Aunque ya eres un
seguidor del Cristo, satanás buscará apartarte del camino, tentándote a
desobedecer la Palabra de Dios. No es pecado ser tentado, también Jesús lo fue
Lc 4:1-13. Pecamos cuando cedemos a la
tentación. La buena nueva es que Dios nunca nos dejará ser tentados más de lo
que podamos resistir. Además, nos ha dado maneras específicas para manejar la
tentación. Estos son tres puntos que debemos recordar cuando enfrentamos una
tentación.
1. Reconoce de quien viene la
tentación. Satanás es la mente maestra detrás de
cada tentación, Efesios 6:10-12. “10Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en
nuestro Señor y en la grandeza de su poder, 11y
vístanse de toda la armadura de Dios, para que sean capaces de estar firmes
ante las estratagemas del adversario; 12porque
la lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra
gobernantes, contra los poseedores de este mundo de tinieblas y contra los
espíritus malignos que están bajo de los cielos”
En la Biblia, la vida
cristiana no solo se compara a una guerra, ¡es realmente una guerra! Como en
toda batalla, es bueno conocer al enemigo. En este caso, nuestro enemigo es el
mismo que tentó a Jesús en el desierto: el diablo. Él esta enfurecido porque
has rendido tu vida al Cristo, y también te ve como una amenaza potencial para
su reino. Pero la noticia alentadora es que el diablo no es tan poderoso como a
él le gustaría que pensaras:
·
El
diablo fue vencido por Jesús. Cuando Jesús murió en
la cruz, desarmó al diablo y a sus potencias demoníacas. Ellos ya no pueden
tener control sobre la gente ni acusarla por su pecado ni tampoco atormentarlas
con la amenaza de la pena de muerte (Colosenses 2:13-15; Hebreos 2:14; 1Juan
3:8-9). Pero el hecho de que Jesús venció al diablo no significa que este tenga
poder hoy en día, sino que no tiene el control.
·
El
diablo tiene limitaciones definidas. A satanás le gustaría
que pensáramos que él es igual a Dios, pero tiene limitaciones claras y definidas
sobre lo que puede hacer (Job 1:1-12). Lo más importante es que antes que él
pueda tentarnos o poner una dificultad en nuestro camino, debe pasar por el
muro de protección de Jesucristo.
La tentación llegará a
tu vida, se sabio y somete tu vida al Señor firmemente para cuando el enemigo
venga con sus provocaciones. Entonces, una vez que hayas vencido la tentación,
te sientas más fuerte. Como dijo una vez Martín Lutero: “Un cristiano que ha
sido tentado vale más que mil que no lo han sido”.
2. Resiste al diablo. La
Biblia dice que si resistes al diablo, él huirá de ti Santiago 4:7-8. “7Sujétense,
pues, a Dios; resistan al adversario y huirá de ustedes; 8acérquence a Dios, y Él se acercará a ustedes.
Limpien sus manos, pecadores, y ustedes los de doble ánimo, santifiquen sus
corazones”
Satanás conoce el valor de poner un pie en el umbral
de nuestros pensamientos. Sabe que el pecado no es tan solo una acción, sino
que es algo que se produce dentro de la mente y el corazón, y que en algún momento
se materializa en una acción pecaminosa. Aquí hay cuatro maneras prácticas y
efectivas de “resistir” al diablo y a sus tentaciones.
·
Sométete
a Dios. Cuando te sometes a Dios, estás reconociendo su
autoridad sobre tú vida. Porque Dios es Santo, lo cual significa que es puro y
sin pecado y, por lo tanto, te ayudara a vivir una vida que sea agradable a él.
Pero para lograr esto, tienes que someterte a su autoridad.
·
Resiste
al diablo. Resistir al diablo significa no ceder a la tentación
cuando esta se presenta. Ceder a la tentación es invitar al diablo y a sus
demonios a continuar tentándote. Pero si resistes la tentación, el diablo termina
huyendo de ti, lo cual significa que abandonará su labor de tentarte.
·
Camina
cerca de Dios. Cuanto más cerca andes de Dios, más
lejos andarás de satanás, tu antiguo compañero. Y cuanto más tiempo pases con
Dios, en el estudio de la Biblia y la oración, habrá menos posibilidades de que
caigas. Como dice el Salmo 16:8 “A Yahweh
he puesto siempre delante de mí; Él está a mi diestra para que yo no sea
conmovido”.
·
Lava
tus manos y purifica tu corazón. Esta lista de
instrucciones es un llamado al arrepentimiento para todos aquellos que albergan
el pecado en su vida. Albergar el pecado en tu vida es darle al diablo una
oportunidad de trabajar en ti y a través de ti. Pero Dios es el único que debe
trabajar en ti, no el diablo. Si estas albergando el pecado en cualquier área
de tu vida, deja de hacerlo, confiésalo a Dios, pídele que te perdone y
entonces Él obrará a través de ti.
3. Regocíjate porque la victoria es
tuya en Jesús. Dios ha prometido que Él siempre proveerá
una puerta de escape 1 Corintios 10:13. “No
les ha sobrevenido prueba que no sea común a los hombres, pero Dios es fiel que
no permite que sean ustedes más allá de lo que pueda, sino que dará la salida
para su prueba de modo tal que puedan soportar”.
Dios comprende que
nosotros, como humanos, somos tentados por las atracciones de este mundo. Afortunadamente,
Dios se preocupa tanto por nosotros, que de antemano ha dispuesto la manera de
ayudarnos en tiempos de tentación. En este versículo vemos dos rayos de
esperanza cuando somos tentados.
·
Jesús
comprende tu situación. Cualquier tentación que estés
enfrentando o que enfrentarás no es nueva. Jesús entiende lo que es ser
tentado, pues la Biblia enseña que Él se compadece de nosotros porque “porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no
pueda compadecerse de nuestra debilidad, sino que tenemos uno que fue tentado
en todo como nosotros, pero sin pecado”.
·
Dios
siempre te dará la fortaleza para que venzas en toda tentación.
Cuando enfrentas una tentación, Dios siempre te da la fortaleza para resistirla
o te da una vía de escape. A veces, la manera de salir de una tentación es literal. Por ejemplo, si estas en el cine
y en la pantalla aparece una escena sexual explicita, el modo de escapar es
salir del cine. Otras veces puede significar confiar en el Espíritu Santo de
Dios, que te dará la fortaleza para resistir.
La próxima vez que seas
tentado o probado, recuerda: Dios puede permitir momentos difíciles en la vida
del cristiano, pero siempre serán filtrados a través de la red de su amor. Él
nunca te dará más de lo que puedas resistir.
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