Cuando nos convertimos éramos como una cortadora de pasto con motor de un tercio de caballo de fuerza. Podíamos hacer algo, pero no mucho porque no éramos maduros. Nuestra meta como cristianos es llegar a ser el motor caterpillar DC9 una verdadera usina eléctrica para el Señor. Sin embargo, sin combustible nada pueden lograr ni una cortadora de pasto ni un tractor nivelador. Sin Cristo nosotros nada podemos hacer ( Juan 15:5). No importa cuan maduro seas, no puedes producir si no andas por la fe en el poder del Espíritu Santo.
Cuando se llega a decidir entre andar en la carne y andar en el Espíritu, nuestra voluntad es como un conmutador de dos sentidos. La voluntad del nuevo cristiano parece un resorte cargado hacia la conducta carnal. Los nuevos creyentes van a vivir según lo que saben, y no saben mucho acerca de la vida llena del Espíritu. La voluntad del cristiano maduro está cargada hacia el Espíritu. Toman malas decisiones ocasionales, pero aprenden diariamente a crucificar la carne por la fe en el poder del Espíritu Santo.
Andar en el Espíritu es relación, no es estricta disciplina. A modo de ilustración, piensa en tu matriminio o en tu noviazgo. Quizás hayas comenzado tu matrimonio o noviazgo apoyado en las reglas para una comunicación efectiva, satisfaciendo uno las necesidades del otro y así sucesivanente. Sin embargo, si después de varios años ni siquiera pueden hablarse o hacer el amor como esposos o llevarse bien como novios sin seguir un patrón o lista de pasos, su relación está aun en la infancia. En una relación madura la comunicación fluye en forma natural entre dos que se aman mutuamente.
Otro ejemplo es la oración. Quizás hayas aprendido a orar usando una clave: adoración, confesión, acción de gracias, súplica. Sin embargo, si has sido creyentes durante años y tu vida de oración no es mucho más profunda que eso, no has aprendido a orar en el Espíritu (Efesios 6:18). La oración es un camino de ida y vuelta con Dios que requiere escuchar además de pedir.
Pablo define lo que significa andar en el Espíritu en Gálatas 5:16-18: "Anden el Espíritu y no satisfagan los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagan lo que quieran. Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la ley". Realmente este pasaje nos dice más acerca de lo que no es andar en el Espíritu, pero es útil porque nos da dos parámetros dentro de los cuales podemos vivir libres.
LO QUE NO ES ANDAR LLENO DEL ESPÍRITU.
Primero Pablo dice que andar en el Espíritu no es licencia. Licencia es desconcideración hacia las reglas o reglamentos y constituyen el abuso de un privilegio. Algunos cristianos afirman erróneamente que andar en el Espíritu y vivir bajo la gracia significan: "yo puedo hacer lo que quiera". Andar en el Espíritu quiere decir: "no puedes hacer lo que se te antoje". Vivir por el Espíritu no es tener librtad para hacer lo que quieras. Eso sería licencia. Significa que eres libre para vivir libre, responsable y moralmente, algo que no podías hacer cuando eras esclavo del pecado.
Se me invitó a hablar en una clase de religión en un colegio católico sobre el cristianismo protestante. Al final de la charla un estudiante de aspecto atlético, avispado levantó la mano y preguntó:
¿Hay muchos Noe en su religión?
Le respondí:
Creo que no tengo otros que los que Dios no tenga; pero creo que tu pregunta es : ¿tengo alguna libertad? él asintió.
Por cierto, tengo libertad para hacer lo que quiero - respondí.
Reveló su rostro que no me había creído: Por favor, hable en serio - dijo.
Le respondí: Soy libre de tomar la decisión de asaltar un banco. Pero soy suficientemente maduro para comprender que sería esclavo de ese acto por el resto de mi vida. Siempre andaría mirando que no me descubrieran. Tendría que ocultar mi delito, tendría que recordar la mentira que dije y a quién se lo dije.
Lo que algunos piensan que es libertad sólo es licencia que conduce a la esclavitud. La libertad no está en el ejercicio dea decisión; en último análisis está en sus consecuencias. El Espíritu de verdad siempre nos guiará a la libertad, pero los deseos de la carne nos llevarán al pecado y a la esclavitud. Los mandamientos de Dios no son restrictivos; protegen. Nuestra verdadera libertad esta en la capacidad de decidir vivir responsablemente dentro de las directrices protectoras que Dios ha establecido para nuestra vida.
Segundo, andar en el Espíritu tampoco es legalismo. "Si eres guiado por el Espíritu, no estas bajo la ley" (Gálatas 5:18). Si quieres relacionarte con Dios sobre la base de la ley moral, necesitas oír las palabras de Pablo en Gálatas 3:10: "porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición". Tú serás una persona guiada o serás un marginado presa de la culpa. "Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia sería verdaderamente por la ley" (Gálatas 3:21). La ley no tiene poder para dar vida.
Decirle a la gente que lo que hacen está mal no les da vida para dejar de hacerlo. Los cristianos han sido notables en sus esfuerzos para legislar la espiritualidad con noes: El cristiano no bebe, no fuma, no baila, no va al cine, no juega a las cartas, no usa maquillaje, y así sucesivamente. Otros pretenden que no son legalistas, pero todo lo que han hecho es pasar de un legalismo negativo (no hacer esto ni aquello) al legalismo positivo (hazlo de esta y de esta otra manera). Somos "siervos de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica" (2Corintio 3:6).
La ley también tiene la capacidad de estimular el deseo de hacer lo que intentaba prohibir (véase Romanos 7:5,8). Permíteme ilustrar esto. ¿Qué ocurre cuando le dices a un niño: "puedes ir allá, pero no a este otro lado"? En el momento que le dices esto, ¿a donde quiere ir el niño? Allá. Probablemente no tenía intenciones de ir hasta que le dijiste que no podía ir. Un colegio cristiano publicó una lista de peliculas que los estudiantes no podían ver.
¿Adivinas cuáles querían ver? Por qué el fruto prohibido es el más deseable. Aparentemente esto ocurrió en el huerto del Edén.
El cristianismo es una relación, no un ritual ni un código de ética religiosa. No podemos observar los mandamientos por medio del esfuerzo humano viviendo bajo la ley. La ley ha sido nuestro "ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe" (Gálatas 3:24). En Cristo podemos vivir realmente por la fe conforme a las justas leyes de Dios en el poder del Espíritu Santo.
Supón que caminas por un camino muy estrecho en la montaña. A la derecha hay un precipicio demaciado escarpado para trepar y demaciado ancho para saltar. En el otro lado del camino hay un rugiente incendio forestal. Adelante hay una iglesia y un león rugiente detras de ti. ¿Hacia donde corres? Tu derecha es una opción. Te alejarás del precipicio. ¿Puedes imaginarte la emoción inicial? Sin embargo, esa decición trae graves consecuencias, como la repentina deetención al final. Esa es la naturaleza de la tentación. Si no parece inicialmente buena, nadie sería tentado. Ceder a la tentación trae graves consecuencias. Cuando la gente defiende la libertad sexual, abogan por una licencia que tiene consecuencias mortales para las relaciones significativas y aun para la vida.
A la izquierda hay otra opción, pero te podría quemar el legalismo, el acusador no te dará paz cuando trates de vivir bajo la ley. El único camino hacia la libertad está adelante, pero ningún templo ni grupo de personas proveerá un santuario adecuado. El diablo, como león rugiente busca a quien devorar (1Pedro 5:8), y tu único escondite está "en Cristo". Ningún lugar fisico puede ser un santuario espiritual para ti en el planeta tierra.
LO QUE ES ANDAR EN LA PLENITUD DEL ESPÍRITU.
Si andar en la plenitud del Espíritu no es licencia ni legalismo, entonces ¿qué es? Es libertad. "Porque el Señor es el Espíritu; y donde esta el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2Corintios 3:17).
Nuestra libertad en Cristo es uno de los bienes más preciados que hemos recibido de nuestra unión espiritual con Dios. Puesto que el Espíritu del Señor está en ti, eres libre para llegar a ser la persona que quería que fueras al crearte. Ya no estas obligado a andar según la carne como ante de tu conversión. Ni siquiera estas obligado a andar según el Espíritu, pero interiormente estás inclinado en esa dirección. Tienes que decidir entre andar según el Espíritu o andar según la carne.
Andar según el Espíritu inplica dos cosas. Primero, no es sentarse en el Espíritu. Andar en el Espíritu no consiste en sentarse por ahí en santa piedad que Dios lo haga todo. Segundo, no es correr en el Espíritu. La vida llena del Espíritu no es una ronda sin fin de actividades agotadoras en que tratamos de hacerlo todo por nosotros mismos. El error típico de muchos creyentes es creer que serán más espirituales si se esfuerzan mucho. Si Satanás no puede tentarnos para llevarnos a la inmoralidad, sencillamente tratará de que nos llenemos de ocupaciones.
¿Cuánto fruto podemos llevar si tratamos de hacerlo todo por nuestro propio esfuerzo? ¡Ninguno! Sin Cristo nada podemos hacer (Juan 15:5). ¿Cuánto se logra hacer en el reino de Dios si esperamos que Dios lo haga todo personalmente? ¡No mucho! Dios ha encargado a la iglesia su obra durante esta era (Efesios 3:10). Tenemos el provilegio de plantar y regar, y Dios da el crecimiento (1Corintios 3:6-9). Si no plantamos y regamos, nada crece.
Un pastor trabaja en su jardín cuando recibió la visita de uno de sus diáconos. - ¡Caramba! Dios le ha dado un hermosl jardín - dijo el diácono.
Debería haberlo visto cuando Dios lo cuidaba él solo - contestó el pastor.
Esta verdad la ilustra Jesús en Mateo 11:28-30; "Vengan a mi todos los que están trabajados y cargados , y yo les daré descanso. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí. Que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga".
En su juventud, Jesús era carpintero. En aquél tiempo, los carpinteros no construían casas; hacían puertas y yugos de madera. Jesús usó esos productos para describir metafóricamnete la vida espiritual. Por ejemplo, Jesús es la puerta hacia la vida espiritual (Juan 10:9), y el yugo es una viga de madera que se coloca sobre la cabeza de dos bueyes. ¿Para qué sirve el yugo sobre una sola cabeza? Mejor sería no llevarlo. Sólo sirve si dos van enyugados y tiran en la misma dirección.
El buey joven aprende cuando se le pone un yugo con un buey que ya conoce el ofico, "que por lo que padeció aprendió la obediencia (Hebreos 5:8). La naturaleza típica del buey joven le lleva a creer que el paso es muy lento, y trata de correr, pero todo lo que consigue es que le duela el cuello. "Los muchachos se fatigan y se cansan, los jovenes se fatigan y caen; pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantaran las alas como las palomas; Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán (Isaías 40:30-31). Algunos bueyes jóvenes se sienten tentados a abandonar, pero la vida sigue y las deudas se acumulan. Otros se sentirán tentados a desviarse a la izquierda o a la derecha. Entonceslega el día en que el buey joven se dice: este buey viejo sabe de lo qué habla, y sabe andar, creo que aprenderé de él.
Una vez tube un perro mudo llamado Buster. Compré una cadena y mandé a Buster a una escuela para perros con mi hijo. No resultó. Un día quise sacar a Buster a caminar. Dije: "caminar", no "correr". Le puse la cadena y salimos. Yo era el amo y sabía a dónde quería ir en esta caminata. Buster casi se estranguló tratando de correr adelante, pero yo estaba decidido a ser el amo y mantener mi paso. Luego se detenía a olfatear una flor o cualquier cosa, pero yo seguía caminando.
¿Aprendió ese perro mudo a andar con su amo? - Preguntarás -. No, nunca. He conocido una gran cantidad de cristianos que tampoco han aprendido. Algunos tratan de correr delante de Dios y se queman. Otros caen en la tentación y se desvían a la izquierda o a la derecha. Algunos simplemente se echan cuando su amo les dice : "Vengan a mi todos los que estan trabajados y cargados y yo los haré descansar" (Mateo 11:28). Podemos hallar descanso para nuestra alma si aprendemos a vivir por la fe en el poder del Espíritu Santo.
GUIADOS POR EL ESPÍRITU.
También somos "guiados por el Espíritu" (Romanos 8:14). El Señor usa otra metáfora para describir nuestra relación con Él. Él es nuestro pastor y nosotros somos ovejas de su prado. Las ovejas necesitan ser apacentadas. Lo sé porque en mi juventud en la granja de Minnesota, tuve el privilegio de ser pastor de ovejas. En la primavera, cuando se producia el deshielo, pastoreabamos las ovejas cerca del camino para que comieran hierba fresca. Teníamos que mantenerlas en movimiento o comían hasta atragantarse y morir. Las arriábamos desde atrás, como lo hace un perro ovejero australiano.
Mientras estudiaba en Israel, observé a un pastor que cuidaba sus ovejas en una ladera en las afuera de Belén. El pastor, sentado en una piedra miraba a las ovejas mientras pacían. Luego se paró, dijo unas pocas palabras a las ovejas y comenzó a caminar. Las ovejas lo miraron y le siguieron. Al contrario de mi experiencia de llevar las ovejas desde atrás, los pastores de Israel la guían caminando delante de ella hasta el día de hoy. De pronto las palabras de Jesús en Juan 10:27 tuvieron para mí un nuevo sentido: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen". Pablo dice: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios" (Romanos 8:14).
LA PRUEBA ES EL FRUTO.
¿Cómo puedes saber si estás caminando según la carne o según el Espíritu? Mira tu vida. "Y manifiesta son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disenciones, herejías, envidias.... Y cosas semejantes a estas" (Gálatas 5:19-21). Las obras son actos espiritualmente muertos y no reflejan la vida de Cristo. Si una persona tiene un acceso de ira, ¿vive según el Espíritu? ¿Pueden culpar a alguien por su acceso de rabia? No, esa es una obra de su carne. Jesús dice: "Lo que del hombre sale, eso contamina al hombre" (Marcos 7:20).
Debemos aprender a tener suficiente cociencia personal para saber cuando vivimos según la carne y asumir la responsabilidad por nuestra actitud y acciones. Necesitamos caminar en la luz y aprender a confesar nuestros pecados, lo que significa concordar concientemente con Dios. Cuando se hace evidente una obra de la carne, reconoce mentalmente eso delante de Dios y pídele que te llene de su Espíritu Santo. Mientras más practiques esa sencilla disciplina, más viviras según el Espíritu.
"El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gálatas 5:22-23). Nótese que dice fruto, no frutos del Espíritu. El fruto viene de algo que vives. Es el resultado de estar en Cristo y su expreción fundamental es el amor, que es el caracter de Dios. "Hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él" (1Juan 4:16).
Niel T. Anderson "Victoria sobre la oscuridad".
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