecen indicar que el autor escribía para judíos, o judeocristianos de habla griega (sin excluir a los gentiles), y trataba de explicar cómo el reino prometido a los judíos les fue quitado y dado a los gentiles.

El objetivo básico del Evangelio ha sido muy discutido: algunos reclaman su propósito catequístico; otros, su carácter litúrgico, y otros, seguramente se halla en una combinación de varias de estas sugerencias. Sin embargo, el tema central y preponderante es sin duda una verdad teológica: el reino de los cielos viene primero en forma espiritual, privada y personal, antes de irrumpir, como estaban los judíos, en su manifestación pública, política y literal. (Ver “estructura teológica” abajo.).

IV.         ESTRUCTURA LITERARIA

Una de las razones para la inmensa popularidad de Mt. Es la forma ordenada, concisa y cuidadosa en que fue escrito. El evangelista procede según un plan bien trazado a recopilar su materia según temas, aunque no siempre en forma cronológica. Reúne en cinco grandes discursos didácticos mucha materia que se encuentra dispersa a través de los otros sinópticos (aunque cp. El Sermón del llano en Lc. 6:17-49).

Los cinco discursos presentan diversas facetas del tema central del Evangelio, que es el reino de los cielos: (1) Mt. 5-7, el Sermón del Monte; (2) Mt. 10, el discurso misionero; (3) Mt. 13, las parábolas del reino; (4) Mt. 18, el discurso sobre los pequeños y sobre los disgustos entre hermanos; (5) Mt. 24 y 25, el discurso escatológico. Estos discursos forman la espina dorsal del Evangelio. Señala su importancia la fórmula concluyente: “Y cuando termino Jesús estas palabras” u otra frase semejante (7:28; 11:1; 13:53; 19:1; 26:1). Aunque algunos eruditos consideran como otro discurso la diatriba contra los escribas y fariseos. (Mt. 23), éste omite la formula concluyente y no trata de una enseñanza específica sobre el reino como los otros discursos. Entre un discurso y otro, Mateo ha intercalado muchas narraciones del ministerio de Jesús. Esta manera de presentar el mensaje integral de Jesús demuestra la relación íntima que debe haber entre los hechos de la vida de Jesús y la enseñanza del reino con su ética correspondiente.

Otra manera de bosquejar el Evangelio es a partir de la frase, “Desde entonces”, que se halla en 4:17 (al principio del ministerio de Jesús cuando va creciendo su popularidad) y en 16:21 (en la declinación de su ministerio que culmina en su muerte).

La estructura literaria de Mt. Encierra a la vez una estructura escatológica, Porque en los cinco discursos enseñan lo fundamental acerca del reino de los cielos: (1) el Sermón del Monte (5-7) nos da las leyes básicas del reino; (2) el discurso misionero (10) presenta la imperiosa necesidad de proclamar el mensaje del reino a los demás; (3) las parábolas del reino (13) declaran el desarrollo del reino y su concepto total desde el punto de vista cronológico; (4) el discurso de Mt. 18 enseña las relaciones personales y la comunión que deben prevalecer dentro del reino; y (5) el discurso escatológico (24 y 25) destaca el desenlace de todo el proceso del reino en la segunda vida de Cristo.

V.           CARACTERÍSTICAS ESPECIALES

Mt. Es el único Evangelio que usa la palabra “iglesia” (16:18; 18:17), y por eso se le llama el “Evangelio eclesiástico”. Sin embargo, la frase “pueblo de Dios” describe mejor la iglesia para nuestros días, y este concepto se encuentra repartidamente en los Evangelios.

Únicamente Mt. Usa la frase “reino de los cielos”, aunque también emplea cuatro veces el sinónimo “reino de Dios”.

Se caracteriza por algunas tensiones y paralelismos interesantes: (a) entre el señorío del Padre (11:25) y el de Jesús (28:18); (b) entre el cielo (≈Dios) y la tierra (=el hombre) (6:1-20; 7:11; 10:32s.; 16:17,19; 18:18s.; 21:24ss.); (c) entre la presencia física de Jesús (1:23) y el castigo de los gentiles que no fueran fieles a la voluntad de Jesús (25: 31-46).

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