LAMENTACIONES
Arameo., Ketava
d΄Olyata. Se traduce Libro de las Lamentaciones. Atribuido tradicionalmente al
profeta Jeremías. Aunque en el canon original es anónimo, la evidencia interna
como el estilo, la época y las circunstancias apuntan a Jeremías como su autor.
Se fecha de redacción se sitúa entre el
586 y 538 a.C., épocas de la destrucción de Jerusalén y del retorno del exilio
babilónico respectivamente.
CONSECUENCIAS
DEL PECADO
EXPLICACIÓN:
Dios estaba molesto por la rebelión prolongada de su pueblo. El pecado causó la
miseria del pueblo y la destrucción fue el resultado de su pecado. La
destrucción muestra la vanidad de la gloria y la soberbia humanas.
IMPORTANCIA:
Continuar en rebelión contra Dios es provocar el desastre. Nunca debemos
confiar en nuestro liderazgo, recursos, inteligencia ni poder más que en Dios.
Si lo hacemos, sufriremos efectos similares a los de Jerusalén.
DESTRUCCION
DE JERUSALEN
EXPLICACIÓN:
Lamentaciones es un triste cántico fúnebre para la gran ciudad capital de los
judíos. Destruyeron el templo, el rey se marchó y el pueblo estaba en
cautiverio. Dios les advirtió que los destruiría si lo abandonaban. Ahora,
después de todo, el pueblo se dio cuenta de su condición y confesó su pecado.
IMPORTANCIA:
Las advertencias de Dios son justificadas. Hizo lo que dijo. Su castigo por el
pecado es cierto. Solo al confesar y renunciar al pecado podemos volvernos a Él
para que nos libere. Es mucho mejor hacerlo antes de que se cumplan sus
advertencias.
ESPERANZA
EXPLICACIÓN:
La misericordia de Dios al salvar la vida de algunas personas del pueblo ofrece
esperanza de días mejores. Un día el pueblo sería restaurado a una relación
verdadera y ferviente con Dios.
IMPORTANCIA:
Solo Dios puede librarnos del pecado. Sin Él no hay consuelo ni esperanza para
el futuro. Debido a la muerte de Cristo por nosotros y su promesa de regresar,
tenemos una esperanza resplandeciente para el mañana.
MISERICORDIA
DE DIOS
EXPLICACIÓN:
La compasión de Dios obraba aun cuando los israelitas experimentaban la
aflicción de sus conquistadores babilonios. A pesar de la infidelidad del
pueblo, la fidelidad de Dios fue grande. Utilizó esta aflicción para hacer que
su pueblo volviera a Él.
IMPORTANCIA:
Dios siempre será fiel a su pueblo. Su obra misericordiosa y purificadora es
evidente aun en la aflicción. En esos momentos, debemos orar para pedir perdón
y luego ir a Él para que nos libere.
LAMENTACIONES.
Libro leído en las sinagogas el día de
luto por la destrucción del templo (el 9 de Ab=jul./ago.). El nombre de las
versiones cristianas se deriva del que se halla en la LXX: threnio (“endechas” o “lamentos”), que fue traducido Lamentaciones en la Vul. El titulo
hebreo es eka (“¡cómo!”), clásica exclamación
hebrea de lamento (1:1; 2:1; 4:1).
Consta de cinco poemas en forma de
endechas o lamentos fúnebres, de los cuales los cuatro primeros forman un
acróstico; cada línea empieza con letras sucesivas del alfabeto hebreo (cp.
Sal. 119). Esto sirvió no solo para facilitar la memorización, sino para
expresar más plenamente la totalidad del dolor, a lo cual contribuye también el
ritmo de las líneas breves y plañideras del cap. 3 y el constante contraste
entre la brillante situación anterior y aquella humillante en que la desgracia
lamentada ha sumido a sumido a la ciudad
(1:1; 4:1,2).
La ocasión histórica de os poemas es la
toma y destrucción de Jerusalén por los Caldeos (586 a.C.). Aunque no se ofrece
prueba histórica directa (excepto 4:22) la coincidencia con las descripciones
de los últimos días de Judá son inconfundibles
(sitio: 2R. 25:1,2; Lm. 2:22; 3:5,7;
hambre: 2R. 25:3; Jer. 37:21; Lm. 1:11,19; 2:11,12,19,20; 4:4,5,9,10;
fuga del rey: 2R. 25:4,7; Lm. 1:3,6; 2:2; 4:19,20; saqueo del templo: 2R.
25:13,15; Lm. 1:10; 2:6,7; incendio del templo, palacio, etc.: 2R. 25:8,9; Lm.
2:3,5; 4:11; 5:18; matanza de los dirigentes: 2R. 25:18-21; Jer. 39:6; Lm.
1:15; 2:2,20; Lm. Cautiverio de los habitantes: 2R. 25:11,12; Lm. 1:1,4,5;
2:9,14; 3:2,19) y muchas otras. Aunque el tercer poema es individual, se trata
de una personificación de Judá (cp. 1:13-16). Son, por tanto, lamentos
nacionales, probablemente utilizados en el culto durante los días de ayuno y
arrepentimiento (cp. Zac. 7:1-5). Lm. En sí mismo es anónimo, pero generalmente
ha sido atribuido a Jeremías por la LXX y la Vul., siguiendo una tradición
Judía, tal vez basada en 2Cr.35:25. Este pasaje se refiere a la muerte de
Josías y no da base para atribuir Lm., a Jeremías. Los eruditos han debatido la
publicidad aduciendo razones de estilo, ideas dominantes y las circunstancias
de la vida de Jeremías, pero han llegado a conclusiones opuestas (cp. NBD. y
IDB. Lamentaciones). En todo caso, se
trata de un testigo (o varios) de la caída de Jerusalén y no puede ser
posterior al retorno en 538 a.C.
El
mensaje combina el elemento sacerdotal, el profético y el de la sabiduría
(NBD). La angustia del pueblo desolado es presentada a Dios en oración. Pero
junto a esta oración intercesora, está el reconocimiento profético: el desastre
es un juicio de Dios, Judá ha caído a causa de su pecado. Dios, Sin embargo,
castiga para llamar al arrepentimiento (3:25-30) y no dejará de confirmar su
pacto (3:19-24). Al mismo tiempo, junto con los libros de sabiduría, Lm. escudriña
el misterio del sufrimiento y la voluntad de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario