domingo, 5 de octubre de 2014

Conozcamos la Biblia Marcos

LIBRO DE MARCOS

Aram., Carozota d′Marcos, se traduce el Mensaje o la Predicación de Marcos. Tradicionalmente se afirma que este relato del Evangelio fue escrito en Roma alrededor del 60 d.C., por Juan Marcos. Marcos no pertenece al grupo de los doce apóstoles, pero su relato tiene todas las características de que lo obtuvo de alguien que fue testigo ocular, que muy probablemente  haya sido Pedro.


EXTENSIÓN DEL EVANGELIO

EXPLICACIÓN: Jesús primeramente dirigió su ministerio público a los judíos. Cuando los líderes judíos se opusieron, Él buscó a los gentiles, los sanó y les predicó el evangelio. Soldados romanos, sirios y otros gentiles oyeron las buenas nuevas. Muchos creyeron y lo siguieron. El mensaje final de Jesús a sus discípulos fue un reto a ir por todo el mundo a predicar el evangelio de salvación.
IMPORTANCIA: Jesús pasó por sobre las barreras nacionales, raciales y económicas para difundir sus buenas nuevas. El mensaje de Jesús, mensaje de fe y perdón, es para todo el mundo, no solamente para nuestra iglesia, nuestro vecindario o nuestra nación. Debemos proyectarnos más allá de nuestro pueblo y de nuestras necesidades para hacer realidad la visión mundial de Jesucristo de que en todas partes resuene este gran mensaje y la gente se salve del pecado y de la muerte.


JESUCRISTO

EXPLICACIÓN: Solo Jesucristo es el Hijo de Dios. En Marcos, Jesús demostró su divinidad por derrotar a la enfermedad, a los demonios y a la muerte. Aunque tenía poder para ser el Rey de la tierra, decidió obedecer al Padre y morir por nosotros.
IMPORTANCIA: Cuando Jesús se levantó de entre los muertos demostró que era Dios, que podía perdonar pecados y que tiene poder para cambiar nuestras vidas. Si confiamos en su perdón, podemos comenzar una nueva vida con Él como nuestro guía.

MILAGROS

EXPLICACIÓN: Marcos se refiere más a los milagros de Jesús que a sus sermones. Se ve que Jesús es un hombre de poder y acción, no solo de palabras. Jesús realizó milagros para convencer a la gente acerca de quién era Él y para enseñar a los discípulos que en verdad era Dios.
IMPORTANCIA: Mientras más convencidos estemos que Jesús es Dios, mejor veremos su poder y su amor. Sus poderosas obras nos dicen que Él es capaz de salvar a cualquiera sin importar su pasado. Sus milagros de perdón traen sanidad, integridad y cambio de vida a los que confían en Él.

SIERVO

EXPLICACIÓN: Como el Mesías, Jesús cumplió las profecías del Antiguo Testamento al venir a la tierra. Pero no vino como un rey conquistador, sino como un siervo. Ayudó a los hombres, les habló de Dios y los sanó. Es más, al dar su vida en sacrificio por los pecados, realizó el supremo acto de servicio.
IMPORTANCIA: Ante el ejemplo de Jesús, debemos estar dispuestos a servir a Dios y a nuestros semejantes. En el reino de Cristo la verdadera grandeza se muestra en el servicio y en el sacrificio. La ambición, el amor al poder o a las posiciones jamás deben ser nuestra motivación; en cambio, debemos trabajar en la obra de Dios porque le amamos.


MARCOS. Judíos de Jerusalén mencionados en Hechos, en las cartas de Pablo y en 1 Pedro, e identificados tradicionalmente con el autor del segundo Evangelio (MARCOS, EVANGELIO DE).

Llevaba dos nombres “Juan”, nombre hebreo y M. sobrenombre romano (Hch. 12:12-25; 13:5,13; 15:37,39). Era hijo de una viuda rica llamada María, cuya casa era centro de reuniones para los primeros cristianos en Jerusalén (Hch. 12:12-17), pero no se sabe cuándo M. abrazo el cristianismo. Llevado a Antioquía por Bernabé y Pablo (12:25), M. los acompaño también en el primer viaje misionero en calidad de ayudante (13:5), encargado probablemente de los arreglos del viaje (Comida, hospedaje, etc.). Por razones no conocidas (¿dimensiones en algunos pun tos de vista?) se separó de Bernabé y Pablo, y volvió solo a Jerusalén (13:13), lo que dio lugar a una desavenencia entre Pablo y Bernabé cuando estaban a punto de salir para el segundo viaje (15:36-41).

El M. de Hechos y el que se menciona en Col. 4:10; Flm.24 y 2Ti. 4:11 son una misma persona, como lo demuestra el hecho de que Pablo en Col. 4:10 transmita a los colosenses el saludo de “M., el primo de Bernabé”. Este parentesco explica que Bernabé haya intervenido a favor de M. y lo haya acompañado a Chipre (Hch. 15:39). A pesar de las divergencias relatadas en Hch. 15, M. debería haberse reconciliado ya con Pablo cuando éste escribió a los colosenses, puesto que se encontraba a su lado. La petición  de 2Ti. 4:11 confirma la utilidad de M. en el ministerio de Pablo.

En 1P.5:13 leemos: “la iglesia que está en Babilonia… y M., mi hijo, os saludan.” Si admitimos que se trata de un mismo M. y que el autor de 1Pedro es Pedro o un secretario allegado a él, M. debe haber trabajado con este apóstol en Roma, además de colaborar con Pablo. Hch. 12:12 y Papías, quien lo llama “intérprete de Pedro”, evidentemente confirma esto. La expresión “mi hijo” es una muestra del cariño que unía al apóstol y su discípulo.

Se ha conjeturado que el joven que “huyó desnudo” (mencionado solo en Mr. 14:51s.), fue M. según la tradición M. fue el fundador y primer obispo de la iglesia de Alejandría y, años después, los venecianos se apoderaron de sus restos y los llevaron a Venecia, ciudad que ahora lo tiene como su santo patrono.

MARCOS, EVANGELIO DE.

I.             AUTOR Y FECHA

Varios cristianos antiguos se refiere al E. de Mr. y a las circunstancias en que este fue escrito. El testimonio más antiguo (Papías, ca. 110) dice así: “Marcos, quien fue intérprete de Pedro, escribió exactamente, aunque sin orden, todo lo que recordaba, tanto las palabras como las acciones del Señor.” De éste y otros documentos se desprenden varios datos que concuerdan con los estudios modernos.

Aunque el evangelio es anónimo, su autor se llama Marcos; se le ha identificado desde el siglo IV con el Marcos mencionado en el NT, sin ser este apóstol como Mateo o Juan. En una época cuando la tradición cristiana tendía a atribuir la redacción de los Evangelios a los apóstoles, es improbable que Marcos haya sido designado como autor sin razones históricas fehacientes.

Si bien Marcos no siguió  a Jesús en su vida terrestre, como “intérprete de Pedro” pudo transcribir con fidelidad las enseñanzas del Maestro. Su dependencia de Pedro se recalcó tanto en la tradición eclesiástica, que el segundo evangelio llegó a considerarse una simple transcripción de las memorias de Pedro. La realidad es más compleja, como veremos.

Desde fecha muy temprana, el Evangelio fue criticado por su falta de orden y por incompleto (posiblemente por los círculos en que se escribieron Mt. Y Jn.). Sufrió en particular la comparación con Mt., ya que este Evangelio se atribuía a un apóstol, era más extenso y ordenado, y retrataba a Cristo en forma más comprensible y atractiva. De ahí el escaso interés en Mr., por parte de los comentaristas hasta el siglo pasado.

Para determinar cuándo se redactó este Evangelio, existen varios testimonios antiguos; los mejores afirman que Marcos escribió después de la muerte de Pedro, ocurrida en el 64 d.C. además, el discurso escatológico de Mr.13 refleja probablemente una situación anterior a la destrucción de Jerusalén por los romanos en el 70. (Mr. 13:14; cp. Lc. 21:20). Así, podemos fechar la composición de Mr. entre 65 y 70.

II.           LUGAR DE COMPOSICIÓN Y DESTINATARIOS

La tradición antigua según la cual Marcos escribió en Italia, v.g. en Roma, se confirma por indicios como la traducción al latín de algunas expresiones griegas (12:42; 15:16) y la alusión al romano Rufo (15:21). No obstante, los latinismos (5:9; 6:27,37, etc.) no constituyen un argumento decisivo ya que casi todos son palabras técnicas de uso común en todo el imperio. La rápida difusión y aceptación de un Evangelio bastante deslucido comparado con los otros, y sin patrocinio apostólico directo, se entendería mejor de haberse editado en una iglesia de gran prestigio como la de Roma. Además, parece haberse dirigido a un público de cristianos procedentes del paganismo (y no del judaísmo) por la explicación de las palabras arameas (3:17; 5:41; 7:11,34; 14:36; 15:22) y de ciertas costumbres judías (7:3,4; 14:12; 15:42). Así, es muy probable que Roma haya sido el lugar de origen al menos en cuanto a la redacción final. Con todo, no se puede descartar la posibilidad de que una primera versión de este Evangelio (o parte de sus elementos) provenga de otro medio (p.e., Palestina).

III.          FUENTES DE MARCOS

Las distintas escuelas de crítica bíblica llegan a la misma conclusión: el E. de Mr. no es una obra enteramente original, nacida de toda la mente del evangelista, sino que este se valió de tradiciones orales o escritas que no se han conservado.

Toda búsqueda comienza necesariamente con jun estudio de las características literarias del Evangelio. El léxico y el estilo de Mr. son típicos del hablar popular. Su vocabulario contiene más diminutivos, más palabras arameas o hebreas y más transcripciones                                     de palabras latinas que cualquier otro libro del NT. La sintaxis es sencilla: las oraciones se coordinan solo mediante la yuxtaposición o la conjunción “y” además, Mr. utiliza con frecuencia expresiones redundantes y paréntesis que interrumpen la construcción. Estos rasgos indican que el autor no se preocupa por refinar su estilo ni por narrar artísticamente. Se clasifica más bien entre los narradores populares que transmiten de manera fiel y bastante ingenua la tradición en que están inmersos.

¿Tuvo antecesores el E. de Mr.? Una teoría muy antigua afirma que Mr. se inspiró en otro Evangelio anterior. Desde San Agustín, prevalecía la opinión de que Mr. no era sino una imitación y abreviación de Mt. Pero se dejó de subestimarlo en el siglo XIX al reconocer que en realidad Mr. no solo era anterior a Mt. Y Lc., sino que les había servido de fuente a los dos (Evangelios) la teoría de la prioridad de Mr. está en boga hoy por lo que ahora se le estudia más asiduamente. Habiendo tropezado con dificultades las hipótesis de un “Proto-Marcos” o una primera redacción, se ha concluido que nuestro Mr. no tuvo predecesores. El evangelista Marcos creó el género literario “evangelio”, combinado por primera vez los dos aspectos de la tradición anterior relativa a Jesús: los dichos y las narraciones.

Para descubrir las fuentes de Mr.es indispensable estudiar la tradición evangélica que le precede, e.d. en su estado oral. A continuación se le dan algunos ejemplos de la agrupación de las unidades, aisladas en un principio.

Mr. 2:1-3:6 contiene cinco narraciones  breves que enmarcan y ponen de relieve ciertas sentencias de Jesús (2:10,17,19,27,28; 3:4). Esas historias carecen de detalles realistas y de indicaciones temporales y geográficas. No fueron agrupadas para contar una serie de acontecimientos, sino para dar a conocer la opinión de Jesús sobre problemas de importancia vital de la comunidad cristiana (el perdón de los pecados, el ayuno, la actividad respecto al sábado, etc.).

Mr. 4:35-5:43 es de un carácter muy distinto. Contiene cuatro narraciones de milagros donde el interés principales el relato del acontecimiento mismo. En contraste con 2:1-3:6, están vinculadas por anotaciones de lugar y de tiempo, y ofrecen detalles concretos. Las narraciones de milagros, construidas según un mismo esquema, ocupan un  lugar importante en Mr. (1/2 de la totalidad des Evangelio), y recalcan el poder de Jesús sobre los demonios y la naturaleza, o bien para manifestar su misericordia para con los desdichados.

Una tercera clase de material utilizado por Mr. son los dichos y parábolas de Jesús. En 8:34-9:1 y en 9:33-50, p.e., tenemos dos colecciones de sentencias, primitivamente aisladas y luego recopiladas por un maestro cristiano en relación con un tema para facilitar su aprendizaje.

Estos ejemplos permitían apreciar la variedad del material empleado por Mr. abarca desde unos relatos y dichos muy cercanos a los hechos originales, hasta una tradición ya elaborada, adaptada a las  necesidades de la catequesis y que refleja la esperanza y los temores de la segunda generación cristiana. Este Evangelio no es una empresa privada, sino producto de la vida y fe de la iglesia. De ahí que para su interpretación siempre haya que plantearse una doble pregunta: Primero, ¿qué quiere decir un relato o una palabra dada en la situación original, e.d., antes de ser incorporado en Mr.? y segundo, ¿qué significa en el contexto del evangelio? En otras palabras, Mr. habla tanto de la vida y de la enseñanza de Jesús como de las circunstancias de la iglesia de su tiempo.


IV.         PROPÓSITOS Y TEOLOGÍA

El evangelista no sólo reproduce la tradición de su iglesia; es también un escritor con personalidad y pensamientos originales, como lo muestra la manera en que selecciona y ordena sus fuentes. Su evangelio es una obra literaria original y obedece a su propósito determinado. Este propósito no es en primer término biográfico – aunque si hubo curiosidad en la iglesia sobre la vida de Jesús – sino teológico. Mr. quiere edificar a la comunidad cristiana ofreciéndole una serie de enseñanzas puestas en el molde de un relato de la vida terrenal de Jesús. No siendo un historiador moderno, le interesa menos la precisión cronológica y geográfica de su relato, que la significación que tiene. Para él, el pasado y el presente se confunden,; el Jesús que predicaba y curaba a los enfermos en Palestina se identifica totalmente con el Señor resucitado que habla y actúa en la iglesia contemporáneo de Mr.

Por eso es problemático intentar una biografía de Jesús, a partir del marco geográfico y cronológico de Mr. sin embargo, este Evangelio sigue siendo fuente importante para conocer la enseñanza de Jesús, su persona, su obra y el desarrollo de su ministerio.

Sin entrar en detalles, el libro puede dividirse en dos secciones, deslindadas por la confección de Pedro en Cesarea de Filipos (8:27ss.). En la primera sección el eje geográfico es Galilea, región que despreciaban los Judíos por estar pobladas en parte por gentiles. Allí es donde Jesús predica y hace milagros públicamente. Pero sus enseñanzas y actos siguen siendo incomprensibles aun para los discípulos, el periodo de la predicación en Galilea termina con la confesión de Pedro y la transfiguración, donde se revelan la identidad de Jesús y el misterio de su destino. En la segunda sección, Jesús va camino de Jerusalén, y cuando llega concentra allí su ministerio por algunos días, en esta capital de la religión judía culmina en la cruz la hostilidad contra Jesús.

Esta división del evangelio en dos períodos y en dos zonas geográficas no obedece tanto a un desarrollo psicológico en la personalidad de Jesús, o a una sucesión cronológica de acontecimientos, como a la expresión de una verdad teológica: el misterio de la salvación en Jesús no se entiende sino después de la Resurrección.

¿Quién es Jesús para Mr.? ¿Cómo ve su persona y su obra? Comparado con los otros Evangelios, Mr. Es moderado en el uso de los títulos relativos a Jesús, en 81 casos lo llama sencillamente “Jesús”. El término “Cristo o Ungido” aparece siete veces, y nunca dicho por Jesús. En Mr. Jesús suele designarse a sí mismo como “Hijo del Hombre”, mientras Marcos prefiere el título de “Hijo de Dios” que aparece en momentos claves del relato: al principio, en el relato del bautismo de Jesús (1:11), en el centro, dicho por la voz divina que se escucha en la transfiguración (9:7) y al final, en la confesión del centurión gentil al pie de la cruz (15:39). Según algunos mss antiguos, Marcos lo incluyó también en el título de su libro (1:1).

Un rasgo muy original del relato de Jesús en Mr. Es el llamado “secreto mesiánico”. Jesús rehúye la publicidad y procura ocultar su identidad de Mesías o de Hijo de Dios (1:24s.; 34,44; 5:43; 7:36, etc.); prefiere enseñar privadamente a sus discípulos (4:10-12; 7:17-30, etc.), quienes sin embargo, no entienden el verdadero sentido de sus dichos y milagros (6:52; 8:17ss.).

Algunos autores ven en el secreto mesiánico una invención de Marcos o de su comunidad, pero este aspecto del Evangelio tiene bases históricas. Jesús impulso el silencio para evitar un entusiasmo popular del tipo revolucionario, o porque la naturaleza misma de su mesiado se lo exigía. Sin duda ambas explicaciones son posibles. Se puede aceptar perfectamente que el secreto mesiánico sea una formulación teológica de la comunidad primitiva y afirma a la vez que se apoya en una realidad histórica. Jesús, al vincular la predicación de la inminencia del reino de Dios con su propia persona, dio a su vida un significado implícitamente mesiánico.

Con la sistematización del secreto, Marcos quiso destacar el carácter misterioso de Jesús, y especialmente de la necesidad de su pasión y muerte (c.p. 10:45). Para él, ningún título ni ninguna confesión de fe abarcaba totalmente la significación de la vida, cruz y resurrección del Señor. Más importante aún que  la creencia recta es la acción recta, el seguimiento de Jesús: “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, y tome su cruz, y sígame” (8:34).

Esta tendencia antidogmática  y activista de Marcos se expresa también en su concepción de la iglesia y en el entusiasmo misionero que llena su obra. Su Evangelio es la historia del compañerismo de Jesús con los suyos (c.p. 3:14) que perdura en la iglesia contemporánea del evangelista. El Resucitado es el único jefe de la iglesia, y nadie puede arrogarse una autoridad universal en la comunidad. De ahí la marcada reserva de Marcos hacia los discípulos, cuya incomprensión, ambición y exclusivismo señala varias veces (8:33; 9:19; 9:38-41, etc.), y sobre todo hacia la familia de Jesús. Se conjetura que los pasajes 3:20s.,31-35 constituye una censura directa de la hegemonía de Jacobo, hermano de Jesús, sobre la iglesia de Jerusalén.

A partir de estos rasgos polémicos, se puede vislumbrar el tipo de iglesia que Marcos encomia: sin límites rígidos, popular, sin preocupación intelectual y apologética exagerada, y movida totalmente por la exigencia dinámica de la conquista misionera.

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