¿Qué es el infierno?
De acuerdo con la Biblia, tratándose de donde pasaremos
el resto de nuestra vida después de la muerte, tenemos dos opciones. Una es en
el cielo. La otra es en el infierno. Es interesante saber que, aunque parece
que hay un aumento en la cantidad de personas que creen que existe un lugar
llamado infierno, la mayoría de ellas no piensan que está en camino a ese
lugar. En lugar de eso, creen que el infierno está reservado solo para los
peores criminales y otros elementos «malignos» de nuestra sociedad. Sin embargo,
la palabra de Dios usa un criterio diferente para juzgar a la gente. No vas al
infierno por ser una persona mala, ni vas al cielo por ser una persona buena.
Todos merecemos vivir la eternidad en el infierno (Romanos 3:22-23). 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los
que creen en él. Porque no hay diferencia, 23por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios,
Si
todavía no has tomado esa decisión, o si ya la has tomado y deseas un
entendimiento más profundo de lo que tus amigos incrédulos tienen que
enfrentar, considera estos datos acerca del infierno que se encuentra en las
páginas de las Escrituras.
1.
¿A
qué se parece el infierno? El infierno es un lugar de tormento
ETERNO (Lucas 16:19-31) 19Había un hombre rico, que se
vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20Había
también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél,
lleno de llagas, 21y ansiaba saciarse de las migajas que caían de
la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22Aconteció
que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió
también el rico, y fue sepultado. 23Y en el Hades alzó sus ojos,
estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24Entonces
él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro
para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
atormentado en esta llama. 25Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate
que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es
consolado aquí, y tú atormentado. 26Además de todo esto, una gran
sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren
pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27Entonces
le dijo: Te ruego, pues, padre, que
le envíes a la casa de mi padre, 28porque tengo cinco hermanos,
para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de
tormento. 29Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen;
óiganlos. 30Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno
fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31Mas Abraham
le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos.
¿A
qué se parece el infierno?
En
esta parábola, Jesús nos revela cierta información acerca del infierno. El estilo de vida de
la gente en la tierra, no será el mismo en la eternidad. Las cosas
cambiaron dramáticamente para el hombre rico cuando paso a la eternidad. Debido
a que nunca había tenido una relación personal con Dios, de inmediato entro en
los tormentos del infierno, sin un centavo y en agonía. Aquellos que no tienen
un corazón recto para con Dios, enfrentan el mismo futuro que el hombre rico de
esta historia. Después de la muerte es posible que serán retenidos en el
infierno hasta que sean presentados delante de Dios, en lo que la Biblia llama
el juicio del Gran Trono Blanco,
aunque esto nadie lo sabe con certeza (« ¿Por qué un Dios bueno envía gente al
infierno? ») (Mateo. 25:41) 41Entonces dirá también a los de la izquierda:
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles.
El Infierno es un
lugar de llamas y tormento. El
hombre rico de esta parábola experimento un calor insoportable y una sed
insaciable. Se hallaba en tal agonía que clamo a Abraham, y le pidió que
enviara a Lázaro para que mojara su dedo en agua y refrescara su lengua (la del
hombre rico). Si alguna vez sufriste una grave quemadura entonces tienes una
idea del tormento que le espera a los que pasaran la eternidad en el infierno.
Agrega a esto tinieblas y soledad, y tendrás un escenario increíblemente
terrible.
La
gente no «la pasa bien» en el infierno. Algunos dicen: « Yo quiero ir al infierno. Todos mis amigos
están allí ». Puede ser cierto. Pero no hay fiesta en el
infierno. Como dice la parábola dicha por Jesús, el hombre rico estaba tan
espantado de su situación que deseaba que Lázaro regresara a advertirles a sus
hermanos, para que ellos no fueran también a ese lugar de tormento.
Si
deseas saber acerca de la realidad del infierno, no necesitas leer uno de esos
periódicos sensacionalistas donde sale gente que dice haber tenido una
experiencia fuera del cuerpo. Estudia las Palabras del Dios Viviente, quien
murió y resucito, y puede decirte exactamente qué esperar en la eternidad.
Nuestra aceptación o rechazo de sus palabras determinan donde pasaremos el
resto de nuestras vidas.
2. ¿Quiénes irán al infierno?
Aquel cuyo nombre no aparezca en el libro de la vida está destinado a un
castigo eterno (Apocalipsis 20:11-15)
11Y vi un gran trono blanco y
al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo,
y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y
fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras. 13Y
el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al
lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro
de la vida fue lanzado al lago de fuego.
¿Quiénes
irán al infierno?
El suceso
descrito en este pasaje es el juicio final de la humanidad, también conocido
como el juicio del Gran Trono Blanco.
La
norma por la cual será juzgado es simple. Si tú has aceptado el maravilloso
regalo de Dios de la salvación por medio de su Hijo, Jesucristo, tu nombre será
hallado en el libro de la vida, y pasarás la eternidad en el cielo con Dios. Si
has escogido rechazar a Cristo, entonces tu destino final será el lago de
fuego. No hay discusión al respecto. El caso está cerrado.
Tristemente, mucha gente escoge la segunda opción. No lo
hacen porque desean pasar la eternidad en agonía, sino que desean «seguir la
corriente de todos». Hacen lo mismo que los demás, sin pensar por sí mismos.
Jesús llama a esta elección: «la manera fácil». Al describir el camino al cielo
y el camino al infierno, Jesús dice: «sólo
puedes entrar en el reino a través de la puerta angosta. La carrera al infierno
es amplia y la puerta ancha para los muchos que escogen ese camino. Pero la
puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil y son solo
unos pocos los que alguna vez lo encuentran» (Mateo 7:13-14) 13Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
El único modo de salir de este camino ancho y «anular» tu reserva para el
infierno es asegurarte de que tu nombre está registrado en el libro de reservas
de Dios para el cielo: El Libro de la Vida.
3.
¿Cuál
es el peor castigo del infierno? El peor castigo del
infierno es la separación ETERNA
de la presencia de Dios (2
Tesalonicenses 1:7-10) 7y
a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8en llama de fuego, para dar retribución a
los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor
Jesucristo; 9los cuales
sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la
gloria de su poder, 10cuando
venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos
los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).
¿Cuál
es el peor castigo del infierno?
Como lo
establece este pasaje, la verdadera agonía de aquellos que van al infierno es
que estarán separados eternamente de Dios. Para comprender cuan terrible es
este castigo, examinemos las consecuencias de estar separados de la presencia
de Dios.
JUICIO.
Cuando Cristo vuelva, los que no son creyentes enfrentaran juicio; no así los
creyentes. En este juicio, serán revelados públicamente todos sus actos y
entonces serán sentenciados a pasar la eternidad en el lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). 11Y vi un gran trono blanco y al que estaba
sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar
se encontró para ellos. 12Y
vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según
sus obras. 13Y el mar
entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al
lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro
de la vida fue lanzado al lago de fuego.
DESTRUCCION
ETERNA. En el infierno, los que no son creyentes están
destinados a sufrir un tormento eterno junto con el diablo y sus demonios. El
tormento que soportaran esta descrito por Jesús como un fuego eterno (Mateo 18:8) 8Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión
de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco,
que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. y (Mateo
25:41) 41Entonces
dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles. Los que no son
creyentes pasaran la eternidad en agonía.
REMORDIMIENTO.
Jesús empleo muchas parábolas para describir el reino del cielo y definir
quienes entrarán y quiénes no. Los que no entrarán a su reino estarán en un
lugar donde habrá «llanto y rechinar de dientes» (Mateo 13:42). 42y
los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Llorar
y rechinar los dientes es una de las experiencias del remordimiento que
sufrirán cuando comprendan que están perdidos por la eternidad.
DESESPERACION.
Debido a que su castigo es eterno, los no creyentes no tendrán esperanza de que
su situación mejore. Su existencia será no sólo de agonía, sino también de
desesperación. Aquellos que conocen a Cristo tienen mucho que ganar. Los que no
lo conocen tienen mucho que perder.
EL
PECADO
Es humanamente entendido que las faltas conllevan castigo
y las malas decisiones conllevan malas consecuencias. Los gobiernos de la
tierra han establecido cortes de justicia con el fin de hacer que el que ha
violado la ley pague las consecuencias de su comportamiento ya sea con
encarcelamiento de un tiempo determinado o con su propia vida. Dios, el creador
de los cielos y la tierra, ha puesto sus leyes desde el comienzo en las cuales
también estableció que el que peca debe morir. Esa es la sentencia de Dios para
los pecadores.
(Romanos
6:23) 23Porque
la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro.
Cuando
Dios puso a Adán en el huerto del Edén y le prohibió comer del árbol del
conocimiento del bien y del mal, le dijo:
(Génesis
2: 17) 17más
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.
Y
Adán tomó y comió de aquel árbol en desobediencia a su creador, Este acto
contra Dios se reconoce como pecado, y Adán como cabeza federal de toda la raza
humana cayó de la presencia de Dios y toda la humanidad con él. Por
consecuencia el hombre, nace en pecado y es pecador.
(Romanos
5:12)
12Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.
Por
esta razón el hombre se encuentra naturalmente en estado de condenación ante la
corte celestial quien le declara “culpable” y es merecedor de la ira de Dios…
(Efesios
2:2)
2en los cuales anduvisteis en
otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe
de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en
otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y
de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los
demás.
Dios
es Santo y no hay pecado alguno en Él. Cuando el hombre pecó, estableció una
separación entre él y Dios, y la gloria y las bendiciones de Dios. El hombre se hizo culpable de la muerte
eterna también conocida como la ‘muerte segunda’. Esta separación es muerte
espiritual y más adelante vamos a tocar este punto pero primero veamos la
condenación del hombre en la ‘muerte física’.
LA
MUERTE FISICA
El
ser humano es un ser compuesto por una parte física y visible (El Cuerpo) y una
parte espiritual e invisible (alma/espíritu). El cuerpo enferma, envejece y al
morir se descompone, no es simplemente desaparecido sino que pierden las
características que le hacen un cuerpo, la existencia de este cuerpo continúa
en una forma distinta, el polvo vuelve al polvo.
La
parte espiritual por otra parte, no se descompone sino que se
"separa" del cuerpo al momento de la muerte, y continúa su existencia
en otra forma, es decir en cuanto a la relación al cuerpo, cuando mueres es
porque el alma ha salido de él, es decir "se ha separado", pero no
significa que el alma ha dejado de existir, por lo cual cuando decimos que la
persona está muerta, estamos diciendo que el cuerpo ha sido separado de aquello
que le daba vida física y le permitía funcionar en nuestro mundo y nuestro
ambiente. Eso es en cuanto a la muerte física, pero queda aún una muerte que
conocemos como muerte espiritual, esta muerte es la muerte de la que participan
aquellas personas que no creen en Cristo.
LA
MUERTE ESPIRITUAL (La Primera Muerte)
La
muerte física es la manifestación visible de que existió muerte espiritual. La
Biblia dice que Dios dijo a Adán "EL DIA QUE COMAS del árbol de la ciencia
del bien y del mal, CIERTAMENTE MORIRÁS". La narración bíblica nos dice
que Adán no murió físicamente aquel día, sino que siguió con vida. Entonces a
que se refirió Dios cuando dijo "EL DIA QUE COMIERES MORIRÁS"? A la
verdad, muy ciertamente AQUEL MISMO DIA, Adán murió ¿Pero cómo murió? Adán
murió espiritualmente. El pecado causó SEPARACIÓN entre Dios y Adán, por lo
tanto, en cuanto a Dios respecta, Adán estaba muerto, la realidad de esta
muerte se hace visible posteriormente en la muerte física de su cuerpo pero va
más allá de eso a una muerte conocida como la muerte segunda (hablaremos de
esto más adelante). Allí en el huerto se cumplieron las palabras bíblicas
"...el alma que pecare esa morirá". El mismo día que Adán desobedeció
la ley de Dios, se hizo "culpable" de la muerte segunda.
La
muerte espiritual del alma es una referencia a la "Separación de
Dios", esto lo vemos claro cuando Jesús dice "…deja que los muertos
entierren a sus muertos". Aquí Jesús estaba haciendo referencia a dos
fases o etapas de muertes, el primer "muertos" es una referencia a
los muertos espirituales, que están separados de Dios y la segunda mención es
referencia a "los muertos espirituales que mueren físicamente". Son
"sus muertos" porque murieron físicamente estando "muertos
espiritualmente". Estos están doblemente muertos, esta es "la primera
muerte en su totalidad". La primera muerte incluye "la muerte
espiritual" que es "separación de la relación personal con Dios"
y la "muerte física" o "separación del mundo, la creación de
Dios".
A
esta muerte espiritual se hace referencia una y otra vez en la Biblia. Los que
están sin salvación se dice que están "muertos". El apóstol Pablo
hace referencia a esto como el estado en el cual estuvimos todos los que una
vez no habíamos creído en Cristo, "...muertos en delitos y pecados, sin
Dios y sin Esperanza en el mundo." La idea está en que el estar separado
de la relación con Dios significa estar "muertos". Donde no existe
relación espiritual con Dios hay muerte espiritual y lo opuesto también es
cierto, donde existe acercamiento a Dios, ‘hay vida espiritual’ aunque haya
muerte física. Si la persona continúa en la condición de muerte espiritual, tal
persona recibirá el castigo de la muerte segunda.
LA
SEGUNDA MUERTE
Algunos
sostienen que ésta "Muerte Segunda" la cual se menciona en (Apocalipsis 21:1-8) es una referencia
a la aniquilación total del alma por Dios después del juicio final. 1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada
para su marido. 3Y oí
una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará
con ellos como su Dios. 4Enjugará
Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He
aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras
son fieles y verdaderas. 6Y
me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que
tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las cosas, y
yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los
fornicario y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte
en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Pero
debemos entender que esta muerte segunda no se diferencia en nada a las muertes
anteriores en cuanto a que el alma continúa existiendo. Esta muerte es una
muerte que indica 'SEPARACIÓN ETERNA' de la presencia de Dios. De esta muerte,
no hay salida. Aunque de la primera muerte el ser humano puede librarse, de la
Segunda muerte NO PUEDE LIBRARSE.
¿Cómo
puede una persona llegar a tener parte en la Segunda Muerte? La Biblia nos
afirma que "el que no tiene parte en la ‘primera resurrección’ tendrá
parte en la ‘muerte segunda’" (Apocalipsis.
20:11-15).
El
juicio ante el Gran Trono Blanco
(Apocalipsis 20:11-15)
11Y vi un gran trono blanco y
al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo,
y ningún lugar se encontró para ellos. 12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y
fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras. 13Y
el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14Y la muerte y el Hades fueron lanzados al
lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15Y el que no se halló inscrito en el libro de
la vida fue lanzado al lago de fuego.
Entonces vemos que:
"La
muerte física es la consecuencia de haber participado de la muerte espiritual
(primera muerte) pero la muerte segunda es la consecuencia de haber permanecido
en la muerte espiritual."
Aunque
la muerte física y espiritual produce dolor, el dolor de la muerte segunda es mucho
mayor. Esta Segunda Muerte es la separación eternal y consciente del individuo
de Dios. Ahora, esta separación va mucho más allá de ser una simple separación
de Dios, ella conlleva una descarga eterna de la ira de Dios. Aquellos que
sufran esta muerte, sufrirán mucho más pérdida que la que pudiera causar la
muerte física o la muerte espiritual, el dolor de esta muerte es mucho mayor y
es eterna. La segunda muerte es el infierno. A esta ‘muerte segunda’ se estaba
refiriendo Dios cuando le habló a Adán de que moriría.
Ahora
no podemos decir que la muerte a la que Dios se refería es ‘aniquilación’ o
dejar de existir porque es la misma Biblia quien nos da la descripción de lo
que Dios mismo dice que es la muerte segunda…
(Apocalipsis
21:8) 8Pero los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos
los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es
la muerte segunda.
Cuando
hablamos de ‘infierno’, nos referimos a la ‘segunda muerte’. Esta es la
sentencia que Dios y solo Dios ha establecido como consecuencia del pecado.
El
Infierno
La
doctrina del infierno es repugnante aun a mentes regeneradas pero no es una
doctrina sin base en la escritura. El hombre que vive en pecado le parece mejor
alternativa creer que el infierno no existe y que al morir, el alma es
simplemente desecha, pero tal idea es ajena a la revelación Bíblica. El
infierno es un lugar de tormento eterno donde serán echados todos aquellos que
no forman parte de la primera resurrección.
La
muerte segunda es el infierno. La Biblia nos declara que este lugar existe ya y
fue preparado para Satanás y sus demonios, pero también dice que los seres
humanos que siguen tras Satanás también tendrán su parte con él en esta
condenación eterna. Jesucristo habló de que este lugar.
El
juicio de las naciones
31Cuando el Hijo del
Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se
sentará en su trono de gloria, 32y serán reunidas delante de él
todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las
ovejas de los cabritos. 33Y pondrá las ovejas a su derecha, y los
cabritos a su izquierda. 34Entonces el Rey dirá a los de su
derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros
desde la fundación del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis
de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36estuve
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis
a mí. 37Entonces los justos le responderán diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de
beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo,
y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y
vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo
que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis. 41Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque
tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis. 44Entonces también ellos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero,
desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de
estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46E irán éstos al
castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
La
Biblia describe el infierno como un lugar donde existe extrema calamidad: fuego
ardiendo, oscuridad, dolor, sufrimiento y llanto. Todo esto significa que
definitivamente es un lugar donde nadie quisiera estar.
¿Y
si no existe el infierno?
Supongamos
por un momento que en verdad el infierno con toda su condenación de sufrimiento
eterno no existiera; entonces, los pecadores nada tendrían que temer. Pueden
vivir sus vidas en pecados y suciedades, rechazando a Dios y al evangelio y
después desaparecen sin consecuencias, pues no hay condenación alguna. Pero no
solo eso, las palabras de Jesús hubieran sido falsas en cuanto a temer al fuego
que no se apaga y el gusano nunca muere, en cuanto a que el infierno es un
lugar que se debe de temer, un lugar donde el cuerpo y alma es destruida.
Entonces los creyentes fuimos libertados de la condenación que no existe y
somos salvos de una ira falsa. Pues no hay ira, no hay condenación, no hay
castigo, solo desaparición, y el ser que no existe no sufre, no siente, no
padece.
La
Realidad del Infierno Eterno
La
realidad de la ‘eternidad’ del infierno puede mover al pecador convicto de su
pecado a buscar la salvación que viene de Dios buscando ser salvo de la ira
venidera. él sabe que necesita a Dios y que solo por Él, por medio de Él, puede
ser salvo. La realidad Bíblica del infierno le puede mover a escapar de esta
generación incrédula e impía y una vez que ha recibido el amor de Dios el
hombre puede amarle libremente.
Pero
muchos dudan de que la Biblia quiera decir lo que dice. Es mejor para el
pecador que desea continuar en su vida de pecados, el pensar que no existe el
infierno o que solo será ‘aniquilado’ y desaparecido antes de sufrir la condenación
eterna del infierno.
Lo
triste es que muchos llamados líderes cristianos enseñen que el infierno no
existe, que no hay ninguna condenación para los pecadores. Tal como le dijo la
serpiente a Eva en el huerto;
(Génesis
3:4)
4Entonces la serpiente dijo a
la mujer: No moriréis;
¡No
morirás!, No, no es cierto, ¡no van a sufrir!; No, ¡no es eterno el castigo! No
habrá condenación; serás aniquilado y ya todo se acaba." Así le hacen eco
al mismo Satanás quien es padre de mentiras.
¡La
Realidad
Bíblica del Infierno!
(Mateo 5:22) 22Pero yo os digo que cualquiera que se enoje
contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su
hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo,
quedará expuesto al infierno de fuego.
(Mateo
8:12) 12más
los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro
y el crujir de dientes.
(Mateo
5:29-30) 29Por
tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues
mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea
echado al infierno. 30Y
si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor
te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al
infierno.
Nota: (Contexto) El
castigo corporal. (Cercenamiento de miembros externos p ej. Éxo 21:24-25) es
mas fácil de soportar que la pena capital, el decreto de muerte externa
pronunciado por la corte celestial. Algunos pensadores Judíos creían que las
personas resucitarían de la manera exacta en la que habían muerto (p ej. Con
alguna extremidad faltante, como en el caso de muchos mártires) antes de ser
físicamente restaurados, y Jesús utilizaba esta imagen.
(Mateo
10:28) 28Y
no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más
bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
(Mateo
13:42) 42y
los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo
13:50) 50y
los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo
18:9) 9Y
si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con
un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de
fuego.
Nota: (Contexto) El
Judaísmo también establecía como equilibrio entre el plan soberano de Dios y la
elección (decisión) y responsabilidad humana. En la medida en que los ojos de
una persona podían hacerle tropezar, podían entenderse como una especie de
piedra de tropiezo; sobre piedra de tropiezo.
(Mateo
22:13) 13Entonces
el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las
tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(Mateo
23:14-15) 14¡Ay
de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las
viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor
condenación. 15¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para
hacer un prosélito, (Seguidor, Adepto, Partidario. Etc.) y una vez hecho, le
hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
Nota: (Contexto) Este
versículo no esta en todos los manuscritos griegos de Mateo (RVA y la NVI no lo
incluyen, aunque lo agregan en nota al pie); con respecto al trasfondo de su
contenido, ver el comentario sobre Marco 12:40.
(Mateo
23:33) 33¡Serpientes,
generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
(Mateo
24:51) 51y
lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el
lloro y el crujir de dientes.
(Mateo
25:30) 30Y
al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes.
(Mateo
25:41) 41Entonces
dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles.
(Mateo
25:46) 46E irán éstos al castigo eterno, y los justos
a la vida eterna.
(Marcos
3:29) 29pero
cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino
que es reo de juicio eterno. 30Porque ellos habían dicho: Tiene
espíritu inmundo.
(Marcos
9:43) 43Si
tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco,
que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,
(Marcos
9:44)
44donde el gusano de ellos no
muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos
9:45) 45Y
si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo,
que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser
apagado,
(Marcos
9:46) 46donde
el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos
9:47) 47Y
si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de
Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
(Marcos
9:48) 48donde
el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos
12:40) 40que devoran las casas de las viudas, y por
pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.
(Lucas
12:5) 5Pero
os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la
vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
(Lucas
13:28) 28Allí
será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a
Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
(Lucas
16:23) 23Y
en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a
Lázaro en su seno.
(Lucas
16:24) 24Entonces
él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro
para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
atormentado en esta llama.
(Lucas
16:25) 25Pero
Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro
también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
(Lucas
16:28) 28porque
tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos
también a este lugar de tormento.
(Lucas
20:47) 47que
devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos
recibirán mayor condenación.
(Juan
5:29) 29y
los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron
lo malo, a resurrección de condenación.
(Apocalipsis
14:11) 11y el humo de su tormento sube por los siglos
de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la
bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
LA
JUSTICIA DE DIOS
Cuando
los pecadores niegan la realidad del sufrimiento eterno del infierno el cual la
Biblia dice que ‘es la muerte segunda’, ponen en cuestionamiento no solo la
veracidad de las Escrituras sino también la Justicia de Dios revelada en ellas.
Dios
es “todo amor” pero también es “todo Justicia”. Ni su amor puede ser dudado ni
su Justicia puede ser comprometida. Cuando las personas deciden no buscar a
Dios, la justicia de Dios demostrada en su ira se hace manifiesta.
(Romanos
1:18) 18Porque
la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de
los hombres que detienen con injusticia la verdad;
(Romanos
3:5) 5Y si nuestra injusticia hace resaltar la
justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como
hombre.)
Nota: (Contexto) “Como
hombre” (RVA) o “en términos humanos” (NVI) es similar a una frase rabínica que
quiere decir “argumento secular” la “Justicia” de Dios aquí es su justicia
definida en términos de su fidelidad Su Palabra en el pacto con Israel
Dios
actúa con Justicia en todas sus leyes. Sus leyes son eternas y Él ha
establecido que el pecado merece castigo de muerte por la eternidad y todo el
que peca ha de pagar este castigo. Es decir castigo eterno por infracción a la
ley eterna. Usted se preguntará, entonces como Dios perdona el pecador. La
única manera por la que Dios puede perdonar nuestro pecado es si este pecado ha
sido ‘perdonado en Cristo’. Por eso la Biblia declara que en ningún otro hay
salvación, solamente en Jesús. Pues fue el quien “llevo nuestros pecados”
(Isaías
53:6) 6Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
(Isaías
53:11-12) 11Verá
el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento
justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12Por tanto, yo le daré parte con los grandes,
y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la
muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de
muchos, y orado por los transgresores.
Cristo
en la cruz, sufrió el castigo de la muerte segunda en lugar nuestro y de esta
manera nos ha librado de la muerte eterna (la segunda muerte). La justicia de
Dios se cumplió cuando el Padre derramó su ira sobre el Hijo (Jesús) y de esta
manera nosotros los que creemos en Cristo y confiamos en este sacrificio
recibimos el perdón. No porque Dios simplemente lo borró, sino que Cristo pagó
la deuda que nosotros debíamos…
(2
Corintios 5:21) 21Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
(2
Pedro 1:1) 1Simón
Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la
justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que
la nuestra.
Cuando
las personas promueven teorías tales como “la aniquilación del alma” están
diciendo que no hay condenación para el pecador, sin embargo Dios dice que No
hay condenación para los que están en Cristo Jesús, decir lo contrario es
contradecir la Biblia.
Ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús, estos son los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. No hay temor en el creyente
nacido de nuevo que ha experimentado la primera resurrección en Cristo y que
por lo tanto ama a Dios. Le ama de tal manera que nada ni nadie le puede
separar de su amor.
La
realidad bíblica del infierno es tan cierta como la del cielo. Aunque quizás
muchos no puedan aceptarlo, debemos creerlo porque está así escrito en las
páginas de la Santa Palabra de Dios. El infierno es real. Huya hoy mismo de la
ira venidera y pida perdón a Dios arrepentido por sus pecados. AMEN.
(Apocalipsis
20:15; 21:8) 15Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al
lago de fuego.
8Pero los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos
los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es
la muerte segunda.
Pecado: Junto con el concepto de la
salvación, el concepto de p. se manifiesta a través de toda la Biblia, y
constituye la antítesis del amor redentor de Dios, el cual las escrituras
proponen como su tesis principal. P. es aquel poder misterioso primordial que se
opone por naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como
también todo el conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo.
Por consiguiente, existe un amplio vocabulario relacionado con el p. Además,
como la naturaleza pecaminosa se manifiesta claramente en la historia, es
elocuente el valor y la actualidad constantes de las porciones narrativas de la
Biblia al respecto (cp. Ro. 15:4 y 1Co. 10:1-11).
Diccionario
Bíblico.
I.
TERMINOS DESCRIPTIVOS
Para hablar sobre el p. los hebreos
emplearon palabras tomadas de las relaciones humanas: v.g. falta, iniquidad,
rebelión, injusticia, etc. El Judaísmo intertestamentario agregó otro del cual
el NT había de hacer mucho uso:
“deuda”. Los principales aspectos destacados de acuerdo con los diferentes
vocablos de los idiomas bíblicos son los siguientes:
1. La realidad objetiva del p. sin
miras o con miras a sus consecuencias, motivaciones, etc. Inclusive se toma en
cuenta la posibilidad de pecar sin saberlo (“por yermo”, cp. Lv. 4:2; Nm. 15:27;
etc.).
2. La rebelión como acto consciente de
la voluntad. La manifestación más extrema de esta voluntad rebelde es el p.
cometido “con soberbia” (RV; el heb. Dice” con mano alzada”, Nm. 15:30; etc.).
3. Culpabilidad (INIQUIDAD, MALDAD).
4. Errar, salir del camino. Aparece
con frecuencia con verbo: “errar”, “desviarse”, “andar perdido” o “ciego” y
“divagar”.
5.
El
concepto que en el NT se traduce
“deuda” u “ofensa”.
Como la
mentalidad hebrea no distinguía rígidamente entre la acción y sus consecuencias
o motivaciones, el mismo vocablo podía significar el acto de pecar, la
culpabilidad consecuente o el castigo merecido. Debido a este fenómeno, p.e.,
la expresión “visitar la maldad” (Éxodo. 20:5, etc.) significa “castigar por su
maldad”.
II.
NATURALEZA DEL PECADO
El p. consiste en cualquier infracción
de las normas que salvaguardan la vida normal, o sea la comunión entre Dios y
el hombre entre los hombres. El p. (como
JUSTICIA)
se interpreta en términos de relaciones personales: pecar contra alguien, sea
Dios u otro ser humano. Y como es Dios quien ha establecido las normas que se
infringen, cada p. es, al final de cuentas, rebelión contra él (2 S. 12:13;
Sal. 51:4). Esta actitud no solo es la característica más distintiva del
concepto Bíblico del p., sino también la medida de su funesta naturaleza. De
ahí que para el pueblo hebreo cualquier infracción del sistema jurídico o
cultural también representaba p. y traía
como consecuencia culpa delante de Dios. Es evidente que cada acto
pecaminoso de voluntad es fruto de la condición del alma pervertida de la
humanidad (cp. Pr. 4:23; 23:7; Mr.7:20-23; Ro. 8:15-25). Esta condición se
conoce como depravación. Es la capacidad de evitar el p. y hacer el bien sin la
ayuda de Dios. Esto culminaría, si no fuera por la redención que ofrece Cristo,
en la muerte (Stg 1:15, cp. Jn. 3:14).
El relato de Gn. 3, a pesar de que no aparece en él ninguno de los
vocablos clásicos para señalar el p., nos muestra gráficamente las
características primordiales de éste. Es un acto de desobediencia, motivado por
el deseo por parte del ser humano de establecer él mismo las normas, y ser el
dueño de su propio destino. Rompe la comunión intima que antes existía entre
Dios y el hombre, y también la que existía entre los seres humanos (ADÁN, EVA).
Trae como consecuencia la muerte y el sufrimiento, y desata fuerzas contrarias
al hombre y su felicidad; produce el estado en el cual la raza humana se
encuentra desde entonces. El p. de Adán conlleva un significado único para toda
la raza humana (Ro. 5:12,14-19; 1Co. 15:22), pues en alguna manera él
representaba a sus descendientes en un pacto con Dios (Os. 6:7), y su p. fue
imputado a ellos (Ro. 5:19). Sin embargo, Dios no castiga a la raza humana por
el p. de adán, sino que cada cual incurren su propia culpabilidad. Ez. 18 y Ro.
3:9-20 son pasajes clásicos, entre otros, en relación con el tema.
III.
PECADO Y REDENCION.
Tras el primer p. Se nos dio la primera
palabra de esperanza (Gn. 3:15), y se señaló el camino que Dios seguiría en el
desenvolvimiento de la “historia de la salvación”. Tras siglos de trato con su
pueblo hebreo a base de una alianza en las que les ofrecía perdón y redención,
pero a la cual repetidamente respondían con rebelión e infidelidad, Dios mando
a su Hijo en la persona de Jesús de Nazaret para que destruyera a los poderes
de maldad definitivamente y en nombre de toda la humanidad Jesús encarnaba el
amor de Dios que se opone al p. y a sus consecuencias.
Jesús buscaba la compañía de pecadores,
y vio su misión como la de p. (Mt. 9:6; Jn.8:34-36, etc.). Sus discípulos
predicaron en su nombre el perdón de los p. en todas las naciones (Lc. 24:27;
cp. Hch. 2:38; 3:19; 5:31, etc.).
IV.
EL PECADO Y EL CRISTIANO.
Las enseñanzas y obras de Jesucristo y
los apóstoles dan un nuevo enfoque al concepto del p. en vez de medir las
acciones de los hombres de acuerdo con el legalismo de las “interpretaciones
oficiales” de una serie de mandamientos, Jesús partió siempre de la motivación
(Mt. 15:19s.; cp. 7:17s.). Vio el amor como la única fuerza capaz de derrotar
al p. (Mr. 12:28ss.; Lc. 7:47). La misma victoria suya sobre el p. es motivado
por el amor divino (Jn. 3:16; 13:1), y tal amor de Dios había de motivar y
capacitar así mismo a los suyos para vencer el p. (Ro. 12:8-10; 1Jn. 4:7-11 cp.
Ro. 14:23, la fe actúa siempre por el amor).
Es
a la luz de esta manera de ver el p. que se puede comprender también otra
novedad del NT: la relación entre la
culpabilidad y el nivel de desarrollo de las conciencias de los fieles (Ro. 14;
1Co. 8:7-13; etc.).
Es
notable que Pablo, sigue la LXX,
habla del p. casi exclusivamente en singular, viéndolo como un todo, como una
potencia espiritual enemiga de Dios y el hombre de la cual Cristo ha derrotado.
Sin embargo, el NT advierte a los creyentes sobre una serie de p. individuales,
y reconoce que la historia de Cristo esta para realizarse por la fe en la vida
de cada uno de los suyos (1 Jn. 5:4).
La
Biblia atribuye al diablo el haber introducido y perpetuado el p. en el mundo,
pero deja sin resolver el enigma del origen del mal, (IMPIEDAD, TRANSGRECION).
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