sábado, 6 de octubre de 2012

El Pecado, La Muerte, El Infierno.



¿Qué es el infierno?

            De acuerdo con la Biblia, tratándose de donde pasaremos el resto de nuestra vida después de la muerte, tenemos dos opciones. Una es en el cielo. La otra es en el infierno. Es interesante saber que, aunque parece que hay un aumento en la cantidad de personas que creen que existe un lugar llamado infierno, la mayoría de ellas no piensan que está en camino a ese lugar. En lugar de eso, creen que el infierno está reservado solo para los peores criminales y otros elementos «malignos» de nuestra sociedad. Sin embargo, la palabra de Dios usa un criterio diferente para juzgar a la gente. No vas al infierno por ser una persona mala, ni vas al cielo por ser una persona buena. Todos merecemos vivir la eternidad en el infierno (Romanos 3:22-23). 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
           
Mientras Dios dice claramente que los que rechazan la salvación ofrecida a través de su Hijo Jesucristo vivirán el resto de la eternidad en ese lugar de tormento, él le da a cada persona, una y otra vez, la amplia oportunidad de elegir vida, vida en abundancia en la tierra, y vida eterna en el cielo (2 Pedro 3:9). 9El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Si todavía no has tomado esa decisión, o si ya la has tomado y deseas un entendimiento más profundo de lo que tus amigos incrédulos tienen que enfrentar, considera estos datos acerca del infierno que se encuentra en las páginas de las Escrituras.

1.      ¿A qué se parece el infierno? El infierno es un lugar de tormento ETERNO (Lucas 16:19-31) 19Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

¿A qué se parece el infierno?

En esta parábola, Jesús nos revela cierta información acerca del infierno. El estilo de vida de la gente en la tierra, no será el mismo en la eternidad. Las cosas cambiaron dramáticamente para el hombre rico cuando paso a la eternidad. Debido a que nunca había tenido una relación personal con Dios, de inmediato entro en los tormentos del infierno, sin un centavo y en agonía. Aquellos que no tienen un corazón recto para con Dios, enfrentan el mismo futuro que el hombre rico de esta historia. Después de la muerte es posible que serán retenidos en el infierno hasta que sean presentados delante de Dios, en lo que la Biblia llama el juicio del Gran Trono Blanco, aunque esto nadie lo sabe con certeza (« ¿Por qué un Dios bueno envía gente al infierno? ») (Mateo. 25:41) 41Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
            El Infierno es un lugar de llamas y tormento. El hombre rico de esta parábola experimento un calor insoportable y una sed insaciable. Se hallaba en tal agonía que clamo a Abraham, y le pidió que enviara a Lázaro para que mojara su dedo en agua y refrescara su lengua (la del hombre rico). Si alguna vez sufriste una grave quemadura entonces tienes una idea del tormento que le espera a los que pasaran la eternidad en el infierno. Agrega a esto tinieblas y soledad, y tendrás un escenario increíblemente terrible.
La gente no «la pasa bien» en el infierno. Algunos dicen: « Yo quiero ir al infierno. Todos mis amigos están allí ». Puede ser cierto. Pero no hay fiesta en el infierno. Como dice la parábola dicha por Jesús, el hombre rico estaba tan espantado de su situación que deseaba que Lázaro regresara a advertirles a sus hermanos, para que ellos no fueran también a ese lugar de tormento.
Si deseas saber acerca de la realidad del infierno, no necesitas leer uno de esos periódicos sensacionalistas donde sale gente que dice haber tenido una experiencia fuera del cuerpo. Estudia las Palabras del Dios Viviente, quien murió y resucito, y puede decirte exactamente qué esperar en la eternidad. Nuestra aceptación o rechazo de sus palabras determinan donde pasaremos el resto de nuestras vidas.

2.      ¿Quiénes irán al infierno? Aquel cuyo nombre no aparezca en el libro de la vida está destinado a un castigo eterno (Apocalipsis 20:11-15) 11Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

¿Quiénes irán al infierno?

            El suceso descrito en este pasaje es el juicio final de la humanidad, también conocido como el juicio del Gran Trono Blanco. La norma por la cual será juzgado es simple. Si tú has aceptado el maravilloso regalo de Dios de la salvación por medio de su Hijo, Jesucristo, tu nombre será hallado en el libro de la vida, y pasarás la eternidad en el cielo con Dios. Si has escogido rechazar a Cristo, entonces tu destino final será el lago de fuego. No hay discusión al respecto. El caso está cerrado.
            Tristemente, mucha gente escoge la segunda opción. No lo hacen porque desean pasar la eternidad en agonía, sino que desean «seguir la corriente de todos». Hacen lo mismo que los demás, sin pensar por sí mismos. Jesús llama a esta elección: «la manera fácil». Al describir el camino al cielo y el camino al infierno, Jesús dice: «sólo puedes entrar en el reino a través de la puerta angosta. La carrera al infierno es amplia y la puerta ancha para los muchos que escogen ese camino. Pero la puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil y son solo unos pocos los que alguna vez lo encuentran» (Mateo 7:13-14) 13Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. El único modo de salir de este camino ancho y «anular» tu reserva para el infierno es asegurarte de que tu nombre está registrado en el libro de reservas de Dios para el cielo: El Libro de la Vida.
             
3.      ¿Cuál es el peor castigo del infierno? El peor castigo del infierno es la separación ETERNA de la presencia de Dios (2 Tesalonicenses 1:7-10) 7y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).

¿Cuál es el peor castigo del infierno?

            Como lo establece este pasaje, la verdadera agonía de aquellos que van al infierno es que estarán separados eternamente de Dios. Para comprender cuan terrible es este castigo, examinemos las consecuencias de estar separados de la presencia de Dios.
JUICIO. Cuando Cristo vuelva, los que no son creyentes enfrentaran juicio; no así los creyentes. En este juicio, serán revelados públicamente todos sus actos y entonces serán sentenciados a pasar la eternidad en el lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). 11Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
DESTRUCCION ETERNA. En el infierno, los que no son creyentes están destinados a sufrir un tormento eterno junto con el diablo y sus demonios. El tormento que soportaran esta descrito por Jesús como un fuego eterno (Mateo 18:8) 8Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. y (Mateo 25:41) 41Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Los que no son creyentes pasaran la eternidad en agonía.
REMORDIMIENTO. Jesús empleo muchas parábolas para describir el reino del cielo y definir quienes entrarán y quiénes no. Los que no entrarán a su reino estarán en un lugar donde habrá «llanto y rechinar de dientes» (Mateo 13:42). 42y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Llorar y rechinar los dientes es una de las experiencias del remordimiento que sufrirán cuando comprendan que están perdidos por la eternidad.
DESESPERACION. Debido a que su castigo es eterno, los no creyentes no tendrán esperanza de que su situación mejore. Su existencia será no sólo de agonía, sino también de desesperación. Aquellos que conocen a Cristo tienen mucho que ganar. Los que no lo conocen tienen mucho que perder.  


 EL PECADO

            Es humanamente entendido que las faltas conllevan castigo y las malas decisiones conllevan malas consecuencias. Los gobiernos de la tierra han establecido cortes de justicia con el fin de hacer que el que ha violado la ley pague las consecuencias de su comportamiento ya sea con encarcelamiento de un tiempo determinado o con su propia vida. Dios, el creador de los cielos y la tierra, ha puesto sus leyes desde el comienzo en las cuales también estableció que el que peca debe morir. Esa es la sentencia de Dios para los pecadores.
(Romanos 6:23) 23Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén y le prohibió comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, le dijo:
(Génesis 2: 17) 17más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Y Adán tomó y comió de aquel árbol en desobediencia a su creador, Este acto contra Dios se reconoce como pecado, y Adán como cabeza federal de toda la raza humana cayó de la presencia de Dios y toda la humanidad con él. Por consecuencia el hombre, nace en pecado y es pecador.
(Romanos 5:12) 12Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Por esta razón el hombre se encuentra naturalmente en estado de condenación ante la corte celestial quien le declara “culpable” y es merecedor de la ira de Dios…
(Efesios 2:2) 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Dios es Santo y no hay pecado alguno en Él. Cuando el hombre pecó, estableció una separación entre él y Dios, y la gloria y las bendiciones de Dios.  El hombre se hizo culpable de la muerte eterna también conocida como la ‘muerte segunda’. Esta separación es muerte espiritual y más adelante vamos a tocar este punto pero primero veamos la condenación del hombre en la ‘muerte física’.

LA MUERTE FISICA

El ser humano es un ser compuesto por una parte física y visible (El Cuerpo) y una parte espiritual e invisible (alma/espíritu). El cuerpo enferma, envejece y al morir se descompone, no es simplemente desaparecido sino que pierden las características que le hacen un cuerpo, la existencia de este cuerpo continúa en una forma distinta, el polvo vuelve al polvo.
La parte espiritual por otra parte, no se descompone sino que se "separa" del cuerpo al momento de la muerte, y continúa su existencia en otra forma, es decir en cuanto a la relación al cuerpo, cuando mueres es porque el alma ha salido de él, es decir "se ha separado", pero no significa que el alma ha dejado de existir, por lo cual cuando decimos que la persona está muerta, estamos diciendo que el cuerpo ha sido separado de aquello que le daba vida física y le permitía funcionar en nuestro mundo y nuestro ambiente. Eso es en cuanto a la muerte física, pero queda aún una muerte que conocemos como muerte espiritual, esta muerte es la muerte de la que participan aquellas personas que no creen en Cristo.

LA MUERTE ESPIRITUAL (La Primera Muerte)

La muerte física es la manifestación visible de que existió muerte espiritual. La Biblia dice que Dios dijo a Adán "EL DIA QUE COMAS del árbol de la ciencia del bien y del mal, CIERTAMENTE MORIRÁS". La narración bíblica nos dice que Adán no murió físicamente aquel día, sino que siguió con vida. Entonces a que se refirió Dios cuando dijo "EL DIA QUE COMIERES MORIRÁS"? A la verdad, muy ciertamente AQUEL MISMO DIA, Adán murió ¿Pero cómo murió? Adán murió espiritualmente. El pecado causó SEPARACIÓN entre Dios y Adán, por lo tanto, en cuanto a Dios respecta, Adán estaba muerto, la realidad de esta muerte se hace visible posteriormente en la muerte física de su cuerpo pero va más allá de eso a una muerte conocida como la muerte segunda (hablaremos de esto más adelante). Allí en el huerto se cumplieron las palabras bíblicas "...el alma que pecare esa morirá". El mismo día que Adán desobedeció la ley de Dios, se hizo "culpable" de la muerte segunda.
La muerte espiritual del alma es una referencia a la "Separación de Dios", esto lo vemos claro cuando Jesús dice "…deja que los muertos entierren a sus muertos". Aquí Jesús estaba haciendo referencia a dos fases o etapas de muertes, el primer "muertos" es una referencia a los muertos espirituales, que están separados de Dios y la segunda mención es referencia a "los muertos espirituales que mueren físicamente". Son "sus muertos" porque murieron físicamente estando "muertos espiritualmente". Estos están doblemente muertos, esta es "la primera muerte en su totalidad". La primera muerte incluye "la muerte espiritual" que es "separación de la relación personal con Dios" y la "muerte física" o "separación del mundo, la creación de Dios".
A esta muerte espiritual se hace referencia una y otra vez en la Biblia. Los que están sin salvación se dice que están "muertos". El apóstol Pablo hace referencia a esto como el estado en el cual estuvimos todos los que una vez no habíamos creído en Cristo, "...muertos en delitos y pecados, sin Dios y sin Esperanza en el mundo." La idea está en que el estar separado de la relación con Dios significa estar "muertos". Donde no existe relación espiritual con Dios hay muerte espiritual y lo opuesto también es cierto, donde existe acercamiento a Dios, ‘hay vida espiritual’ aunque haya muerte física. Si la persona continúa en la condición de muerte espiritual, tal persona recibirá el castigo de la muerte segunda.

LA SEGUNDA MUERTE

Algunos sostienen que ésta "Muerte Segunda" la cual se menciona en (Apocalipsis 21:1-8) es una referencia a la aniquilación total del alma por Dios después del juicio final. 1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicario y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Pero debemos entender que esta muerte segunda no se diferencia en nada a las muertes anteriores en cuanto a que el alma continúa existiendo. Esta muerte es una muerte que indica 'SEPARACIÓN ETERNA' de la presencia de Dios. De esta muerte, no hay salida. Aunque de la primera muerte el ser humano puede librarse, de la Segunda muerte NO PUEDE LIBRARSE.
¿Cómo puede una persona llegar a tener parte en la Segunda Muerte? La Biblia nos afirma que "el que no tiene parte en la ‘primera resurrección’ tendrá parte en la ‘muerte segunda’" (Apocalipsis. 20:11-15).

El juicio ante el Gran Trono Blanco

(Apocalipsis 20:11-15) 11Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Entonces vemos que:
"La muerte física es la consecuencia de haber participado de la muerte espiritual (primera muerte) pero la muerte segunda es la consecuencia de haber permanecido en la muerte espiritual."
Aunque la muerte física y espiritual produce dolor, el dolor de la muerte segunda es mucho mayor. Esta Segunda Muerte es la separación eternal y consciente del individuo de Dios. Ahora, esta separación va mucho más allá de ser una simple separación de Dios, ella conlleva una descarga eterna de la ira de Dios. Aquellos que sufran esta muerte, sufrirán mucho más pérdida que la que pudiera causar la muerte física o la muerte espiritual, el dolor de esta muerte es mucho mayor y es eterna. La segunda muerte es el infierno. A esta ‘muerte segunda’ se estaba refiriendo Dios cuando le habló a Adán de que moriría.
Ahora no podemos decir que la muerte a la que Dios se refería es ‘aniquilación’ o dejar de existir porque es la misma Biblia quien nos da la descripción de lo que Dios mismo dice que es la muerte segunda…
(Apocalipsis 21:8) 8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Cuando hablamos de ‘infierno’, nos referimos a la ‘segunda muerte’. Esta es la sentencia que Dios y solo Dios ha establecido como consecuencia del pecado.

El Infierno

La doctrina del infierno es repugnante aun a mentes regeneradas pero no es una doctrina sin base en la escritura. El hombre que vive en pecado le parece mejor alternativa creer que el infierno no existe y que al morir, el alma es simplemente desecha, pero tal idea es ajena a la revelación Bíblica. El infierno es un lugar de tormento eterno donde serán echados todos aquellos que no forman parte de la primera resurrección.
La muerte segunda es el infierno. La Biblia nos declara que este lugar existe ya y fue preparado para Satanás y sus demonios, pero también dice que los seres humanos que siguen tras Satanás también tendrán su parte con él en esta condenación eterna. Jesucristo habló de que este lugar.


El juicio de las naciones

31Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
La Biblia describe el infierno como un lugar donde existe extrema calamidad: fuego ardiendo, oscuridad, dolor, sufrimiento y llanto. Todo esto significa que definitivamente es un lugar donde nadie quisiera estar.

¿Y si no existe el infierno?

Supongamos por un momento que en verdad el infierno con toda su condenación de sufrimiento eterno no existiera; entonces, los pecadores nada tendrían que temer. Pueden vivir sus vidas en pecados y suciedades, rechazando a Dios y al evangelio y después desaparecen sin consecuencias, pues no hay condenación alguna. Pero no solo eso, las palabras de Jesús hubieran sido falsas en cuanto a temer al fuego que no se apaga y el gusano nunca muere, en cuanto a que el infierno es un lugar que se debe de temer, un lugar donde el cuerpo y alma es destruida. Entonces los creyentes fuimos libertados de la condenación que no existe y somos salvos de una ira falsa. Pues no hay ira, no hay condenación, no hay castigo, solo desaparición, y el ser que no existe no sufre, no siente, no padece.


La Realidad del Infierno Eterno

La realidad de la ‘eternidad’ del infierno puede mover al pecador convicto de su pecado a buscar la salvación que viene de Dios buscando ser salvo de la ira venidera. él sabe que necesita a Dios y que solo por Él, por medio de Él, puede ser salvo. La realidad Bíblica del infierno le puede mover a escapar de esta generación incrédula e impía y una vez que ha recibido el amor de Dios el hombre puede amarle libremente.
Pero muchos dudan de que la Biblia quiera decir lo que dice. Es mejor para el pecador que desea continuar en su vida de pecados, el pensar que no existe el infierno o que solo será ‘aniquilado’ y desaparecido antes de sufrir la condenación eterna del infierno.
Lo triste es que muchos llamados líderes cristianos enseñen que el infierno no existe, que no hay ninguna condenación para los pecadores. Tal como le dijo la serpiente a Eva en el huerto;
(Génesis 3:4) 4Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
¡No morirás!, No, no es cierto, ¡no van a sufrir!; No, ¡no es eterno el castigo! No habrá condenación; serás aniquilado y ya todo se acaba." Así le hacen eco al mismo Satanás quien es padre de mentiras.

¡La Realidad Bíblica del Infierno!

(Mateo 5:22) 22Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
(Mateo 8:12) 12más los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo 5:29-30) 29Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

Nota: (Contexto) El castigo corporal. (Cercenamiento de miembros externos p ej. Éxo 21:24-25) es mas fácil de soportar que la pena capital, el decreto de muerte externa pronunciado por la corte celestial. Algunos pensadores Judíos creían que las personas resucitarían de la manera exacta en la que habían muerto (p ej. Con alguna extremidad faltante, como en el caso de muchos mártires) antes de ser físicamente restaurados, y Jesús utilizaba esta imagen.
(Mateo 10:28)  28Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
(Mateo 13:42) 42y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo 13:50) 50y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo 18:9) 9Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.

Nota: (Contexto) El Judaísmo también establecía como equilibrio entre el plan soberano de Dios y la elección (decisión) y responsabilidad humana. En la medida en que los ojos de una persona podían hacerle tropezar, podían entenderse como una especie de piedra de tropiezo; sobre piedra de tropiezo.
(Mateo 22:13) 13Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo 23:14-15) 14¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación. 15¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, (Seguidor, Adepto, Partidario. Etc.) y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
Nota: (Contexto) Este versículo no esta en todos los manuscritos griegos de Mateo (RVA y la NVI no lo incluyen, aunque lo agregan en nota al pie); con respecto al trasfondo de su contenido, ver el comentario sobre Marco 12:40. 
(Mateo 23:33) 33¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
(Mateo 24:51) 51y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo 25:30) 30Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo 25:41) 41Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
(Mateo 25:46) 46E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
(Marcos 3:29) 29pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. 30Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.
(Marcos 9:43) 43Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,
(Marcos 9:44) 44donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos 9:45) 45Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado,
(Marcos 9:46) 46donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos 9:47) 47Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
(Marcos 9:48) 48donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos 12:40) 40que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.
(Lucas 12:5) 5Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
(Lucas 13:28) 28Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
(Lucas 16:23) 23Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
(Lucas 16:24) 24Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
(Lucas 16:25) 25Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
(Lucas 16:28) 28porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
(Lucas 20:47) 47que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.
(Juan 5:29) 29y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
(Apocalipsis 14:11) 11y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

LA JUSTICIA DE DIOS

Cuando los pecadores niegan la realidad del sufrimiento eterno del infierno el cual la Biblia dice que ‘es la muerte segunda’, ponen en cuestionamiento no solo la veracidad de las Escrituras sino también la Justicia de Dios revelada en ellas.
Dios es “todo amor” pero también es “todo Justicia”. Ni su amor puede ser dudado ni su Justicia puede ser comprometida. Cuando las personas deciden no buscar a Dios, la justicia de Dios demostrada en su ira se hace manifiesta.
(Romanos 1:18) 18Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
(Romanos 3:5) 5Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)

Nota: (Contexto) “Como hombre” (RVA) o “en términos humanos” (NVI) es similar a una frase rabínica que quiere decir “argumento secular” la “Justicia” de Dios aquí es su justicia definida en términos de su fidelidad Su Palabra en el pacto con Israel

Dios actúa con Justicia en todas sus leyes. Sus leyes son eternas y Él ha establecido que el pecado merece castigo de muerte por la eternidad y todo el que peca ha de pagar este castigo. Es decir castigo eterno por infracción a la ley eterna. Usted se preguntará, entonces como Dios perdona el pecador. La única manera por la que Dios puede perdonar nuestro pecado es si este pecado ha sido ‘perdonado en Cristo’. Por eso la Biblia declara que en ningún otro hay salvación, solamente en Jesús. Pues fue el quien “llevo nuestros pecados”
(Isaías 53:6) 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
(Isaías 53:11-12) 11Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Cristo en la cruz, sufrió el castigo de la muerte segunda en lugar nuestro y de esta manera nos ha librado de la muerte eterna (la segunda muerte). La justicia de Dios se cumplió cuando el Padre derramó su ira sobre el Hijo (Jesús) y de esta manera nosotros los que creemos en Cristo y confiamos en este sacrificio recibimos el perdón. No porque Dios simplemente lo borró, sino que Cristo pagó la deuda que nosotros debíamos…
(2 Corintios 5:21) 21Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
(2 Pedro 1:1) 1Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra.
Cuando las personas promueven teorías tales como “la aniquilación del alma” están diciendo que no hay condenación para el pecador, sin embargo Dios dice que No hay condenación para los que están en Cristo Jesús, decir lo contrario es contradecir la Biblia.
Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, estos son los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. No hay temor en el creyente nacido de nuevo que ha experimentado la primera resurrección en Cristo y que por lo tanto ama a Dios. Le ama de tal manera que nada ni nadie le puede separar de su amor.
La realidad bíblica del infierno es tan cierta como la del cielo. Aunque quizás muchos no puedan aceptarlo, debemos creerlo porque está así escrito en las páginas de la Santa Palabra de Dios. El infierno es real. Huya hoy mismo de la ira venidera y pida perdón a Dios arrepentido por sus pecados. AMEN.
(Apocalipsis 20:15; 21:8) 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Pecado: Junto con el concepto de la salvación, el concepto de p. se manifiesta a través de toda la Biblia, y constituye la antítesis del amor redentor de Dios, el cual las escrituras proponen como su tesis principal. P. es aquel poder misterioso primordial que se opone por naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como también todo el conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo. Por consiguiente, existe un amplio vocabulario relacionado con el p. Además, como la naturaleza pecaminosa se manifiesta claramente en la historia, es elocuente el valor y la actualidad constantes de las porciones narrativas de la Biblia al respecto (cp. Ro. 15:4 y 1Co. 10:1-11).
Diccionario Bíblico.

I.                   TERMINOS DESCRIPTIVOS

Para hablar sobre el p. los hebreos emplearon palabras tomadas de las relaciones humanas: v.g. falta, iniquidad, rebelión, injusticia, etc. El Judaísmo intertestamentario agregó otro del cual el NT había de hacer mucho uso: “deuda”. Los principales aspectos destacados de acuerdo con los diferentes vocablos de los idiomas bíblicos son los siguientes:
1.      La realidad objetiva del p. sin miras o con miras a sus consecuencias, motivaciones, etc. Inclusive se toma en cuenta la posibilidad de pecar sin saberlo (“por yermo”, cp. Lv. 4:2; Nm. 15:27; etc.).
2.      La rebelión como acto consciente de la voluntad. La manifestación más extrema de esta voluntad rebelde es el p. cometido “con soberbia” (RV; el heb. Dice” con mano alzada”, Nm. 15:30; etc.).
3.        Culpabilidad (INIQUIDAD, MALDAD).
4.      Errar, salir del camino. Aparece con frecuencia con verbo: “errar”, “desviarse”, “andar perdido” o “ciego” y “divagar”.
5.      El concepto que en el NT se traduce “deuda” u “ofensa”.
Como la mentalidad hebrea no distinguía rígidamente entre la acción y sus consecuencias o motivaciones, el mismo vocablo podía significar el acto de pecar, la culpabilidad consecuente o el castigo merecido. Debido a este fenómeno, p.e., la expresión “visitar la maldad” (Éxodo. 20:5, etc.) significa “castigar por su maldad”.

II.                NATURALEZA DEL PECADO

El p. consiste en cualquier infracción de las normas que salvaguardan la vida normal, o sea la comunión entre Dios y el hombre  entre los hombres. El p. (como JUSTICIA) se interpreta en términos de relaciones personales: pecar contra alguien, sea Dios u otro ser humano. Y como es Dios quien ha establecido las normas que se infringen, cada p. es, al final de cuentas, rebelión contra él (2 S. 12:13; Sal. 51:4). Esta actitud no solo es la característica más distintiva del concepto Bíblico del p., sino también la medida de su funesta naturaleza. De ahí que para el pueblo hebreo cualquier infracción del sistema jurídico o cultural también representaba p. y traía  como consecuencia culpa delante de Dios. Es evidente que cada acto pecaminoso de voluntad es fruto de la condición del alma pervertida de la humanidad (cp. Pr. 4:23; 23:7; Mr.7:20-23; Ro. 8:15-25). Esta condición se conoce como depravación. Es la capacidad de evitar el p. y hacer el bien sin la ayuda de Dios. Esto culminaría, si no fuera por la redención que ofrece Cristo, en la muerte (Stg 1:15, cp. Jn. 3:14).
      El relato de Gn. 3, a pesar de que no aparece en él ninguno de los vocablos clásicos para señalar el p., nos muestra gráficamente las características primordiales de éste. Es un acto de desobediencia, motivado por el deseo por parte del ser humano de establecer él mismo las normas, y ser el dueño de su propio destino. Rompe la comunión intima que antes existía entre Dios y el hombre, y también la que existía entre los seres humanos (ADÁN, EVA). Trae como consecuencia la muerte y el sufrimiento, y desata fuerzas contrarias al hombre y su felicidad; produce el estado en el cual la raza humana se encuentra desde entonces. El p. de Adán conlleva un significado único para toda la raza humana (Ro. 5:12,14-19; 1Co. 15:22), pues en alguna manera él representaba a sus descendientes en un pacto con Dios (Os. 6:7), y su p. fue imputado a ellos (Ro. 5:19). Sin embargo, Dios no castiga a la raza humana por el p. de adán, sino que cada cual incurren su propia culpabilidad. Ez. 18 y Ro. 3:9-20 son pasajes clásicos, entre otros, en relación con el tema.

III.             PECADO Y REDENCION.

Tras el primer p. Se nos dio la primera palabra de esperanza (Gn. 3:15), y se señaló el camino que Dios seguiría en el desenvolvimiento de la “historia de la salvación”. Tras siglos de trato con su pueblo hebreo a base de una alianza en las que les ofrecía perdón y redención, pero a la cual repetidamente respondían con rebelión e infidelidad, Dios mando a su Hijo en la persona de Jesús de Nazaret para que destruyera a los poderes de maldad definitivamente y en nombre de toda la humanidad Jesús encarnaba el amor de Dios que se opone al p. y a sus consecuencias.
Jesús buscaba la compañía de pecadores, y vio su misión como la de p. (Mt. 9:6; Jn.8:34-36, etc.). Sus discípulos predicaron en su nombre el perdón de los p. en todas las naciones (Lc. 24:27; cp. Hch. 2:38; 3:19; 5:31, etc.).

IV.              EL PECADO Y EL CRISTIANO. 
  
Las enseñanzas y obras de Jesucristo y los apóstoles dan un nuevo enfoque al concepto del p. en vez de medir las acciones de los hombres de acuerdo con el legalismo de las “interpretaciones oficiales” de una serie de mandamientos, Jesús partió siempre de la motivación (Mt. 15:19s.; cp. 7:17s.). Vio el amor como la única fuerza capaz de derrotar al p. (Mr. 12:28ss.; Lc. 7:47). La misma victoria suya sobre el p. es motivado por el amor divino (Jn. 3:16; 13:1), y tal amor de Dios había de motivar y capacitar así mismo a los suyos para vencer el p. (Ro. 12:8-10; 1Jn. 4:7-11 cp. Ro. 14:23, la fe actúa siempre por el amor).
      Es a la luz de esta manera de ver el p. que se puede comprender también otra novedad del NT: la relación entre la culpabilidad y el nivel de desarrollo de las conciencias de los fieles (Ro. 14; 1Co. 8:7-13; etc.).
      Es notable que Pablo, sigue la LXX, habla del p. casi exclusivamente en singular, viéndolo como un todo, como una potencia espiritual enemiga de Dios y el hombre de la cual Cristo ha derrotado. Sin embargo, el NT advierte a los creyentes sobre una serie de p. individuales, y reconoce que la historia de Cristo esta para realizarse por la fe en la vida de cada uno de los suyos (1 Jn. 5:4).
      La Biblia atribuye al diablo el haber introducido y perpetuado el p. en el mundo, pero deja sin resolver el enigma del origen del mal, (IMPIEDAD, TRANSGRECION).   

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