lunes, 14 de septiembre de 2020

CÓMO SE ESCRIBIÓ LA PALABRA DE DIOS


CÓMO SE ESCRIBIÓ LA PALABRA DE DIOS.

Los autores de las Escrituras hebreas no son tan identificables como los del Nuevo Testamento. Los libros surgen en medio de la ley dada por Moisés y los profetas enviados por Dios a los hijos de Israel. Los primeros cinco libros (la Ley) fueron escritos por Moisés casi completamente. El resto del Antiguo Testamento está compuesto por los escritos de los profetas y otros en el canon hebreo; la Biblia en castellano incluye las siguientes categorías: Libros históricos, libros poéticos y libros proféticos. Se incluyen autores como Samuel, David, Josué, Salomón y los profetas mayores como Isaías, Jeremías y una cantidad de personajes menos conocidos que escribieron libros más breves llamados profetas menores. Cada uno de estos autores presenta sus palabras como la Palabra de Dios.

El Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento lo escribieron los apóstoles de Jesucristo y compañeros de los apóstoles. Las epístolas fueron dirigidas a individuos, iglesias o a grupos mayores de personas, ya sea para confirmar la verdad del cristianismo, engendrar la creencia en el Cristo, corregir problemas en las iglesias locales o argumentar contra el error. El libro de Apocalipsis además procura presentar el plan de Dios para el final de los tiempos.

Cómo se transmitieron los escritos inspirados.

Antiguo Testamento.

El Antiguo Testamento fue escrito entre el 1440 a.C. y aproximadamente el año 400 a.C. La ley de Moisés fue conservada en la comunidad hebrea por los sacerdotes del Templo. Los libros que vinieron después siguieron depositándose con dichos líderes hasta la destrucción del Templo y luego encontraron su lugar dentro de la comunidad de enseñanza iniciada por Esdras y que se continuó en la sinagoga. Escribas preparados copiaban los textos bíblicos a mano hasta que se empezó a usar la imprenta. Las copias de los masoretas del siglo noveno d.C. están muy cercanas a los recientemente descubiertos Rollos del Mar Muerto, originados mil años antes.

El Nuevo Testamento.

Los libros del Nuevo Testamento eran copiados por las comunidades cristianas locales y pasaron de unos a otros durante décadas antes que se reunieran en una colección. Dado que las primeras cartas se escribían en papiro, se gastaban con rapidez y requerían un copiado regular. A principios del siglo cuarto d.C., se hicieron cincuenta copias de todo el Antiguo Testamento y de las escrituras griegas del Nuevo Testamento por orden del emperador Constantino. Es probable que los códices Vaticano y Sinaítico, dos de los manuscritos más largos que han sobrevivido, sean producto de dicha orden.

¿Qué es el Canon de las Escrituras?

La palabra canon se usa para identificar los escritos de los profetas, los apóstoles y sus compañeros, que son inspirados por Dios y con autoridad en cuanto a la verdad, la doctrina y la vida práctica. Significa «regla» o «norma». El libro no es inspirado por el hecho de llamarlo canónico; es canónico por cuanto es inspirado. En consecuencia, la Iglesia descubrió la canonicidad de los libros del Antiguo y Nuevo Testamentos; no determinó ni fue causa de su canonicidad.

Cómo se decidió el Canon.

Los libros aceptados por la comunidad judía se originaron a lo largo de un período aproximado de mil años. La primera pregunta acerca de la aceptación de un escrito era si el libro había sido escrito por un profeta de Dios. Generalmente el libro tenía declaraciones de «Así dice el Señor», o «la Palabra de Dios vino». Segundo; las señales milagrosas o el cumplimiento exacto servían como confirmación del mensaje del profeta. Tercero; el libro debía ser internamente coherente con la revelación de Dios que se encuentra en otros libros canónicos, especialmente los que Dios dio por medio de Moisés.

La primera pregunta que la Iglesia debía responder acerca de la inclusión de un libro en el canon aceptado por los cristianos era si había aparecido por medio de los apóstoles del Señor o por medio de personas que estaban bajo la dirección de un apóstol, por ejemplo, Lucas. Segundo; si el libro venía con el poder de Dios y era eficaz para transformar vidas. Tercero; debía ser aceptado por la generalidad del pueblo de Dios. Eso último se refiere primero a quienes recibieron el libro y luego a su transmisión en la Iglesia. La determinación del canon del Nuevo Testamento se produjo en un lapso de años, y alcanzó su forma final en el Concilio de Cartago, en el 397 d.C.

Los manuscritos de la Biblia.

Antiguo Testamento.

Los fragmentos de las Escrituras hebreas se cuentan por decenas de millares, la mayoría fechados entre el siglo tercero a.C. y el siglo catorce d.C. El testimonio más valioso sobre el Antiguo Testamento hebreo es el manuscrito hallado en Los Rollos del Mar Muerto, que en su mayor parte procede del tercer siglo a.C. al primer siglo d.C.

Nuevo Testamento.

Para el Nuevo Testamento la evidencia de los manuscritos es abundante. Hay más de cinco mil copias, muchas con los libros del Nuevo Testamento intactos o mayormente intactos. También hay diversas versiones antiguas del Nuevo Testamento en idiomas como el siriaco, el copto, y el latín que sobrevive en miles de manuscritos. Ninguna obra de la antigüedad se acerca siquiera a los testimonios de autenticidad del Nuevo Testamento.

EL SIGNIFICADO DE LA SALVACIÓN EN LA BIBLIA.

En el antiguo Testamento por lo general la palabra “salvación” tiene que ver con liberación o preservación física. El verbo hebreo más importante para salvación, “yasha” lleva aparejado un sentido de ayudar, liberar, o salvar, y se usa unas 205 veces en la Biblia. Ocurre en contextos de quitar una carga o un peligro (Éx 2:17) y se puede usar para sacar a alguien del peligro de una derrota (Jos 10:6). En otras ocasiones la palabra se refiere a ser liberado o puesto en libertad (Jue 12:2). En la ley civil, “yasha” tiene que ver con la obligación de uno que oye el clamor de alguien que necesita ser salvado de un maltrato (Dt 22:27; 28:29; 2 S 14:4). La palabra hebrea aparece en muchas peticiones en oración con referencia a la guerra y a problemas judiciales (Sal 3:7; 20:9; 72:4; 86:2). El sustantivo habla de preservación del peligro y sufrimiento amenazado, inminente y quizás merecido (Gn 49:18; 1 S 14:45; Is 12:3).

Nuevo Testamento.

El concepto de salvación del Nuevo Testamento incluye la mayor parte del concepto de salvación del Antiguo Testamento y agrega dimensiones espirituales. La palabra griega soteria tiene aspectos nacionales y personales. La liberación nacional se discute en Lucas 1:69.

 Hay liberación personal del mar (Hch 27:34) y de la prisión (Fil 1:19), y una liberación espiritual y eterna por el arrepentimiento y fe en Jesucristo (Hch 4:12; Ro 10:10). El Nuevo Testamento usa soteria y el verbo relacionado sozo con respecto al poder de Dios para librar de la esclavitud del pecado (Fil 2:12); la futura liberación de los creyentes a la venida del Cristo (Ro 13:11; 1 Ts 5:8, 9); y la liberación de la nación de Israel en la Segunda Venida de Cristo (Lc 1:71; 2 Ts 2:10; Ap 12:10).

Jesús el Salvador.

El nombre de Jesús dado a su madre por el ángel Gabriel era el de Salvador, esto es: «Llamarás su nombre Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1:21). Sus afirmaciones en Marcos 10:45 dejan claro que llevó ese sentido de misión a lo largo de su vida: «Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos»; y en Juan 12:27: «Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora». El rol de Jesucristo como Salvador del mundo se muestra más en su disposición de ir a la cruz cuando podría haber llamado las fuerzas celestiales para rescatarlo (Mt 26:53, 54). Más bien se entrega libremente en la cruz, según lo muestran los cuatro Evangelios. Irónicamente, los que estaban junto a la cruz dijeron palabras verdaderas. «A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar» (Mr 15:31).

LA SALVACIÓN EL LA BIBLIA.

 

FÍSICA:

Especie / Tipo

De la enfermedad

Cuándo

Presente

Qué

De la enfermedad que es posiblemente debida al pecado

Cómo

Oración de fe por los ancianos de la iglesia

Pasajes

Stg 5.14, 15

Especie / Tipo

De la muerte

Cuándo

Pasado

Qué

David: de la muerte física

Cómo

Dirección hacia la verdad

Pasajes

Sal 56.13

Especie / Tipo

Del peligro

Cuándo

Presente

Qué

Del ataque de enemigos del pueblo de Dios

Cómo

Dios entrega a los enemigos de su pueblo en sus manos

Pasajes

Jos 10.6-8;

Os 13.10

Especie / Tipo

De la ira de Dios

Cuándo

Futuro

Qué

Venida de Cristo por la Iglesia

Cómo

Arrebatamiento de la Iglesia

Pasajes

1 Ts 1.10

ESPIRITUAL:

Especie / Tipo

Del pecado

Cuándo

Pasado

Qué

Del castigo

Cómo

Justificación

Pasajes

Ro 3:21-4:12;

Gá 3:11-14

Cuándo

Presente

Qué

Del poder

Cómo

Santificación

Pasajes

Ro 6:22;

2 Ts 2:13;

2 Ti 2:21

Cuándo

Futuro

Qué

De la presencia

Cómo

Glorificación

Pasajes

Ro 8:17, 18, 30;

1 Ts 4:13-18

Especie / Tipo

De la falsa doctrina

Cuándo

Últimos tiempos

Qué

Evitar el extravío de la fe

Cómo

Dar especial atención a la sana doctrina

Pasajes

1 Ti 4:13-16

Palabras usadas con referencia a la salvación espiritual.

La elección es el aspecto del propósito eterno de Dios por el cual en forma cierta y eterna determina quién creerá y será salvo (Mt 22:14; Hch 13:48; Ef 1:4; 2 Ts 2:13). Sin embargo, esta doctrina no excusa a nadie por no creer. Dios quiere «que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad» (1 Ti 2:4). Hechos 2:21 afirma que «todo el que invocare el nombre del Señor será salvo». El que no acepta la oferta gratuita de salvación sólo puede culparse a sí mismo.

La predestinación difiere de la elección en que la predestinación se relaciona específicamente a la intención de Dios de conformar a la imagen del Cristo a los elegidos (Ro 8:29, 30).

El llamado se usa en dos sentidos. El primero es el llamamiento general dirigido a todos los hombres para que acudan al evangelio (Mt 22:14; Jn 3:16-18; 16:7-11). El segundo llamamiento es la aplicación de la palabra del evangelio a los que Dios ha elegido, y da como resultado la regeneración (Jn 6:44; Ro 8:28, 30; 1 Co 1:23, 24).

La Ley es el medio por el cual Dios gobernaba a su pueblo del pacto en el Antiguo Testamento, mientras establecía su pacto por gracia (Gn 17:7). El Nuevo Testamento demuestra que el rol de la ley no es justificar, sino mostrarnos lo que es el pecado. Fue sólo un ayo para llevarnos al Cristo (Gá 2:16; 3:24).

La regeneración se refiere al cambio espiritual producido en una persona por obra del Espíritu Santo, esto es la nueva vida. El cambio es de muerte espiritual a vida espiritual. Es un cambio en la naturaleza misma de la persona, a una en comunión con Dios. El Nuevo Testamento presenta explícitamente la doctrina (2 Co 5:17; Ef 2:1; 1 Jn 4:7), mientras el Antiguo Testamento la deja implícita. Moisés habla a los israelitas de «circuncidar sus corazones» (Dt 30:6). Isaías también describe los cambios de un modo que se asemeja a la descripción que el Nuevo Testamento hace del nuevo nacimiento (Is 57:15).

La justificación aparece por primera vez en la Biblia en relación con Abraham. Las Escrituras dicen que Abraham creyó las promesas de Dios y que esta fe le fue contada por justicia (Gn 15:6; Ro 3:23-4:12; Gá 3:6). Si el cumplimiento personal de la ley fuera necesario para la justificación delante de Dios, nadie podría ser salvo. Los creyentes en Dios son justificados por la fe en el Cristo, que es el sacrificio de Dios. Esto satisface la justa demanda de Dios; todos los que confían en el Cristo son contados como justos (Ro 4:5; 5:1).

La santificación es la obra de Dios al desarrollar una nueva vida y llevarla a la perfección delante de Él. Consiste en ser separado de la vida de pecado y ser apartado para un propósito divino. Aunque los cristianos son plenamente santificados en el Cristo, gradualmente llegan a ser en la práctica lo que ya son posicionalmente (Ro 6:11; 12:1; 1 Co 1:2).

La glorificación es la consumación de la obra de Dios en el creyente. En la justificación Dios lo lleva a una posición de justicia delante de Él. En la santificación, Dios obra en el cristiano para llevarlo a la imagen de Jesucristo. Glorificación es cuando Dios presenta al creyente perfecto y sin pecado en el cielo (Ro 8:30).

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD.

La palabra “trinidad” no aparece en la Biblia; sin embargo, es una palabra teológica que expresa la clara enseñanza de las Sagradas Escrituras, especialmente del Nuevo Testamento. El primer teólogo de la Iglesia que usó la expresión fue Teófilo que habló de Dios como trías. El gran padre de la iglesia latina, Tertuliano, desarrolló el concepto de trinitas, un Dios en tres personas. A pesar de que los padres de la Iglesia en el segundo y tercer siglo hablaron de las tres personas de la divinidad aunque reconocían la existencia de un sólo Dios, los concilios de Nicea (325 d.C.) y Constantinopla (381 d.C.) dieron la expresión más completa a la doctrina bíblica.

La Biblia enseña explícitamente que hay un Dios único.

Enseñanza del Antiguo Testamento.

 La creencia en un sólo Dios en el antiguo mundo del Mediterráneo era exclusiva de la nación de Israel. La fe de Israel se da en la famosa “Shema”. «Oye, Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es» (Dt 6:4). Reiteradamente la enseñanza de la Ley y las declaraciones de los profetas de Dios confirman esta verdad absoluta.

Enseñanza del Nuevo Testamento.

 La Iglesia continuó la enseñanza de las Escrituras hebreas, al igual que la enseñanza del Señor Jesucristo, de que hay un sólo Dios (1 Co 8:6; Ef 4:6; 1 Ti 2:5). Hizo esto en contraste con el politeísmo desenfrenado que penetraba todo el mundo greco-romano con su multitud de dioses, incluido el culto al emperador como dios en la segunda parte del primer siglo. Cuando los apóstoles y más tarde la Iglesia comenzaron a articular este monoteísmo en contra de la religión pagana, fue necesario explicar cómo podía ser coherente esta creencia en un sólo Dios con la creencia de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo cada uno es Dios y, sin embargo, todavía son un sólo Dios.

Las Escrituras enseñan que tres personas son un Dios único.

Destellos de la Trinidad en el Antiguo Testamento.

 Uso de la palabra “Elohim” con verbos en singular. La palabra más común para Dios en hebreo es “Elohim”. Este sustantivo está en plural, mientras en diversos lugares el término para Dios está en singular como El o “Eloah”. A pesar de la palabra en plural para Dios, la verdadera fe judía era fuertemente monoteísta. Cuando se usa “Elohim” acerca del Dios de Israel, se usa con verbos en singular, para indicar que el Dios de Israel es un ser único. El plural permite la expresión de pluralidad para Dios como se revela después en el Nuevo Testamento, pero la gramática hebrea puede también simplemente usar el plural de plenitud.

 

ENSEÑANZA BÍBLICA SOBRE LA TRINIDAD.

 

LA BIBLIA ENSEÑA QUE HAY UN SÓLO DIOS

Antiguo Testamento.

El credo de Israel, la Sheme (Dt 6:4), enfatiza la unicidad de Dios; «Oye, Israel, Jehová nuestro Dios, uno es» (Éx 20:2, 3; 3:13-15)

Nuevo Testamento.

Los primeros apóstoles del Señor creían en un sólo Dios (1 Co 8:4-6; 1 Ti 1:17; 2:5, 6; Stg 2:19).

LA BIBLIA HABLA DE DIOS COMO DE TRES PERSONAS DISTINTAS.

Antiguo Testamento.

Dios el Padre se distingue del Hijo en el Salmo 2:7 (Sal 68:18; Is 9:6; 61:1-3; He 1:1-13), y el Espíritu Santo se presenta como distinto de ellos, dos. Se ve que el Padre es Dios en Is 63:16, el Hijo en 9:6 y el Espíritu en Gn 1:1, 2 (Éx 31:3; Jue 15:14; Is 11:2).

Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento expresa en palabras claras que el Padre de nuestro Señor Jesucristo es Dios (Jn 1:18; 1 Co 8:6; Fil 2:11; 1 P 1:2). Nadie discute esta verdad. Los autores del Nuevo Testamento en numerosos lugares presentan a Jesucristo como Dios Además, Pedro llama Dios al Espíritu Santo (Hch 5.4). Sin embargo, se presenta en el bautismo de Jesús como distinto de Jesús, y como distinto del Padre y del Hijo en la bendición apostólica.

LA BIBLIA ENSEÑA QUE TRES PERSONAS DISTINTAS TIENEN LOS ATRIBUTOS DE DIOS.

Antiguo Testamento.

El Padre posee los atributos divinos (Sal 90:2; Jer 17:10; 23:24). El Hijo tiene los atributos de la divinidad (Is 9:6, 7; Dn 7:13, 14). El Espíritu Santo posee los atributos divinos (Gn 1:2; Sal 139:7; Neh 9:20).

Nuevo Testamento.

El Padre posee características divinas (Jn 7:28; Ro 2:4; 1 P 1:5; Ap 15:4). El Hijo se presenta como poseedor de la naturaleza de Dios (Mt 18:20; Jn 1:2; 2 Co 12:9; Ap 3:7), y el Espíritu de Dios se presenta en forma similar (Hch 1:8; Ro 15:19; 1 Co 2:11; 1 Jn 5:6).

LA BIBLIA ENSEÑA QUE TRES PERSONAS DISTINTAS REALIZAN LAS OBRAS DE DIOS.

Antiguo Testamento.

El Padre se presenta en el Antiguo Testamento como el Creador (Sal 102:25), y también los otros miembros de la divinidad. Génesis 2:7 usa el plural para identificar más de una persona en el ser de Dios. Si entendemos a Jesús, el Logos, como la Sabiduría de Dios, por la cual hizo el mundo, el Hijo también se insinúa como Creador en el Antiguo Testamento. El Espíritu de Dios es la fuerza creadora que se cierne sobre las aguas en Gn 1:2 (cf. con Job 26:13).

Nuevo Testamento.

Mientras el Padre y el Espíritu se identifican más claramente en el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento presenta enfáticamente a Jesús como el Creador (Jn 1:1-3; Col 1:16).

El uso de pronombres personales en plural. En tres ocasiones el Antiguo Testamento usa pronombres personales en plural al hablar de Dios. La primera se refiere a la creación de la humanidad: «Hagamos al hombre a nuestra imagen» (Gn 1:26). La segunda pertenece a Dios cuando decide confundir las lenguas humanas en la torre de Babel: «Descendamos» (Gn 11:6-9). La tercera referencia es en el llamado a una misión: «¿Quién irá por nosotros?» (Is 6:1-8).

El Ángel de Jehová.

Varias veces en las Escrituras hebreas se hace referencia al «Ángel de Jehová». Del contexto resulta evidente que estas referencias no hablan simplemente de un mensajero creado por Dios, sino de Dios mismo. En ciertos contextos el Ángel de Jehová se identifica como Dios mismo (Gn 16:7-13; 18:1-22), pero en otros se distingue de Dios (Gn 19:1-28, especialmente el v. 24; Zac 1:12, 13; Mal 3:1). Es muy probable que tales apariciones sean del Cristo preencarnado, quien es la revelación del Padre (Jn 1:18; He 1:1-3). Las apariciones del Ángel de Jehová terminan después de la encarnación, porque ahora la revelación de Dios está presente como un hombre en la persona de Jesucristo (cf. Éx 14:19 con Éx 23:20; 1 Co 10:4).

Enseñanza explícita del Nuevo Testamento.

La enseñanza de Jesucristo sobre su relación con el Padre y con el Espíritu Santo.

Jesús es el Hijo del Padre. Jesús se llama a sí mismo el Hijo de Dios, y también llama a Dios su Padre de un modo que da a entender una asociación profundamente única. Además, Jesús dice tener una relación con el Padre como la de una asociación que se remonta a toda la eternidad. En otras ocasiones Jesús hace declaraciones y obras que hacen que otros reconozcan su afirmación de igualdad con Dios. La acusación específica de blasfemia contra el Cristo fue su reconocimiento de ser el Hijo de Dios (Lc 22:70). Estos textos identifican a la persona de Jesús, preexistente al mundo, como Dios, sin embargo, distinto de Dios el Padre.

Como Jesús el Hijo, el Espíritu Santo también es una persona divina. Antes que dejara la tierra para estar con el Padre, el Cristo prometió un Consolador similar, pero distinto de Él mismo. Él y el Padre vienen al creyente por medio de esta persona, el Espíritu Santo.

En un sentido cada cristiano se identifica con el Dios trino. Jesús en su oración intercesora en Juan 17, indica que Dios iba a morar en los creyentes en el Cristo: «Yo en ellos y tú en mí» (Jn 17:23).

Enseñanza de los apóstoles sobre la Trinidad.

 A Dios se le llama Padre del Señor Jesucristo y de los cristianos (Ef 1:2; Fil 1:2; 2 Jn 3). El apóstol Juan llama a Jesús específicamente Dios (Jn 1:1, 18; 8:58). En diversos lugares Pablo identifica a Jesús como Dios (Ro 9:5; Fil 2:6; Tit 2:13), al igual que Pedro (2 P 1:1). Pedro declara que el Espíritu Santo es Dios (Hch 5:4) y lo pone en lista con el Padre y el Hijo (Mt 28:19; 2 Co 13:14).

Clasificaciones de la teología

La teología es sencillamente el pensamiento organizado acerca de Dios. Los diversos modos de organización de tales pensamientos dan como resultado diversos tipos de teología, cada cual con sus propios méritos. La teología cristiana presupone la existencia de Dios (teología propia) y su revelación de sí en la Biblia (bibliología). Estas presuposiciones no se dan sin un firme fundamento intelectual; por cierto constituyen dos grandes categorías de doctrina por derecho propio. La teología propia y la bibliología forman el punto de partida y el fundamento para la verdadera teología cristiana. Mientras más doctrinas se estudian, más seguro se hace el fundamento; pero hay algunas presuposiciones necesarias si el estudiante de las Escrituras va a principiar correctamente. Un adagio dice: «Un buen comienzo es la mitad de la tarea».

La doctrina es la suma o descripción de la verdad que se encuentra en la Biblia. La teología es el proceso de llegar a esa doctrina. Los principales modos de enfocar el estudio de la teología son la teología bíblica, la teología histórica, la teología sistemática y la teología práctica.

Teología bíblica. Tiene que ver con el desarrollo de la verdad en libros y pasajes específicos de las Escrituras. Reconoce la revelación progresiva de Dios (definida abajo) y en consecuencia no es su propósito presentar el todo de una doctrina bíblica, sino establecer qué porción de la doctrina enseña el pasaje en consideración. Los diversos libros de la Biblia fueron ocasionados por circunstancias y necesidades específicas. En consecuencia, el intento de un autor no es desarrollar completamente la doctrina, sino más bien enseñar la verdad necesaria para alcanzar el propósito que la ocasión requiere.

Teología histórica. Trata de las perspectivas teológicas establecidas por los cristianos a lo largo de los siglos. Este enfoque mira la enseñanza según se ha desarrollado a lo largo del tiempo. Estudiar la forma de entender las Escrituras ayuda al buscador moderno de la verdad a clarificar su pensamiento acerca de muchas doctrinas importantes.

Teología sistemática. Es la presentación organizada de las diversas doctrinas, con plena consideración de la teología bíblica y la histórica. Se desarrollan las doctrinas y se articulan como una parte o subconjunto de la estructura total de la teología sistemática. Esto no significa que la tradición tiene igual peso que la Biblia en el desarrollo de la doctrina. Más bien, respeta con humildad el hecho de que otros pensadores a través de las edades han luchado con las mismas verdades bíblicas, ayudados por la iluminación del mismo Espíritu Santo. Las conclusiones y pensamientos del pueblo de Dios a través de los siglos pueden contribuir a la comprensión actual de las Escrituras.

Teología práctica. Enfatiza la correlación de la teología con las necesidades de la vida. Muestra las conexiones entre doctrina y aplicación, y presta atención a las formas en que la teología se relaciona con los problemas acerca de la ética y la sociedad, la interacción de las personas y la misión de la Iglesia.

BIBLIOLOGÍA.

Significado.

Doctrina de la Biblia, acerca de la naturaleza de la revelación, inspiración, infalibilidad e iluminación.

Libros clave:

Deuteronomio, Salmos, Mateo, 1 y 2 Timoteo, 2 Pedro

Pasajes del Antiguo Testamento.

Dt 6:4-9; 1 R 16:1; Sal 19; 111:7, 8; 119; Is 40:8; Jer 1:9; 13:1

Pasajes del Nuevo Testamento.

Mt 5:18; Lc 11:51; Jn 10:34-36; 1 Ti 5:18 (con Dt 25:4 y Lc 10:7); 2 Ti 3:15, 16; 2 P 1:4, 20; 3:15, 16

TEOLOGÍA PROPIA.

Significado:

Doctrina de Dios basada en su revelación de sí mismo al hombre.

Libros clave:

Génesis, Job, Isaías, Juan, Romanos

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 1:1; Éx 3:14; Dt 6:4; 1 R 8:27; Job 42:1-6; Sal 139:7-12; Is 57:15; 65:1; 66:1; Jer 32:17, 27

Pasajes del Nuevo Testamento.

Jn 4:24; 5:26; 17:3; Ro 1; 9:18; 11:22, 33-36; 1 Co 1:20; 1 Ti 1:17; Stg 1:17

CRISTOLOGÍA.

Significado:

Doctrina de Jesucristo.

Libros clave:

Isaías, Miqueas, Juan, Filipenses, Colosenses, Hebreos

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 3:15; Sal 2:7; Is 7:14; 9:6; 53; 61:1, 2; Mi 5:2; Zac 9:9

Pasajes del Nuevo Testamento.

Jn 1:1-18; 14:7-11; Fil 2:6-8; Col 1:15-19; 2:9; He 1:1-8; 2:18; Ap 1:13-18

NEUMATOLOGÍA.

Significado:

Doctrina del Espíritu Santo.

Libros clave:

Génesis, Juan, Hechos, Romanos, 1 Corintios

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 1:2; 6:3; Jue 14:19; 1 S 16:13; Sal 139:7; Is 40:13, 14; Ez 2:2; Mi 3:8; Zac 12:10

Pasajes del Nuevo Testamento.

Lc 1:35; Jn 14-16; Hch 2:1-4; 13:2, 4; Ro 8; 1 Co 6:19; 12-14; 2 Co 13:14; Gá 5:22, 23; Ef 1:13; 4:30; 5:18

ANGELOLOGÍA.

Significado:

Doctrina de los ángeles caídos y no caídos

Libros clave:

Génesis, Job, Daniel, Zacarías, Mateo, Hechos, 1 Corintios, 2 Corintios, Hebreos y Apocalipsis

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 16; 18; 19; 24:7, 40; Job 16, 38:7; Sal 103:20; 148:2, 5; Is 6:1-3; Dn 9:20-27; Zac 1:9, 13, 14; 3:1, 2; 4:1

Pasajes del Nuevo Testamento.

Mt 13:41, 49; 28:2-5; Hch 1:10; 5:19; 12:7; 1 Co 13:1; 2 Co 11:14; He 1:6, 7; 2:2, 5; Ap 1:1; 5:2; 7:2; 8:5; 22:16

ANTROPOLOGÍA.

Significado:

Doctrina del pecado.

Libros clave:

Génesis, Salmos, 2 Corintios

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 1:27; 2:20-23; 3:19; 9:6; Sal 8:4, 5; 139:14; Is 43:7; Ec 7:29

Pasajes del Nuevo Testamento.

2 Co 4:16; 5:17, 6-8; Ef 5:29; He 9:27

HAMARTIOLOGÍA.

Significado:

Doctrina del pecado.

Libros clave:

Génesis, Job, Salmos, Romanos

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 2:17; 3:14-24; Job 14:4; 15:14; Sal 51:4, 5; Is 53:6; Hab 1:13

Pasajes del Nuevo Testamento:

Ro 1:21, 28; 3:23; 6:20; 7:20; 2 Co 4:4; Ef 4:18; Tit 1:15; Ap 20:11-15

SOTERIOLOGÍA.

Significado:

Doctrina de la salvación.

Libros clave:

Génesis, Salmos, Isaías, Juan, Romanos, Hebreos

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 3:15; 22:12-14; Éx 12:1-13; Lv 1:1-9; Sal 51; Is 53:3-12

Pasajes del Nuevo Testamento.

Jn 1:29; 3:3-8; Ro 5:12-21; 8:1-4; Ef 2:5, 8; Tit 2:11; He. 3; 2:10-18; 5:9; 9:28; Ap 1:5, 6; 5:9, 10; 12:11

ECLESIOLOGÍA.

Significado:

Doctrina de la Iglesia.

Libros clave:

Hechos, 1 Corintios, Efesios

Pasajes del Antiguo Testamento.

No se revela como tal en el Antiguo Testamento (Ef 3:4-6)

Pasajes del Nuevo Testamento.

Mt 16:18; 18:15-20; Ro 16:5; 1 Co 16:19; Ef 1:22, 23; 5:23; Fil 2; Col 4:15; 1 Ti 3; Tit 1:5-9

ESCATOLOGÍA.

Significado:

Doctrina de las últimas cosas.

Libros clave:

Génesis, Profetas Mayores y Menores, Mateo, 1 y 2 Tesalonicenses, 2 Pedro, Apocalipsis

Pasajes del Antiguo Testamento.

Gn 12:2; 13:14, 15; 15:7; 2 S 7:12-16; Ez 20:34-38; Dn 12:13

Pasajes del Nuevo Testamento.

Mt 24:4-51; 1 Ts 4:13-18; 5:1-3; 2 Ts 2:1-12; 1 P 4:7; 2 P 3:3-13; Jud 6-7; Ap 1:7-8; 4:1-11; 20:4-15; 21:1-8

El desarrollo de la doctrina en la Biblia.

Para entender el desarrollo de la doctrina, es necesario entender dos conceptos: la revelación progresiva, y cómo la Iglesia desarrolló su teología.

La revelación progresiva significa que Dios trabajó a lo largo del tiempo, con diversas personas y a través de diferentes medios, para revelarse Él mismo y su verdad en la Biblia. Una clara indicación de esto se encuentra en He 1:1-3 y en 1 P 1:10-12. Debido a esto, en cuanto a doctrina solemos dar más peso a las porciones más tardías de las Escrituras, porque dan una explicación más completa de muchas enseñanzas. Sin embargo, los escritores bíblicos posteriores a veces presuponen un conocimiento bien desarrollado de parte de sus lectores de modo que no declaran el conocimiento que suponen que tienen. En tales casos las porciones más antiguas de las Escrituras dan un entendimiento más completo de algunos aspectos doctrinales.

El desarrollo teológico en la Iglesia ha sido necesario debido a la naturaleza ocasional y no sistemática de los escritos del Nuevo Testamento. La Biblia contiene suficiente verdad para el establecimiento de una doctrina clara y coherente, pero raras veces presenta esa verdad en una enseñanza sistemática. En consecuencia, las personas en la Iglesia han contribuido necesaria y apropiadamente con pensamientos y organización a medida que se han expresado y extendido las verdades de la Biblia en su escenario histórico e intelectual.

Importancia práctica de la doctrina.

Dios no pretende que la enseñanza bíblica o doctrina se detenga con la iluminación del intelecto. La iluminación es un primer paso necesario, pero el propósito de la verdad es que impacte el pensamiento, los hábitos y la conducta de los receptores. En las Escrituras hay abundantes ejemplos de esto (por ejemplo, Ro 12:1; 2 P 3:11). La intención del patrón de las Escrituras es que al entender la verdad sea motivada la aplicación de esa verdad. Aprender siempre sin reconocer la verdad (2 Ti 3:7) es una descripción de un proceso cristiano de pensamiento como un corto circuito en la mente en que no se llega a poner por obra lo aprendido. El autor de Hebreos nos dice en He 5:11-14 que la madurez cristiana viene por medio de la práctica de la verdad bíblica, no sólo por la posesión del conocimiento. Santiago escribe que tenemos que ser «hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores» (Stg 1:22).

Sin embargo, es un error teológico y práctico invertir el orden y hacer una aplicación de la verdad y luego edificar una doctrina a partir de esto. Como ejemplo, la aplicación de la negación de sí para una persona no debiera proceder de una prescripción de un estilo de vida por otro. Romanos 14 ilustra la claridad en convicción y la caridad en la extensión de esa convicción a otros. Las prácticas dogmáticas sin la verdad fundamental se convierten en un sistema de religión sin poder.

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