domingo, 24 de agosto de 2014

Conozcamos la Biblia Daniel

LIBRO DE DANIEL

Aram., Ketava d′ Daniel Nebya. Se traduce Libro del Profeta Daniel. Daniel significa El (Dios) es mi Juez. Su autor es el profeta Daniel, y su fecha de redacción se sitúa en el siglo VI a. C.

DIOS TIENE EL CONTROL

 EXPLICACIÓN: Dios todo lo sabe, y está al frente de los acontecimientos del mundo. Dios gobierna y retira a los líderes rebeldes que lo desafían. Dios derrotará al mal; nadie está exento. Librará a los fieles que lo sigan.
IMPORTANCIA: A pesar de que las naciones ahora contienden por el control del mundo, un día el reino de Cristo reemplazará y superará a los reinos de este mundo. Nuestra fe está segura debido a que nuestro futuro está seguro en Cristo. Debemos tener valor y depositar nuestra fe en Dios quien está al frente de todo.


FIDELIDAD DE DIOS

EXPLICACIÓN: Dios fue fiel en la vida de Daniel. Lo liberó de la prisión, de un foso con leones y de los enemigos que lo odiaban. Dios protege a su pueblo y trabaja pacientemente con ellos.
IMPORTANCIA: Podemos confiar en que Dios estará con nosotros a lo largo de las pruebas debido a que Él promete que lo estará. Como Él ha sido fiel con nosotros, debemos permanecer fieles a Él.

PERSEVERANCIA

EXPLICACIÓN: Daniel sirvió durante setenta años en una tierra extranjera hostil a Dios, y nunca cedió en cuanto a su fe en Dios. Fue leal, persistió en la oración y no tuvo interés en obtener poder para gloria propia.
IMPORTANCIA: Para poder cumplir su propósito en la vida, necesita poder de permanencia. No permita que lo que nos hace diferentes como cristianos se diluya. Sea constante en sus oraciones, permanezca firme en su integridad y conténtese con servir a Dios en cualquier lugar donde Él lo ponga.

PROPOSITO EN LA VIDA

EXPLICACIÓN: Daniel y sus tres amigos son ejemplos de dedicación y consagración. Se determinaron a servir a Dios a pesar de las consecuencias. No se rindieron ante las presiones de una sociedad pagana debidos a que tenían un propósito claro en la vida.
IMPORTANCIA: Es sabio hacer que la confianza y la obediencia a Dios sea nuestro verdadero propósito en la vida. Esto nos dará dirección y paz a pesar de las circunstancias y las consecuencias. No debemos obedecer a cualquiera que nos pida desobedecer a Dios. Nuestra lealtad primeramente debe ser para Dios.


LIBRO DE DANIEL


         El único libro del AT de carácter totalmente apocalíptico. La mayoría de sus páginas están escritas en prosas. Su contenido representa un esfuerzo por entender el proceso histórico, considera la soberanía de Dios y usa ampliamente el simbolismo, elementos que después llegó a caracterizar  a la literatura apocalíptica, v.g. Enoc, 2 Baruc, la asunción de Moisés, etc.

         El libro se divide en dos secciones: caps. 1-6, que consiste en seis narraciones sobre Daniel y sus tres amigos; y caps. 7-12, los cuales contienen cuatro visiones de los reinos del mundo y el reino de Dios.


I.             PATERNIDAD LITERARIA

Las dudas respecto al autor y la fecha de la composición de Dn. Figuran entre las cuestiones más candentes en el campo de la introducción bíblica de hoy en día.

Basándose en la forma autobiográfica de la primera parte del libro (Dn. 7:2,4ss.; 8:1s., 15ss.; 9:2ss.), y puesto que Jesús parece atribuirlo al Daniel del siglo VI (Mt. 24:15; Mr. 13:14), la iglesia postapostólica concordó con la principal tradición judaica, y afirmó que lo había escrito el Daniel histórico, que fue llevado a Babilonia en 605 a.C. Es interesante notar que otra tradición judaica afirma que Dn. fue escrito por los miembro de “la gran sinagoga” unos dos siglos después.

El filósofo judío Porfirio de Tiro, en su obra Contra los cristianos, se anticipó a la crítica de los siglos XVIII-XX en cuanto al autor. Con base en la manera en que el cap. 11 se cumplió en Antíoco IV de los seleucos, afirmó que el libro debió haberse escrito en la misma época macabea. Porfirio aseguraba, además, según sus categorías neoplatónicas, que la profecía no existe.

Hoy en día la gran mayoría de los estudiosos convienen en que Dn., tal como lo tenemos, construye una unidad literaria escrita por un solo autor, a pesar de que en el siglo pasado hubo quienes lo sostuvieron que lo habían escrito hasta nueve redactores. A partir de las unidad  del libro, los datos que se analizan más frecuentemente y los que tienden a ser determinantes en cuanto al autor y la fecha son dos: (1) ¿Qué ambiente histórico refleja el libro? Y (2) ¿Por qué el cap. 11 (y en qué parte el cap. 8) considera ligeramente las épocas babilónicas y persa (11:2-20), mientras trata detalladamente la historia respecto del Antíoco Epífanes (v. 21ss.), de la época griega?

La gran mayoría der los comentaristas modernos aseguran que Dn. refleja las condiciones que provocaron las rebelión macabea, y que alguien del siglo II a.C., lo escribió bajo el seudónimo de Daniel. Para algunos esto contribuye una falsificación o engaño, y concluyen que el libro no debe pertenecer al canon. Para otros, entre los cuales se encuentran varios eruditos evangélicos, el seudónimo aquí no representa más que un recurso literario, que no implica intención alguna de engañar a nadie ni afecta en nada la confianza en la inspiración y autoridad del libro. Tanto los de una como los de la otra posición datan Dn. ca. 165 a.C., basándose en que el ambiente histórico parece reflejar la época macabea y en que el autor del libro predice el fin del poder de Antíoco IV (Dn. 11:40-45), lo cual no coincide con los datos conocidos de su carrera después de la profanación del templo y el inicio de su persecución. Más bien en el año 165 marcho hacia el E y Murió en Tabes, Persia, de una enfermedad mental en 163 a.C. Así, nuestro autor seudónimo tuvo mejor suerte como historiador que como profeta.
                          
    La posición tradicional sostiene que el Daniel histórico escribió el libro. En cuanto al ambiente, nada obliga a fechar el libro en el siglo II. Tampoco se ha probado que el libro contenga errores históricos; incluso, la identificación de Darío el medo (9:1), repetidamente llamada el problema el problema histórico crucial, se resuelve al entender que Darío era otro nombre del gobernador Cubaru, o al entender que el texto de Dn. 6:28 identifica a Ciro y a Darío como una misma persona.

    A la luz de nuestros conocimientos actuales, el lenguaje de Dn. (el Arameo y algunas palabras griegas), bien puede reflejar el ambiente del siglo VI. Sin embargo, la ubicación de Dn. como parte de la tercera división del canon hebreo y no entre los profetas, tampoco significa que Dn. se escribiera muy tarde. Probablemente indica sólo que Daniel era un político con el don de profecía y que nunca ocupó el oficio de profeta como Isaías, Jeremías, et al.

    Seguramente, Dios reveló lo pertinente a Antíoco IV para animar a los fieles del periodo más crucial, quizás, de la historia de su pueblo Israel. La época macabea (167-142 a.C.) era esencial en la formación del Israel del tiempo propicio para la venida de Cristo (Gá. 4:4). El que Dn. 11:40-45 sea tan especifico como vv. 20-39, pero no se cumpliera totalmente con Antíoco IV, es muy análogo con las profecías en cuanto a la venida del Mesías, las cuales no indican que realmente habría dos venidas, con unos 2.000 años entre ambas. E.d., todavía esperamos que el verdadero cumplimiento de Dn. 11:40-45, en donde Antíoco IV es apenas una de las muchas representaciones del –anticristo.


II.           TELOGÍA


La narración de Dn. llega a su clímax en la visión de 10:1-12:4. Ahí se ve claramente que Dn. trata de uno de los problemas más agudos de la experiencia humana: la conducta a seguir bajo un gobierno tiránico que persigue por razones religiosas. Y el camino que Dn. parece recomendar está bien resumido en las palabras: “el pueblo que conoce a Dios se esforzara y actuará” (11:32).

La base de todo en el libro es el conocimiento de Dios (su carácter y su voluntad), verdadero, profundo y creciente. Se puede ver esto en toda la experiencia personal de Daniel. La idea determinante es que Dios es soberano del mundo (caps. 2; 7; 8; 10-12) revela que Dios si tiene un plan y que su voluntad se cumplirá. El creyente puede confiar en Dios, a pesar de las circunstancias.

Dn. muestra una actitud consecuente en cuanto al compromiso con Dios. No importa cuán excepcional sea el poder humano que impere, el verdadero creyente no falla en su obediencia a Dios por acatar disposiciones humanas (1:8-21; 3:1-30; 6:1-28).

En Dn. se encuentra la figura del “Hijo del Hombre” (7:13,18), término que llego a ser el título propio de Jesús. También en Dn. se nos presenta la explicación más detallada de la esperanza de resurrección en el A.T. (12:2).

Uno de los asuntos más llamativos del libro es la respuesta de Dios a las oraciones del siervo fiel. En ocasiones Dios manifiesta su poder mediante la aparición de seres celestiales (9:20-23).

El libro de Dn. proporciona el marco estructural para el libro de Apocalipsis, y es en el Apocalipsis donde el contenido de la última semana profética (9:27) se desarrolla.     

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