Éxodo 15:26.
También le dijo: Si escuchas atentamente la voz de Yahweh tu Dios, y haces lo que es grato delante de Él, obedeciendo sus ordenanzas y guardando todos sus estatutos, ninguna de las plagas que traje contra los egipcios te sobrevendrá. Porque yo soy Yahweh tu sanador…
Aquí está
una de las declaraciones más maravillosas de la Biblia: “Jesús el Cristo es el mismo ayer, hoy, y
por los siglos.” (Hebreos 13:8).
Este es
el Jesús que caminaba por las playas de Galilea, sanaba a los enfermos, curaba
a los leprosos y resucitaba a los muertos.
Es el
mismo que perdonaba a los pecadores y aliviaba a los oprimidos. Él es el Hijo
de Dios que vino al mundo para salvar a los pecadores. (1 Timoteo 1:15 Palabra fiel y digna de ser
aceptada: Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, de quienes yo
soy el primero; Lucas 9:10 Al volver los
apóstoles, hicieron saber a Jesús todo lo que habían hecho. Entonces Él los
llevó en privado a un lugar solitario de Betsaida).
Este
Jesús es hoy el mismo que era en el tiempo de la Biblia. Su poder es hoy el
mismo que tenía entonces. Su ministerio no es diferente ahora de aquel
ministerio. Cuando usted lea los evangelios del Señor Jesús, recuerde esto:
Dios quiere que usted crea que todo lo que Jesús hizo por su pueblo en aquel
entonces, Él lo hará por usted hoy. El Cristo. El que caminó por las playas de
Galilea, esta justo a su lado en este preciso momento.
Él está
allí para sanarle si usted está enfermo, salvarle si usted es un pecador,
aliviarle si está oprimido, ayudarle si esta en necesidad.
Jesús,
quien sanó a los enfermos y dio vista a los ciegos, todavía tiene compasión por
los que sufren en la actualidad. Él, que bendijo a los pobres y perdonó a los pecadores
en aquel tiempo remoto, es todavía el Salvador.
Si la
gente pudo ir a Él y recibir su misericordia en el tiempo de la Biblia, usted o
yo también podemos acercarnos a Él y conocer su misericordia. Si las promesas
de Dios eran buenas en la época bíblica, lo son igualmente para hoy.
Si el
leproso pudo postrarse delante de Jesús y recibir sanidad entonces, (Marcos 1:40-42 Y
vino a Él un leproso y se postró a sus pies, y le imploraba, diciendo: Si
quieres, puedes limpiarme. Entonces Jesús tuvo misericordia de él, y
extendiendo su mano, lo tocó, y dijo: Quiero, se limpio, y en ese instante la lepra
lo abandonó y quedó limpio), un leproso puede inclinarse ante Él y
ser milagrosamente sanado ahora.
Si los paralíticos pudieron levantarse y caminar
cuando Él les mando a hacerlo, (Marcos
2:9-12 ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: Tus
pecados quedan perdonados, o decirle: ¿Levántate, toma tu camilla y anda? Pues
para que sepan ustedes que el Hijo del Hombre tiene en la Tierra autoridad para
perdonar los pecados (dijo al paralítico), a ti te digo: Levántate, toma tu
camilla y vete a tu casa. Él se levantó de inmediato, tomó su camilla y salió a
la vista de todos, de tal manera que todos estaban maravillados, y glorificaban
a Dios, y decían: Nunca habíamos visto algo semejante) los paralíticos
de hoy pueden ser instantáneamente sanados a través de Su palabra y Su poder. Si
los incrédulos podían ser salvos, perdonados de sus pecados y renacidos a una
nueva vida en aquel tiempo, (Juan 3:3-7 Respondiendo Jesús, le dijo: De cierto, de cierto te
digo: Si alguno no nace de nuevo, no podrá ver el reino de Dios. Nicodemo le
preguntó: ¿Cómo puede ser que un hombre nazca siendo viejo? ¿Puede acaso volver
a entrar en el vientre de su madre por segunda vez y nacer? Respondiendo Jesús,
le dijo: De cierto, de cierto te digo que, si alguno no nace de agua y del
espíritu, no podrá entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne,
carne es, y lo que del espíritu es nacido, espíritu es. No te maravilles de que
te haya dicho: 'Les es necesario nacer de nuevo; 2 Corintios 5:17 De modo que todo el que está en el Cristo, es nueva
criatura; las cosas viejas pasaron; Efesios 2:8-9 porque es por su gracia que hemos sido salvos, mediante
la fe; y esto no surgió de ustedes, sino que es don de Dios, no por obras, para
que nadie se jacte; Tito 3:5-6 Él nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, mediante el lavamiento de la regeneración, y por la renovación
por el espíritu santo que Él derramó abundantemente en nosotros por medio de
Jesucristo nuestro Salvador) También pueden ser cambiados por Su
poder hoy.
¡Cuán
feliz soy al saber que Jesús el Cristo el Hijo de Dios no ha cambiado!
Jesús dijo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la Tierra. (Mateo
28:18).
Su Palabra declara: si algo pides en mi nombre, Yo lo haré. (Juan
14:14).
Así mismo la Biblia afirma: El Cielo y la Tierra pasarán, pero mis Palabras
no pasarán. (Mateo 24:35).
Jesús el Cristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos. (Hebreos 13:8).
He
sabido por testimonios y visto en campañas al Señor hacer milagros, por lo tanto,
nadie puede decirme que Jesús el Cristo esta muerto ni que Él ha cambiado.
“La gente cambia. Las tradiciones y las religiones se reevalúan.
Las naciones y los gobiernos se varían. Los templos y sistemas eclesiásticos se
modifican. Pero Jesús el Cristo es el
mismo ayer, y hoy, y por los siglos. (Hebreos 13:8)”.
La Biblia dice: Y
Jesús iba por toda Galilea enseñando en sus sinagogas proclamando el Evangelio
del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia en el pueblo. (Mateo 4:23).
La Biblia dice: acerca
de Jesús de Nazaret, a quien Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder. Él
es quien anduvo sanando a los oprimidos por el Maligno, porque Dios estaba con
Él. (Hechos 10:38).
Gracias a Dios, Él todavía está haciendo estos
milagros de misericordia y compasión actualmente. La Biblia relata una de las
reuniones donde Jesús estaba predicando y ministrando. Dice: LOS CIEGOS VEN, LOS
COJOS ANDAN, los leprosos quedan limpios, LOS SORDOS OYEN, los muertos son
resucitados Y A LOS POBRES SE LES TRAEN BUENAS NUEVAS. (Mateo 11:5).
Si Él hizo esas cosas en aquel entonces, las hará hoy también.
¿Qué hacía la gente cuando Jesús estaba visiblemente entre ellos? Si nosotros
queremos que Jesús haga por nosotros lo que hacía por las personas en aquel
tiempo Bíblico, tenemos que hacer lo que la gente hacía en aquel entonces. Debemos
ir a Él como ellos iban a Él, oír su Palabra como lo hacían, creer en Él,
llamarle y seguirle.
La Biblia dice: Y
recorriendo toda aquella región, comenzaron a llevar a los que estaban gravemente
enfermos, cargándolos en camillas a donde se enteraban que Él se encontraba. Y
en cualquier lugar que entraba, en las aldeas o en las ciudades, ponían los
enfermos en las calles y le suplicaban poder tocar siquiera el borde de su
manto, y todos los que lo tocaban quedaban sanados. (Marcos 6: 55-56).
Amigos, eso puede suceder hoy, así como sucedió entonces.
Todos los que le toquen ahora serán sanados, de la misma forma en que ellos le
tocaban y recibían sanidad.
LA MUERTE NO PUDO DETENERLO.
Durante tres años Jesús caminó entre la gente aquí en
la tierra. Siempre estuvo sanando, bendiciendo o perdonando a la humanidad. (Mateo 12:15; 14:14; 15:30-31; 19:2; Marcos
1:32-34; 10:13-16; Juan 6:2) Pero a pesar de Su misericordia, su amor y sus
milagros, Él fue despreciado por las personas religiosas, rechazado y
finalmente crucificado. (Mateo 27:26-38;
Marcos 15:20-38; Lucas 23:33-34; Juan 19:16-18). Sin embargo, una vez que
lo pusieron en el sepulcro, (Lucas 23:
52-53) tres días después Dios lo resucitó de la muerte de acuerdo con las
Escrituras. (Mateo 28:1-6; Lucas 24:1-12;
Hechos 1:2-3; 3: 13-16).
Después de su resurrección, Jesús se apareció a sus discípulos
cuando estaban reunidos. Entonces les dio la siguiente orden: Y les dijo: Vayan por todo el mundo y proclamen mi Evangelio a toda
criatura. (Marcos 16:15). Después les prometió: El que crea y sea bautizado será salvo.
Y luego les advirtió: pero el que no crea será condenado (Marcos 16:16).
Luego hizo esta maravillosa promesa: Y estas señales
seguirán a los que creen: En mi Nombre expulsarán espíritus malignos, hablarán
nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes, y si bebieren algún veneno
mortífero no les hará daño; impondrán sus manos sobre los enfermos y sanarán.
(Marcos 16:17-18) después les
dijo: y enséñales
que guarden todo lo que les he ordenado. He aquí, yo estoy con ustedes todos los
días, hasta el fin del mundo. Amen. (Mateo 28:20).
¡Que maravillosa promesa!
Eso significa que el Señor está conmigo mientras
escribo estas líneas y que le acompaña a usted durante la lectura, allí donde
usted se encuentra en este mismo momento.
La Biblia dice: Y
después de que hubo hablado nuestro Señor Jesús con ellos, ascendió al Cielo y
se sentó a la diestra de Dios. Y ellos salieron, y predicaron por todas partes,
y nuestro Señor los ayudaba respaldando sus palabras con las señales que
hacían. (Marcos 16:19-0).
Ese mismo Señor Jesús está allí con usted ahora, para confirmarle
su evangelio, así como estaba con sus discípulos después de su resurrección, y nuestro Señor los ayudaba respaldando sus
palabras con las señales que hacían. (Marcos
16:20).
Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le será posible. (Marcos 9:23),
Él le acompaña a usted ahora mismo, en su Espíritu, para confirmarle sus
promesas, si usted puede creer. Todo lo que le prometió en su Palabra, si usted
le pide de veras que lo haga y cree en su corazón que Él ha oído y contestado
su oración, Él confirmará su promesa por su poder, y usted recibirá la
respuesta a su oración.
El señor Jesús no ha cambiado.
Cualquier cosa que necesite del Señor, si se lo pide,
Él lo hará. Crea que Él escucha y contesta su oración. Entonces lo hará por
usted. (Marcos 11:24; Juan 14:12-14).
Jesús el Cristo está vivo. Él nunca ha cambiado. Está allí
con usted para confirmar su Palabra y bendecirlo. Puede que usted no lo vea,
pero igual está allí. Él dijo: Si puedes creer, al que cree todo le será posible.
(Marcos 9:23). Y usted puede creer.
Yo le pido ahora mismo que se acerque al Señor en su
corazón, mientras lee estas líneas. Llamémosle por su Nombre en oración; demos
la bienvenida a su presencia para que, mientras lee estas líneas, Él esté allí
para revelarle su verdad y manifestarle su poder a través de un milagro en su
vida. Eso es lo que Él quiere hacer por usted.
Jesús dijo: Si me piden en mi Nombre, yo lo concederé. (Juan 14:14) ¿Qué quiere que Jesús el Hijo
de Dios haga por usted ahora mismo? Honre su Nombre y crea en Él con todo su
corazón. Sólo crea en el Señor Jesús y será salvo (Hechos 16:31).
ORACIÓN
Padre celestial,
Oro
por la persona que está leyendo estas líneas o que esta oyendo mientras otra
lee. Te pido que Jesús, tu Hijo, venga a éste que se une a mí en oración.
Que
cada vez que esta persona lea esta serie de estudios para leerlos o
escucharlos, tu amorosa presencia se manifieste en una forma maravillosa. A medida
que lea o escuche cada línea, revela Tu persona y Tu poder a través de estas líneas.
Que cada línea sea una nueva y fresca revelación de ti.
Si
esta persona todavía no ha nacido de nuevo, revélale la maravillosa verdad de
salvación por medio de estas líneas.
Y,
Señor, si esta persona esta enferma, postrada o paralizada de alguna manera,
que las verdades de Tu sanidad se hagan radiantes y claras. Que el Señor Jesús
se manifieste como el sanador siempre presente por quien nada es imposible. A medida
que pasen estas líneas, estos capítulos de verdades sencillas pero dinámicas,
que tu poder sanador sea recibido.
Cualquiera
que sea la enfermedad o mal que esté oprimiendo a la persona que lee o escucha
estas líneas, Señor, muestra tu poder sanador a través de las verdades de estas
líneas, a medida que ellos entiendan estas maravillosas verdades, que el
milagro del poder de Jesús tu amado Hijo, penetre sus cuerpos, e incluso
mientras leen o escuchan, haz que todo síntoma de enfermedad desaparezca. Yo sé
que lo harás porque tu Palabra dice que enviaste Tu palabra y sanaste a Tu
pueblo. (Salmos 107:20) Tú dijiste: Y conocerán la verdad, y la verdad los
liberará. (Juan 8:32)
Gracias
Señor, por Tu presencia y poder milagroso.
Que
a medida que leas estas líneas, sea una serie continua de milagros que
confirmen cada verdad presentada. Que se sepa que Tu eres el mismo ayer, y hoy,
y por los siglos (Hebreos 13:8).
Pido
esta bendición para la persona que está leyendo o escuchando estas líneas en
este momento en el Nombre de Jesús el Cristo, AMEN.
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