sábado, 16 de agosto de 2014

Conozcamos la Biblia Ezequiel

LIBRO DE EZEQUIEL

Aram., Ketava d′ Jazquiel. Se traduce Libro del Profeta Ezequiel. Jazquiel significa Dios fortalece. La autoría de este libro se atribuye al profeta Ezequiel, hijo del sacerdote Buzi, y su fecha de redacción se sitúa en el siglo VI a.C.

RESTAURACIÓN

 EXPLICACIÓN: Ezequiel consuela al pueblo al decirle que llegaría el día cuando Dios restauraría a los que se apartaran del pecado. Dios sería su Rey y Pastor. Daría a su pueblo un nuevo corazón para adorarlo y establecería un nuevo gobierno y un nuevo templo.
IMPORTANCIA: La certeza de la restauración futura alienta a los creyentes en momentos de prueba. Sin embargo, debemos ser fieles a Dios porque lo amamos, no solo por lo que Él puede hacer por nosotros. ¿Hemos puesto nuestra fe en Él o meramente en nuestros beneficios futuros?


PECADO

EXPLICACIÓN: Israel pecó, y el castigo de Dios llegó. Dios utilizó la toma de Jerusalén y el cautiverio en Babilonia para disciplinar a los rebeldes y hacer que abandonaran su estilo de vida pecaminoso. Ezequiel les advirtió que no solo la nación tenía que dar cuenta ante Dios por su pecado, sino también cada individuo.
IMPORTANCIA: No podemos eximirnos de nuestra responsabilidad ante Dios. Somos responsables ante Él de nuestras decisiones. En vez de rechazarlo, debemos reconocer el pecado por lo que es, rebelión en contra de Dios, y optar por seguirlo a Él.

SANTIDAD DE DIOS

EXPLICACIÓN: Ezequiel tuvo una visión que le reveló la absoluta perfección moral de Dios. Dios era superior espiritual y moralmente a la sociedad corrupta y comprometida de Israel. Ezequiel escribió para dar a conocer al pueblo que Dios también estaba presente en Babilonia, no solo en Jerusalén.
IMPORTANCIA: Debido a que Dios es moralmente perfecto, nos puede ayudar a vivir por encima de la tendencia a comprometernos con este mundo. Cuando nos centramos en su grandeza, nos da poder para superar el pecado y reflejar su santidad.

ADORACIÓN

EXPLICACIÓN: Un ángel dio a Ezequiel la visión del templo con muchos detalles. La presencia santa de Dios había abandonado a Israel y al templo debido al pecado de la nación. La construcción de un templo futuro marcaría el regreso de la presencia de Dios. Dios limpiaría a su pueblo y restauraría la verdadera adoración.
IMPORTANCIA: Todas las promesas de Dios se cumplirán bajo el gobierno del Mesías. Los seguidores fieles serán restaurados a una relación perfecta con Dios y con los demás. Para estar preparados para este momento, debemos centrarnos en Dios. Hacemos esto por medio de la adoración cotidiana a Él, a través de la cual aprendemos acerca de la santidad de Dios y los cambios que debemos hacer en nuestro estilo de vida.

LIDERES

EXPLICACIÓN: Ezequiel condenó a los pastores (sacerdotes y líderes) infieles que habían descarriado al pueblo. Él en cambio sirvió como pastor amoroso y atalaya atento para advertir a su pueblo acerca de su pecado. Un día el perfecto Pastor de Dios, el Mesías, guiaría a su pueblo.
IMPORTANCIA: Jesús es nuestro líder perfecto. Si verdaderamente queremos que Él nos guíe, nuestra devoción debe ser algo más que palabras. Si se nos ha dado la responsabilidad de guiar a otros, debemos tener cuidado de ellos aun cuando esto signifique sacrificar placer personal, felicidad, tiempo o dinero. Somos responsables de las personas que guiamos.

LIBRO DE EZEQUIEL
        
         El estudio de los manuscritos  de Qumrán (Isaías) ha sugerido una división del libro en dos tomos, lo cual confirma la afirmación de Josefo de que Ezequiel escribió dos libros entendidos así, el primer tomo termina con una profecía  de la destrucción de Jerusalén (cap. 24), y el segundo term9na con la profecía de la restauración de Jerusalén y del templo (cap. 40-48). Ambos tomos contienen una descripción de la vocación del profeta (3:16-21; 33:1-9).

a.    El juicio contra Judá y Jerusalén (1-24).
b.   La liberación y restauración de Israel (25-48).

1.   Juicio contra las naciones opresoras (26-32)
2.   La regeneración política y espiritual de Israel (33-39)
3.   El nuevo templo y la nueva Jerusalén (40-48)

Algunos mantienen que Ezequiel mismo ordenó el libro, pero actualmente es más común pensar que algunos discípulos del profeta pusieron los oráculos en el orden conocido, tal vez añadiendo algunos oráculos propios. No obstante, es evidente que gran parte del libro es obra del profeta mismo.

La tensión psicológica y emocional que experimenta Ezequiel se refleja en la profunda bipolaridad de su teología. Siempre se muestra sensible y fiel en cuanto a ambos lados de la verdad y expresa ésta en las grandes paradojas de la revelación divina.

En su visión inaugural (cap. 1) Ezequiel hace hincapié en la trascendencia, movilidad y omnipresencia de Dios. Pero termina el libro con la afirmación de que la nueva Jerusalén se llamará “Jehová allí”, recalcando otra vez la presencia local de Dios en el templo reconstruido (48:35).

En la visión inaugural Ezequiel insiste en que Dios es infinito, misericordioso e incomprensible (1:28). Pero, como ningún otro autor Bíblico, proclama que el hombre si puede conocer verdaderamente a Dios. Ochenta y seis veces aparecen en el libro frases como “sabréis que yo soy Jehová” (v.g. 6:7,10,13,14; cp. Jn. 17:3).

Todo el libro muestra que Dios es el omnipotente soberano, que actúa en toda la historia humana (caps. 5; 7; etc.). Pero, más que los demás autores bíblicos, Ezequiel pone de relieve la realidad del pecado que domina aun al pueblo escogido en muchos momentos de su historia (caps. 16; 20; 23). A la vez que reconoce la sabiduría divina, recalca que el hombre es un ser responsable de su pecado, y que está llamado al arrepentimiento (18:31,32). Los tonos oscuros y repulsivos con que Ezequiel pinta el pecado destacan su concepto de la gracia divina (v.g.36:25-27).

Como ningún otro profeta, Ezequiel acentúa la realidad del juicio y la ira de Dios (caps. 5; 7; 20; etc.). Pero también habla con pasión del tierno amor de Jehová, quien busca a sus ovejas perdidas (caps. 34). No quiere “la muerte del que muere” y ruega: “convertíos, pues, y viviréis” (18:32).

Ezequiel fue el primero que instó a la responsabilidad individual (cp. Dt. 24:16), pero en el famoso cap. 18 tenemos un desarrollo sin paralelo de esta doctrina. Sin embargo, el libro termina con la visión de una sociedad (caps. 40-48) que no deja campo para individualismo egoísta, tan común en épocas posteriores.

Con aun más precisión que Jeremías (cp. 31:31-34), Ezequiel presentó la solución de la problemática del hombre en la regeneración interior, la obra del Espíritu de Dios y el sello del pacto renovado (11:19; 18:31; 36:25-27). Pero como sacerdote (1:3), siempre buscaba la renovación jamás el rechazo del templo, culto, sacrificios y otras expresiones exteriores de la religión (caps. 40-48).

Como ningún otro profeta, Ezequiel se puso del lado de Dios y aun expresó deleite en los juicios divinos (2:8-3:3). Pero, con su profunda conciencia del valor del individuo, asigno al cuidado pastoral un papel profético. Su hondo sentido de responsabilidad como “atalaya” (3:16-21; 33:1-9), que debía velar por la salvación de sus prójimos, no tuvo paralelo humano en la historia bíblica hasta San Pablo (cp. 9:1-3; 10:1).

El Dios de Ezequiel es ejecutor de juicio y muerte pero también autor de resurrección y nueva vida (caps. 37; 47:1-12). Aunque Ezequiel no alcanza a discernir el sufrimiento con la claridad de Is. 53, es notable que las aguas de vida brotan desde abajo del altar el lugar del sacrificio en su nuevo templo (47:1).


Aunque muchos de los elementos individuales de su teología tienen abundantes antecedentes, Ezequiel mostró una capacidad única en el AT  para mantener verdades doctrinales en tensión paradójica. Por eso muchos lo consideran el teólogo más grande del AT. Especialmente en los escritos de Juan (agua viva, Jn. 7:38,39; vid, 15:1-6; visiones, Ap.1; 4; Gog y Magog, y una nueva Jerusalén, Ap. 21 y 22). Pablo desarrolla sus paradojas teológicas (EPISTOLAS A LOS ROMANOS).

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