James Montgomery, un periodista de Londres, había sido encarcelado dos veces por sus editoriales controversiales. Pero no hubo controversia cuando publicó este poema en su periódico la noche de navidad en 1816.
Aparte
de Isaac Watts y Juan Wesley, probablemente ningún escritor más al desarrollo
de la himnología cristiana que este excepcional periodista que fue campeón de
la causa de los pobres y atribulados, como también las misiones extranjeras. Es
significativo que la música fue compuesta por un organista ciego, Henry Smart,
diseñador y constructor de los mejores órganos de Inglaterra y uno de los músicos
más destacados de su día.
Al
escribir este himno Montgomery se refirió tanto a la narración de los
evangelios como a las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento, donde el
Mesías es llamado el deseado de todas las naciones (Hageo 2.7) que habría de
aparecer súbitamente en Su templo (Malaquías 3.1).
ÁNGELES
DEL ALTA GLORIA
Ángeles
de alta gloria,
Vuestras
voces levantad;
Cristo
ya nació, la historia,
Pronto
a todos proclamad.
Coro
Adoremos,
adoremos,
Al
recién nacido Rey. Amén.
Los
pastores vigilando
Sobre
su ganado están;
Dios
en Cristo ya habitando
Con
los hombres, mirarán.
Sabios,
las meditaciones
Todas
pronto abandonad;
Al
Deseado de naciones
En
pesebre vil mirad.
Los
que en Cristo, reverentes
Esperando
verle están,
En
su templo, muy fervientes
Contemplarle
allí podrán.
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